29 ene 2021

Segunda oportunidad: D-Tox (Ojo asesino)


No recuerdo cuándo fue la primera vez que vi D-Tox (Ojo asesino) (Eye See You, Jim Gillespie, 2002), pero sí que me dejó indiferente y no tardé en olvidarla. Al cabo de un tiempo la volví a ver, porque no la recordaba y me dejó igualmente indiferente. La cuestión es que yo quería que me gustara porque contaba con un gran reparto y un tipo de historia al estilo de Los diez negritos de Agatha Christie que siempre me ha gustado. En los nuevos extras que 88 Films hizo para su edición limitada de la trilogía Sé lo que hicisteis el último verano, hay una nueva entrevista con el director Jim Gillespie en el que habla de su accidentada carrera tras su primera película y gran éxito Sé lo que hicisteis el último verano (I Know What You Did Last Summer, 1997). Y habla de D-Tox, explicando que fue una experiencia terrible, que no pudo mostrar su versión de la película y que la edición en Blu-ray incluye un montaje del director, pero que incluso esa versión está comprometida. Este comentario me llamó la atención e inmediatamente me puse a buscar esa edición de D-Tox, en Estados Unidos Eye See You, con el "montaje del director". No me sorprendió encontrarla de oferta y, por 16 euros contando gastos de envío, me pareció un riesgo aceptable comprarla.

D-Tox, como es conocida en Europa, cuenta la historia del agente del FBI Jake Malloy (Sylvester Stallone), que persigue a un asesino en serie cuyas víctimas son agentes del orden. Después de que el asesino mate a su prometida Mary (Dina Meyer), Malloy participa en una operación de la policía y los federales tras encontrar la guarida del asesino. Malloy descubre que el asesino se ha suicidado y le ha robado la venganza que deseaba, entonces el agente del FBI cae en una espiral de alcoholismo que culmina con un intento de suicidio. Su compañero y amigo Hendricks (Charles S. Dutton) lleva a Malloy a un centro de desintoxicación para policías, en una aislada zona montañosa. Al poco de llegar Malloy, los pacientes empiezan a ser asesinados uno a uno. Aislados por una gran tormenta de nieve, Malloy y el resto deberán descubrir quién es el asesino si esperan llegar con vida al día siguiente.

La película mezcla elementos del cine de misterio (ya he mencionado Los diez negritos), el thriller y el cine de terror. La ambientación en un antiguo manicomio le da un gran toque gótico, enfatizado por la tormenta de nieve. El reparto es de lujo, además de los mencionados Stallone, Meyer y Dutton, cuenta con Robert Patrick, Tom Berenger, Stephen Lang y Kris Kristofferson, por mencionar solo unos cuantos. El film lo tenía todo a favor, pero se descarriló cuando Universal empezó a preocuparse cuando un primer pase de prueba fue mal. Tras forzar toda una serie de cambios la película tampoco pasó con buena nota otro pase de prueba y Universal la dejó en la estantería unos años para luego estrenarla de forma limitada en Estados Unidos para ir luego directamente a DVD, mientras que en Europa se estrenó en cines con una distribución más normal.

¿Qué fue lo que complicó tanto la vida de Gillespie y acabó gafando el film? La versión sin estrenar que aparece en la edición en Blu-ray de MVD nos ofrece una pista: la estructura. Antes que nada, aclarar que esta versión es más bien una versión de trabajo que una versión definitiva, como indica que tiene una secuencia de títulos de crédito provisional (con el título Detox) y no tiene créditos finales. Lo que diferencia esta versión de la estrenada en cines es que esta versión provisional tiene una estructura de flashbacks, mientras que la estrenada en cines tiene una estructura más lineal.

Tenéis que tener en cuenta que esta película se rodó a finales de los 90. Hoy día una película con flashbacks o narraciones paralelas no sorprende a nadie, pero en el momento en que se rodó D-Tox los ejecutivos de Universal pensaron que el gran público no podría seguir la trama, que se le haría demasiado complicada. Eso significa que en la versión cinematográfica no llegamos al centro de desintoxicación y al inicio de la trama hasta pasados casi 25 minutos. La versión del director arranca con la llegada al centro de Malloy, mientras conocemos a los personajes vamos viendo mediante los flashbacks lo que provocó que Malloy tuviera que ser ingresado en este centro. De este modo, la versión del director es más eficiente desde un punto narrativo, alternando entre conocer a los personajes y la acción del pasado. En la versión cinematográfica se arranca con los elementos más de thriller, luego frena para conocer el ambiente y a los personajes del centro, para arrancar de nuevo con los elementos más de misterio y terror.

