El 2008, en el CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona), hicieron una fantástica exposición dedicada al universo literario y personal de J. G. Ballard. Una sección de esta exposición estaba dedicada a aquellos filmes de ciencia-ficción que Ballard consiredaba eran los mejores: en una pantalla se pasaban los tráileres y escenas de estas películas con el acompañamiento de las opiniones de Ballard. Todas las películas me eran muy familiares, cómo lo eran para todos los aficionados al género, sin embargo me llamó la atención una en particular: Naves misteriosas (Silent Running, Douglas Trumbull, 1972). Me llamó la atención porque era la única de la que no tenía un buen recuerdo (ni tenía en mi filmoteca), la había visto de pequeño (no recuerdo cuando, simplemente recordaba a los robots) porque mi madre me la puso en algún momento de mi infancia y no la había vuelto a ver desde entonces. Al nebuloso recuerdo se le añadía una sensación de aburrimiento. Volver a ver imágenes del film hizo que quisiera volver a verla, pero no ha sido hasta que ha salido recientemente una edición en Blu-ray (editada por Eureka! dentro de la serie Masters of Cinema) que la he vuelto a ver.
Una de las razones por las que la década de los 70 resulta tan interesante en el arte cinematográfico es porque fue una década en la que los estudios empezaron a experimentar y adoptar actitudes que generalmente tenían los estudios independientes. El éxito de Easy Rider. Buscando mi destino (Easy Rider, Dennis Hopper, 1969) hizo que la Universal decidiera financiar cinco películas de bajo presupuesto (alrededor de un millón de dólares) y dejar que los cineastas trabajaran sin intervenir de ninguna forma, dándoles plena libertad. Una de estas películas fue Naves misteriosas (el título en castellano sí que es misterioso).
La idea del film nace de Douglas Trumbull, el cual escribió un tratamiento después de trabajar con Stanley Kubrick en 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968). En este tratamiento, Trumbull plantea la historia de un hombre que se queda aislado en una nave vagando por el espacio profundo, cosa que facilita que contacte con una civilización extraterrestre. Muy pronto, la idea del contacto extraterrestre se abandonó y Trumbull prefirió centrarse en la historia del hombre que se queda aislado en la nave. Deric Washburn, Michael Cimino y Steven Bochco escribieron cada uno un guion del film, Trumbull juntó las ideas que aparecieron en los tres guiones y creó un único guion definitivo.
Silent Running cuenta la historia de los últimos bosques y animales, almacenados y guardados en unas cúpulas instaladas en unas naves espaciales que dan vueltas por el sistema solar. Este proyecto surge después de que la flora y la fauna del planeta haya sido destruida, estas cúpulas están destinadas a salvaguardar la flora y fauna desaparecida hasta que se puedan introducir en la Tierra de nuevo. Freeman Lowell (Bruce Dern), el nombre no es nada casual, es el encargado de cuidar de estos bosques. Sin embargo, cuando llega la orden de eliminar estas cúpulas y regresar a la Tierra, Lowell se niega a destruir los últimos bosques del planeta y llega hasta terribles extremos para evitar su destrucción.
El film tiene un claro mensaje ecologista (eso y que Joan Baez canta un par de canciones en él creo que hicieron que mi madre me la pusiera de pequeño, ella es bastante hippie) que entra en consonancia con la nueva sensibilidad hacia el medio ambiente que surge en esta década, de hecho la película se estrenó el mismo año que se fundó Greenpeace. Freeman actúa como la última persona humana, mientras el resto ha ido perdiendo su humanidad y se ha ido "maquinizando", rápidamente se nos indica su individualidad: su uniforme espacial está adornado de parches diversos, relacionados con el medio ambiente y el cuidado de los árboles, mientras que en los uniformes del resto de astronautas no hay ningún símbolo personal, todos son iguales únicamente diferenciados por el color. Pero si las ideas de Lowell respecto a por qué son necesarios los bosques no afectan para nada a los tripulantes humanos, sí lo hacen en los robots que se ocupan del mantenimiento de la nave. Así, cuando Lowell se queda sólo en la nave, esto es: sin compañía humana, los tres drones de mantenimiento se irán haciendo cada vez más humanos a medida que tratan con él.
Estos robots destacan por tener una auténtica personalidad (fueron la inspiración para el R2-D2 de George Lucas) y sin dificultad el espectador los acepta como unos personajes más. Son el ejemplo más claro de los logros técnicos del film en lo que a efectos especiales se refiere. Todos los efectos fueron hechos en cámara, sin usar los efectos ópticos que convertirían La guerra de las galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977) en un hito de la ciencia-ficción. Lo sorprendente es lo bien que se han conservado estos efectos en cámara, ya que tienden a no envejecer muy bien.
