5 dic 2025

City on Fire (Lung foo fung wan)

 


 

"Realismo" no es un adjetivo que te venga a la cabeza al pensar en el cine de acción ni los thrillers producidos en Hong Kong, especialmente durante la década de los 70 y los 80 del siglo XX. Pero eso era a lo que aspiraba Ringo Lam cuando puso en marcha City on Fire (Lung foo fung wan, 1987). Un thriller que entonces era otra producción de bajo presupuesto que se ha convertido en un clásico del género.

El uno de mayo de 1985 en Hong Kong, siete hombres entraron a robar en The Time Watch Company. La policía sabía del plan para el atraco, pero la incompetencia por su parte durante la operación de vigilancia desembocó en el mayor tiroteo que hasta entonces había tenido lugar en Hong Kong. Unos días más tarde, la policía detuvo a los atracadores y Ringo Lam asistió al juicio con curiosidad por ver a los responsables de tan notorio crimen. En lugar de encontrarse villanos "de película", genios criminales musculosos y de aspecto peligroso, lo que vio fue un grupo de personas de aspecto anodino, alejado de los clichés cinematográficos. Eso fue lo que le inspiró para crear City on Fire, una historia más cruda y cercana a la realidad que las acrobáticas películas de acción a lo Jackie Chan o los operísticos tiroteos al estilo John Woo (que en realidad no sería el John Woo que conocemos y amamos hasta el estreno de Un mañana mejor [Ying hung boon sik aka A Better Tomorrow, 1986]), siguiendo el ejemplo de Contra el imperio de la droga (The French Connection, William Friedkin, 1971).

City on Fire está protagonizada por Chow Yun-Fat, que da vida a Ko Chow, un policía que se logra infiltrar en la banda de atracadores de la que forma parte Fu (Danny Lee). Ko está atormentado por una misión semejante que llevó a cabo en el pasado y no acabó bien. Su trabajo también está afectando a su relación con Hung (Carrie Ng), que no sabe de la doble vida de Ko. A pesar de ser consciente de que se trata de un criminal, Ko no puede evitar desarrollar amistad con Fu, lo que hará que sea peor cuando todo estalle durante un atraco que sale mal.

Aunque esta película se suele incluir con otros títulos de la época centrados en la acción y el llamado heroic bloodshed o Gun Fu, lo cierto es que esta película está más cerca del cine negro o el thriller policial con toques de tragedia. La devolución de Hong Kong a China flotaba en el ambiente, dotando al film de mucha inquietud y angustia por el futuro. Los protagonistas se encuentran en situaciones desesperadas y buscan labrarse un futuro mejor, lo que hace aún más potente la tragedia que flota en el ambiente. Es casi un alivio cuando finalmente todo estalla y todos se enfrentan a su destino. Y es lo que sigue haciendo que el film sea efectivo y funcione, a pesar de las películas del mismo estilo que hemos visto desde entonces a ahora.

Supongo también que debería mencionar que esta película es famosa por ser la película que Quentin Tarantino copió cuando hizo Reservoir Dogs (1992). Tarantino cogió giros argumentales, planos y situaciones dramáticas de la película de Lam y los incorporó a su film debut.  No es exactamente plagio, Tarantino lo metió todo en su batidora particular, pero es cierto que tuve la idea de hacer este artículo cuando Tarantino acusó a la autora de Los juegos del hambre de plagiar Battle Royale (Batoru rowaiaru, Kinji Fukasaku, 2000). Me sorprendió por dos motivos: uno, que es una visión muy superficial y que analizando ambas en profundidad son bastante distintas las películas y los libros, y dos porque Tarantino no ha realizado ni una sola película que no contenga dentro argumentos y personajes de otras películas. Que alguien como él no sepa ver que no hay plagio resulta al menos algo irónico.

Volviendo al clásico de Ringo Lam, City on Fire es un título que se ha convertido en clásico más allá de ser una de las muchas películas que han "inspirado" a Tarantino. Es un gran título dentro del cine criminal con escenas cargadas de tensión y una gran interpretación por parte de Chow Yun-Fat.

 

28 nov 2025

Clasificado "S": Transgresión en la Transición (Exorcismo: The Transgressive Legacy of Clasificada "S")

 


 

Clasificado "S": Transgresión en la Transición (Exorcismo: The Transgressive Legacy of Clasificada "S", Alberto Sedano, 2024) es un documental que explora un momento mágico e irrepetible dentro del cine español. La época de oro del cine español, según mi criterio, que abarca la década de los 70 del siglo XX y el principio de la década de los 80.

Tiene una estructura semejante a la del documental Sesión salvaje (2019) de Paco Limón y Julio Cesar Sánchez, ya que tratan el mismo periodo histórico. Pero mientras que Sesión salvaje se centraba más en lo que era el cine de género desde una perspectiva de "cine de barrio", Clasificado "S" se centra más en el cine, pues eso, que fue clasificado S en su estreno. Yo pensaba que el cine S era principalmente cine erótico, pero esta es una idea equivocada. La clasificación S se aplicaba a todas aquellas películas que se consideraban de naturaleza sensible debido, sí, al contenido sexual, pero también la violencia o la temática. Así, películas de terror también fueron clasificadas S, así como películas inclasificables como la comentada aquí Los violadores (Paul Grau, 1981). De hecho, en el blog he comentado diversas películas de las mencionadas en el documental sin tener yo idea de que se trataba de películas clasificadas S como Más allá del terror (Tomás Aznar, 1980)Secta siniestra (Ignacio F. Iquino, 1982)Los ritos sexuales del diablo (José Ramón Larraz, 1982).

Es esta la virtud de este documental, que, aunque seas aficionado al cine de género, en particular al fantaterror y el cine de terror setentero y te conozcas de sobra la historia del por qué de este periodo y cómo acabó (está hecho con un público anglosajón en mente), te descubre nuevas cosas y se disfruta mucho con las anécdotas y el recorrido histórico. Y, sobre todo, te descubre alguna nueva película que desconocías para añadir a la lista de películas a ver. Su duración también le permite entrar en más detalle en hechos que otros documentales pasan más por encima, como el impacto de la ley Miró y por qué fue tan perjudicial para el cine español.

Esta fue una época salvaje, libre y anárquica dentro del cine español, algo que ya no volveremos a ver nunca más. Ahora hay más medios pero son mucho más caros, las únicas películas independientes que se hacen son dramas y el cine de género está muy domesticado. Se siguen haciendo buenas películas, algunas muy buenas, pero ya no hay esa sensación de que puede pasar cualquier cosa, de que no hay límites y todo está permitido. Algo que podemos revivir de nuevo a través de este documental, recuperando las películas que comenta y otras de la época que corren por ahí esperando darle la vuelta a tu cerebro.

 

21 nov 2025

La presa (Southern Comfort)

 


 

Un equipo de la Guardia Nacional, durante lo que se suponía era un ejercicio rutinario en los pantanos de Louisiana, es perseguido y cazado por un grupo de habitantes locales que interpreta su presencia como una intrusión. Perdidos, sin munición, los soldados de fin de semana se ven inmersos en una lucha por la supervivencia más real de la que nunca se imaginaron vivir. Con este argumento, el director Walter Hill convierte La presa (Southern Comfort, 1981) en una mezcla única de acción, thriller y terror de supervivencia.

Walter Hill podía verse como un experto en "cine macho", ya que trata con cierto romanticismo arquetipos varoniles del cine de acción y aventura, pero también por su fijación por el heroísmo testosterónico en películas como Danko: Calor rojo (Red Heat, 1988). Sin embargo, muchas veces también se dedicaba a desmontar a los héroes varoniles que poblaban sus películas. Un ejemplo de esto lo encontramos en La presa, donde sus protagonistas se ven envueltos en una pesadilla no en lejanas selvas sino en su propio país. Es casi inevitable verlo como una alegoría de la guerra de Vietnam, que quedaba relativamente cerca en el tiempo en el momento de escribir y filmar la película, más cuando Hill puebla Southern Comfort con personajes que son reminiscentes de los arquetipos del cine bélico. Unos personajes interpretados por un potente reparto en el que destacan Keith Carradine y Powers Boothe, como protagonistas, mientras que Fred Ward tiene un papel memorable como alguien que se toma demasiado en serio lo que se supone son simples maniobras. En el lado de los villanos, tenemos a Brion James y Sonny Landham, habituales en el cine de acción y de género de los 80, así como eran también regulares de Walter Hill.

