El destino puede ser bastante cabroncete. Si Fuerza máxima (Drive, Steve Wang, 1997) hubiese tenido un estudio que hubiese sabido comercializarla y distribuirla, habría tenido un éxito que se habría adelantado a Hora punta (Rush Hour, Brett Ratner, 1998) y Matrix (The Matrix, las hermanas Wachowski, 1999) a la hora de crear una película de acción americana con toda la furia y energía de las películas de acción de Hong Kong, antes de que se pusieran de moda en Hollywood. Por desgracia, el estudio que produjo Fuerza máxima decidió recortar casi 18 minutos de metraje (todo lo que era desarrollo de los personajes y recortar las escenas de acción, además de cambiar la banda sonora) y distribuirla sin pena ni gloria directamente en video. Con el tiempo, especialmente desde que al cabo de unos años se editó el montaje del director, el Drive de Steve Wang se ha convertido, merecidamente, en un título de culto dentro del cine de acción.
Nos encontramos en un futuro cercano, pasado mañana como quien dice. Toby Wong (Mark Dacascos) huye de una gran corporación china con la intención de llegar a Los Ángeles, ciudad en la que otra gran corporación americana le pagará para quitar las mejoras que han introducido en el cuerpo de Toby para hacerlo más rápido y fuerte. Toby tiene también motivos más personales y políticos para huir del país, pero eso no le preocupa demasiado al grupo de mercenarios que le persigue sin descanso, encabezados por Vic Madison (John Pyper-Ferguson) y Hedgehog (Tracey Walter). En su huida, Toby se aliará con Malik Brody (Kadeem Hardison), que es un involuntario testigo de lo que sucede.
Hasta el estreno de John Wick 4 (John Wick: Chapter 4, Chad Stahelski, 2023), Fuerza máxima era la única película americana que realmente capturó la energía de las películas de acción de Hong Kong, mientras que muchas producciones hollywoodienses lo intentaron fracasando estrepitosamente. Incluso cuando las películas americanas de acción con artes marciales funcionaban, nunca acababan de entender la magia de las producciones hongkonesas. Pero el director Steve Wang, posiblemente porque era un fan del género, supo crear energéticas y vibrantes escenas de acción, coreografiadas por Koichi Sakamoto junto su equipo japonés de especialistas Alpha Team, que cuentan con la ventaja de tener a un Mark Dacascos en plena forma.
La terrible versión editada directamente en video, como ya hemos dicho, eliminaba todo el desarrollo de los personajes y se centraba en la acción (que también está recortada). Lo que demuestra que no entendían en absoluto lo que hacía funcionar la película. Porque sí, la acción es espectacular y fantástica y la razón de ser de una película del género, pero si no se le da al espectador una razón por la que implicarse en la historia y los personajes, la acción no funciona de la misma manera, incluso puede llegar a cansar. Parte de lo que hace Drive tan efectiva como película de acción es la relación entre los dos protagonistas y lo que vamos descubriendo de cada uno a lo largo que avanza la historia. Que te importen los personajes y lo que les sucede es lo que hace que te involucres en la acción. Además, el director consigue hacer funcionar las distintas oscilaciones en el tono del film, saltando de la comedia a la seriedad tan bien como salta Dacascos dando patadas. El tono cómico ayuda a procesar los momentos más absurdos de la trama y le da salsa a algunas escenas de acción. En este sentido destaca la aparición de Britanny Murphy como Deliverance Bodine, en un papel pequeño pero memorable.
Drive es una película que recomiendo sin reservas, en especial si te gusta el cine de acción a la Hong Kong, pero solo si es el montaje del director que dura 117 minutos.
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