En el post de ayer, Roy D. Mustang dejaba un comentario diciendo que las películas de terror o de miedo ya no dan ídem. Además, comentaba el hecho de cómo unas películas resultaban aterradoras hace décadas pero hoy ya no lo son.
¿Es cierto? ¿Las películas de miedo ya no dan miedo? ¿Ya no se hacen buenas películas de terror?
En lo que respecta a la tercera cuestión: solo en el 2011 se estrenaron casi 600 películas de terror o con elementos terroríficos. De esa cantidad, yo personalmente vi durante el año pasado tal vez 15 o 20, puede que unas cuantas más, estrenadas ese mismo año, así que no podría juzgar si la mayoría son buenas o malas. Eso sí, la cantidad sólo me hace pensar que el género goza de excelente salud. El problema es que nosotros ahora no podemos juzgar con la suficiente distancia, ya que vemos al mismo tiempo las buenas y las malas, con la sensación de que las malas son mayoría, pero no es algo basado en hechos sino en sensaciones (dejando de lado, claro, que el talento no abunda tanto como la mediocridad, algo que se ha dado siempre).
Dan O'Bannon explica en una entrevista que el fracaso de la comedia Estrella oscura (Dark Star, John Carpenter, 1974) que él había escrito le llevó a escribir Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979) ya que, según él, la gente se ríe por cosas diferentes pero todo el mundo tiene miedo a las mismas cosas. Bueno, O'Bannon fue un gran guionista, pero creo que en este aspecto se equivocaba.
Igual que la gente se ríe por cosas diferentes, tiene miedo de cosas diferentes. El cine de terror, de miedo o de canguelo, está íntimamente ligado a la sociedad que lo crea, de una forma que no está ligado ningún otro género. Es el único genero en el cual se crean corrientes, subgéneros y modas siguiendo los cambios sociales, actuando en muchas ocasiones como espejo de esos cambios.
¿Por qué en 1931 la gente sentía un miedo viendo Drácula (Dracula, Tod Browning) que no siente la gente del 2012? Por la simple razón de que el espectador era mucho más inocente y crédulo. No me refiero solo a las tramas, fijaos en los decorados. En los años 30 y 40 se podían usar telas pintadas como decorados porque el público las aceptaba, cosa que no sucede hoy día, porque el nivel de sofisticación del espectador ha ido aumentando a medida que la técnica y la tecnología avanzaba y permitía usar materiales más realistas y efectivos a la hora de crear entornos artificiales. Eso sin contar con la posibilidad de poder rodar en entornos naturales sin mucha dificultad.
Así, sucede que cuando vemos películas de hace 50, 60 o 70 años, una de las cosas que inmediatamente llama la atención sobre la época en que fueron hechas es la artificialidad de los decorados. Eran películas más teatrales en ese sentido. Recae en el espectador la tarea de darles vida, dependiendo de lo que nos interese la historia, nos gusten las actuaciones, etc. Esto, obviamente, no se aplica sólo al género de terror, sino a todos los géneros.
Volviendo al tema del terror, la inocencia de un espectador de los años 30 permitía que historias más simples fueran mucho más efectivas. Sin embargo, cuando hablamos de esto lo hacemos considerando las películas que salían de estudios de cine prestigiosos. Ya entonces existían cines baratos en los que se proyectaban películas de bajo presupuesto que no seguían ningún tipo de código o normas y en las cuales se podían mostrar escenas mucho más violentas, e incluso desnudos, que ningún estudio se "rebajaría" a incluir en ninguno de sus films. En 1934, la película Maniac aka Sex Maniac (Dwain Esper) incluía no sólo escenas muy violentas, también algunos desnudos.
Por tanto, debemos también considerar que la censura y las restricciones tremendamente estrictas que existían en los años 30 y 40, se fueron relajando a medida que la sociedad evolucionaba. El punto de inflexión definitivo llegó con la primera guerra televisada: Vietnam. Los periodistas en televisión actuaron sin la censura impuesta en anteriores conflictos, provocando que las reacciones en contra de este conflicto se multiplicaran. En 1968, los televidentes americanos veían horrorizados como el coronel Nguyen Ngoc Loan le volaba la cabeza a un prisionero en plena calle en las noticias de la noche.
