Durante años me mantuve apartado de Juego con la muerte (Game of Death, Robert Clouse, 1978). La manera en que explotaba el legado y la fama de Bruce Lee me parecía de muy mal gusto (en el mal sentido) y lo hacía, además, utilizando el propio trabajo de Bruce Lee. Pero hace poco me hice con el pack editado por Criterion Bruce Lee: His Greatest Hits, entre los siete discos del pack se encontraba uno dedicado a Juego con la muerte, así que me dije que había llegado el momento de ver Juego con la muerte y comprobar si era tan terrible como imaginaba.
Juego con la muerte no es terrible. O no lo es mucho. Como muchos ya sabéis, tras la súbita muerte de Bruce Lee en 1973, se puso en marcha la bruceploitation: películas que utilizaban actores relativamente parecidos a Bruce Lee, los rebautizaban como Bruce Le o Bruce Li y los ponían a protagonizar películas, intentando atraer al público rozando al máximo el fraude en los pósteres. Durante años, Golden Harvest, el estudio que trabajó con Lee, se mantuvo alejada de la bruceploitation, a pesar de contar con el último material que Lee había rodado antes de morir. Pero, finalmente, decidieron también meterse en el pantanoso territorio de la bruceploitation, pero Raymond Chow aseguró que se haría con buen gusto, con material rodado por Lee, y, para asegurar la jugada, contrató a Robert Clouse, el director de Operación Dragón (Enter the Dragon, 1973). Tras haber visto Jugando con la muerte y otras películas de Clouse, creo completamente aquellos que dicen que Bruce Lee fue la razón del éxito de Operación Dragón al encargarse de dirigir él mismo las escenas de acción.
Bruce Lee había empezado el que tenía que ser su proyecto más personal, una película de artes marciales en el que concentraría su filosofía personal y la base del Jeet Kune Do. La trama giraba en torno a un luchador, Bruce Lee, que se ve obligado a colaborar con una banda criminal cuando esta secuestra a su hermana y hermano pequeño. El momento culminante sería cuando se le obligaría a robar un misterioso objeto en la planta alta de una pagoda, atravesando cinco plantas cada una vigilada por un luchador experto en una disciplina determinada de lucha.
La mezcla de filosofía y acción, así como la trama con resonancias mitológicas, prometía una película muy interesante de la que Lee solo completó una media hora de historia, las secuencias en las plantas 3, 4 y 5 de la pagoda. Pero la incompetencia de Robert Clouse hizo que solo pudieran aprovecharse once minutos en total, ya que Clouse escribió un pedestre y vulgar guion en el que el protagonista, Billy Lo, es un actor amenazado por unos mafiosos que se dedican a controlar diversos artistas. En el fondo, no es una trama muy distinta de la película de Lee El furor del dragón (Meng long guo jiang aka The Way of the Dragon, Bruce Lee, 1972).
Jugando con la muerte tiene buenas secuencias de acción coreografiadas por Sammo Hung (que tuvieron que ser rodadas de nuevo debido a que Clouse no las dirigió bien) y la siempre bienvenida presencia de Colleen Camp, pero la morbosa e innecesaria utilización de escenas del auténtico funeral de Bruce Lee, con imagen del ataúd abierto incluida, y el desfile de dobles, llegando al ridículo con el uso de una mal sobreimpuesta foto de Lee en el rostro del doble, te sacan continuamente de la película. El único momento que la película cobra vida, lógicamente, es cuando se utilizan los once minutos de Lee. Claro que ya había visto el material que Lee había completado íntegro gracias a una edición especial de dos discos de Operación Dragón. Material que Lee dirigió y que ni siquiera lo acreditaron en los títulos de crédito.
Pero la película hizo mucho dinero y la bruceploitation continuó durante unos años más.
Tras ver Jugando con la muerte pensé que, ya que no perdía nada, bien me podía poner la secuela Último combate (Sei mong tap aka Game of Death II aka Tower of Death, Ng See-Yuan, Sammo Hung, Corey Yuei, 1981), también incluida en el pack de Criterion. La sorpresa que me llevé con Último combate, un film delirante, divertido y muy entretenido.
Creo que lo que hace mejor esta película que la primera Jugando con la muerte es que contó con un equipo con cero participación de directores/productores americanos. La inclusión de Bruce Lee, en los momentos en que no es doblado por Tong Lung, se hace mediante escenas eliminadas de anteriores películas, en particular de Operación Dragón (algunas luego también recuperadas para su edición especial), a las que se cambiaron los diálogos mediante el doblaje. También se incluyen fragmentos de películas que Lee rodó de niño, con carteles señalando "Bruce Lee con seis años". Pero la maniobra más acertada es "matar" a Billy Lo (el personaje de Lee) y hacer que sea vengado por su hermano, también Tong Lung pero ahora pudiendo ser él mismo. El argumento también se acerca más a la idea de Bruce Lee para Game of Death mezclado con Operación Dragón.
