18 jun 2019

Campo de batalla: La Tierra (Battlefield Earth)


Resulta sorprendente que haya tardado tanto tiempo en comentarla, pero aquí está la infame Campo de batalla: La Tierra (Battlefield Earth, Roger Christian, 2000), un memorable fracaso que me gusta por las mismas razones por las que es vilipendiado. Es decir, Battlefield Earth es una mala película, pero lo es de una manera que me parece tremendamente entretenida y divertida.

Ambientado en el año 3000, el film cuenta la épica batalla de la humanidad, liderada por Jonnie Goodboy Tyler (Barry Pepper), por recuperar su planeta de las garras de una terrible raza extraterrestre, los Psychlos que lidera Terl (John Travolta), que ha llevado al ser humano al borde de la extinción. Una premisa que, sobre el papel, parecía destinada a convertirse en un gran taquillazo hollywoodiense, pero su realización acabó siendo ridiculizada y estrellándose en taquilla.

La película también se enfrentó a otro problema en Estados Unidos, al ser acusada de herramienta propagandística de la Cienciología, una secta destructiva creada por L. Ron Hubbard, autor de la novela en que se basa la película. Y es cierto que John Travolta es un reconocido miembro de esta secta, como es cierto que capitostes de la organización en un principio esperaban que esta película creara interés por la obra de Hubbard. Sin embargo, la verdad es que ni la novela ni la película tienen relación con la Cienciología desde un punto de vista temático o propagandístico. Y cuando la película fue un fracaso, los mencionados capitostes se desentendieron de ella rápidamente.

La novela de Hubbard es una épica historia de más de mil páginas tremendamente entretenida. En la introducción del autor, este se dedica a separar de forma bien clara esta novela de lo que él llama "su trabajo serio". También me quedó claro en esta introducción, cuando leí el libro hace unos tres años, que el señor Hubbard poseía un ego bastante importante, cosa que es de esperar en alguien capaz de crear una secta que sigue activa hoy día. De todos modos, a pesar de su extensión, es una novela que se lee bastante rápido gracias a su ágil ritmo y contínua acción, muy recomendable si te gusta la ciencia ficción y la space opera (la cubierta que pintó el gran Frank Frazetta transmite perfectamente qué tipo de novela es). Leyéndola también es fácil ver el atractivo para convertirla en una película (o varias). El film de Roger Christian solo adapta media novela y, si hubiese sido el éxito que esperaban, se planeaba hacer una secuela adaptando la otra mitad. A favor del film se ha de decir que aunque solo adapta media novela, no se tiene la sensación de estar viendo media película ni sufre el ritmo narrativo, al contrario de lo que sucede con muchas adaptaciones actuales de similares objetivos.

La película, como ya he dicho, es mala pero muy divertida y entretenida. El guion, que desaprovecha completamente la novela, fue encargado primero a J. D. Caruso, cuyo trabajo más popular hasta el momento era el guion de Las locas, locas aventuras de Robin Hood (Robin Hood: Men in Tights, Mel Brooks, 1993), que se puede decir que no es el mejor trabajo de Mel Brooks. Luego, cuando Caruso fue despedido por no seguir los mandatos del estudio y Travolta, el guion corrió a cargo de Corey Mandell, cuyo único guion filmado fue el de Battlefield Earth. Con estos currículums, más la intervención del estudio y Travolta, es fácil entender cómo el guion de esta película se acabó convirtiendo en una historia bastante típica y tópica, llena de momentos ridículamente geniales.

Que actores como Travolta y Forest Whitaker interpretaran a los malvados Psychlos tuvo como consecuencia que los villanos adquirieran mucho más protagonismo, en detrimento de los humanos. Esto hace que la película se centre más en la cultura Psychlo, creando así los momentos más divertidos y bizarros del film.

Por supuesto, no podemos obviar el trabajo del director Roger Christian en convertir esta historia en una memorable experiencia. Primero, por aprovar el diseño de los Psychlos a cargo de Patrick Tatopoulos, que convierte a las temibles criaturas de la novela en delirantes rastafaris vestidos de cuero. Aquí también influye el hecho de que Travolta no quería que su rostro desapareciera bajo kilos de maquillaje. Luego, Christian decidió enfocar Battlefield Earth como si fuera un cómic en vivo, por ello decidió rodar TODA la película en ángulos inclinados. Todas las secuencias, todas las escenas, rodadas con la cámara inclinada. Otros directores habrían decidido utilizar este recurso cuando aparecen los Psychlo o en alguna escena para transmitir extrañeza, aprovechando otros recursos visuales para transmitir al espectador este concepto de cómic en vivo, pero Christian decidió que este era el camino y los amantes del cine cutre se lo agradecemos.

La suma de un guion predecible de forma delirante, un diseño de producción cuestionable y un director que orquestra estos elementos de la manera menos acertada, da como resultado un film inolvidable para los saben apreciar las virtudes del cine de calidad alternativa. Un film que podemos disfrutar en dos versiones distintas, ya que tras el batacazo de crítica y público se reeditó para el mercado doméstico. Como estoy enfermo, me preocupé de tener las dos versiones, pero si solo podéis ver una, creo que la cinematográfica, editada en DVD en Inglaterra, es más divertida y tiene más agujeros de guion.


2 comentarios:

Mauro Germán dijo...

Sinceramente no podría estar mas de acuerdo. Es sin duda alguna una película para mirar entre amigos tomando cerveza,comiendo chatarra y riendo de lo absurdo que es.

Raúl Calvo dijo...

Y sobretodo funciona porque los que la hicieron se la tomaron muy en serio y no eran conscientes de lo absurdo que era todo.