El mundo estaba cambiando y el cine de terror cambiaba con él. En 1968 se estrena El héroe anda suelto (Targets, Peter Bogdanovich), película que refleja este cambio de un cine de terror más gótico y fantástico, hacia un cine de terror realista. En este clásico, un joven perturbado (se inspiraba en recientes casos de matanzas con rifles como el de Michael Andrew Clark) empieza a matar a los inocentes espectadores de un autocine en el que se proyecta una película de terror gótico. Boris Karloff es el encargado de enfrentarse al asesino. Originalmente rodada en 1967 -se retrasó su estreno ya que los casos de francotiradores eran recientes y podía resultar en polémica-, muestra como las películas góticas resultaban antiguas y pasadas de moda, comparadas con los horrores auténticos que estaban teniendo lugar. La Hammer entró en decadencia precisamente por su incapacidad de adaptarse a los cambios que estaban teniendo lugar y ofrecer un tipo de historia diferente al de la gótica.
Nuevos tiempos demandan nuevas películas de terror. Nuevos estilos, nuevos temas o novedosas interpretaciones de esos temas.
Aunque todas se engloban dentro del género de terror, las películas muchas veces tienen objetivos diferentes. La horda (La horde, Yannick Dahan, Benjamin Rocher, 2009) trata sobre un ataque de zombis, pero está más enfocada hacia la acción y la tensión que el miedo; las películas de Viernes 13 pretenden no tanto dar miedo como hacer pasar al espectador un rato emocionante y divertido; otras pretenden asquearlo con mutilaciones y asesinatos grotescos. Diferentes películas, diferentes intenciones.
En su comentario en el post de ayer, Roy menciona Misery (Rob Reiner, 1990) como una de las películas que le dieron miedo o le afectaron. A mí, y no es una crítica hacia el film, Misery no me dio miedo, ni me afectó. ¿Por qué? Porque a cada uno le afectan cosas diferentes.
La casa encantada (The Haunting, Robert Wise, 1963) me parece la película más aterradora de la historia. Cada vez que la veo, me encojo en el sofá por el miedo que me provoca. Seguramente muchos la verán y se quedarán indiferentes, pero conmigo es muy efectiva. Del mismo modo, la reciente YellowBrickRoad (Jesse Holland, Andy Mitton, 2010) consiguió mantenerme pegado a la butaca lleno de suspense y angustia. De nuevo, una película que puede que otro la vea y le parezca demasiado extraña o absurda o simplemente le aburra y no le cause el mismo efecto.
Disfruto muchas veces del cine de terror pero no porque me de miedo sino por la historia, la ambientación o porque me muestra un mundo fantástico increíble que no encuentro en ningún otro lado. Hace nada disfrutaba con la nueva edición en Blu-ray de Pánico en el Transiberiano (Eugenio Martín, 1972) (la cual incluye las diversas pistas y extras que en el post deseaba que incluyeran), ¿paso miedo viendo la película? No ¿Disfruto como un condenado de la historia que cuenta? Recórcholis, ya lo creo que sí. Pero, de vez en cuando, sigo encontrando películas que me dejan clavado en la butaca. Tokyo Snuff (Shiryô no wana, Toshiharu Ikeda, 1988) no me dio miedo, pero me impresionó y fascinó su estilo Argento a la japonesa para contar un slasher y me alucinó su sorprendente giro cronenbergiano. Y más que una película de miedo, House (Hausu, Nobuhiko Ohbayashi, 1977) es una obra de arte.
En defintiva, creo que sí se siguen haciendo buenas películas de terror. Unas más dramáticas como Somos lo que hay (Jorge Michel Grau, 2010), otras más sangrientas como Martyrs (Pascal Laugier, 2008) y otras más atmosféricas como El bosque maldito (The Woods, Lucky McKee, 2006), pero se siguen haciendo. Solo hay que encontrarlas.