Las escenas de lucha, coreografiadas por Woo-Ping Yuen, son tremendamente energéticas y frenéticas, a pesar del bajo presupuesto de la película. Sin embargo, el bajo presupuesto y el delirante guion son los que acaban transformando esta película en una pequeña joya trash. Un film que me mantuvo entretenido de principio a fin con momentos que hay que ver para creer. Como ejemplo, mi escena favorita, en la que una mujer, Angel (Miranda Austin), intenta seducir a Bobby Lo (TOng Lung) quitándose la ropa y mirándolo como diciendo "¿Adónde vas? Patatas traigo". Bobby Lo le devuelve la mirada en plan "Ven p'acá, moza, que te voy a hablar de Platón". El romántico momento queda interrumpido por un tipo vestido de león que entra atravesando la ventana. Al principio pensaba que era un asesino temático, pero al escuchar que en la banda sonora añaden auténticos rugidos de león y los movimientos del "león" me di cuenta que querían hacernos creer que era UN LEÓN AUTÉNTICO. La coca-cola se me salió por la nariz, pero valió la pena ante el éxtasis que me produjo todo el conjunto.
Pura diversión, delirio tras delirio, Último combate es un film tremendamente recomendable que me hizo disfrutar de principio a fin. Como decía, toda una sorpresa este film con el que no estaba familiarizado en absoluto. Una de las pocas veces en que recomiendo una secuela e ignorar la primera entrega.
La mezcla de filosofía y acción, así como la trama con resonancias mitológicas, prometía una película muy interesante de la que Lee solo completó una media hora de historia, las secuencias en las plantas 3, 4 y 5 de la pagoda. Pero la incompetencia de Robert Clouse hizo que solo pudieran aprovecharse once minutos en total, ya que Clouse escribió un pedestre y vulgar guion en el que el protagonista, Billy Lo, es un actor amenazado por unos mafiosos que se dedican a controlar diversos artistas. En el fondo, no es una trama muy distinta de la película de Lee El furor del dragón (Meng long guo jiang aka The Way of the Dragon, Bruce Lee, 1972).
Jugando con la muerte tiene buenas secuencias de acción coreografiadas por Sammo Hung (que tuvieron que ser rodadas de nuevo debido a que Clouse no las dirigió bien) y la siempre bienvenida presencia de Colleen Camp, pero la morbosa e innecesaria utilización de escenas del auténtico funeral de Bruce Lee, con imagen del ataúd abierto incluida, y el desfile de dobles, llegando al ridículo con el uso de una mal sobreimpuesta foto de Lee en el rostro del doble, te sacan continuamente de la película. El único momento que la película cobra vida, lógicamente, es cuando se utilizan los once minutos de Lee. Claro que ya había visto el material que Lee había completado íntegro gracias a una edición especial de dos discos de Operación Dragón. Material que Lee dirigió y que ni siquiera lo acreditaron en los títulos de crédito.
Pero la película hizo mucho dinero y la bruceploitation continuó durante unos años más.
Tras ver Jugando con la muerte pensé que, ya que no perdía nada, bien me podía poner la secuela Último combate (Sei mong tap aka Game of Death II aka Tower of Death, Ng See-Yuan, Sammo Hung, Corey Yuei, 1981), también incluida en el pack de Criterion. La sorpresa que me llevé con Último combate, un film delirante, divertido y muy entretenido.
Creo que lo que hace mejor esta película que la primera Jugando con la muerte es que contó con un equipo con cero participación de directores/productores americanos. La inclusión de Bruce Lee, en los momentos en que no es doblado por Tong Lung, se hace mediante escenas eliminadas de anteriores películas, en particular de Operación Dragón (algunas luego también recuperadas para su edición especial), a las que se cambiaron los diálogos mediante el doblaje. También se incluyen fragmentos de películas que Lee rodó de niño, con carteles señalando "Bruce Lee con seis años". Pero la maniobra más acertada es "matar" a Billy Lo (el personaje de Lee) y hacer que sea vengado por su hermano, también Tong Lung pero ahora pudiendo ser él mismo. El argumento también se acerca más a la idea de Bruce Lee para Game of Death mezclado con Operación Dragón.
Las escenas de lucha, coreografiadas por Woo-Ping Yuen, son tremendamente energéticas y frenéticas, a pesar del bajo presupuesto de la película. Sin embargo, el bajo presupuesto y el delirante guion son los que acaban transformando esta película en una pequeña joya trash. Un film que me mantuvo entretenido de principio a fin con momentos que hay que ver para creer. Como ejemplo, mi escena favorita, en la que una mujer, Angel (Miranda Austin), intenta seducir a Bobby Lo (TOng Lung) quitándose la ropa y mirándolo como diciendo "¿Adónde vas? Patatas traigo". Bobby Lo le devuelve la mirada en plan "Ven p'acá, moza, que te voy a hablar de Platón". El romántico momento queda interrumpido por un tipo vestido de león que entra atravesando la ventana. Al principio pensaba que era un asesino temático, pero al escuchar que en la banda sonora añaden auténticos rugidos de león y los movimientos del "león" me di cuenta que querían hacernos creer que era UN LEÓN AUTÉNTICO. La coca-cola se me salió por la nariz, pero valió la pena ante el éxtasis que me produjo todo el conjunto.
Pura diversión, delirio tras delirio, Último combate es un film tremendamente recomendable que me hizo disfrutar de principio a fin. Como decía, toda una sorpresa este film con el que no estaba familiarizado en absoluto. Una de las pocas veces en que recomiendo una secuela e ignorar la primera entrega.