En el reparto también tiene un papel destacado, si bien breve, Peter Coyote. Coyote no quedó contento con el film, ya que consideraba que glorificaba la violencia con el uso de la cámara lenta, por influencia de Sam Peckinpah. Desde mi punto de vista, la cámara lenta sirve para enfatizar lo terrible de la situación en que se han visto envueltos los soldados de la Guardia Nacional. Un horror que se acentúa cuando la presión psicológica de estar siendo eliminados uno a uno provoca que algunos de los personajes vayan desconectándose de la realidad. Así, aunque hay un énfasis en la acción, Hill crea uno de los ejemplos más destacados del terror de supervivencia, explorando más profundamente algunos de los temas de Defensa (Deliverance, John Boorman, 1972).

Hill no se prodigó en el terror, aparte de algunos episodios televisivos. Su único otro título que puede ser considerado de terror se le quitó de las manos y Hill se desentendió de lo que conocimos como Supernova (El fin del universo) (Supernova, Thomas Lee, 2000). Es una lástima porque la mezcla de acción y terror, así como el cariño de Hill por el cómic y el pulp, le da a La presa un toque personal distintivo que hace de este un recomendable clásico.

 

14 nov 2025

Dioses contra demonios (Hung cheuk wong ji)

 


 

La malvada bruja Raga (Siu-Fung Wong) trae consigo de las más profundas tinieblas a la Virgen Infernal Ashura (Gloria Yip) a nuestro mundo. El objetivo de Raga es abrir las puertas del infierno y facilitar así la llegada del Rey del Infierno. Solo dos monjes se interponen en su camino: Peacock/Kôngquè (Yuen Biao) y Lucky Fruit/Kujaku (Hiroshi Mikami). ¿Podrán cerrar las puertas del infierno a tiempo y salvar la Tierra? Para saberlo tenéis que ver la, en más de un sentido, fantástica Dioses contra demonios (Hung cheuk wong ji, Ngai Choi Lam, 1988).

El estreno de Zu, los guerreros de la montaña mágica (Suk saan: San suk saan gim hap, Tsui Hark, 1983) demostró que se podía hacer en Hong Kong un tipo de película de fantasía, influenciada por las producciones de Steven Spielberg y George Lucas, más elaborada y ambiciosa del que era habitual ver en las pantallas hongkonesas, pero sin perder su esencia propia. Dioses contra demonios sigue la estela del clásico de Tsui Hark, es una fantasía cargada de elaborados efectos especiales y de maquillaje, pero en el caso del film de Ngai Choi Lam nos encontramos con una aventura que mezcla géneros para ofrecerle al espectador una experiencia única.

Peacock King, como es conocida en países de habla inglesa, adapta un manga original de Makoto Ogino. Debido al origen japonés del manga, la película fue una coproducción entre Japón y Hong Kong. De este modo también fue menos problemático conseguir el elevado, para la época, presupuesto que hizo posible construir impresionantes decorados y dar vida con animación stop-motion a varios demonios, así como una memorable transformación por la que pasa Raga. Debido también a ser una coproducción, el film existe en dos versiones. En la japonesa, Hiroshi Mikami es Kujaku, el protagonista y Yuen Biao un nuevo personaje creado para la ocasión. En la hongkonesa es al revés, con Yuen Biao dando vida la monje protagonista del manga. En la versión japonesa también se añadieron unas escenas intrascendentes para darle más papel a Hiroshi Mikami. Una pérdida de tiempo, porque Mikami tiene cero carisma en el film y Biao se convierte en el protagonista sin esfuerzo, supongo que debido a la experiencia de intentar hacerse un hueco entre dos grandes como eran Jackie Chan y Sammo Hung.

Ngai Choi había tenido experiencia con efectos especiales y hablaba japonés, así que era una elección obvia como director. El director imprime una frenética energía al film, navegando entre los distintos géneros que dan vida a la historia con gran facilidad. Así, una escena cómica puede ser seguida de una en la que Raga practica algo de canibalismo seguida de una secuencia de acción para mayor lucimiento de Biao, entonces una gran estrella en Japón, al igual que Gloria Yip.

Muchas veces se dice lo de "ya no hacen películas como esta", pero en este caso es muy apropiado. Dioses contra demonios fue producto de un tiempo y lugar específicos, que le dieron el toque justo de locura ochentera. La mezcla de géneros también hace de este un film fantástico único, que no se parece a nada de lo que se producía en Occidente a pesar de mostrar la influencia de clásicos americanos de la época.  Muy recomendada.

 

7 nov 2025

Entrando en la boca del miedo

 


 

Antes de empezar a leer, una pequeña advertencia: este artículo contiene destripes de En la boca del miedo (In the Mouth of Madness, John Carpenter, 1994), aunque si no has visto esta obra maestra no sé qué haces leyendo este artículo en lugar de verla.

Cuando se estrenó en cines En la boca del miedo, la película fue un gran éxito en Europa y Asia, pero no triunfó en Estados Unidos. Su país de origen no supo entender o apreciar el film, considerado uno de los más flojos en la obra de Carpenter. Pero esta visión ha ido cambiando con el tiempo, considerada ahora una película de culto y resituada dentro de la filmografía del director. Esto ha dado pie a que se edite una novelización que en su día nunca existió.

Las novelizaciones, para los más jóvenes que desconozcan el concepto, eran adaptaciones de los guiones que daban base a una película, editadas al mismo tiempo que se estrenaba el film como una pieza más de promoción. Eran también populares en un momento en que, una vez las películas desaparecían de las pantallas de cine, ya no se volvían a ver. Luego, con la aparición de la televisión y los distintos formatos de cine en casa (VHS, DVD, Blu-ray), las novelizaciones fueron desapareciendo. A finales de los 90 del siglo XX ya solo los grandes estudios editaban ocasionalmente alguna y habían prácticamente desaparecido a principios del siglo XXI. Sin embargo, desde hace unos diez años aproximadamente, pequeñas editoriales independientes han empezado a editar novelizaciones de películas de culto, dentro del terror y la ciencia ficción, que imitan las novelizaciones que se editaban a mediados de los 80 del siglo XX. Es decir, imitan el mismo formato y algunas incluso incluyen insertos con fotografías a color.

Las novelizaciones son apreciadas por los fans porque normalmente se escribían usando como base primeras versiones del guion, así que uno se podía encontrar escenas eliminadas, tramas desechadas o finales alternativos. Algunos escritores decidían inventar tramas y personajes por completo, como la fantástica novelización que Dean R. Koontz escribió de La casa de los horrores (The Funhouse, Tobe Hooper, 1981), editada en España con el título La feria del terror. Otros escritores, sin embargo, se limitaban a transcribir fielmente el guion sin añadir nada, el peor tipo de novelización. Y este es el problema de muchas de estas novelizaciones modernas, que se mantienen extremadamente fieles a la película sin añadir nada de interés. Por supuesto, hay excepciones. Por ejemplo, la novelización moderna Vamp escrita por Christian Francis incluye toda una sección final distinta desechada en la original Vamp (Richard Wenk, 1986) por falta de presupuesto. Christian Francis es también el autor de la novelización de En la boca del miedo, aunque está atribuida al inquietante Sutter Cane.

Este es uno de los detalles que hacen de esta una gran adición para los fans de la película. La portada del libro es exactamente la misma que la que aparece en la película, está acreditada a Sutter Cane y la editorial que aparece es Arcane. Es decir, entra de lleno en el juego de la película haciendo real la novela que trae consigo el apocalipsis. El libro, como las buenas novelizaciones, expande escenas y personajes, así como añade otros detalles que inciden en el humor negro del film. Como muestra, en la confrontación entre Sutter Cane y John Trent, Cane le dice a Trent que fuma porque él ha decidido que sea así. Trent decide dejar de fumar en desafío a Cane, pero luego se ve incapaz de dejar de fumar, insultando a Cane cada vez que enciende un cigarrillo. Pero la adición que la hace más interesante, y distinta a otros libros del estilo, es la inclusión de Sutter Cane. Leyendo, Cane aparece entre párrafos comentando lo que sucede e interpelando al lector, difuminando así la frontera entre realidad y ficción como sucede en el film.

Resulta adecuado que la novela me llegara al mismo tiempo que me llegó la nueva edición en 4K editada por Arrow Films. Durante unos días me sumergí por completo en esta maravilla del terror. Para los fans (que no tengan problemas en leer en inglés) es una gran lectura de principio a fin, una nueva manera de disfrutar de los oscuros y lovecraftianos placeres de En la boca del miedo.