Y aquí tenéis una historia de terror diferente.
¿Es cierto? ¿Las películas de miedo ya no dan miedo? ¿Ya no se hacen buenas películas de terror?
En lo que respecta a la tercera cuestión: solo en el 2011 se estrenaron casi 600 películas de terror o con elementos terroríficos. De esa cantidad, yo personalmente vi durante el año pasado tal vez 15 o 20, puede que unas cuantas más, estrenadas ese mismo año, así que no podría juzgar si la mayoría son buenas o malas. Eso sí, la cantidad sólo me hace pensar que el género goza de excelente salud. El problema es que nosotros ahora no podemos juzgar con la suficiente distancia, ya que vemos al mismo tiempo las buenas y las malas, con la sensación de que las malas son mayoría, pero no es algo basado en hechos sino en sensaciones (dejando de lado, claro, que el talento no abunda tanto como la mediocridad, algo que se ha dado siempre).
Dan O'Bannon explica en una entrevista que el fracaso de la comedia Estrella oscura (Dark Star, John Carpenter, 1974) que él había escrito le llevó a escribir Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979) ya que, según él, la gente se ríe por cosas diferentes pero todo el mundo tiene miedo a las mismas cosas. Bueno, O'Bannon fue un gran guionista, pero creo que en este aspecto se equivocaba.
Igual que la gente se ríe por cosas diferentes, tiene miedo de cosas diferentes. El cine de terror, de miedo o de canguelo, está íntimamente ligado a la sociedad que lo crea, de una forma que no está ligado ningún otro género. Es el único genero en el cual se crean corrientes, subgéneros y modas siguiendo los cambios sociales, actuando en muchas ocasiones como espejo de esos cambios.
¿Por qué en 1931 la gente sentía un miedo viendo Drácula (Dracula, Tod Browning) que no siente la gente del 2012? Por la simple razón de que el espectador era mucho más inocente y crédulo. No me refiero solo a las tramas, fijaos en los decorados. En los años 30 y 40 se podían usar telas pintadas como decorados porque el público las aceptaba, cosa que no sucede hoy día, porque el nivel de sofisticación del espectador ha ido aumentando a medida que la técnica y la tecnología avanzaba y permitía usar materiales más realistas y efectivos a la hora de crear entornos artificiales. Eso sin contar con la posibilidad de poder rodar en entornos naturales sin mucha dificultad.
Así, sucede que cuando vemos películas de hace 50, 60 o 70 años, una de las cosas que inmediatamente llama la atención sobre la época en que fueron hechas es la artificialidad de los decorados. Eran películas más teatrales en ese sentido. Recae en el espectador la tarea de darles vida, dependiendo de lo que nos interese la historia, nos gusten las actuaciones, etc. Esto, obviamente, no se aplica sólo al género de terror, sino a todos los géneros.
Volviendo al tema del terror, la inocencia de un espectador de los años 30 permitía que historias más simples fueran mucho más efectivas. Sin embargo, cuando hablamos de esto lo hacemos considerando las películas que salían de estudios de cine prestigiosos. Ya entonces existían cines baratos en los que se proyectaban películas de bajo presupuesto que no seguían ningún tipo de código o normas y en las cuales se podían mostrar escenas mucho más violentas, e incluso desnudos, que ningún estudio se "rebajaría" a incluir en ninguno de sus films. En 1934, la película Maniac aka Sex Maniac (Dwain Esper) incluía no sólo escenas muy violentas, también algunos desnudos.
Por tanto, debemos también considerar que la censura y las restricciones tremendamente estrictas que existían en los años 30 y 40, se fueron relajando a medida que la sociedad evolucionaba. El punto de inflexión definitivo llegó con la primera guerra televisada: Vietnam. Los periodistas en televisión actuaron sin la censura impuesta en anteriores conflictos, provocando que las reacciones en contra de este conflicto se multiplicaran. En 1968, los televidentes americanos veían horrorizados como el coronel Nguyen Ngoc Loan le volaba la cabeza a un prisionero en plena calle en las noticias de la noche.