Este film llegó en un momento en la carrera de Stallone en el que este intentaba romper con la imagen de héroe de acción musculado que se había construido en los 80 participando en películas como Cop Land (James Mangold, 1997). D-Tox se aparta de los títulos de acción para ofrecer algo que exigía más interpretación por parte de Stallone en un género en el que los espectadores no estaban acostumbrados a verle. Creo que esto también influyó en la recepción que tuvo la película, ya que no cumplía las expectativas que muchos tendrían al ver a Stallone como protagonista.

Claro, en la recepción que tuvo la película también influyó que no es una película muy buena. Dicho esto, a medida que me hago mayor me voy haciendo más tolerante y ahora puedo disfrutar de la película por los elementos que sí funcionan: reparto y ambientación. Ya lo he dicho en otra ocasión, para mí D-Tox hace muy buena pareja con Cazadores de mentes (Mindhunters, Renny Harlin, 2004). Son títulos que no recomendaría pero que, cuando no tengo nada mejor que hacer, pueden contribuir a hacer una tarde de domingo más soportable. Posiblemente porque, repito, siento debilidad por este tipo de historias en las que un grupo de personajes se encuentran en un lugar aislados y son eliminados uno a uno. Aunque no puedo evitar preguntarme qué habría pasado si D-Tox se hubiera rodado unos años más tarde.

28 ene 2021

El dragón ataca aka The Dragon Lives Again aka Deadly Hands of Kung Fu (Li san jiao wei zhen di yu men)


En un anterior artículo sobre la bruceploitation, insinuaba las locuras que traería consigo la desvergonzada explotación de Bruce Lee, con terribles películas protagonizadas por diversos dobles. He aquí la que posiblemente sea la más demencial: El dragón ataca aka The Dragon Lives Again aka Deadly Hands of Kung Fu (Li san jiao wei zhen di yu men, Chi Lo, 1977).

El film está protagonizado por Bruce Leong, el menos parecido a Bruce Lee de los supuestos dobles de Bruce Lee usados en este subgénero. La historia arranca con Bruce Lee despertando en el infierno, con una señora tienda de campaña que no se la salta ni el Hombre Elástico. Lee se acomoda a la vida en el infierno abriendo un gimnasio (imagino que la película se rodó aprovechando decorados sobrantes de otras películas) y enfrentándose a una banda de malvados que pretende dominar el infierno. Esta banda está formada por Drácula, el Padrino, Zatoichi, Emmanuelle, Clint Eastwood/El hombre sin nombre y el Exorcista, además de diversas momias y zombis. Por suerte, Bruce Lee cuenta con la ayuda de Popeye y el luchador manco para enfrentarse a esta banda de maleantes.

El dragón ataca ofrece generosas dosis de peleas de artes marciales y desnudos gratuitos, lo que sumado a lo absurdo y loco de su argumento se traduce en una película tremendamente entretenida y divertida. Es una lástima que la única versión disponible sea la que circula en varios DVD libre de derechos y páginas de video, ya que está sacada de una copia de la edición en VHS con lo que se pierde gran parte de la imagen. A pesar de ello, es lo suficientemente delirante como para divertir al espectador aficionado al cine basura más curtido.

26 ene 2021

Drácula (Dracula, 1979)


Se han hecho muchas, muchas, pero que muchas adaptaciones de la clásica novela de Bram Stoker Drácula. Algunas muy buenas, otras muy malas, pero todas son indicativas del momento en que se hicieron y de los cineastas implicados. Una de las adaptaciones más logradas y distintas es Drácula (Dracula, John Badham, 1979).

La historia tiene el planteamiento clásico: el conde Drácula llega a Inglaterra con ganas de alimentarse y dejar venas secas a su paso. Frank Langella interpretó a Drácula convirtiéndole en una criatura muy sensual, romántica y triste sin dejar de ser un cruel y brutal asesino. Langella fue, de hecho, la razón por la que se rodó esta película.