 

31 oct 2025

Terror antológico asíático

 


 

Para aquellos aficionados y/o interesados en el cine asiático fue un gran momento cuando, a partir de finales del siglo XX y principios del XXI, se hizo relativamente más fácil que llegaran títulos de esa filmografía. En particular si hablamos del cine de terror, que es un género que siempre lo tiene más fácil para viajar. Y más aún si hablamos de títulos como Three... Extremes (Sam gang 2, Fruit Chan, Park Chan-wook, Takashi Miike, 2004), una película antológica que reunía a tres directores de renombre, dos de ellos entonces muy populares en occidente como eran Takashi Miike y Park Chan-wook. Y poco después llegaría la secuela Three Extremes 2 (Sam gang, Peter Ho-Sun Chan, Kim Jee-woon, Nonzee Nimibutr, 2002). Que claro, en realidad se trataba de la primera parte, titulada Three, pero que llegó a occidente más tarde gracias al éxito de Three... Extremes.

Three fue concebida por el productor y director Peter Ho-Sun Chan con la idea de expandir el mercado asiático, que se generara curiosidad en cada país por el cine que hacían sus vecinos. El objetivo era superar la barrera lingüística y hacer énfasis en las cosas en común que tenían a través del terror, que es el género más universal y que mejor viaja.

El film se abre con Memories, dirigida por Kim Jee-woon. Jee-woon era entonces el director más desconocido, pero pronto llamaría la atención a escala internacional con películas como 2 hermanas (Janghwa, Hongryeon, 2003), El bueno, el malo y el raro (Joeun nom, napun nom, esanghan nom, 2008) y Encontré al diablo (Angmareul boatda, 2010). El segmento se centra en dos personajes, un hombre que no recuerda qué le ha sucedido a su esposa y una mujer que se despierta amnésica e intenta reunir pistas para volver a casa. Para el aficionado al género no será demasiado difícil determinar qué es lo que ha sucedido, pero saber al cabo de dos segundos qué ha pasado no importa tanto como la atmósfera que crea el director. Jee-woon logra generar inquietud en el espectador gracias a su habilidad a la hora de crear imágenes y momentos, de ahí que la simplicidad de la historia juega más a su favor que en contra.

El segundo segmento es The Wheel de Nonzee Nimibutr. Aunque se basa en elementos propios de la cultura tailandesa, en el fondo tiene una moral bastante cercana al estilo EC de historias de terror, con un personaje castigado por sus transgresiones de forma truculenta y aterradora. En Tailandia existen dos disciplinas artísticas que interpretan leyendas e historias mitológicas, pero son consideradas de forma distinta: "Hun lakhon lek", en la que los intérpretes utilizan marionetas tienen mucho prestigio y gozan de fama y dinero, y "Khon", en la que los intérpretes utilizan máscaras y no tienen ni el prestigio ni la fama ni el dinero de la primera. De ahí que cuando un maestro de Hun Lakhon lek muere, sus codiciadas marionetas son robadas por un maestro de rival de Khon. Y, como es de esperar, este robo trae consigo una serie de desgracias, muertes y posesiones que destruye el pueblo y a sus habitantes, provocados por la maldición de las marionetas sobre el ladrón. Es el segmento más truculento, pero, a pesar del exotismo, el tipo de historia resulta bastante familiar demostrando lo universal que puede ser el terror.

El tercer segmento es Going Home de Peter Ho-Sun Chan, que, aunque originalmente no iba a dirigir este segmento, ofrece una historia que arranca como la clásica historia de fantasmas asiática, pero da un giro bastante interesante. Todo arranca cuando un policía y su hijo se mudan a un complejo de apartamentos de capa caída. El hijo pronto empieza a ver el fantasma de un niña y desaparece. Su padre empieza a buscarlo y así descubre que un vecino que parecía cuidar de su esposa paralizada en realidad está cuidando del cadáver de su esposa. Lo hace con la creencia de que siguiendo un proceso propio de la medicina china hará que la esposa resucite. Hay un clásico conflicto entre aceptar las influencias exteriores y mantener las tradiciones culturales. Este segmento también tiene un toque de romanticismo gótico que le da un aire distinto al de los dos segmentos anteriores.

Three ofrece estilos muy distintos a la hora de contar una historia de terror, demostrando que el reduccionismo con el que se trata el género fantástico al estilo asiático desde Occidente es un enfoque equivocado que deja fuera mucha de la riqueza del género.

 


 

Three... Extremes (Sam gang 2, 2004), como ya he explicado, es la secuela que llegó en primer lugar a nuestras pantallas. Aunque Fruit Chan no era conocido, Park Chan-wook y Takashi Miike sí lo eran gracias a Old Boy (Oldeuboi, 2003) y Audition (1999), respectivamente.

Dumplings de Fruit Chan abre el film con un trama sobre dumplings hechos con la carne de fetos que da a entender porqué al título del film se le añadió el "extremes". El argumento tiene como tema la obsesión por la eterna juventud y los extremos a los que la gente está dispuesta a llegar para mantener la belleza física eterna. Un tema que, por desgracia, se ha mantenido actual, con las redes sociales alimentando la obsesión por la juventud eterna y los filtros para crear una belleza aparente. La protagonista, interpretada por Miriam Yeung, se convierte en un monstruo mientras por fuera va ganando belleza, en una especie de eco caníbal del retrato de Dorian Gray.

Cut de Park Chan-wook tiene una historia más simple para que el director pueda dar rienda suelta a su estilo visual. Eso sí, aunque la historia sea simple no deja de ser bastante retorcida, partiendo de la clásica premisa en la que un psicópata toma a una pareja prisionera en su casa. El director utiliza la lucha de clases como fondo del argumento, que sirve también para crear algunos momentos brutales, salpicados siempre de humor negro. Chan-wook exprime al máximo sus habilidades estéticas en los 40 minutos (aproximadamente) que dura su segmento, ofreciendo al espectador un experiencia realmente visceral.

Y llegamos a Box, el segmento dirigido por Takashi Miike. Sin duda, este es mi fragmento favorito, teniendo en cuenta las dos películas. Miike se había labrado una reputación como director violento, creador de películas extremas y brutales en Occidente. Pero aquí el director sorprende con una historia onírica y críptica, adelantando algo de lo que Miike podría desarrollar en el futuro. Sin dejar nunca claro qué es realidad y qué es fantasía, la historia mezcla sueños y recuerdos dejando vía libre al espectador para que interprete lo que ha visto.  Kyôko (Kyôko Hasegawa) es una escritora que tiene visiones de su hermana gemela, que al parecer murió cuando tenía diez años. Explicar más sería destripar la historia, pero sí puedo decir que, mientras la vamos descubriendo, la interpretación más obvia puede no ser la más acertada. Pero esta es la belleza de este segmento, que es más como una poesía visual que una clásica historia de terror.

Box es mi segmento favorito, pero puede que el vuestro sea Going Home o Cut. Sea como sea, entre estas dos fantásticas antologías encontraréis suficiente diversidad y exotismo para satisfacer todos los paladares, del más exigente al que solo quiere pasar un buen rato con un par de pelis de miedo.

 

24 oct 2025

The Island (Sang sei sin)

 


 

El argumento de The Island (Sang sei sin, Po-Chih Leong, 1985) no parece, a primera vista, muy distinto de los slashers americanos de la época: el profesor/tutor Cheung (John Sham) acompaña a un grupo de estudiantes durante una excursión a una de las islas de Hong Kong que se supone deshabitada, pero una vez allí descubren a una familia formada por tres hermanos que no están demasiado cuerdos. Lo que pasa a continuación no os sorprenderá: entre los urbanitas y los tres hermanos se desata una sangrienta batalla por la supervivencia. Sí, es una trama bastante parecida a la de otros slashers de la época como Escóndete y tiembla (American Gothic, John Hough, 1987) o Pánico antes del amanecer (Just Before Dawn, Jeff Lieberman, 1981). Pero esta incursión del cine de Hong Kong en el terror de supervivencia ofrece mucho más de lo que parece a primera vista.

