18 ago 2023

Orca: La ballena asesina (Orca)


 

Cuando Orca: La ballena asesina (Orca, Michael Anderson, 1977) se estrenó en cines, lo hizo rodeada de imitaciones de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975), títulos que seguían explotando el éxito del clásico de Steven Spielberg como Tentáculos (Tentacoli, Ovidio G. Assonitis, 1977), ¡Tintorera! (René Cardona Jr., 1977) o la italiana L'ultimo squalo (Enzo G. Castellari, 1981) que en su día se estrenó en España como Tiburón 3. Muchas de estas películas se pusieron en marcha ya que Universal también quería su ración de explotación con el estreno de Tiburón 2 (Jaws 2, Jeannot Szwarc, 1978). Es por esto que Orca, de forma algo injusta, fue apilada con el resto de estos títulos. Y es injusto porque, aunque es obvio que Dino De Laurentiis puso en marcha la producción por el éxito de Tiburón, el film resultante es muy distinto y tiene mucha más personalidad que el grupo de películas en el que fue apilado. Con la distancia del tiempo, es ahora que Orca empieza a ser valorada y juzgada por sus méritos, que no son pocos.

Lo que hace diferente a Orca es la manera en que trata los elementos propios del cine ecoterror de los 70, para presentarnos una historia con un tono trágico y melancólico, se podría decir muy "setentero", en la que la orca protagonista se presenta como algo más que un simple monstruo devorador de incautos. Richard Harris es Nolan, un pescador irlandés que busca la manera de ganar suficiente dinero como para pagar la hipoteca del barco que heredó y regresar a Irlanda. Nolan ve una oportunidad de oro cuando descubre la presencia de orcas en la zona, e intenta capturar viva una para venderla a un parque acuático. La bióloga marina Rachel Bedford, a la que da vida Charlotte Rampling, intenta persuadir a Nolan para que se olvide de pescar una orca, sin éxito. El intento de pesca resulta es un fracaso y tiene un terrible resultado: mueren la orca hembra y la cría que llevaba en su vientre delante de la orca macho que, desde ese momento, se empeña en vengar la muerte de su familia persiguiendo a Nolan y a su tripulación.

La película crea un retrato de la orca que busca que el espectador entienda sus motivaciones. No se trata de una criatura malvada porque sí, es una criatura que ha sufrido terriblemente por culpa del ser humano. En concreto, por culpa de uno en particular: Nolan. Aquí también la película se aparta del tópico, ya que el personaje que interpreta Harris podría muy bien resultar odioso al espectador. Pero a lo largo del film Nolan muestra una interesante evolución, en la que pasa de ver a la orca como un simple animal al que explotar a verlo como un igual.

Eso no quiere decir que entre la orca y Nolan no haya un creciente odio, alimentado por las muertes que la orca provoca con su venganza. Una venganza que ofrece al espectador escenas espectaculares, siendo la más memorable el ataque a la casa de Nolan, una escena que se me quedó grabada en la memoria desde que vi la película de niño en televisión, si bien entonces no tenía ni idea que la infortunada a la que devoran una pierna era nada menos que la futura mujer 10 Bo Derek en uno de sus primeros papeles.

La publicidad de la época presentaba la criatura titular como un monstruo más típico. Lo que tampoco resulta decepcionante, ya que el film ofrece muchos momentos "monstruosos", pero se ha de reconocer el trabajo en el guion, en el que participó Robert Towne, para ofrecer una historia más interesante, más profunda que las más superficiales películas que se estrenaron por la época. Que no es que quiera hacerlas de menos, es que Orca es mucho más.

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