A mediados de los 70 se empezó a representar una adaptación teatral de Drácula con gran éxito. La obra se representaba con un estilo semiparódico, irónico, lo que los americanos llaman camp. El efecto se lograba interpretando sin cambios la obra que escribieron Hamilton Deane y John L. Balderston en los años 30, la base para Drácula (Dracula, Tod Browning,  1931), interpretaciones exageradas y el diseño de decorados y vestuario del gran Edward Gorey. Lo único que era realmente serio, y según la prensa de la época memorable, era la interpretación que ofrecía Frank Langella como Drácula.

El productor Walter Mirisch vio la obra con su esposa y esta le aconsejó hacer una película de la obra con Langella repitiendo como Drácula. Mirisch no tuvo problemas en poner en marcha el proyecto con la Universal, que tenía los derechos cinematográficos de la obra desde que la llevó al cine con Bela Lugosi. Universal había obtenido un enorme éxito con Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975), así que estaba más que dispuesta a volver al cine de terror con el que había estado asociada en la década de los 30 y 40. La producción se enfocó como un proyecto de prestigio con un alto presupuesto y un reparto de calidad, que contaba, además de Frank Langella, con Donald Pleasence como doctor Seward y Laurence Olivier como Van Helsing. En la parte creativa se puso al frente una interesante pareja formada por el director John Badham, que acababa de obtener un gran éxito con Fiebre del sábado noche (Saturday Night Fever, 1977), y el guionista W. D. Richter, que había escrito con enorme éxito el guion de la nueva La invasión de los ultracuerpos (Invasion of the Body Snatchers, Philip Kaufman, 1978).

La película se estrenó en 1979 y no funcionó en taquilla. Creo que la razón de este fracaso no se haya en la película sino en el equivocado momento en que se estrenó. La década de los 60 había sido dominada por el terror gótico, representado por un lado por las producciones de la AIP adaptando a Edgar Allan Poe, y por otro lado la franquicia iniciada por la Hammer con Drácula (Dracula, Terence Fisher, 1958). La última secuela, Kung Fu contra los siete vampiros de oro (The Legend of the 7 Golden Vampires, Roy Ward Baker, 1974), había tenido que recurrir a las artes marciales para intentar atraer a los espectadores. Ya desde principios de los 70 se estaba produciendo un cambio en el género, el gótico estaba siendo sustituido por un enfoque más realista y violento, de ahí que la Hammer entrara en crisis. El Drácula de 1979 era un retorno al terror gótico que entonces era visto como algo anticuado y pasado de moda.

Además había una saturación de Drácula, presente también en televisión, cereales y en los cómics con la clásica serie de Marvel La tumba de Drácula. Se habían estrenado diversas películas con el personaje, además de la franquicia de la Hammer, como la particular versión de Jesús Franco El conde Drácula (Nachts, wenn Dracula erwacht, 1970), la satírica Sangre para Drácula (Blood for Dracula, Paul Morrisey, 1974) o el telefilme Dracula (Dan Curtis, 1974). Además, pocos meses antes del estreno del film de John Badham, se había estrenado la parodia de Drácula Amor al primer mordisco (Love at First Bite, Stan Dragoti, 1979). Con este panorama, es fácil de entender que el público no acudiera en masa a ver una película que parecía un retorno al clásico gótico, a pesar de la buena recepción de la crítica.

Con el tiempo, sin embargo, el film ha sido redescubierto y revalorizado. Especialmente por ser una visión original y única del personaje. Richter y Badham utilizaron la obra de teatro como base, por cuestiones de derechos, pero también cogieron elementos de la novela de Bram Stoker y añadieron conceptos originales solo presentes en esta adaptación. Por primera vez se mostraba a Drácula como antihéroe romántico y criatura sexual, lo que trajo consigo una entonces polémica escena en la que Drácula y Lucy (Kate Nelligan) consuman su amor físicamente, traducido en un psicodélico espectáculo láser. Esta presencia de sensualidad también llevó al departamento de publicidad de la Universal a incluir la ridícula afirmación que Drácula solo se interesa en mujeres, mujeres hermosas para que quede más claro, para que nadie se hiciera ideas raras. Lucy, la Mina de la novela de Stoker, es presentada como una mujer moderna, que intenta ir más allá de las constricciones de la época. Pero lo más llamativo posiblemente sea el ambiguo final (¿os acordáis de cuando se podían hacer finales ambiguos o finales abiertos sin que se interpretara como anuncio de una secuela?) muy propio de la época. Los 70 habían sido una década cínica y pesimista, lo que queda reflejado en este film que cerraba la década.