El mundo estaba cambiando y el cine de terror cambiaba con él. En 1968 se estrena El héroe anda suelto (Targets, Peter Bogdanovich), película que refleja este cambio de un cine de terror más gótico y fantástico, hacia un cine de terror realista. En este clásico, un joven perturbado (se inspiraba en recientes casos de matanzas con rifles como el de Michael Andrew Clark) empieza a matar a los inocentes espectadores de un autocine en el que se proyecta una película de terror gótico. Boris Karloff es el encargado de enfrentarse al asesino. Originalmente rodada en 1967 -se retrasó su estreno ya que los casos de francotiradores eran recientes y podía resultar en polémica-, muestra como las películas góticas resultaban antiguas y pasadas de moda, comparadas con los horrores auténticos que estaban teniendo lugar. La Hammer entró en decadencia precisamente por su incapacidad de adaptarse a los cambios que estaban teniendo lugar y ofrecer un tipo de historia diferente al de la gótica.
Nuevos tiempos demandan nuevas películas de terror. Nuevos estilos, nuevos temas o novedosas interpretaciones de esos temas.
Aunque todas se engloban dentro del género de terror, las películas muchas veces tienen objetivos diferentes. La horda (La horde, Yannick Dahan, Benjamin Rocher, 2009) trata sobre un ataque de zombis, pero está más enfocada hacia la acción y la tensión que el miedo; las películas de Viernes 13 pretenden no tanto dar miedo como hacer pasar al espectador un rato emocionante y divertido; otras pretenden asquearlo con mutilaciones y asesinatos grotescos. Diferentes películas, diferentes intenciones.
En su comentario en el post de ayer, Roy menciona Misery (Rob Reiner, 1990) como una de las películas que le dieron miedo o le afectaron. A mí, y no es una crítica hacia el film, Misery no me dio miedo, ni me afectó. ¿Por qué? Porque a cada uno le afectan cosas diferentes.
La casa encantada (The Haunting, Robert Wise, 1963) me parece la película más aterradora de la historia. Cada vez que la veo, me encojo en el sofá por el miedo que me provoca. Seguramente muchos la verán y se quedarán indiferentes, pero conmigo es muy efectiva. Del mismo modo, la reciente YellowBrickRoad (Jesse Holland, Andy Mitton, 2010) consiguió mantenerme pegado a la butaca lleno de suspense y angustia. De nuevo, una película que puede que otro la vea y le parezca demasiado extraña o absurda o simplemente le aburra y no le cause el mismo efecto.
Disfruto muchas veces del cine de terror pero no porque me de miedo sino por la historia, la ambientación o porque me muestra un mundo fantástico increíble que no encuentro en ningún otro lado. Hace nada disfrutaba con la nueva edición en Blu-ray de Pánico en el Transiberiano (Eugenio Martín, 1972) (la cual incluye las diversas pistas y extras que en el post deseaba que incluyeran), ¿paso miedo viendo la película? No ¿Disfruto como un condenado de la historia que cuenta? Recórcholis, ya lo creo que sí. Pero, de vez en cuando, sigo encontrando películas que me dejan clavado en la butaca. Tokyo Snuff (Shiryô no wana, Toshiharu Ikeda, 1988) no me dio miedo, pero me impresionó y fascinó su estilo Argento a la japonesa para contar un slasher y me alucinó su sorprendente giro cronenbergiano. Y más que una película de miedo, House (Hausu, Nobuhiko Ohbayashi, 1977) es una obra de arte.
En defintiva, creo que sí se siguen haciendo buenas películas de terror. Unas más dramáticas como Somos lo que hay (Jorge Michel Grau, 2010), otras más sangrientas como Martyrs (Pascal Laugier, 2008) y otras más atmosféricas como El bosque maldito (The Woods, Lucky McKee, 2006), pero se siguen haciendo. Solo hay que encontrarlas.
Y aquí tenéis una historia de terror diferente.
