Por desgracia, esta será la última película que comente de Michele Soavi. Y no es que La secta (La setta, 1991) fuera su última película, tras La secta dirigió la genial Dellamorte Dellamore (1994), pero, después de esta, se tomó un par de años de descanso dedicándose a sus otros intereses artísticos y cuando volvió a la dirección se dedicó a rodar telefilmes y cintas policíacas sin interés ninguno. Tal vez se deba también a los cambios en la industria italiana (de ahí que Dario Argento agonice rodando películas con menos de la mitad del dinero que tenía en su momento de gloria, lo que se resiente a la hora de darle el toque visual que hizo sus filmes memorables). Sea como sea, tras cuatro películas notables, interesantes y geniales algunas, para el amante del cine y del género, es como si la carrera de Soavi hubiera terminado.
Y repito que es una lástima, sobretodo tras ver sus películas. En el caso de La secta, se nos ofrece una historia de conspiración satánica. El esquema básico ya lo conocéis: protagonista, normalmente femenina, presa de una conspiración llevada a cabo por una secta satánica, cuyos miembros parecen infiltrados en todas partes. Es un tipo de película que, bien hecha, nos ha dado maravillas como La semilla del diablo (Rosemary's Baby, Roman Polanski, 1968), Carrera con el diablo (Race with the Devil, Jack Starret, 1975) o La casa del diablo (The House of the Devil, Ti West, 2009).
En el caso que nos ocupa hoy, la víctima es Miriam Kreisl (Kelly Curtis), una joven profesora de escuela que un día casi atropella a un anciano. Miriam se lleva al anciano a casa para que se recupere, sin saber que se trata de Moebius Kelly (Herbert Lom), miembro de una secta satánica. A partir de entonces, la vida de Miriam se convertirá en una pesadilla, llena de fenómenos extraños y más extraños asesinatos.
Cómo cantaban los Rolling Stones, este tipo de película es un típico caso de "es el cantante, no la canción". A pesar de sus casi dos horas de duración, 112 minutos concretamente, el film se las arregla para mantener al espectador enganchado a la pantalla con impactantes escenas y estudiadas secuencias que van desde sangrientos asesinatos hasta extraños trasplantes de rostro y un conejo haciendo zapping. Todo ello mostrado con un cuidado estilo visual, que tiene momentos muy logrados como el seguimiento de un insecto hacia el interior de una cabeza.
En definitiva, si sois aficionados al género, este es un film que os hará disfrutar de lo lindo. En su momento era muy fácil de encontrar en el videoclub más cercano, pero hoy día también se puede encontrar editada en DVD, aunque cueste un poco más de localizar.
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