El terror de supervivencia empezó a andar con el estreno de Defensa (Deliverance, John Boorman, 1972) y se desarrolló al máximo durante la década de los 70 en Estados Unidos con clásicos como Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes, Wes Craven, 1977) y La presa (Southern Comfort, Walter Hill, 1981). Con la llegada de la explosión slasher, se crearon híbridos como El terror final (The Final Terror, Andrew Davis, 1983). Pero más o menos todas tienen la misma estructura y comparten temáticas: un grupo de civilizados urbanitas se adentra en un paraje natural, allí se convierten en víctimas de un grupo de personas que ha abandonado las formas civilizadas y vive según su propio código y normas. Esto trae consigo que los urbanitas inevitablemente se hayan de asalvajar para sobrevivir. Y mientras algunos de estos temas se mantienen en The Island, aquí la raíz del conflicto es que uno de los hermanos quiere que una de las estudiantes excursionistas se case con él para mantener el nombre familiar. Ella se niega, claro, y arranca así el conflicto que degenera en una sangrienta batalla. La estructura del film también es distinta de sus contrapartidas americanas, así como la mezcla de géneros. El inicio mezcla suspense y comedia, hasta que el conflicto se exacerba y se convierte en una frenética película de terror.

Como he mencionado, hay una temática común entre esta película y las entradas americanas en el género. Al inicio del film, vemos al personaje que interpreta John Sham, el señor Cheung, que se siente horrorizado viendo como un pez devora a otro en una pecera. Se presenta así como un personaje pacífico, con un punto infantil. De hecho, la razón por la que va a la isla es porque la visitó de niño y quiere revivir su pasado. Sin embargo, en un arco parecido al personaje de Dustin Hoffman en Perros de paja (Straw Dogs, Sam Peckinpah, 1971), la naturaleza bondadosa del señor Cheung se ve radicalmente alterada. Se hace más efectivo este arco por el hecho de que John Sham normalmente interpretaba personajes cómicos y algo cobardes, así que su transformación resulta más inesperada. Le vemos intentar, de manera respetuosa y civilizada, que haya una desescalada, pero enfrentado a la locura homicida de los hermanos no le quedará más remedio que recurrir a los mismos métodos para proteger a sus estudiantes.

Por lo mencionado, The Island es una estupenda película de terror que se puede disfrutar tal cual. Pero hay más bajo la superficie. Hay algunas cosas que no vi debido a mi desconocimiento de la idiosincrasia de Hong Kong y supe luego gracias a los extras que acompañaban la edición en Blu-ray. Por ejemplo, la isla está deshabitada por leyes que aplicaba entonces el gobierno de Hong Kong, responsables de que muchos pueblos situados en la cadena de islas quedaran casi vacíos y esto es algo que el film critica. Así como el conflicto entre los tres hermanos y los estudiantes puede verse como un enfrentamiento entre el Hong Kong tradicional y el moderno, algo parecido a lo que sucede en La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, Tobe Hooper, 1974). También supe que un mismo tutor se mantiene con un mismo grupo de estudiantes durante toda la época del instituto, así que es normal que el señor Cheung se llevara a los estudiantes de viaje mientras estos esperan saber el resultado del equivalente allí de la selectividad.

Estos son detalles que enriquecen el film, pero se puede disfrutar sin verlo todo a la primera, como me pasó a mí. The Island no deja de ser una fantástica entrada dentro del género de terror de supervivencia y, si os gusta el género, es tremendamente satisfactoria como tal.

 

17 oct 2025

Susurros en la oscuridad (Whispers in the Dark)

 


 

En el inagotable pozo del thriller erótico noventero nos encontramos Susurros en la oscuridad (Whispers in the Dark, Christopher Crowe, 1992). Annabella Sciorra es la doctora Ann Hecker, una psicóloga que se siente cada vez más atraída y fascinada por las actividades de interior que le cuenta Eve, una de sus pacientes a la que da vida Deborah Kara Unger, cada vez más retorcidas y más cerca del sado. Las confidencias de su paciente le hacen evidente a Ann lo estancada que está su vida, por lo menos hasta que conoce a Doug, interpretado por Jamey Sheridan, un hombre atractivo que hace que Ann vuelva a sentirse viva. Pero todo se complica cuando Ann descubre que Doug es el mismo amante perverso sobre el que le ha hablado Eve. Es entonces que la doctora se ve envuelta en una trama mortífera.

Esta es la única entrada del director Christopher Crowe en el género, sin contar su trabajo como guionista en Pasión obsesiva (Fear, James Foley, 1996) que era una especie de versión adolescente de Atracción fatal (Fatal Atraction, Adrian Lyne, 1987), pero es una contribución de notable interés. La idea de la que parte el argumento es interesante, la progresiva fascinación de la psicóloga por las experiencias eróticas de la paciente y convertirse sin saberlo en la amante de la pareja de esa misma paciente resulta atractiva por el morbo con el que se puede jugar y el dilema ético de la psicóloga. El reparto está bien escogido, completado por John Leguizamo, como otro paciente que puede ser un posible sospechoso, Anthony LaPaglia, como un policía que siente gran desprecio por la psicología, y Alan Alda como el mentor de Ann. Y la trama de intriga ofrece suficientes giros como para mantener el interés.

Sin embargo, el trabajo de Crowe como director solo sirve para cumplir el cupo. Es funcional sin elevar nunca el material con el que está trabajando. Es la razón por la que este thriller cumple con su función de resultar entretenido pero nunca se convirtió en un clásico memorable del género, hoy día solo se interesarán en Susurros en la oscuridad aquellos que de forma activa busquen títulos del género que tengan un pulido acabado hollywoodiense y quieran darse un descanso de Shannon Tweed.

 

10 oct 2025

La locura de los Joker

 


 

Ahora que ha pasado el tiempo y se pueden ver las cosas con algo más de perspectiva, me gustaría detenerme un momento a analizar las distintas reacciones a Joker (Todd Phillips, 2019) y Joker: Folie à Deux (Todd Phillips, 2024). La extremada disparidad de críticas que ambas recibieron me pareció fascinante, especialmente la quema en la hoguera de la secuela. Huelga decir, destripada general de ambas películas, si no se han visto es mejor no leerlo. Y a lo mejor si se han visto también.

Supongo que debería empezar diciendo que no me gustó Joker. Animado por el talento detrás y delante de las cámaras que había dado forma a la película fui a verla con grandes expectativas, pero la decepción fue muy grande. Lo que vi, para mí, no era más que un refrito de El rey de la comedia (The King of Comedy, Martin Scorsese, 1982) y Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976). Además, el origen que presenta del Joker (o lo que entonces se creía que era un origen cinematográfico del Joker) era bastante mediocre y tópico. El Joker es un personaje anárquico y demente, que no tiene un origen fijo como otros personajes de cómic tienen. Personalmente, el origen que creía más interesante fue el creado por Alan Moore en el clásico La broma asesina, tal vez por eso la pedestre historia que presentaba Phillips me pareció demasiado normal y tópica para hacerle justicia al personaje. Eso sin mencionar que parecía una de esas películas en la que los responsables parecen avergonzados de estar haciendo un película basada en un personaje de cómic.

A mí no me dijo nada, pero la película desde luego conectó con la audiencia, que la convirtió en un gran éxito y declaró a Joaquin Phoenix como el mejor Joker cinematográfico de la historia. Esta recepción me pareció excesiva, pero quién soy yo para juzgar lo que gusta a los demás cuando me lo paso bien viendo una película sobre un feto diabólico asesino. En todo caso, cuando se anunció la inevitable secuela nacida a partir de los miles de millones que Joker recaudó en cines, la noticia me dejó indiferente. El anuncio de que Lady Gaga iba a interpretar el papel de Harley Quinn y que la película iba a ser un musical sí que me despertó algo de curiosidad, pero tampoco un gran interés en verla. Pero para el resto del mundo, la expectativa de una secuela pareció realmente excitante. El hype era desmesurado, Folie à Deux copaba la portada de todas las revistas de cine y todo el mundo esperaba que fuera poco menos que una obra maestra. Y entonces se estrenó.

El odio y el rechazo hacia la secuela fue tan pasado de vueltas como el éxito de la primera. Si antes Joaquin Phoenix era el mejor Joker de la historia, ahora había pasado a ser el peor, aunque la interpretación era más o menos la misma. Esta visceral reacción me sorprendió y me hizo tener ganas de ver la película en el cine, pero otras películas se interpusieron que me interesaban mucho más y no la vi hasta que se estrenó en streaming.

