31 oct 2019

Doctor Sueño (Doctor Sleep)

 
Publicada mi crítica de Doctor Sueño (Doctor Sleep, Mike Flanagan, 2019), en Underbrain Mgz. Leedla clicando en:


Como ya digo en la crítica, la película funciona cuando adapta Doctor Sueño, no tanto cuando quiere ser una secuela de El resplandor (The Shining, Stanley Kubrick, 1980).


29 oct 2019

Terminator: Destino oscuro (Terminator: Dark Fate)

 
Publicada mi ya anunciada crítica de Terminator: Destino oscuro (Terminator: Dark Fate, Tim Miller, 2019) en Underbrain Mgz, que podéis leer clicando en:


Sí, es la misma historia de siempre, pero reconozco que disfruté bastante con esta película. Me gustó cómo se contaba la historia y me gustó el reparto. No sé que aguarda el futuro, pero parece algo más brillante para esta franquicia que en el pasado.


Neurosis asesina (Private Parts)

 
El director Paul Bartel debutó en el largo con Neurosis asesina (Private Parts, 1972). Un film cargado de humor negro y diversas perversiones, en el que ya aparecen los rasgos que harían brillar las mejores películas de Paul Bartel como ¿Y si nos comemos a Raúl? (Eating Raoul, 1982) y La carrera de la muerte del año 2000 (Death Race 2000, 1975).
 
La joven Cheryl Stratton (Ayn Ruymen) decide probar suerte a vivir con su tía Martha (Lucille Benson), después de huir de casa y tener problemas con su amiga Judy (Ann Gibs). Tía Martha lleva un hotel lleno de peculiares personajes, los cuales fascinan a Cheryl, siendo George (John Ventantonio) el que más le llama la atención. Mientras unos extraños y brutales asesinatos tienen lugar en el hotel, Cheryl empieza a recibir notas y extraños mensajes. Con esta sinopsis y por la época en que se estrenó podríais asumir que Neurosis asesina sigue la línea de mezcla de suspense y terror iniciada con Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960). Si fuera ese el caso, no estaríais equivocados, ya que el argumento y algunos elementos de Neurosis asesina están muy endeudados con el clásico film de Alfred Hitchcock.

Y si el film hubiera sido rodado simplemente trasladando fielmente el guion original de Philip Kearney y Les Rendelstein a la pantalla, no habría sido más que otro título más que explotaba lo que hizo de Psicosis un clásico. Lo que hace destacar esta película es la reescritura que Paul Bartel hizo del guion, añadiendo generosas dosis de humor negro y personajes extravagantes. Bartel crea así una película que ofrece al espectador momentos chocantes de terror (es decir, momentos chocantes en 1972), momentos cómicos, todo ello regado de una generosa dosis de morbo.

El film tuvo una vida efímera en las pantallas de cine americanas. Metro-Goldwyn-Mayer, el estudio que había producido Neurosis asesina, decidió hacer un pase de prueba en una sala donde se había proyectado un film de terror para todos los públicos, con lo que la sala estaba llena de niños y sus respectivos padres. Obviamente, al ser Neurosis asesina un film de terror para adultos con desnudos, el pase fue un desastre y generó un aluvión de quejas. Además, el título original en inglés, Private Parts, hacía pensar a muchos periódicos que era un film pornográfico y se negaban a publicar anuncios con el título del film. Así fue como finalmente MGM decidió, para que no apareciera su logo al principio, primero estrenarla con otra compañía creada para la ocasión y, luego, quitarla de los cines rápidamente. Irónicamente, el título original del film era el más lógico Blood Relations y fue un genio publicista de MGM el que decidió cambiar el título para atraer espectadores usando el morbo. Por una vez, el título en castellano es bastante acertado, ya que hay asesinatos y bastantes neurosis en este film.

Aunque al espectador actual le puede resultar un film bastante predecible, el estilo en que se cuenta la historia hace que, a pesar de todo, resulte bastante entretenido y divertido. Yo lo recomedaría si os gustó La masacre de Toolbox (Toolbox Murders, Tobe Hooper, 2004), remake de El asesino de la caja de herramientas (The Toolbox Murders, Dennis Donnelly, 1978), el film de Hooper tiene más en común con el de Bartel que con el que se supone es una nueva versión. Os dejo el tráiler de Neurosis asesina, pero cuidado que está cargado de spoilers.