Más polémico que la escena de amor entre Drácula y Lucy fue la decisión del director de cambiar el color del film. Originalmente se concibió Drácula con una paleta de colores pálida que casi lo convirtiera en un film en blanco y negro. Pero la maquinaria para tratar el color se había vendido a China y no era posible realizar el cambio en aquel entonces, así que la película se estrenó con colores cálidos. En 1991, con la llegada de la nueva tecnología, Badham cambió la gradación del color, desaturando el film que ahora tenía un aspecto mucho más apagado. Esta versión había sido la única disponible en DVD y Blu-ray, hasta que hace poco se incluyó la versión cinematográfica en ediciones americanas y alemanas. Yo prefiero la versión cinematográfica, creo que la desaturada solo habría funcionado si se hubiera hecho en blanco y negro con una fotografía más expresionista, no simplemente con los colores apagados. De todos modos, es un clásico y una muy recomendable visión de un personaje tan explotado que es difícil encontrar algo que sea remotamente original como lo es esta película.

21 ene 2021

Jug Face


Cultos religiosos macabros que practican sacrificios humanos son bastante comunes dentro del cine de terror. Lo que ya no es tan común es el trato que le dio Chad Crawford Kinkle en su debut en el largo Jug Face (2013), una interesante mezcla de drama y terror.

Cuando se habla de terror folclórico se piensa normalmente en películas británicas. Clásicos como El hombre de mimbre (The Wicker Man, Robin Hardy, 1973) o La garra de Satán (The Blood on Satan's Claw, Piers Haggard, 1971), películas en las que las religiones paganas sobreviven y amenazan a la tradición cristiana. Son las que primero vienen a la cabeza porque se podría decir que fundaron el género, pero se han estrenado en los últimos años interesantes incorporaciones a este subgénero, una de ellas la que nos ocupa hoy: Jug Face.

El film se ambienta en una cerrada comunidad rural sureña, del tipo que hemos visto en films como Defensa (Deliverance, John Boorman, 1972) o La presa (Southern Comfort, Walter Hill, 1981). Estas comunidades han generado su propio subgénero de cine de terror y acción, títulos que giran en torno a personajes que se introducen en el territorio de estas comunidades con terribles resultados. En el film de Kinkle, un pueblo venera un pozo que alberga una extraña entidad. A cambio de un sacrificio humano, el pozo cura cualquier enfermedad que sufra cualquiera del pueblo. Los sacrificios se decicen mediante visiones que son enviadas a un intérprete escogido por el pozo y que transforma la visión en una jarra en la que se esculpe la cara de la persona que ha de ser sacrificada. Cuando la joven Ada (Lauren Ashley Carter) descubre que ella será la próxima en ser sacrificada, decide esconder la jarra antes de que nadie la vea. Una decisión que tendrá mortales consecuencias para el pueblo.

Como indicaba al principio, el film mezcla drama y terror. Aunque hay varias escenas con muertes sangrientas, apariciones y un culto asesino, se desarrolla más como un drama en el que una joven se enfrenta a una sofocante comunidad religiosa. De este modo se evitan los tópicos del género, desarrollándose de un modo más interesante que un derivado de Los chicos del maíz (Children of the Corn, Fritz Kiersch, 1984). También habría que destacar la ambigüedad de la historia. Es fácil ver a Ada como una joven que se rebela contra su destino, pero las consecuencias de sus acciones y la conclusión hacen que esta interpretación no sea tan clara. Sí que está clara la crítica hacia las comunidades fanáticas de mentalidad cerrada.

Es esta ambigüedad y la manera personal en que desarrolla el director la historia lo que hacen de Jug Face un film muy interesante, por lo menos para mí. Se aparta de la norma e invita a la reflexión, algo que siempre es recomendable.

19 ene 2021

Blood Harvest


A veces solo es necesario un pequeño detalle para convertir una película mediocre en algo memorable. En el caso de Blood Harvest (Bill Rebane, 1987), tener a Tiny Tim interpretando a Mervo contribuye a que esta sea una película memorable en lugar de otra olvidada producción de bajo presupuesto.

Jill (Itonia Salochek) regresa a su pueblo natal para visitar a sus padres. No es el mejor momento para una visita, una fuerte crisis económica ha hecho que muchos granjeros pierdan su casa, de lo cual hacen responsable al padre de Jill como representante del banco. Esto se traduce en pintadas y amenazas dirigidas a la familia de Jill. Pero cuando esta llega a casa descubre que está vacía y que sus padres han desaparecido. El único que se encuentra presente es Mervo (Tiny Tim), el demente hermano payaso de Gary (Dean West). Gary fue el amor de infancia de Jill y ahora es el único que le ofrece alguna protección contra los irritados vecinos. También anda por la zona un misterioso asesino acosador que le ha encontrado el gusto a espiar a Jill. Ya habréis adivinado que todo esto se traducirá en una noche de terror para Jill.