Al contrario que Joker, posiblemente porque no me gustó, esta película sí que me pareció interesante y me gustó bastante. Pero lo que más, me pareció fascinante cómo Todd Phillips dedicaba 138 minutos de película a abroncar a los fans por haberles gustado Joker por las razones equivocadas, que no la habían entendido y que estaban equivocados. Al contrario que otros directores, Phillips buscó enfrentarse y arengar a la audiencia, representada en la película por la Lee Quinzel de Lady Gaga.  Claro, entre el estreno de la primera y la segunda, el Joker se había convertido en un héroe, especialmente entre el público más de derechas, y, según el director, había malinterpretado completamente sus intenciones. Y viendo el arco de Lee Quinzel en la secuela, había interpretado bastante bien cuál iba a ser la reacción del público.

Esta cuasi suicida y prepotente actitud del director no pasó desapercibida, incluso aunque fuera de forma inconsciente, y la audiencia respondió de forma acorde. Esto era algo que no había visto nunca, al menos de esta forma. Claro que ha habido muchos casos de directores que se dejan llevar por su ego y se convierten en su peor enemigo, pero no había visto nunca un director que creara una película con el expreso deseo de trolear al público. Pero, de nuevo posiblemente porque no me gustó la primera, esto me permitió al menos disfrutar con esta película que, para darle el gran toque final, ni siquiera trataba del "verdadero" Joker enemigo de Batman, este aparece al llegar al clímax de Folie à Deux, una peineta final del director a la audiencia. Las cuatro horas y 18 minutos que habían visto al final resultan que ni siquiera eran sobre el auténtico Joker sino sobre un desgraciado que lo inspiró. Es por esto que Folie à Deux posiblemente sea la películas más punk que se ha estrenado en décadas. Y eso creo que merece algo de respeto.

 Oh, antes de acabar, para que conste, este es el mejor y más auténtico Joker que he visto fuera de los cómics:

3 oct 2025

El abogado del diablo (Guilty as Sin)

 


 

El abogado del diablo (Guilty as Sin, Sidney Lumet, 1993) no es un gran clásico olvidado que debe ser reivindicado ni es una película de culto que merece ser más conocida. Para mí, es un perfecto ejemplo de un tipo en particular de película que se sigue produciendo hoy día: la película que cuenta con un guion de género que es dirigido por un director de prestigio que busca "elevarlo" con irregulares resultados.

Jennifer Haines (Rebecca De Mornay) es una exitosa abogada que gana casos que parecen imposibles de ganar. Sus habilidades se ponen a prueba cuando David Edgar Greenhill (Don Johnson) llega para contratarla. Greenhill está acusado de matar a su esposa y lleva un tiempo observando el trabajo de la abogada, convencido de que es la más adecuada para defenderlo. Al principio Jennifer lo rechaza, pero luego decide aceptar el desafío. Pronto se arrepiente, no solo descubre que Greenhill es un asesino que está involucrándose en su vida de manera malsana, sino que también se da cuenta de que ella puede ser su siguiente víctima.

El abogado del diablo fue producida a principios de los años 90 del siglo XX, la década del thriller con psicópata. De hecho, Rebecca De Mornay acababa de tener un gran éxito con La mano que mece la cuna (The Hand That Rocks the Cradle, Curtis Hanson, 1992). No era el caso de Sidney Lumet, un prestigioso director de cine, uno de los nombres destacados del cine americano, al que la década de los 90 no estaba tratando demasiado bien, ya que venía de pegarse un batacazo con Una extraña entre nosotros (A Stranger Among Us, 1992). La posibilidad de tener un éxito dirigiendo una entrada en el género de moda debía ser muy jugosa. Y aquí entra en escena el guionista, Larry Cohen.

Larry Cohen se había labrado una gran reputación como maestro del cine de género, dirigiendo importantes éxitos como Estoy vivo (It's Alive, 1974) y  La serpiente voladora (Q, 1982). También se había labrado una buena reputación como guionista, desarrollando sus historias a partir de un potente concepto inicial. Un ejemplo ideal de su estilo sería Última llamada (Phone Booth, Joel Schumacher, 2003): nos presenta una idea sencilla, un hombre atrapado por un francotirador en una cabina, que sirve para sostener una entretenida cinta de suspense. La idea central de El abogado del diablo (¿no habría sido más adecuado La abogada del diablo?) es simple, un abogado descubre que su cliente no es solo culpable sino que busca convertirlo en su próxima victima, y da pie para construir una historia llena de suspense y giros de guion. En cierto modo, el guion nos presenta un personaje clásico de la literatura negra y criminal como es el gigoló asesino o cazador de herencias, habitual desde Un beso antes de morir (A Kiss Before Dying, Gerd Oswald, 1955) (curiosamente, se estrenó un remake de esta película un par de años antes de la película de Lumet), actualizado para el presente.

Cohen tenía un estilo que mezclaba el tono serio con el humor negro, trabajando los géneros con no poca ironía. Por desgracia, el humor negro y la ironía no eran los fuertes de Lumet, que filma de manera clásica y genérica una historia que pedía a gritos alguien que supiera explotar las posibilidades sórdidas y sensacionalistas de la historia. Paul Verhoeven o Joel Schumacher habrían hecho maravillas con este guion. Por desgracia, la película de Lumet acaba siendo un olvidable thriller debido a la reticencia del director a hacer nada que pudiera ser considerado de mal gusto. Tampoco ayuda que Don Johnson fuera demasiado mayor para interpretar el papel del asesino de mujeres ricas, que se supone es un gigoló seductor de mujeres maduras.

En otras palabras, cuando un director serio busca trabajar en un género para "elevarlo" por encima del mal gusto y el exceso, el resultado es un film mediocre sin sustancia.

 

26 sept 2025

La mansión de la niebla

 


 

La mansión de la niebla (Francisco Lara Polop, 1972) es café para los muy cafeteros. Una superviviente de la edad dorada del fantaterror español que mezcla distintos géneros para satisfacer a los aficionados a las historias con un toque gótico.

Elsa (Analía Gadé) es una empresaria que espera cerrar un importante negocio, acompañada de los Tremont (Yelena Samarina y Eduardo Fajardo), se dirige a reunirse con su marido Ernest (Alberto Dalbés). Porter (Franco Fantasia) está de viaje por la carretera y recoge a Laura (Lisa Leonardi), una atractiva autoestopista. Laura rechaza los avances de Porter y decide seguir viaje con el motorista Fred (Andrés Resino), que circula por la misma carretera. Todos estos personajes se pierden cuando la noche trae consigo una espesa niebla, de algún modo todos acaban llegando a una mansión en la que la misteriosa Martha Clinton (Ida Galli) les hace de anfitriona. Como os podéis imaginar, la noche estará llena de misteriosos sucesos y asesinatos.

La mansión de la niebla, conocida internacionalmente como Murder Mansion, es una coproducción italo-española que se produjo cuando el giallo italiano arrancaba con fuerza. Entonces, claro, no se era consciente de eso, solo que las películas de suspense producidas en Italia estaban cosechando mucho éxito internacionalmente. Por eso, la dirección de Francisco Lara Polop, un todoterreno del cine exploitation, y el guion de Luis G. de Blain y Antonio Troiso mezcla distintos elementos populares entonces. Es parte giallo, parte suspense clásico y parte terror gótico de ambientación contemporánea. Este cóctel tiene cosas positivas y negativas. Los aficionados disfrutarán con los elementos clásicos del suspense gótico, pero si están muy familiarizados con el género reconocerán enseguida las claves para desentrañar el misterio en el centro de la historia. Dicho esto, hay suficientes escenas y momentos propios del género como para mantener entretenido al fan: paseos por catacumbas, secretos familiares, cementerios sumergidos en la niebla y una dama en camisón explorando pasajes secretos iluminándose con una vela. También hay algo que para mí la hace interesante que es que mientras el espectador sabrá qué ha sucedido, para los personajes la historia permanecerá siendo un misterio.

Desde luego, este título no es ningún clásico, pero sirve para satisfacer el mono si ya se han visto los grandes títulos y uno se siente con ánimo de explorar los rincones más oscuros de la intersección entre el terror gótico y el giallo.

 

19 sept 2025

Her Vengeance (Huet mui gwai)

 


 

Hay pocos géneros tan problemáticos como el rape & revenge, traducido "violación y venganza". Es un género que ha dado películas tanto feministas como misóginas, dependiendo de la sensibilidad de los cineastas. Es reivindicado principalmente por autoras especializadas en el cine de género, por esas ocasiones en las que la película en cuestión llega a tocar de forma profunda el planteamiento. Una de las muestras más extremas de este género es Her Vengeance (Huet mui gwai, Ngai Choi Lam, 1988).

