Gothic (1986) es una película de Ken Russell. En otras palabras, es delirante, excesiva y pasada de vueltas. Y muy gótica.
El argumento de la película se centra en la noche que pasaron juntos contando historias de fantasmas Lord Byron, el doctor John Polidori, Percy Shelley, Claire Clarmont y Mary Wollstonecraft, la futura señora Shelley, en la casa de Byron en Ginebra. Byron, Polidori, Percy y Mary, para pasar el tiempo, decidieron competir entre ellos para ver quién escribía la mejor historia de fantasmas. De aquella noche surgió El vampiro de Polidori, iniciador de la literatura vampírica que se pondría de moda en el XIX, y Frankenstein, o el moderno Prometeo, mito de la literatura (y el cine) de terror, escrito por Mary W. Shelley. Por supuesto, la película no es un documental y el film juega con la realidad para crear una ficción fantasmagórica.
Esa mítica noche no era la primera vez que se trataba en el cine. Se alude a ella al principio de la clásica La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, James Whale, 1935) y Gonzalo Suárez también la recrearía, con distinto resultado, en Remando al viento (1988). Pero Russell crea un film diferente y único, para bien y para mal, en el cual no solo se juega con lo que pudo haber pasado aquella noche, siguiendo los orígenes de dos mitos fundamentales de la cultura occidental (por supuesto, el vampiro ya existía en el folclore y la mitología, pero es la forma en que es tratado en la literatura del XIX lo que lo convertirá en el mito que nos es más familiar), pero también es una reflexión sobre la fuerza de la creación artística, los monstruos que libera el subconsciente del artista.
En el film de Russell, la noche que pasan juntos Byron (Gabriel Byrne), Shelley (Julian Sands), Claire (Myriam Cyr), el doctor Polidori (Timothy Spall) y Mary (Natasha Richardson) se convierte en un delirio lleno de excesos y alucinaciones. Un delirio en el cual se dan rienda suelta a los fantasmas y miedos que nos acompañan dando vueltas en nuestras mentes, lejos de las apariciones con cadenas de la literatura gótica. Estas versiones de los personajes históricos no están interesadas en recrear cómo eran realmente, sino más bien el desaforado mundo de romanticismo gótico que crearon.
Eso se traduce para el espectador en un viaje lleno de delirios y alucinaciones, en el cual afloran los rincones más oscuros de la psique de los protagonistas. Lo cual significa que es una película que puede que te encante o que la odies, dependiendo de la manera en que te coja. Pero es indudable el talento que tiene Russell para crear una atmósfera onírica y surreal. Además, la banda sonora corrió a cargo de Thomas Dolby, y resulta en ocasiones excesiva como las imágenes que acompaña, a veces parece que está musicando otra película completamente distinta, pero también resulta muy evocadora y efectiva en diversos momentos.
En cuanto a la interpretación, destacan especialmente Byrne y Spall, hipnóticos cada vez que aparecen en pantalla. Byrne crea un Byron diabólico y seductor, Spall un Polidori lleno de sordidez y traumas. Ambos atrapan y roban la película (claro que la vi, ya sabéis, en... Bueno, ya sabéis).
Gothic es un film delirante y complejo, que no es para todo el mundo pero que yo recomiendo a todo el mundo. El éxito que tuvo cuando se estrenó animó al productor Dan Ireland a sugerir a Russell hacer otra película de temática terrorífica, antes de ponerse con El arco iris (The Rainbow,1989). El resultado fue La guarida del gusano blanco (The Lair of the White Worm, 1988), pero eso ya es otra historia.
En cuanto a la interpretación, destacan especialmente Byrne y Spall, hipnóticos cada vez que aparecen en pantalla. Byrne crea un Byron diabólico y seductor, Spall un Polidori lleno de sordidez y traumas. Ambos atrapan y roban la película (claro que la vi, ya sabéis, en... Bueno, ya sabéis).
Gothic es un film delirante y complejo, que no es para todo el mundo pero que yo recomiendo a todo el mundo. El éxito que tuvo cuando se estrenó animó al productor Dan Ireland a sugerir a Russell hacer otra película de temática terrorífica, antes de ponerse con El arco iris (The Rainbow,1989). El resultado fue La guarida del gusano blanco (The Lair of the White Worm, 1988), pero eso ya es otra historia.