Yo creo que el cine de terror está en horas bajas, y que cuando se hace una película decente de este género no llega ni a estrenarse (cosa que me da igual mientras pueda verla).
ResponderEliminarPero películas de terror puramente comerciales o mainstream, como queramos llamarlas, creo que sólo salvo 3 o 4 en los últimos años. Y es que todas me parecen iguales; precedibles, tópicas y sin chicha. Sólo pueden asustar mediante golpes de efecto y subida del volumen.
Pero como ya he dicho, si rebuscamos un poco y, sobre todo, nos alejamos de las salas comerciales, sí que se encuentra cine de terror decente, como The house of the devil, el placer de la caza, martyrs, calvario, the innkeepers, etc.
Digo lo mismo que Dr. Gonzo, el género está en horas bajas... Ya en los 80 y 90 se decía eso, pero si echo la vista atrás, en los 80 se hacían maravillas como "El resplandor" o "La cosa", y en los 90 lo mismo, como, por ejemplo, "Drácula de Bram Stoker" (en mi opinión, la última gran película de terror que se ha hecho). Por supuesto que estoy siendo muy objetivo ya que, personalmente, hay películas de esta última década que a mí, personalmente, me encantan aunque, seamos sinceros, no son nada del otro mundo...
ResponderEliminarMuy cierto eso de que una peli da miedo a unos y a otros no. Por ejemplo, con "Rec" pasé cierto miedo y, sin embargo, el colega con el que fui a verla se aburrió.
La verdad es que me pregunto cómo evolucionará el género... Porque, desde los años 70 con films como "La matanza de Texas" (la película de terror definitiva, como se ha dicho), el género apenas ha evolucionado... Uno de los problemas de la gente es que le da por pensar lo de "es que ya está todo inventado". Cosa que me parece una tontería, pues esa frase existía (según mi abuelo) desde que él era un crío. Y ojo, que de aquella ya era una frase antigua...
PD.: Muy cierto lo de que el público antiguamente era más inocente, ya que se asustaba más facilmente ante lo fantástico, ante lo que no existía... Y que aceptaban esa forma de hacer cine más cercana al teatro que al cine que se hizo a partir de finales de los 60... Sólo hay que ver el señor que salía al principio de "El Doctor Frankenstein", advirtiéndonos, al igual que todos los trailers de cine de terror clásico, de que presenciaríamos el TERROR ABSOLUTO. (Algo que, a día de hoy, visto desde la perspectiva actual, resulta irrisorio).
Y por cierto, lo de la inocencia del espectador es algo que me hace recordar a esos años de mi infancia, en los que películas como "Pesadilla en Elm Street", "Critters", alguna peli española de Frankenstein o, peor aún, "La última casa a la izquierda", me mantenían con una tensión increíble enfrente del televisor. Acababa cambiando de canal, y todo, jeje. Hoy en día, claro está, las veo como con toda la tranquilidad del mundo.
ResponderEliminarYo no creo que el cine de terror esté en horas bajas o que esté peor ahora que antes. Por ejemplo, Roy ha hablado de la poca evolución desde La matanza de Texas pero ha mencionado buenas películas en los 80 y los 90 y si uno escarba un poco, como dice Gonzo, encuentra cosas interesantes.
ResponderEliminarEn cuanto a por qué nos asustan menos las pelis de terror antiguas ahora, yo creo que se debe a varios factores.
En primer lugar, la madurez. Cuando eramos pequeños todos nos hemos acojonado con películas que ahora nos parecen hasta malas, pero no pasa sólo con el terror. A mí con 8 años me encantaba El coche fantástico y ahora me parece una chorrada, básicamente porque con 8 años me creía que apretando el botón de Turbo boost el coche volaba y ahora me abochorna descubrir que se ven hasta las rampas.