Kit-Jing (Siu-Fung Wong) es víctima de una brutal violación en grupo. Cuando descubre que los hombres responsables están detrás también de la muerte de su padre, su sed de venganza no hace más que aumentar. Con la ayuda de Hsiung (Ching-Ying Lam), un antiguo miembro de las tríadas que estuvo casado con su hermana Susan (Elaine Jin) y ahora es paralítico, los cinco culpables serán el objetivo de una sangrienta venganza.

Her vengeance es un remake de Kiss of Death (Du nu, Meng-Hua Ho, 1973). El director Ngai Choi Lam mantiene la premisa básica: una mujer violada en grupo, durante la violación le contagian una enfermedad venérea mortal y se venga de forma violenta. Pero, como es habitual, Choi Lam exagera y lleva hasta el extremo todas las situaciones. La secuencia de la violación es brutal y desagradable, como debe ser una escena de este tipo, siendo relevante la manera en que Kit-Jing va desconectando de la realidad a medida que el ataque se va alargando pero el dolor la trae de vuelta. La escena en que descubre que le han contagiado una enfermedad venérea, sin embargo, no ha envejecido demasiado bien, debido a la mentalidad y la ignorancia que había en la sociedad de Hong Kong en la época, con el doctor reaccionando de una manera melodramática que resulta algo ridícula. No se especifica qué tipo de enfermedad es, pero es algo que a finales de los 80 era tratable.

Pero la película es memorable, claro, por la sangrienta venganza a la que Hsiung contribuye a dar forma. Hsiung es un personaje memorable, despachando malvados desde su silla de ruedas de forma espectacular. Es un personaje que sería fantástico ver en otra película protagonizada por él, es una gran contribución que hace creíble que con su ayuda Kit-Jing pueda acabar con los monstruos que la atacaron. Porque son auténticos monstruos, unos desalmados que van dejando tras de sí un rastro de crímenes y asesinatos. La representación de los villanos cumple su objetivo de que te impacientes por ver cuándo los destrozarán los dos protagonistas, pero es también una película oscura cuyas escenas brutales están ejecutadas seriamente.

Viendo cómo el cine de Hong Kong de CatIII trataba esta temática, esta es una de las mejores contribuciones al género surgidas del país. Es también un título notable dentro del género que está a la par de entradas más populares como Desenlace mortal (Thriller - en grym film, Bo Arne Vibenius, 1973) Ángel de venganza (Ms.45, Abel Ferrara, 1981).  Es también una película para los fans del cine de género hecho en Hong Kong. Eso sí, no es una película para personas de estómago delicado.


12 sept 2025

The Cat (Lo mau)

 


 

Hay pocos directores que puedan decir que terminaron su carrera en el cine por todo lo alto, pero Ngai Choi Lam desde luego es uno de ellos. Su última película como director fue The Cat (Lo mau, 1991), una locura que culminó de manera genial una carrera llena de títulos demenciales.

Como The Seventh Curse (Yuen Chun Hap yu Wai See Lee, Ngai Choi Lam, 1986)The Cat se basó en una novela de Kuang Ni. El autor utilizó el pseudónimo de Wisely para escribir toda una larga serie de novelas en las que un precedente de Mulder se dedica ha investigar casos extraños, muchas veces relacionados con extraterrestres o fenómenos paranormales. Wisely era también el nombre del protagonista de estas aventuras y en The Cat está interpretado por Waise Lee (en The Seventh Curse fue interpretado por Chow Yun Fat). En The Cat, Wisely investiga las extrañas actividades de un misterioso trío que resulta estar formado por una princesa (Gloria Yip), un hombre mayor llamado Errol (Siu-Ming Lau) y un gato que parece más inteligente y hábil de lo que seria un gato normal. Este trío de personajes son visitantes de otro planeta, que están aquí para parar la sangrienta invasión de una especie extraterrestre malvada.

Aunque resulta obvia la influencia de algunas de las situaciones de la película, en particular El terror no tiene forma (The Blob, Chuck Russell, 1988)La invasión de los ultracuerpos (Invasion of the Body Snatchers, Philip Kaufman, 1978), el mayor mérito de The Cat es que resulta impredecible. Incluso teniendo en cuenta que el argumento es muy común, una clásica historia de invasión extraterrestre, el desarrollo no lo es, así como tampoco las bizarras secuencias en las que el director sumerge al espectador. Posiblemente la más memorable es una increíble pelea entre el gato espacial y un perro policía. Como, obviamente, los animales reales no podían llevar a cabo la pelea, que incluye llaves de artes marciales y saltos en el aire, se utilizaron una diversidad de técnicas para hacerla realidad, desde animales mecánicos a animación stop-motion. Los animales reales se utilizaron solo para primeros planos y reacciones, lo que hace que la pelea sea una delicia de ver, además de muy divertida (más sabiendo que no se maltrataron animales, lo que no habría sido extraño en aquella época). Pero mi secuencia favorita, además de la ojiplática secuencia final, es la que nos muestra como el alien malvado, una especie de hongo espacial carnívoro, se deshace de un grupo de policías. Es el tipo de secuencia que solo se podría ver una película de Ngai Choi Lam y en el cine extremo de Hong Kong de la época.

The Cat también contiene escenas de acción más habitual en el cine de Hong Kong, pero con un toque demencial, para que no desentone con el resto de la película. Es lo que acaba de redondear esta joya con la que Ngai Choi Lam se despidió del cine. En la película se ve de fondo la angustia por lo que sucedería en 1997, cuando Hong Kong regresa al control chino. Teniendo en cuenta que el gobierno chino no permite las películas con contenido sobrenatural, ¿es posible que Choi Lam emigrara de Hong Kong hacia Estados Unidos por esa razón? Lo desconozco, es pura especulación, pero lo que es seguro es que esta película es un fantástico broche de oro a una carrera que transitó por el lado más salvaje y loco del cine.

 

11 sept 2025

Historia de Ricky (Riky-Oh/Lik wong)

 


 

Desconozco la razón, pero estaba convencido de que ya había comentado Historia de Ricky (Riki-Oh aka Lik wong, Ngai Choi Lam, 1991) en este blog. Pero preparando una entrada para otra película de este director realicé una búsqueda entre las entradas del blog y descubrí, con no poca sorpresa, que esta obra cumbre del cine extremo no aparecía. Alguna vez me había pasado que escribía un artículo sobre una película sobre la que ya había escrito, sin embargo es la primera vez que me pasa lo contrario.

La razón por la que estaba convencido de que ya había escrito sobre Historia de Ricky es que es un título mítico, sobre todo entre los de mi generación. Cuando, entre finales de la década de los 90 y primeros 2000, empezaron a llegar títulos del cine asiático en vídeo y DVD, previamente imposibles de ver para el típico adolescente sin muchos medios, este fue uno de esos títulos cuya fama se propagó más rápido que una noticia falsa en Tik Tok. Algo solo comparable a las películas de John Woo.

Sobre el papel, Riky-Oh no parece nada del otro mundo. Nos encontramos en el futuro: el año 2001. Las prisiones son llevadas por empresas privadas, lo que ha hecho que acaben convertidas en centros de corrupción. Riky-Oh (Louis Fan) es encarcelado tras vengar la muerte de su prometida, al poco de llegar se enfrentará con las diferentes bandas que pueblan la cárcel y a un alcaide corrupto. Sí, el argumento parece el mismo de otros tantos dramas carcelarios, si bien con un toque futurístico. Pero esta adaptación de un manga creado por Masahiko Takajo y Saruwatari Tetsuya, es de todo menos típica. Llena de personajes grotescos y casi inhumanos, Riky-Oh deja una huella indeleble debido a la extrema y grotesca ultraviolencia con que Ngai Choi Lam ilustra las peleas que lleva a cabo el protagonista, con golpes imposibles capaces de reventar estómagos y personajes que utilizan su propio intestino para estrangular a un combatiente.

Ngai Choi Lam, tras unos inicios no muy destacables en Shaw Brothers, se reveló como un experto en el cine extremo y pasado de vueltas cuando empezó a trabajar en Golden Harvest. Riky-Oh es la película en la que su estilo llega a la cumbre. La mezcla de la violencia de tebeo con lo grotesco y el body horror llenan esta cinta de culto de momentos memorables, pero la habilidad de Choi Lam va más allá de simplemente acumular escenas bizarras. El director imprime a la historia un estilo energético y cinético que logra dar vida al mundo en que se mueve Riky-Oh, evitando resultar repetitivo o cansar al espectador con su oleada de sangre y puñetazos.

