Sí, lo es.
El protagonista es Dodger (Mackenzie Astin), un chaval de 15 años que trabaja para el capitán Manzini (Anthony Newley), un anticuario/mago que mantiene a la pandilla basura del título atrapada en un cubo de basura. Obviamente, se escapan y se supone que tienen muchas aventuras, pero el presupuesto y el guion hacen que principalmente estén en el sótano de la tienda trabajando o paseando por los alrededores de la tienda. Dodger tiene también un gran problema, se la tiene jurada Juice (Ron MacLachlan), un criminal de poca monta.
La pandilla basura comete el crimen de ser tremendamente aburrida. Puedo perdonar muchas cosas: malas interpretaciones, guiones ridículos, diseño de producción hortera, dirección torpe... Pero siempre y cuando el resultado final de todos estos despropósitos sea una película entretenida aunque no lo sea por las razones que querían los cineastas en un primer momento. Empezamos con un guion que es bastante mediocre, que comete el error de repetirse demasiado pensando que es más divertido de lo que es en realidad. Lo peor seguramente es el cutre villano y su panda. Para empezar, el nombre, Juice - zumo, no es que suene muy amenazador. La primera vez que aparece imaginé que era otro chaval del mismo instituto al que va el protagonista, el típico capullo abusananos. Pero resulta que no, te has de creer que es un criminal que ha puesto gente en el hospital, un contrabandista que, por algún motivo, se dedica a robarle el dinero de la comida a los niños. Bastante patético. Esto, claro, hace que el conflicto carezca de interés, así como la historia que gira en torno a la creación de ropa que Dodger hace que la pandilla basura cosa para impresionar a Tangerine (Katie Barbieri), novia de Juice e interés romántico del protagonista. La película tiene una buena idea, la pandilla basura es encerrada en una "prisión para feos", pero la ejecuta mal. Habría funcionado si hubiera presentado la sociedad en que transcurre la acción como obsesionada por la belleza y el ejercicio físico, un mundo distópico en que cualquiera que no encajara fuera apartado. Así se presentaría a la pandilla basura como héroes, elementos disruptivos en una sociedad cuasifascista. Pero no, el film transcurre en un reflejo del nuestro, solo que algo más cutre con lo que la presencia de esta prisión, introducida de forma apresurada en la última parte del film, es solo un desperdicio de un concepto que podría haber salvado el film. Eso sí, le añade un toque oscuro cuando se insinúa en el diálogo que muchos niños, también miembros de la pandilla basura, han muerto aplastados en un camión de la ídem.
Esta es una película que representa lo peor de la mentalidad capitalista ochentera americana, con menores trabajando y mostrando la pandilla basura contenta de forma parte de un taller clandestino, esclavizados por el héroe de la función. Lo único bueno que se puede decir es que el trabajo de John Carl Buechler creando los efectos que dan vida a la pandilla basura están muy conseguidos, teniendo en cuenta el presupuesto. Pero los efectos no salvan un film que, como ya he dicho, es terriblemente mediocre y aburrido.
Recuerdo los cromos vagamente, pero no la película. Ahora qyme ha entrado mucha curiosidad por verla 😁
ResponderEliminarEs mejor verla si sufres de insomnio. Se te curará rápido.
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