24 oct 2019

Análisis de la saga Terminator


Con motivo del próximo estreno de Terminator: Destino oscuro (Terminator: Dark Fate, Tim Miller, 2019), he escrito para Underbrain Mgz un extenso artículo repasando toda la saga que empezó con la clásica Terminator (The Terminator, James Cameron, 1984). Lo podéis leer clicando en:

https://underbrain.com/cine/saga-terminator/

Espero que lo disfrutéis. Y muy pronto mi crítica de la última entrega. Spoiler: será una crítica muy positiva.


23 oct 2019

El silencio de la ciudad blanca

 
Publicada mi crítica de El silencio de la ciudad blanca (Daniel Calparsoro, 2019) en Underbrain Mgz:


Es un entretenido thriller pero tampoco una obra maestra, cumple su función y nada más. Si veis habitualmente el canal AXN o Calle 13 seguro que lo disfrutáis.


21 oct 2019

Melodía de horror (Paganini Horror)

 
Daria Nicolodi y Luigi Cozzi. Estos son dos nombres que resultan muy familiares a todos los aficionados al fantaterror italiano de los 70 y 80. Nicolodi por sus interpretaciones y su relación con Dario Argento; Cozzi, también relacionado con Argento, por dirigir películas como Star Crash, choque de galaxias (Starcrash, 1978) y Contaminación - Alien invade la tierra (Contamination - Alien arriva sulla terra, 1980). Nicolodi y Cozzi colaboraron en el guion de El gato negro (Il gatto nero aka The Black Cat aka Edgar Allan Poe's The Black Cat aka Demons 6: De profundis, 1989), que Cozzi dirigió como homenaje a Argento. Antes, ambos colaboraron en la escritura de otro guion, con Cozzi dirigiendo y Nicolodi también interpretando un papel. El resultado fue el delirio Melodía de horror (Paganini Horror, 1989).

Realizada con un presupuesto más bien magro, con una historia que no tiene ni pies ni cabeza y una banda sonora deliciosamente hortera y pegadiza, Paganini Horror es un tipo de película que gustará a aquellos que disfruten con el cine trash y el horterismo ochentero. Es una película con la que me lo paso de fábula no porque sea una buena película en el sentido convencial, sino por la suma de sus despropósitos. Cozzi siempre dirigió con más pasión que habilidad, lo cual resulta más que evidente en esta película sobre una banda de rock femenina que decide filmar un videoclip en una casa supuestamente encantada, en la que pasarán una noche llena de terror y espándex.

El guion de la película está lleno de datos históricos que sirven para crear argumentos de cine de terror y ganar algún quesito en el Trivial. Todo ello queda en nada cuando se revela el final, por supuesto, pero contribuye a hacer amena una historia llena de elementos fantásticos. Aunque el elemento más fantástico tal vez sea que el equipo de rodaje del videoclip consiste solo en el director cargando la cámara, cuando se supone que el grupo de rock protagonista es un grupo de éxito. No importa, estamos en un mundo de fantasía y ni siquiera los elementos reales se presentan de forma realista.

El limitado presupuesto afectó a los efectos especiales, como es de esperar, pero aún así el film contiene buenos momentos y escenas de asesinatos muy logradas. Tal vez el mayor efecto especial son las interpretaciones de los actores y actrices, en particular de la protagonista Jasmine Maimone. El reparto no se dedica a interpretar, sino a INTERPRETAR, dándole un nuevo significado a la palabara sobreactuar. Entre semejante despliegue de talento, Nicolodi parece Meryl Streep en el pequeño papel que se reserva para ella. Donald Pleasence hace una breve aparición, pero está doblado por otro actor que intenta imitar la voz de Pleasence, así que el efecto resulta bastante extraño.

Esta película está destinada a un espectador con un tipo muy concreto de sensibilidad. Para los que sepan apreciar los peculiares placeres de la serie B más desmelenada, solo viendo el tráiler ya sabrán si este es el tipo de veneno que les gusta.


14 oct 2019

Hellboy SIN censura

 
Para desgracia de todos, en España se estrenó una versión censurada de Hellboy (Neil Marshall, 2019). Un hecho que ya comenté en su momento, tras haber asistido al pase de prensa de la nueva Hellboy. Hace poco me llegó la edición en Blu-ray americana de la película (zona A solo), que me puse a ver con mucha atención para comprobar qué cambios se habían hecho.
 