Tiny Tim era un artista que se dedicaba a cantar canciones de los años 20 acompañado de un ukelele. Popular brevemente a finales de los 60, se convirtió en una figura de culto para los aficionados a la cultura basura. Por eso supongo que supe de su existencia leyendo el libro de Jordi Costa Mondo Bulldog. Viaje iniciático al universo basura. Fue un golpe de genio por parte del director Bill Rebane hacer que Tiny Tim interpretara a Mervo, ya que ofrece momentos auténticamente inquietantes solo por el hecho de que realmente parece una persona con problemas la que está interpretando el papel. Acompañado de sus canciones, interpretadas con una aguda voz infantil, Tiny Tim es la razón para ver esta película, su presencia es hipnótica y perturbadora y muy divertida, todo a la vez.

Del resto del reparto no se puede decir gran cosa. Son interpretaciones mediocres o acartonadas. La protagonista Itonia Salochek no llena de personalidad a su personaje y es bastante sosa a pesar de su innegable atractivo. A modo de compensación, la película busca la mínima excusa para que se desnude o aparezca ligera de ropa, en algunas ocasiones llegando al ridículo. La ausencia de vestuario de la protagonista hace que resulte más evidente que el resto del reparto lleva siempre la misma ropa, aunque la historia transcurre a lo largo de varios días. Otro elemento que no aporta mucho son los asesinatos, todos ejecutados de la misma manera, lo que inevitablemente los hace bastante aburridos.

Blood Harvest ofrece cero suspense, es bastante predecible y muy fácil de adivinar quién es el asesino. Tiny Tim y el torpe desarrollo de la historia, lo que incluye las peculiares decisiones de edición, son las únicas razones por las que puede resultar interesante esta película a los fans del cine basura.

15 ene 2021

Bill y Ted salvan el universo (Bill & Ted Face the Music)


Siendo un gran fan de las aventuras de Bill y Ted, el anuncio de una tercera entrega protagonizada por estos personajes, ahora convertidos en padres de mediana edad, protagonizada de nuevo por Keanu Reeves y Alex Winter y escrita por los creadores de los personajes y guionistas de las anteriores entregas Chris Matheson y Ed Solomon, me llenó de gran alegría y anticipación. La espera fue muy larga, de años, y la pandemia evitó que se estrenara en cines. Además, otras circunstancias impidieron que pudiera ver la película hasta hace poco. Tras una espera tan larga, no pude evitar cierto nerviosismo cuando puse el Blu-ray de Bill y Ted salvan el universo (Bill & Ted Face the Music, Dean Parisot, 2020) en el reproductor. ¿Y si resultaba ser un fracaso? ¿Y si no hacía honor a las anteriores películas?

El film nos introduce a unos maduros Bill (Alex Winter) y Ted (Keanu Reeves) todavía intentado crear la canción que salve el futuro de la humanidad y su carrera musical está en total decadencia. Sus respectivos matrimonios con las princesas (ahora interpretadas por Erinn Hayes y Jayma Mays) no pasa por su mejor momento. Por suerte, sus respectivas hijas Billie (Bridgette Lundy-Paine) y Thea (Samara Weaving) siguen dando todo su apoyo a la búsqueda musical de sus padres. Entonces el futuro llama de nuevo: si Bill y Ted no componen la canción en unas horas, el universo y toda la realidad se colapsará. Y así, Bill y Ted se embarcan en una nueva aventura a través del tiempo mientras Billie y Thea se lanzan a su propia aventura para crear la mejor banda de la historia.

Cuando llegué al final de la película no pude evitar emocionarme. Una reacción que me sorprendió, pero el viaje que ofrece junto al hecho de haber logrado un imposible, que esta tercera entrega fuera tan buena como las dos anteriores, que lograran recrear la magia que hizo las anteriores entregas tan inolvidables, me emocionó. Y no fui el único, me sorprendió que en los extras aparece Kevin Smith comentando una reacción parecida a la mía.

