La mujer más fea del mundo

Después de hacer equipo con David Menkes y Alfonso Albacete en la comedia Más que amor, frenesí (1996), Miguel Bardem siguió su carrera como director en solitario con La mujer más fea del mundo (1999). Una película que, con tono de comedia negra, mezcla ciencia ficción y thriller.

La trama gira en torno a Lola Otero (Elia Galera), dedicada a asesinar a diestro y siniestro a todos aquellos que la hicieron desgraciada cuando era una mujer deforme. Tras su pista está el teniente Arribas (Roberto Álvarez), que a medida que avance la investigación se irá sintiendo cada vez más atraído por Lola, a pesar de los asesinatos que lleva a cabo.

La mujer más fea del mundo se inicia de manera genial con un toque que, visto en retrospectiva, resulta más subversivo de lo que pensaba: Santiago Segura como presidente de la IIIª República. Y digo que resulta subversivo porque actualmente no estamos más cerca de ser una república que cuando se estrenó la película. De todas maneras, el único toque de humor subversivo es éste, el resto entra dentro de la comedia negra y la sátira, dedicada a criticar una sociedad obsesionada por la belleza física y la superficialidad.

Si bien está ambientada en el futuro, por desgracia se parece bastante a nuestro presente. Especialmente memorable resulta la burla de los concursos de mises que tiene lugar en la segunda mitad de la película, que se parece bastante a los programas de mises que pasan actualmente en televisión. Aunque admito que mi conocimiento sobre ellos es limitado, así que mi impresión podría estar desviada y los concursos de mises y místers no son los espectáculos retrógrados y degradantes que creo que son.

El guion de Nacho Faerna se asegura que, al igual que le pasa al teniente Arribas, nuestras simpatías hacía Lola vayan aumentando a medida que avanza la película gracias a flashbacks en los cuales vemos la desgraciada infancia y adolescencia de Lola y a medida que vamos conociendo a las víctimas. A lo cual contribuye también la fantástica presencia de Elia Galera, actriz que habría hecho las delicias de Russ Meyer, que, al contrario que las mises que su personaje despacha, es algo más que una cara bonita y muestra un auténtico talento interpretativo para hacernos llegar a la atormentada Lola, incluso bajo capas de maquillaje.

También merece su mención Roberto Álvarez como el teniente Arribas. Álvarez crea un personaje hastiado y asqueado del mundo en el que vive. Sus simpatías hacía Lola aumentan no sólo cuando reflexiona sobre la sociedad que le rodea, sino también porque él mismo es un freak social. A su desengaño también contribuye el inepto cuerpo policial en el que trabaja. Este cuerpo policial está encarnado por actores cómicos como Javivi y Guillermo Toledo. Entre el resto de secundarios tenemos a Saturnino García, Javier Gurruchaga, Héctor Alterio e Inma del Moral, cuya nula habilidad artística encaja bien con su personaje.

La mujer más fea del mundo es perfecta para ver en doble sesión con Acción Mutante (Álex de la Iglesia, 1992), con la que guarda no pocas similitudes temáticas, y es un título interesante a reivindicar por su acertada sátira y el talento del que hace gala delante y detrás de las cámaras. Desde que salió en DVD por primera vez no la he visto editada, posiblemente esté agotada. Si vivís en Barcelona hay algún sitio donde la podríais ver a pesar de ello, ya sea alquilada. En caso contrario, supongo que ya sabéis que hacer.