Además de por su mensaje ecológico, el film también fue pionero en mostrar un "futuro usado", un look que más adelante desarrollarían La guerra de las galaxias y Alien. El 8º pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979). Los interiores de la nave están muy conseguidos y no delatan que son decorados en ningún momento, cosa que tiene mérito teniendo en cuenta el ajustado presupuesto con el que trabajaban.
Con el tiempo, Silent Running ha demostrado ser un clásico de la ciencia-ficción y seguir siendo vigente hoy en día. Si bien los que crean que la ciencia-ficción es todo acción y space opera puede que se lleven una decepción si buscan algo de eso aquí, es ciertamente un film interesante para todos los públicos.
Una de las razones por las que la década de los 70 resulta tan interesante en el arte cinematográfico es porque fue una década en la que los estudios empezaron a experimentar y adoptar actitudes que generalmente tenían los estudios independientes. El éxito de Easy Rider. Buscando mi destino (Easy Rider, Dennis Hopper, 1969) hizo que la Universal decidiera financiar cinco películas de bajo presupuesto (alrededor de un millón de dólares) y dejar que los cineastas trabajaran sin intervenir de ninguna forma, dándoles plena libertad. Una de estas películas fue Naves misteriosas (el título en castellano sí que es misterioso).
La idea del film nace de Douglas Trumbull, el cual escribió un tratamiento después de trabajar con Stanley Kubrick en 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968). En este tratamiento, Trumbull plantea la historia de un hombre que se queda aislado en una nave vagando por el espacio profundo, cosa que facilita que contacte con una civilización extraterrestre. Muy pronto, la idea del contacto extraterrestre se abandonó y Trumbull prefirió centrarse en la historia del hombre que se queda aislado en la nave. Deric Washburn, Michael Cimino y Steven Bochco escribieron cada uno un guion del film, Trumbull juntó las ideas que aparecieron en los tres guiones y creó un único guion definitivo.
Silent Running cuenta la historia de los últimos bosques y animales, almacenados y guardados en unas cúpulas instaladas en unas naves espaciales que dan vueltas por el sistema solar. Este proyecto surge después de que la flora y la fauna del planeta haya sido destruida, estas cúpulas están destinadas a salvaguardar la flora y fauna desaparecida hasta que se puedan introducir en la Tierra de nuevo. Freeman Lowell (Bruce Dern), el nombre no es nada casual, es el encargado de cuidar de estos bosques. Sin embargo, cuando llega la orden de eliminar estas cúpulas y regresar a la Tierra, Lowell se niega a destruir los últimos bosques del planeta y llega hasta terribles extremos para evitar su destrucción.
El film tiene un claro mensaje ecologista (eso y que Joan Baez canta un par de canciones en él creo que hicieron que mi madre me la pusiera de pequeño, ella es bastante hippie) que entra en consonancia con la nueva sensibilidad hacia el medio ambiente que surge en esta década, de hecho la película se estrenó el mismo año que se fundó Greenpeace. Freeman actúa como la última persona humana, mientras el resto ha ido perdiendo su humanidad y se ha ido "maquinizando", rápidamente se nos indica su individualidad: su uniforme espacial está adornado de parches diversos, relacionados con el medio ambiente y el cuidado de los árboles, mientras que en los uniformes del resto de astronautas no hay ningún símbolo personal, todos son iguales únicamente diferenciados por el color. Pero si las ideas de Lowell respecto a por qué son necesarios los bosques no afectan para nada a los tripulantes humanos, sí lo hacen en los robots que se ocupan del mantenimiento de la nave. Así, cuando Lowell se queda sólo en la nave, esto es: sin compañía humana, los tres drones de mantenimiento se irán haciendo cada vez más humanos a medida que tratan con él.
Estos robots destacan por tener una auténtica personalidad (fueron la inspiración para el R2-D2 de George Lucas) y sin dificultad el espectador los acepta como unos personajes más. Son el ejemplo más claro de los logros técnicos del film en lo que a efectos especiales se refiere. Todos los efectos fueron hechos en cámara, sin usar los efectos ópticos que convertirían La guerra de las galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977) en un hito de la ciencia-ficción. Lo sorprendente es lo bien que se han conservado estos efectos en cámara, ya que tienden a no envejecer muy bien.