Creo que esta reacción también tuvo su origen en que el año pasado fue un auténtico año de mierda, además de que la situación mundial no parece haber mejorado mucho. Y entre toda esta oscuridad, aparece este rayo de luz lleno de esperanza y buenos sentimientos. Una explosión de positividad que te reconcilia con el ser humano. Es un film divertido de principio a fin que une lo mejor de las anteriores entregas, en el que es un placer ver de nuevo a Bill y Ted, pero también a Muerte, el gran William Sadler, y otros secundarios. Y en el que las nuevas incorporaciones son también todo un acierto, como el robot Dennis (Anthony Carrigan) enviado para matar a Bill y Ted, pero sobre todo  Samara Weaving y Bridgette Lundy-Paine. Ambas logran crear unos personajes que definitivamente son hijas de Bill y Ted pero con su propia personalidad. Tampoco podemos olvidar que Dean Parisot también fue el director de la genial Galaxy Quest - Héroes fuera de órbita (Galaxy Quest, 1999).

Bill y Ted salvan el universo es hora y media de pura diversión y placer. Se la recomiendo a todo el mundo, especialmente junto a las dos primeras entregas de esta ahora fantástica trilogía. No hay nada más que decir que sed excelentes los unos con los otros. Y que siga la fiesta.

11 ene 2021

Dune. La novela gráfica. Libro 1


He publicado en Underbrain Mgz una, espero que interesante, crítica de Dune. La novela gráfica. Libro 1, publicada recientemente por Norma Editorial:

https://underbrain.com/comic/dune-la-novela-grafica-libro-1/

Como ya digo en el artículo, recomiendo su lectura tanto a los fans como a los que no conozcan la saga y busquen familiarizarse con ella antes de que se estrene la adaptación de Denis Villenueve.

8 ene 2021

La bestia mata a sangre fría (La bestia uccide a sangue freddo)


Hay pocas cosas en la vida que me proporcionen tanto placer como un giallo SSSS: setentero, sórdido, sangriento y sexy. Elementos que ofrece en abundancia La bestia mata a sangre fría (La bestia uccide a sangue freddo, Fernando Di Leo, 1971), un film excesivo en el mejor sentido.

La acción transcurre en una especie de casa de reposo para mujeres ricas con problemas psicológicos. Una noche, una misteriosa figura empieza a asesinar pacientes, utilizando una serie de armas medievales. Y así se desarrolla este atípico ejemplo del género. Tras la presentación de los personajes, la parte central del film se dedica a alternar entre escenas eróticas y de asesinatos. El tramo final es cuando se descubre que hay un asesino y la policía se pone en acción, lo que lleva a una memorable masacre con la que concluye el film. El film fue dirigido por Fernando Di Leo en el momento que el giallo explotó y se puso de moda, pero Di Leo no parece interesado en reproducir la fórmula establecida por otras películas, que habitualmente nos mostraban a un detective amateur o no tratando de descubrir quién está llevando a cabo los brutales asesinatos. Más bien La bestia mata a sangre fría está pensada como un asalto a los sentidos, ofreciendo escenas eróticas o sangrientas de forma continua. Di Leo se hizo famoso más tarde por sus estilizados filmes de acción policíaca, pero aquí opta más bien por un enfoque más directo, dejando solo que asome su inclinación por la acción en algunos momentos de edición frenética.

Este enfoque más morboso y visceral trajo consigo la existencia de distintas versiones de la película. Dependiendo de dónde se estrenara, se enfatizaba más la sangre o el erotismo. Para la versión francesa se utilizaron dobles para filmar explícitos insertos, sorprendentes por el momento en que se estrenó el film, mucho antes de que el porno se pusiera de moda en los cines. Estos insertos provocaron la ira de las actrices protagonistas, las bellas Rosalba Neri, Margaret Lee y Monica Strebel, aunque hoy día es fácil ver que las partes pudendas son de obvios dobles sin la participación de las actrices principales. La versión más completa del film, sin ninguna censura, ha sido editada en Blu-ray por 88 Films.

He mencionado el destacado reparto femenino, repleto de populares nombres dentro del género en aquella época, destacando Rosalba Neri que domina la película con su personaje de una incestuosa ninfómana. En el departamento masculino destaca la presencia de Klaus Kinski, interpretando a uno de los doctores que trabaja en la clínica. Por supuesto, Kinski tiene más aspecto de ser uno de los pacientes que uno de los médicos, esto hace que sea utilizado como obvia maniobra de despiste. Como es habitual en el género, el personaje que más se empeña la película en hacernos creer que es el culpable es inocente, lo que hace que en este giallo se adivine de forma casi inmediata quién es el asesino. Por suerte, el film es tan entretenido y ofrece tantos grandes momentos, entre asesinatos y las enfermeras y las pacientes mantiendo actitudes deliciosamente inapropiadas, que es imposible aburrirse.

