24 dic 2014

Lesbianismo asesino (Sugar Cookies)


Escrita por el futuro fundador de Troma Lloyd Kaufman junto al director Theodore Gershuny, Lesbianismo asesino (Sugar Cookies, 1973) es una curiosa mezcla de exploitation y cine de autor. Cuando se estrenó el film, la distribuidora quiso presentarla como lo que no era: un film erótico cargado de sordidez como muchos otros de la época (aunque nada supera el delirante y absurdo título castellano), pero es un film que puede resultar interesante también a aquellos que busquen algo un poco más elegante para amenizar su Nochebuena.

Un peculiar juego erótico entre el productor Max Pavell (George Shannon) y la estrella Alta Leigh (Lynn Lowry) culmina con la muerte de esta. La socia de Max, Camila Stone (Mary Woronov), encuentra una actriz que es el doble exacto de Alta, la desconocida Julie Kent (Lowry). Camila empezará una relación con Julie y poco a poco la irá convirtiendo en Alta, como parte de un peligroso juego entre ella y Max.

Como veis, esta película se inspira en Vértigo. De entre los muertos (Vertigo, 1958) de Alfred Hitchcock, que en su momento fue un completo fracaso pero el tiempo ha demostrado que es uno de los mejores filmes del maestro del suspense. Un elegante film necrófilo que también inspiró el clásico de Brian De Palma Fascinación (Obsession, 1976), solo tres años después del estreno de Sugar Cookies. Lo que hace interesante el film de Gershuny es que adopta el punto de vista del creador, en este caso creadora, de la réplica del amor fallecido, en lugar de lo más común que es adoptar la perspectiva del que se reencuentra con la réplica de su amor perdido. La película se centra en la relación entre Camila y Julie, como Camila (cuyo su nombre recuerda al de la vampiresa creada por Sheridan Le Fanu) va devorando poco a poco a Julie.

Es el retrato de la relación entre ambas mujeres donde el film se aparta de lo que podría ser un film erótico cargado de sordidez y adopta una perspectiva más elegante a la hora de mostrar cómo Camila manipula a la pobre Julie. Lo que imagino sería una decepción para los que fueron en su momento al cine con un pañuelo en la mano, ya que aunque hay abundantes desnudos, no hay apenas escenas de sexo.

Intercalados con la historia principal, la película incluye detalles bizarros y subtramas curiosas como la que sigue al ex cuñado de Max que está enamorado en secreto de él. Elementos cómicos que llevan claramente la firma de Lloyd Kaufman, y que son un curioso contraste con la historia principal.

En definitiva, Sugar Cookies no es una película para todo el mundo, pero es mejor que toda la oferta televisiva de esta noche, así que tal vez podríais darle una oportunidad.


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