Básicamente, se cortan los momentos más grotescos: cuando a Nimue le cortan la cabeza chorreando sangre digital, cuando le arrancan a un monje una lengua. Otros, como el tiroteo cuando aparece Hellboy en nuestro mundo, se quedan curiosamente intactos. La diferencia entre ambas versiones es de algo más de un minuto (los logos en la versión española también son más cortos).

Y estos son todos los cambios hechos. No se eliminaron escenas, no se alteró la trama, no se cambiaron diálogos. Simplemente se redujo la cantidad de sangre digital en algunos escenas y ya está. Esto hace aún más evidente lo estúpido de esta decisión, esperar que con tan nimio cambio se transformara la película en un bombazo en taquilla. Como la sangre digital me deja muy indiferente, la experiencia de ver la versión americana no fue muy distinta de cuando vi la versión estrenada aquí. Por supuesto, esto se basa en mi recuerdo de la película, en el hecho de que no vi nada en la versión americana (en cuanto a escenas) que no hubiese visto ya. En definitiva, me lo pasé tan bien con el visionado en casa que cuando la vi en una oscura sala de cine.

Eso sí, explorando los extras que acompañaban la película, se intuye que el film podría haber sido mucho mejor. La ausencia de Neil Marshall en las extensas entrevistas es indicativo de lo mal que lo pasó el director. El principio original de la película, incluido en la sección de escenas eliminadas, es mucho mejor: sin voz en off y con los motivos del personaje de Milla Jovovich mucho más claros. En las escenas eliminadas también aparece una, mostrando una ducha de sangre con Hellboy y Nimue, que en una comparación entre el tráiler americano y el español, unos twiteros exclamaban que NO SALE EN LA PELÍCULA cuando se supo lo de la censura. Bueno, tampoco sale en el montaje americano, simplemente se añadió al tráiler para hacer la película más atractiva. Una táctica habitual llevada al extremo por los Weinstein, que llegaron a rodar escenas solo para añadir al tráiler y no tenían nada que ver con la película que producían.

Tal vez para compensar, en la versión que se estrenó aquí de Rambo: Last Blood (Adrian Grunberg, 2019) la gente de Millenium ofreció una escena al principio que al parecer no aparece en la versión estrenada en Estados Unidos. En todo caso, este el final de la triste historia de la nueva Hellboy, destinada a convertirse en película de culto, cuando dentro de 15 o 20 años se pedirá una secuela de este film. Para entonces será demasiado tarde.


10 oct 2019

Géminis (Gemini Man)

 
Publicada mi crítica de Géminis (Gemini Man, Ang Lee, 2019) en Underbrain Mgz, que os puede servir como advertencia:


El pase de prensa mostró la película de la manera que se ha de ver: en 3D y 4K, pero por mucho despliegue tecnológico que ofrece el film, no deja de ser bastante típico y mediocre.


Noche de bodas (Ready or Not)

 
Publicada mi crítica de Noche de bodas (Ready or Not, Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett, 2019) en Underbrain Mgz:


Fantástica mezcla de comedia y terror, con bastantes cosas en común con Satanic Panic (Chelsea Stardust, 2019), la recomiendo sin reservas. Algo más de 90 minutos de pura diversión.


8 oct 2019

Satanic Panic

 
Cuando oí por primera vez sobre el proyecto Satanic Panic (Chelsea Stardust, 2019) pensé que sería otra pieza de nostalgia ochentera, basándome solo en el título. Porque en los años 80 (del siglo XX) hubo una oleada de paranoia satánica en Estados Unidos, originada por unas acusaciones de abusos sexuales ligados a cultos satánicos que luego se demostraron falsas. Pero el debut en el largo de Chelsea Stardust, aunque hace guiños al cine de los 80, es una bestia completamente distinta de la pornonostalgia que me imaginaba, por suerte.

El primer día como repartidora de pizza de Sam Craft (Hayley Griffith) podría haber ido mejor, pero definitivamente irá a peor cuando haga un reparto a la lujosa mansión de Danica Ross (Rebecca Romijn), justo la noche en que el aquellarre de Ross planea hacer un sacrificio al demonio Baphomet. Sam tendrá que luchar contra los satanistas si no quiere convertirse en el próximo sacrificio del culto.

Ciertamente, la sinopsis del film no es muy original, pero el guion de Grady Hendrix, autor de novelas como My Best Friend's Exorcism, brilla en la construcción de la historia, en el desarrollo de los personajes y en los divertidísimos diálogos. Satanic Panic es una comedia de terror tremendamente efectiva, por lo menos yo me reí mucho viéndola. La directora Chelsea Stardust le imprime un gran ritmo a la historia, exprimiendo al máximo los pocos recursos que tenía a su disposición. Eso se traduce en efectos prácticos para las criaturas y las diversas mutilaciones que tienen lugar. No solo encaja con la estética de homenaje al cine de terror de los 80, también resultan mucho más efectivos estos recursos cuando se trabaja con presupuestos bajos.

