Roman Coppola escribió y dirigió CQ (2001), una pequeña maravilla que, aunque vista en el festival de Sitges del 2002, no es muy conocida por estas lares. O al menos, a mí me lo parece. Roman Coppola ha trabajado como director de la segunda unidad en varias películas de su padre, en las de su hermana y con Wes Anderson. Francis Ford Coppola es uno de los productores de la película, Sofia Coppola tiene una breve aparición y ha filmado un documental sobre CQ al igual que su madre, su primo Jason Schwartzman interpreta unos de los papeles y otro primo suyo, Chris Neil, trabaja como acting coach. Vamos, que todo queda en familia.
Pero ésto no es el producto de un niño de papá, es bastante interesante. Roman Coppola dota a la película de diferentes texturas y capas, proporcionando al espectador una interesante experiencia visual.
Paul Ballard (Jeremy Davies) es un cineasta americano que está trabajando en París como editor en una película de ciencia ficción (Codename: Dragonfly). Para él no es más que una tonta película de acción, él está realmente interesado en su proyecto personal, un diario cinematográfico en el cual graba todas sus emociones y experiencias con la intención de estrenarla y convertirse en un director de cine serio. Todo cambiará cuando, a causa de "diferencias artísticas", el productor Enzo (Giancarlo Giannini) despide al director Andrej (Gérard Depardieu), dejando al cargo a Paul. Esto acabará complicando la relación de Paul con Marlene (Élodie Bouchez), sobretodo cuando Paul empiece a enamorarse de Valentine (Angela Lindvall) que interpreta a Dragonfly. Será entonces cuando la frontera entre realidad y ficción se empezará a hacer borrosa para Paul.
Esta es la base en la que Coppola se basa para crear una serie de homenajes al cine, para los que los quieran buscar, que sirven para enriquecer la trama, además de añadir algunos toques autobiográficos. En primer lugar tenemos la historia que transcurre en "el mundo real", con Paul intentando llevar a buen puerto la producción comercial y descargando sus ansías artísticas en su proyecto personal. Esta parte muestra una gran influencia de Federico Fellini (particularmente 8 1/2 (1963)), la fotografía resulta cálida y natural. Esta es la parte donde la interpretación de Davies resalta, ya que es muy contenido haciendo que resalte la locura que hay a su alrededor. También destaca la actuación de Giannini que ofrece una imitación bastante divertida del productor Dino De Laurentiis. Obviamente, es la parte importante de la película, en la que vemos la lucha de Paul Ballard por encontrar un rumbo vital, ya que parece evidente al principio de la película que no es feliz ni honesto consigo mismo. Coppola, además, recrea el ambiente de la edad dorada de las coproducciones europeas, en las que tenías películas con directores americanos, actores franceses y equipo alemán, por ejemplo. Eran producciones destinadas a competir con las americanas y por ello estaban muchas veces protagonizadas por actores americanos o ingleses en un intento de hacerlas pasar por producciones americanas de cara a su distribución internacional.
Luego tenemos el proyecto personal de Paul. Una película que rueda él mismo en 16 mm, y es la sección donde se hace referencia a la nouvelle vague y a películas como David Holzman's Diary (Jim McBride, 1967). El diario de Paul es en blanco y negro y tiene un aspecto más granulado que el resto de película. La iluminación también es más cruda ya que la hace Paul mismo. Es en estas secciones que vemos como los eventos que tienen lugar en su vida le van afectando, especialmente en su relación con Marlene.
Luego tenemos la película de ciencia ficción Codename: Dragonfly, que poco a poco se irá introduciendo en el mundo de Paul. Dragonfly es un sincero homenaje a películas como Barbarella (Roger Vadim, 1968), Diabolik (Mario Bava, 1968) o Modesty Blaise, superagente femenino (Modesty Blaise, Joseph Losey, 1966). Uno de los actores que vemos en Dragonfly es John Phillip Law, que aparece tanto en Barbarella como en Diabolik. Las secciones de Dragonfly son mucho más vibrantes en cuanto a fotografía se refiere, adaptando el estilo colorido de esas producciones. Además es de notar que los efectos especiales son realizados ópticamente, utilizando las mismas técnicas de entonces, sin usar efectos especiales infográficos. Algo que no es nuevo para Roman Coppola, que se encargó de los efectos especiales de la película de su padre Drácula de Bram Stoker (Bram Stoker's Dracula, 1992), donde también se recreaban técnicas que se remontaban al cine mudo. Son también los momentos en los que se concentran los toques de humor, además de irse incorporando a las fantasías de Paul. Fijaos que el tráiler de Codename: Dragonfly es una referencia directa al de Dr. Strangelove (1964) de Stanley Kubrick:
Esta mezcla de estilos y tonos diferentes hace que uno disfrute con la película de principio a fin. Y más si uno es amante del cine. La única pega es que la película se hace muy corta, especialmente cuando se disfruta de un reparto en plena forma que ofrece unas interpretaciones realmente buenas. Coppola añade a la película pequeños momentos interesantes, como la visita del padre de Paul que interpreta Dean Stockwell o los vagabundeos de Paul por el París nocturno, que le dan sabor y textura a la trama principal. Un título muy recomendable.
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