Con su manicomio lleno de bellas mujeres de clase alta, su uso de Klaus Kinski y sus asesinatos con armas medievales, tan prácticas y fáciles de usar, esta claro que La bestia mata a sangre fría es pura fantasía. No está interesada en ofrecer nada cercano al realismo, sino que es una película destinada a satisfacer nuestros placeres más básicos. Y lo consigue de forma magistral.
 

5 ene 2021

Mi amigo Mac (Mac and Me)


Viendo las entrevistas incluidas en el Blu-ray de Tammy and the T-Rex (Stewart Raffill, 1993) casi me caigo del sofá cuando se menciona que Stewart Raffill es también el director de Mi amigo Mac (Mac and Me, 1988). Esta mención me llevó a volver al mundo de fantasía y Coca-Cola que es Mi amigo Mac.

No es ningún secreto: el film de Stewart Raffill es una copia de E.T. El extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, Steven Spielberg, 1982). Copia el argumento, algunos momentos e incluso la manera de nombrar a la criatura extraterrestre (Mac viene de las siglas en inglés Misteriosa Criatura Alienígena). Y esta no fue la única película que lo hizo, el film de Steven Spielberg fue un éxito masivo y se hicieron miles de copias. Se hicieron hasta versiones porno con un tipo metido en un pobre traje de E.T. usando el dedo luminoso de maneras muy terrestres. Pero lo que separa Mi amigo Mac de otras muchas imitaciones de E.T., lo que ha hecho que esta película se convierta en un film de culto, son las altas dosis de locura que se inyectan a la historia.

El argumento es simple: Eric (Jade Calegory) es un muchacho parapléjico que ayuda a una criatura alienígena a escapar del gobierno americano para que esta criatura pueda reunirse con su familia. A Raffill le presentó esta premisa el productor R.J. Louis. La única exigencia es que el niño protagonista fuera interpretado por un niño que realmente necesitara una silla de ruedas, algo adelantado a su tiempo. Y también que sería necesario incluir Coca-Cola y McDonald's como parte de la historia. La razón es que McDonald's financiaba la película con el objetivo de recaudar dinero para su fundación benéfica de ayuda a la infancia. El equipo y todo estaba listo para empezar la película, solo faltaba un pequeño detalle: el guion. A Raffill se le presentó solo un resumen del argumento, así que iba escribiendo sobre la marcha el guion, lo que explica muchas cosas de la manera en que se presenta la historia, con tramas secundarias que son abandonadas sin explicación.

La publicidad basada en el emplazamiento de productos es una de las razones por las que esta película es famosa, debido a que lo lleva a extremos ridículos. El momento culminante es una delirante secuencia de baile en un local de McDonald's que cuenta con la presencia del mismísimo Ronald McDonald en persona. Aunque el momento más famoso de la película, que se ha convertido en un video viral gracias a Paul Rudd, es cuando Eric cae por un barranco sorprendiendo a Mac.

La película, a pesar de la financiación de McDonald's, contaba con un presupuesto bastante bajo, lo que se traduce en unos efectos bastante poco especiales. En particular sufre la creación de Mac y su familia, que tienen aspecto de testículos con ojos y su cara una perenne expresión de sorpresa. Lo cual, no lo vamos a negar, contribuye a la diversión que proporciona el film.

Lo que sí es excelente es la banda sonora de Alan Silvestri. Una música muy rica que no acaba de casar con las pobres imágenes.

Mi amigo Mac, como ya he dicho, se convirtió con el tiempo en un film de culto. Es también una alegoría a los problemas y prejuicios con los que topan los inmigrantes a su llegada a Estados Unidos. Pero, por encima de todo, es muy divertida. De forma intencionada o no, es un film con el que te ries continuamente. Además, cuesta despreciar un film en la que parte de los beneficios se destinaban a beneficiencia. Es también una pieza de pura nostalgia, ya que era una película muy popular en la era del VHS, cuando no sabías nada de copias o imitaciones, solo que una película te divertía o no. Y Mi amigo Mac sigue divertiendo.