El film, además de resultar una lograda y sangrienta comedia, también trata temas como el empoderamiento femenino, pero sobretodo tiene un subtexto social, desarrollado mediante la no muy sutil alegoría de hacer que los satanistas sean todos ricos y poderosos, pertenecientes a una clase privilegiada. Por eso los discursos satánicos que suelta Danica Ross son muy parecidos a los discursos de coaching empresarial habituales en las grandes empresas.

Fantásticas interpretaciones, divertidos diálogos, más el ligero ritmo que imprime Stardust al film se suman para convertir Satanic Panic en una experiencia memorable. Os recomiendo celebrar Satán con esta película.


1 oct 2019

Segunda oportunidad: Un San Valentín de muerte

 
La primera vez que vi Un San Valentín de muerte (Valentine, Jamie Blanks, 2001) no me gustó nada. Estrenada hacia el final de la segunda oleada slasher, iniciada con Scream: Vigila quién llama (Scream, Wes Craven, 1996), no parecía aportar nada nuevo y, además, el género daba muestras de cansancio, quemado muy rápidamente. Tampoco ayudó que se revelara la identidad del asesino en internet antes de que se estrenara en cines. Durante mucho tiempo, me pareció una película mediocre.

Saltamos a finales del 2018, cuando Scream Factory saca a la venta una edición coleccionista de Leyenda urbana (Urban Legend, Jamie Blanks, 1998). Siempre me gustó Leyenda urbana (y ahora descubro que nunca le he dedicado un artículo, sino menciones, debería remediarlo), así que disfruté enormemente con la cargada edición de Scream Factory. Al terminar, decidí ver de nuevo Valentine, la segunda película que dirigió Jamie Blanks tras Leyenda urbana, ya que no la había visto desde que se estrenó en cines. Antes, por simple curiosidad, leí la novela de Tom Savage en que supuestamente se basa.

Y digo "supuestamente" porque, en realidad, de la novela solo se tomó el título, el concepto y el giro final. El libro de Savage es un thriller, bastante entretenido, en el que somos testigos de cómo el asesino ejerce su venganza sobre la protagonista, mientras la observa desde un apartamento en el edificio de enfrente al edificio en que vive la sufrida protagonista. Para la película se decidió convertir la historia de un psicópata que decide vengarse de unas mujeres en el día de San Valentín en un puro slasher.

Tengo muy claro que en su momento no supe apreciar la película correctamente. Puede que ahora tenga una mente más abierta y haya adquirido algo de sofisticación, lo que haya contribuido a que, en esta segunda vez, disfrutara enormemente con Valentine. Dirigida en un estilo más clásico que los contemporáneos de su época, tiene unos toques de comedia que ahora sí me hicieron reír y supe apreciar mejor cómo construye el suspense, sin tantos destellos editoriales ni jump scares como era habitual entonces.

Por supuesto, las actrices protagonistas también tienen su peso en esta nueva apreciación. En particular Marley Shelton, a la que no recordaba cuando la volví a ver luego en Sin City: Ciudad del pecado (Sin City, Robert Rodriguez, 2005) y en Planet Terror (Robert Rodriguez, 2007), como la Final Girl. Pero quién más sale ganando es Denise Richards, no muy popular por sus habilidades como actriz, que aquí brilla como Paige Prescott. Otro factor en esta nueva apreciación: cuando se estrenó la vi doblada, algo que jamás haría hoy día, lo que influye en cómo recibí las interpretaciones y los diálogos.

Soy el primero en admitir que el argumento de Valentine no es muy original. Grupo de personajes perseguidos por enmascarado a causa de pecados del pasado se podría aplicar a la mayoría de títulos del género. Pero la manera en que representa a sus protagonistas, la manera en que equilibra la comedia y el terror y la manera en que intenta ser un film más "adulto" que el típico teen slasher, realmente resonaron conmigo en el presente. Lo suficiente para hacerme con la nueva edición que editó Scream Factory a principios de año. Si la viste en su momento y no te gustó, te animo a darle una nueva oportunidad como hice yo. Si no la has visto todavía, la recomiendo si eres fan del género.