Historia de Ricky se ha mantenido como un film de culto no solo entre los de mi generación, sino que nuevas generaciones continuamente descubren esta obra maestra. Una gran manera de descubrir a un director cuya filmografía está llena de maravillas como esta.

 

5 sept 2025

Sangre de héroes (The Salute of the Jugger)

 


 

Cada vez es más raro encontrarse con auténticas películas de culto. Películas que cumplen con la definición original de "película de culto". En el caso de Sangre de héroes (The Salute of the Jugger, David Peoples, 1988), incluso hay personas que le rinden culto sin saberlo.

Nos encontramos en un futuro posapocalíptico. Menos los privilegiados que viven en ciudades subterráneas, la gente sobrevive en pequeños poblados, trabajando duro para poder comer y sobrevivir. La única distracción es El Juego. Un deporte que juegan los juggers, violento y brutal pero que se rige por un estricto código de honor. El equipo de Sallow (Rutger Hauer) llega al poblado en el que vive Kidda (Joan Chen). Kidda sueña con ser una campeona del Juego y llegar a vivir en una ciudad. Tras unirse al equipo, Kidda presionará para intentar el desafío de la Liga. Pero Sallow, en su día campeón de la Liga, no quiere regresar, debido a la manera en que fue expulsado. Pero la insistencia de Kidda da frutos y el humilde equipo se dirige a la ciudad para intentar lograr lo que ningún equipo ha logrado.

The Salute of the Jugger fue creación de David Peoples, el único esfuerzo como director de este prestigioso guionista. Concibió la idea a finales de la década de los 70 inspirado por el relato original Roller Ball Murder de William Harrison, que también inspiró el clásico Rollerball (Norman Jewison, 1975), y la clásica Rocky (John G. Avildsen, 1976). Pero la película no se puso en marcha hasta finales de los 80, cuando el género posapocalíptico estaba de moda. Y, tal vez, eso fue un problema.

El tremendo éxito de Mad Max 2, el guerrero de la carretera (Mad Max 2, George Miller, 1981) generó una gran cantidad de imitaciones. Algunas muy entretenidas, como 1990: Los guerreros del Bronx (1990: I guerrieri del Bronx, Enzo G. Castellari, 1982) o El exterminador de la carretera (Il giustiziere della strada, Giuliano Carnimeo, 1983), otras, la mayoría, simples imitaciones sin imaginación. Para cuando The Salute of the Jugger se estrenó, el género ya estaba bastante quemado. Por supuesto, el film de Peoples no trata de imitar la saga creada por George Miller, sino que se trata de un tipo de historia muy distinto, aunque su ambientación podría hacerlo pensar a primera vista. Esto provocó que aquellos ya cansados de estos futuros desérticos estuvieran ya cansados del tema y decidieran ignorar la película, pero también aquellos aficionados al género, esperando ver un tipo determinado de historia, quedaran decepcionados por el film. Puede que hubiera otras razones, pero el resultado no cambia: el film fue un fracaso de taquilla y prácticamente desapareció. El film reapareció en vídeo, medio en el que poco a poco fue adquiriendo devotos seguidores.

The Salute of the Jugger es una película de acción, pero no la típica película de acción. Es más bien como una película deportiva en la que los jugadores pueden acabar muertos. Los Juggers se mueven por un código de honor que hace que incluso los equipos contrarios compartan un sentimiento de hermandad, un respeto adquirido en este peculiar campo de batalla. Es la historia de un equipo con todo en contra que intenta lograr un hito aparentemente imposible. Pero, y aquí está la influencia de Rocky, no se trata tanto de ganar como de llegar a la meta con dignidad. Lo que sí es ganador es el reparto, empezando por Rutger Hauer, que está fantástico, y nombres que uno no esperaría ver en una película como esta como Joan Chen, Delroy Lindo y Vincent D'Onofrio. Para los fans del cine de género, también nos encontramos a Richard Norton y Hugh Keays-Byrne. Este reparto, sumado a la ambientación, hace que el espectador lo tenga fácil a la hora de sumergirse en este mundo.

Pero el elemento que más llama la atención, como es de esperar, es El Juego. Tanto que fans de la película empezaron a jugarlo en la vida real, con algunos cambios para que todos acabaran el partido con vida. Se inició en Australia, en un festival dedicado al cine posapocalíptico, pero rápidamente saltó a otras partes del mundo, como Alemania. Incluso hay una liga Jugger en España. Creo que es posible que muchos jugadores de la liga Jugger desconozcan la película que inspiró el juego (espero equivocarme), pero resulta fascinante como una película que en su día pasó completamente desapercibida haya acabado inspirando una disciplina deportiva.

Confieso que a mí no me gustan las películas deportivas, no me interesan y me aburren. Pero, claro, con su ambientación futurista, su reparto y sus escenas brutales, The Salute of the Jugger va más allá del género. Es una mezcla que realmente la hace única.

 

29 ago 2025

Los guerreros de la muerte (Stone)

 


 

El fenómeno de las bandas moteras tuvo su entrada en el cine a lo grande con Salvaje (The Wild One, Laslo Benedek, 1953). Pero muy pronto se convirtieron en villanos de pacotilla, hasta que, a mediados de la década de los 60 del siglo XX, se convirtieron en héroes con la llegada de la contracultura y el cine enfocado a un público joven con títulos como Los ángeles del infierno (The Wild Angels, Roger Corman, 1966). Aunque los moteros no tardarían en volver a ser villanos de pacotilla, cumpliendo con el papel que luego tendrían los punks en la década de los 80, empezaron a surgir más películas que los representaban no como héroes, pero como figuras que se rebelaban contra la autoridad. La contracultura tardó un poco en llegar a Australia, pero allí se produjo un clásico del cine motero que hoy día sigue siendo considerada la mejor película motera de la historia. Esta película, escrita, dirigida, producida y protagonizada por Sandy Harbutt, es Los guerreros de la muerte (Stone, 1974).

Toad (Hugh Keays-Byrne) es miembro de los Grave Diggers y, en una salida, ve como un asesino profesional mata a un político. Muy pronto, los Grave Diggers empiezan a ser asesinados uno a uno. Stone (Ken Shorter) es el policía encargado de averiguar quién es el asesino que se ha obsesionado con estos moteros. A Undertaker (Sandy Harbutt), el líder de la banda, no le hace gracia tener a un policía siguiéndoles, así que obliga a Stone a adoptar la vestimenta y el modo de vida de la banda. Stone empezará a admirar el modo de hacer de los Grave Diggers mientras intenta detener al asesino.

El interés de Sandy Harbutt por rodar una película sobre moteros tiene un doble origen. Por un lado, Harbutt conocía personalmente a diversos moteros. Esto influyó no solo en querer representar este estilo de vida, también en intentar ofrecer un retrato que no juzgara moralmente a los protagonistas, representándolos tal cual eran. Por otro lado, muchos de los moteros de la vida real que conocieron Harbutt y el productor David Hannay eran veteranos de la guerra de Vietnam, entonces todavía presente. Harbutt y Hannay vieron que los veteranos se habían sumergido en la vida motera como manera de rechazar a la sociedad que, antes, les había hecho sentir rechazados. De esta manera, a la acción y el drama, se le añadió a la película un sustrato político.

La película se rodó siguiendo un estilo "comunal", donde todos colaboraban en todas las funciones, bajo la dirección de Harbutt. Era como si el espíritu de los personajes, su ansía de libertad, se hubiese contagiado a los cineastas. Esto hizo que la película se pudiera completar a pesar del bajo presupuesto con que contaba el film. Se ha de añadir que este espíritu libertario se aplicaba principalmente a los hombres, las mujeres, delante y detrás de la pantalla, eran tratadas tan pobremente como era habitual en el cine de los 70 del siglo XX. Son poco más que objetos decorativos al servicio de los moteros. Claro, esto se hace obvio al ver el film con ojos actuales, no se trata de quitarle mérito artístico.

Cuando se estrenó no fue bien recibida en su Australia natal, si bien fue un éxito de taquilla. No representaba el tipo de cine por el que el país quería ser conocido y Harbutt no pudo seguir trabajando en la industria cinematográfica australiana. El film también fue un éxito internacional, captando el espíritu rebelde de la época y admirada por moteros alrededor del mundo. Hoy día se mantiene como un clásico del cine de los 70, una máquina del tiempo que nos sumerge en otra década y otra manera de ver el mundo.