Además de por su mensaje ecológico, el film también fue pionero en mostrar un "futuro usado", un look que más adelante desarrollarían La guerra de las galaxias y Alien. El 8º pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979). Los interiores de la nave están muy conseguidos y no delatan que son decorados en ningún momento, cosa que tiene mérito teniendo en cuenta el ajustado presupuesto con el que trabajaban.
Con el tiempo, Silent Running ha demostrado ser un clásico de la ciencia-ficción y seguir siendo vigente hoy en día. Si bien los que crean que la ciencia-ficción es todo acción y space opera puede que se lleven una decepción si buscan algo de eso aquí, es ciertamente un film interesante para todos los públicos.
Yo me pillé el Steelbook de Eureka! y justo iba a comentarla este finde, pero te me has adelantado. Lo dejaré para más adelante. A mí es una película que me resulta un poco extraña porque tiene momentos que me parecen fantásticos y otros que me parecen un absoluto coñazo. Especialmente aburrida se me hace toda la parte central que trata el tema de la soledad. En cambio, el principio y el final me parecen buenísimos.
ResponderEliminarEn mi opinión, y es algo que iba a comentar cuando hablara de la peli, la música creo que juega un poco en contra del film. No por Joan Baez, porque las canciones son fantásticas, sino por crear tanta dependencia de ella. Entre eso y el mensaje ecologista, a mí me deja la sensación de "película de los 70", como si se quedara anclada en la época. En ese aspecto creo que Kubrick está más acertado en 2001 utilizando música clásica porque le da al film un aire más imperecedero.
Aun con todas esas pequeñas cosas, creo que es una película interesante.
Leyendo tu reseña, recuerdo lo que me dijo hace tiempo un colega: "si no fuera por las espadas laser, Star Wars hoy en día sería recordada como uno de estos films".
ResponderEliminarPor lo demás, ¿la edición en blu-ray de esta película está disponible en España? Y si no, si se vende en otro país ¿tiene, al menos, subtítulos en español? Gracias de antemano.
Me gustó mucho la peli a pesar de que el personaje de Bruce Dern parece un auténtico desquiciado. De esta sí que podía hacerse un buen remake. Yo se lo encargaría a David Fincher o a Michael Winterbotton; Rodrigo Cortés podría hacerlo también bastante bien.
ResponderEliminarUn saludo, Raül
Ese robot que sale en la portada recogiendo un brote no es Wall-E? jaja
ResponderEliminarCreo que esta película la vi hace años, de pequeño, y ni fu ni fa.
Casi no recuerdo nada de ella, y eso es mala señal.
Hola a todos! Antes que nada quiero volver a recomendar la peli que comenté el lunes y que todo el mundo parece ignorar: Largo fin de semana, es una gran cinta de terror.
ResponderEliminarEiner, a mí me resultó muy interesante la parte central, pq me interesó cómo trata la soledad, los remordimientos y la relación con los drones. Supongo que es una diferencia de intereses. Kubrick se quedó sin banda sonora y la música clásica fue una solución de último minuto, y creo que hasta cierto punto se ha convertido en algo irónico. En una película como ésta sin apenas diálogo la música es importante y a mí me gustó la banda sonora. Otra diferencia de gustos. Por otro lado, el tema ecologista sigue vigente hoy día, creo, sólo que ahora es un tema que se trata principalmente en documentales. Pero se sigue celebrando un festival de cine ecológico en Barcelona, o sea que no creo que sea algo exclusivo de los 70 pero sí que en aquella época se trató casi por primera vez (al fin y al cabo Los pájaros también contiene cierto mensaje ecológico). Y por supuesto sabía que la ibas a comentar y me he adelantado para arruinarte el fin de semana, porque simplemente soy una mala persona.
Roy, mucho me temo que esta edición sólo está disponible de importación (de Inglaterra) y no trae subtítulos en castellano, sólo en inglés para la película.
Javi, ya sabes que no tengo nada en contra de los remakes, pero no veo cómo se puede hacer esta historia sin que sea una repetición de lo mismo y simplemente complicando la manera de contarla, aunque creo que la sencillez es una de sus mejores cualidades. Sunshine se le acercó, pero luego se fue por otros derroteros. Saludos.
Dr. Gonzo, si has leído el post sabrás que a mí me pasó lo mismo y vista ahora me ha gustado. Dale una segunda oportunidad. Por cierto, ROlling Thunder va a salir en Blu-ray, comentada y todo, justo lo que pedí cuando hablamos de ella en tu blog. Los deseos se hacen realidad.