Y otro factor es la cantidad de películas que hemos visto nosotros en comparación a las que habían visto nuestros padres o nuestros abuelos a nuestra edad. Para mí, aquí juega un papel fundamental el desarrollo de la televisión primero y del VHS después. Hemos tenido acceso prácticamente a todo desde pequeños cuando en otras épocas, si querías ver una película determinada que no estuviera ya en el cine, era simplemente imposible. No me digáis que no habéis rebuscado entre los VHS que había por casa y os habéis encontrado a lo mejor con 10 años viendo Briandead o Basket Case o cosas similares. Si con 10 años ves esas cosas es normal que luego quieras ver cosas más fuertes.
Y es lo que pasa hoy en día, niños de 7 años jugando al Call of Duty 18 que luego ven El exorcista y se descojonan. Entre eso y lo que comentábais ayer de los telediarios y las coberturas de las guerras, al final todo se reduce a que cada vez te insensibilizas más temprano y buscas cosas cada vez más fuertes. Yo por eso siempre he procurado evitar pelis como Faces of death o Africa addio, porque no quiero acabar como esos cinéfilos a los que ya nada les impresiona. No lo digo por ninguno de vosotros, por cierto.
Y otro factor más que afecta especialmente a los más jóvenes es internet. El equivalente a lo que fue el VHS para nosotros, con una diferencia: con el VHS no tenías acceso (o al menos no tan fácil) a cosas como 2 girls 1 cup o 3 guys 1 hammer y con internet sí. Y evidentemente lo ves si quieres y si no, no, pero al menos una vez picas y a mí, la verdad, 3 guys 1 hammer creo que es lo que más me ha impresionado nunca y no pude terminar de verlo (afortunadamente).
Nada más, muy interesantes los últimos posts.
Dr. Gonzo y Roy, no comparto vuestro pesimismo. Gonzo parece que tienes más problemas con las distribuidoras españolas que con el género en sí. No sé si sois conscientes de que cada año se hacen CIENTOS de películas de terror. De esas cantidad actualmente, el mismo año que se producen, vemos muy pocas, el resto las vamos viendo con el tiempo. Además, si os pasáis por las páginas especializadas en el género, como Bloody Disgusting, Horrorview, Dread Central o la de la propia Fangoria, incluso por Ain't It Cool veréis que continuamente se estrenan, preparan o se anuncian pelis interesantes. Sí, en los 80 se hacían maravillas que son las que sobreviven. También se hizo mucha basura y esa queda olvidada, de ahí que parezca que cualquier tiempo pasado fue mejor pero es falso. Dentro de 30 años estaréis hablando de lo buenas que eran las pelis que se hacían en el 2012 y lo malas que son las pelis de ahora, :D. Si os ponéis a ello seguro que encontráis maravillas.
ResponderEliminarEiner, estoy bastante de acuerdo con lo que dices. Eso sí, no tengo ni idea de que es eso de 2 girls 1 cup y 3 guys 1 hammer, no había oído hablar de ello en la vida (claro, que no estoy muy al día en lo que a internet se refiere). Es cierto que yo de pequeño (10 o 12 años) había visto por TV, en Noche de Lobos principalmente, films muy gore como Holocausto Caníbal, Posesión infernal, Demons o la misma Basket Case. A pesar de ello no me siento quemado ni a la búsqueda de emociones fuertes y me siguen impresionando mucho películas sin sangre o más clásicas. Más que nada pq los efectos, las mutilaciones no me impresionan ni afectan a no ser que esté metido en la historia y en los personajes. Holocausto me aburrió por eso, en cambio Posesión infernal me dio miedo (en serio). Y como digo, me sigue aterrando la casa encantada, en la que no hay ningún efecto, ni sangre, ni nada. He hecho un esfuerzo consciente para mantenerme "inocente" en lo que a las pelis se refiere y no acabar, como dicen los americanos, "jaded" o "quemado" (esto no se aplica a lo que técnicas narrativas y desarrollo de una historia se refiere, claro, sólo a mantener la mente abierta).
No se si hayan visto la película de Blanca Nieves y el cazador, no entra dentro del género,pero la escena donde Blanca Nieves se pierde en el bosque al principio, tiene un toque tenebroso que hace tiempo no veía
ResponderEliminarLos cuentos clásicos son la base de gran parte del género, así que alguna relación tiene.
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