 

22 ago 2025

Houseboat Horror

 


 

Houseboat Horror (Ollie Martin, Kendal Flanagan, 1989) es una película que parecía destinada a la oscuridad, a desaparecer por el mismo camino que los videoclubes. Pero ha sobrevivido, contra todo pronóstico, mantenida viva en el recuerdo gracias a ser un fantástico ejemplo de cine trash. Amantes del mal gusto y del cine de calidad alternativa, he aquí una película para alegraros las noches de invierno (cuando lleguen).

Un grupo de rock decide filmar un videoclip en distintas localizaciones, usando casas flotantes como medio de transporte. El rodaje arranca en el lago Infinity, donde hace años un rodaje acabó en tragedia y desde entonces, todo aquel que ha intentado filmar en la zona ha terminado desapareciendo en misteriosas circunstancias. Pero nuestros protagonistas no lo saben, ni sospechan que nada vaya mal cuando uno a uno van siendo eliminados.

Sobre el papel, Houseboat Horror parece otro típico slasher de los muchos que se hacían entonces. Incluso el hecho de ser rodada directamente en video era ya algo común entonces (si bien no en Australia, donde esta película fue la primera). El argumento también es bastante tópico, pertenecer a una banda de rock en una película de terror trae bastante mala suerte; hay muchos ejemplos de películas cuyo argumento gira en torno a grupos que van a rodar un videoclip y la experiencia se convierte en una pesadilla como Estela de sangre (Blood Tracks, Mats Helge Olsson, Derek Ford, 1985)Al filo del infierno (Rock 'n' Roll Nightmare, John Fasano, 1987)Melodía de horror (Paganini Horror, Luigi Cozzi, 1988). Además, Houseboat Horror fue una producción de muy bajo presupuesto que, con la excepción de algunos miembros del reparto, era la primera película que hacían los cineastas delante y detrás de las cámaras.

Teniendo todo esto en cuenta, ¿qué es lo que hace de esta una película especial que ha sobrevivido durante décadas? La ejecución. Todo se basa en la ejecución, desde los diálogos inventados sobre la marcha hasta los torpes movimientos de cámara que continuamente tapan con su sombra al reparto. La inexperiencia del equipo de rodaje se ve también en que en la mayoría de escenas se ve el borde del objetivo de la cámara, como si se estuviera filmando a través de un agujero.

Houseboat Horror fue ideada por Ollie Martin, un productor y periodista que trabajaba en televisión. Martin, viendo cómo el mercado se llenaba de películas de terror llegadas de Estados Unidos decidió sumarse a la moda. Y lo hizo a través de un nuevo, llamativo y, lo más importante, barato sistema: el video. Martin escribió un guion inspirado en las hazañas de Jason Voorhees, con no pocas dosis de humor, sangre y desnudos gratuitos. Sin embargo, cuando empezó el rodaje, Martin se dio cuenta de que era demasiado lento y no podría de rodar el guion en el tiempo que tenían. Como también era el productor, decidió despedirse a si mismo y pasarle las riendas de director a Kendal Flanagan. Flanagan era un director curtido en televisión y aplicó la misma mentalidad al slasher. Por supuesto, lo que funciona en un culebrón diario no funciona en una película de terror, lo que no detuvo a Flanagan.

El cambio entre ambos directores se nota. Las dos secuencias que dirigió Martin, aún con la fea estética del video, están medianamente bien realizadas. El resto dirigido por Flanagan se convirtió en un festival de incompetencia, llevada a un extremo que la hace inolvidable. De este modo, Houseboat Horror pasó de ser lo que podría haber sido un correcto pero poco imaginativo slasher a convertirse en una cinta de culto.

La dirección puso la rapidez por encima de todo. El resultado es que, por ejemplo, aunque los maquillajes están bien hechos para el presupuesto que tenían, están filmados bajo una luz brillante, habitual en la televisión, y con ángulos poco favorecedores. Hasta el trabajo de Tom Savini tendría mal aspecto en esas condiciones. Personalmente, los mejores momentos son los de involuntario surrealismo. Por ejemplo, una de las actrices sale del agua (no se nombra a los personajes así que no se puede saber quién es quién) y es iluminada por una linterna. Ella se gira y suelta el habitual: "oh, eres tú" y algunas líneas de diálogo más. Parece la típica escena en que alguien es asesinado por alguien que conoce dando pistas al espectador sobre quién es el culpable, ¿verdad? Pues no, la siguiente escena es luego la actriz en la casa flotante preparándose para ir a dormir. ¿Con quién hablaba? ¿Por qué no responde ni aparece en cámara? ¿Qué objetivo tenía la escena si ya se sabe quién es el asesino? Creo que simplemente se olvidaron de rodar las respuestas de otro personaje para que el diálogo tuviera sentido pero incluyeron la escena igualmente porque la actriz aparece desnuda. No cambia que sea un momento absurdo y divertido, de los que la película está lleno.

Este el tipo de película que hará que muchos dejen de verla a los cinco minutos,  pero que los aficionados al cine trash y al cine involuntariamente hilarante disfruten de principio a fin. Houseboat Horror requiere un paladar entrenado en este tipo de cine para disfrutarla pero no os arrepentiréis de subir a bordo.

 

15 ago 2025

Desolation Angels

 


 

¿Qué les pasa a los australianos con los coches? ¿Qué obsesión les lleva a meter persecuciones y amenazas vehiculares en sus películas de género? Casi resulta extraño que en Picnic en Hanging Rock (Picnic at Hanging Rock, Peter Weir, 1975) no haya por lo menos una persecución. Un ejemplo de esta obsesión es Desolation Angels (Christopher Fitchett, 1982).

Jilly (Kim Trengove), Joanne (Kerry Mack) y Liz (Marie O'Loughlin) son tres amigas que deciden celebrar que han acabado los exámenes pasando un fin de semana de relax en la casa en la playa que tienen los padres de una de ellas. Pamela Wilkinson (Karen West) forma parte de una trama que busca enriquecerse con cheques falsos y desfalcos, pero ella quiere dejar la banda e irse por su cuenta. Normalmente, las tres amigas y Pamela no deberían cruzar sus destinos, pero sucede cuando tres psicópatas se encaprichan de ellas y empiezan a acosarlas.

La primera parte del film se centra en presentar a las futuras víctimas. Por un lado, las protagonistas adolescentes y las preocupaciones habituales de esa edad. Por otro lado, Pamela y su plan para quedarse ella con todo el dinero que ha conseguido con su cómplice. Ambas historias se mantienen separadas durante gran parte de la película. La acción arranca cuando las amigas se lanzan a la carretera y se cruzan con lo que parece un vehículo fúnebre negro, matrícula HEX777. Los conductores del vehículo intentan llamar la atención de las chicas, que los ignoran, pero el vehículo parece encontrarlas allá donde van. Esto es así porque ellas no se han dado cuenta de que se trata de dos vehículos, el otro con matrícula END666. Esta sección parece influenciada por El diablo sobre ruedas (Duel, Steven Spielberg, 1971), creando tensión con las persecuciones y la creciente obsesión de los psicópatas. Luego, la acción se traslada a la localidad de la playa y se dejan de lado las persecuciones, aún así los psicópatas hacen notar su presencia haciendo sonar los motores de sus vehículos en la noche. Es en esta parte que finalmente se cruzan las historias de las tres amigas con Pamela, en lo que se convierte en una lucha por la supervivencia con la tranquila localidad veraniega como fondo.

Desolation Angels mezcla elementos de suspense y terror, con toques de slasher, para construir una historia sencilla pero cargada de tensión. Karen West fue una modelo de Penthouse, lo que parece inspiró algunos momentos de desnudos gratuitos, el único elemento que chirría un poco en el conjunto. El reparto hace un trabajo correcto, nada especial pero no te sacan de la película. Tiene algunos momentos algo lentos, pero se compensa con los momentos de acción y las bien construidas secuencias de suspense. Además tiene algunos toque peculiares que hacen que no sea una simple imitación de las películas que llegaban de Estados Unidos. Por supuesto, como ya he comentado, el elemento más australiano es cómo hace que los coches se conviertan en una arma más de los psicópatas. El póster no parece tener ninguna relación con la película, una mala manera de vender una entretenida mezcla de thriller y terror como es Desolation Angels.