28 jul 2010

Supernova



Esta película dirigida por Juan Miñón y escrita por Jesús Beltran, Juan Francia, Javier Miñón y Juan Miñón se estrenó en 1993 siendo vista por decenas de personas. Tal vez menos. Fue popular en su momento por estar protagonizada por Marta Sánchez que estaba rodeada de habituales del cine español como Javier Gurruchaga, Gabino Diego, Neus Asensi o la incombustible Chus Lampreave. Como digo, fue popular por la aparición de Marta Sánchez pero por poco más, ya que la película fue un monumental fracaso de taquilla y crítica. Su director salió a la palestra diciendo que lo que él había hecho era una película de culto. Pero, amigo Miñón, para que una película sea de culto ha de tener unos seguidores fanáticos que la veneren, por eso se llama "de culto", no basta con que uno lo diga. Puede que uno de los factores por los que la película fracasó fuera que Marta Sánchez no es precisamente Olivia de Havilland y todo lo que uno podría querer ver de Marta Sánchez ya salió en un mítico número de Interviú (por lo menos en mi caso, supongo que no hay que descartar a los fans de su faceta como cantante). Pero la película tiene otros problemas y sería injusto descargar toda la responsabilidad sobre la apetecible Marta porque hay para todos.

La cantante Fénix (Sánchez) vuelve a la ciudad tras una gira triunfal por el Japón. El Conde Nado  (un ejemplo del fino humor de la película) (Gurruchaga) está obsesionado con Fénix desde que ella lo abandonó. Por ello el Conde ha secuestrado a la científica Avelina (Lampreave) para que le construya una réplica cibernética: Supernova. El plan es sustituir la réplica por la auténtica Fénix. Por su lado, Saturnino (Diego) es un comando encargado de eliminar los esnufers, unas criaturas mutantes que plagan la ciudad cuyas escenas están filmadas con sorprendente torpeza, que está perdidamente enamorado de Fénix y hace lo posible por enamorarla.

Supernova es una película mediocre, una comedia que no hace gracia. Ni siquiera es lo suficientemente bizarra para ser la película de culto que asegura su director que es. Los actores se pasean por la pantalla, soltando sus frases y luego corren a cobrar su cheque. El diseño de producción, muy de los años noventa, no resalta en ningún aspecto. Es una de esas películas que mientras la ves te dan ganas acelerarla con el mando del vídeo.

El guión mezcla diferentes ideas con la intención de homenajear clásicos de la ciencia-ficción y maravillas como La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, James Whale, 1935) pero todos los chistes y diálogos caen planos en el suelo. Ni siquiera una sonrisa de simpatía me provocó esta película.

Realmente no puedo recomendarla ni como diversión basura. Vedla por vuestra cuenta y riesgo.

No he encontrado ningún vídeo relacionado con la película, tampoco es que haya buscado mucho. Para quitar el mal sabor de boca os dejo con un tema de You Say Party! We Say Die!

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