4 ene 2013

Arte criminal


Es posible que pensarais que no se podían dar más casos como el absurdo que sufrió Ángel Sala tras ser acusado de distribuir/exhibir pornografía infantil tras pasar A Serbian Film (Srpski film, Srdjan Spasojevic, 2010) en el Festival de Sitges. Pues os equivocabais.

Seguramente el nombre Remy Couture no os diga nada. Hasta hace un par de semanas era también desconocido para mí, cosa que cambió cuando apareció la siguiente noticia en diversas páginas web dedicadas al cine de terror: "Remy Couture, cineasta independiente canadiense y especialista en efectos especiales, acusado de corromper la moral a través de la posesión, distribución y producción de materiales obscenos".

Estos "materiales obscenos" son los cortometrajes que Couture produjo y publicó en su web Inner Depravity, protagonizados por un psicópata interpretado por el propio Couture. Estos cortos muestran la gráfica muerte y tortura de diversas víctimas de este personaje ficticio.

El absurdo empezó cuando un internauta alemán vio uno de los cortos de Couture (seguramente buscando vídeos de gatitos entrañables y así fue a parar a una página llamada "Depravación Interior") y pensó que se asesinaba a un niño de verdad en uno de los vídeos. Lo denunció y la Interpol llevó el caso a Canadá después de que un patólogo lo considerara tan realista que no podía descartar que fuera auténtico. La policía canadiense se hizo cargo y se acabó llevando a juicio.

Couture fue llevado a juicio aunque en la página web hay un anuncio advirtiendo de la naturaleza gráfica del contenido y de que es una página dedicada al terror y los efectos especiales:

Advertencia que aparece en la página Inner Depravity


Fue llevado a juicio aunque en los cortometrajes hay títulos de crédito con el nombre de todos los participantes, incluidos actores y actrices.

Fue llevado a juicio aunque la madre del supuesto niño asesinado declaró que su hijo estaba perfectamente, que le había dado permiso para participar en el corto con el objetivo de avivar su interés por el arte dramático y de que invitó a la policía a ir a su casa y comprobar que el niño estaba bien (la policía declinó la invitación).

Ironías de la vida, otro motivo por el que la madre quiso que su hijo participara era para que le quedara clara la diferencia entre realidad y ficción.

Por fortuna, tras un rápido juicio, Couture fue declarado inocente.

Yo creo que es necesario que haya obras que te remuevan por dentro, incluso que te repulsen o te ofendan porque son la manera más efectiva de poner a prueba tus convicciones.Y la obra de Couture no va a cambiar el panorama del género, ni siquiera me gustan el tipo de cortos que hace, pero creo que tiene derecho a hacerlos, igual que yo a decir que no me gustan.

Seguramente no será la última vez que pase algo así. Cuando aparece una pieza de arte (película, libro, cómic, música, pintura, escultura) que se considera peligrosa o moralmente reprobable siempre hay un grupo de personas que reacciona intentando hacer que lo que le da miedo o le parece peligroso desaparezca. Desde las autoridades atacando al "obsceno" Flaubert que se atrevió a publicar Madame Bovary a mediados del XIX, los ataques a la Lolita de Nabokov, hasta los casos más recientes como el mencionado de A Serbian Film o la hipócrita polémica a raíz del programa cultural Bestiari Il·lustrat, podemos encontrar muchos casos parecidos, llevados a cabo desde diferentes costas políticas.

Las razones por las que se producen este tipo de sucesos son variadas: políticas, clasistas (sobre ello recomiendo la lectura de Monster Show de David J. Skal, editorial Valdemar, donde dedica una sección a analizar el escándalo que siguió a la publicación de American Psycho en Estados Unidos) y la intolerancia de toda la vida. También, como he mencionado antes, la idea de que el arte -en cualquier forma- puede ser peligroso.

Como ya he dicho, creo que es necesario tanto el arte que te llena de placer como el que te produce asco porque la libertad de expresión no es una cuestión de gustos.


6 comentarios:

  1. Muy triste que éstas cosas pasen en el recién estrenado año 2013.
    El síndrome Ned Flanders ataca de nuevo, y parece que seguirá ahí, puesto que siempre ha habido y seguirá habiendo mojigatos asustadizos.

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  2. Por lo menos los mojigatos son honestos, me cabrean aún más los hipócritas que por razones políticas atacan un programa de forma deshonesta, como pasó con el del canal 33 (un canal de aquí, de Cataluña). Pero sea como sea, es muy triste como bien dices.

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  3. Increíble, y los polis declinaron ir a comprobar si el niño estaba bien. Eso sí, la madre me parece radical metiendo a su hijo peque a hacer algo así de fuerte, aunque sea ficción, a mi modo de ver. Ya se sabe que siempre hay guardianes de la moral que intentan decir qué se puede y que no se puede ver. Hay casos claros delictivos en los que la justicia debe intervenir, pero si no hay ilegalidad (y aquí se podría discutir si una ley es o no justa) que cada uno vea y se “divierta” con lo que le de la gana. El caso éste es curioso.
    Un abrazo, Raül.

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  4. A mí me parece que es bastante acertado enseñar al niño cómo se hace algo así para que no te lo tomes muy en serio, pero aquí cada cual es libre de decidir lo que es mejor o no. El caso es que parece que les importaba poco si era ilegal o no, simplemente intentar cerrarlo. Saludos.

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  5. Resulta casi increíble que a estas alturas sigan habiendo casos a lo "Guinea Pig" u "Holocausto caníbal", sobre todo cuando uno pensaría que cada vez es más fácil comprobar la información. Porque una cosa sería que lo encontrasen ofensivo, como la absurda acusación contra "A Serbian film", pero ¿que crean que es real?
    Medieval.

    Saludos.

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  6. S., estoy seguro que tampoco será el último caso del estilo que nos encontremos.

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