Los placeres culpables son aquellas películas/música/libros/cómics que tú sabes, en lo más hondo de tu ser, que son malos o muy malos pero que por alguna perversa razón te gustan.
Estos placeres culpables tienen sentido (y son más vergonzosos) en cuánto más amante o experto seas del tema. Es decir, si no te gusta el cine y ves un día por la tele una entrega de la saga American Pie y te parece el súmmum de la comedia, eso es simple mal gusto. No, los placeres culpables se basan en que tú eres muy consciente de que lo que te gusta no es bueno o es hortera o te niegas a admitir en público que te gustan.
En un ejercicio de sádico exhibicionismo os presento algunos de mis placeres culpables. Algunos son muy vergonzantes, pero apuesto a que los vuestros lo son aún más.
Jim Steinman: Siento debilidad por las excesivas y barrocas composiciones de este hombre. Cada canción que escribe parece explotar en épicas de 15 minutos. Steinman escribió para Meat Loaf la trilogía Bat Out of Hell, cuyos dos primeros álbumes me parecen, honestamente, fantásticos. Steinman ha compuesto canciones para diversos artistas, pero hoy traigo un proyecto que realizó en solitario. Es decir, creó una banda llamada Fire, Inc. para que tocase las composiciones que hizo para la banda sonora de la película Calles de fuego (Streets of Fire, Walter Hill, 1984), recortada a cinco minutos para hacer el videoclip.
Linterna verde (Green Lantern, Martin Campbell, 2011) fue un fracaso de taquilla y la prueba de que la Warner no sabe qué hacer con el Universo DC. Solo hay que ver como han manejado el proyecto de la Liga de la Justicia para que sea más evidente. Green Lantern, además, se convirtió en un ejemplo de lo que es el uso excesivo de los efectos visuales: hasta el traje del héroe está hecho por ordenador. Y para acabarlo de arreglar, su guion no es muy original que digamos, resulta bastante predecible.
Y a pesar de ello me gusta. Me lo paso bien viendo esta película, tal vez por los actores o por disfrutar con el espectáculo cósmico. El hecho de que nunca fuera un fan del personaje y de que el cómic en que se basa no me gustara particularmente contribuye a que pueda disfrutarla sin prejuicios. En fin, los placeres culpables tienen un toque de irracionalidad. Es una mala película, pero me gusta.
Km. 666 (Wrong Turn, Rob Schmidt, 2003): Siempre he sentido debilidad por las películas de terror de supervivencia, así que a lo mejor es por eso que me gusta esta película con actores mediocres y un guion más visto que ir a pie. Un grupo típico de jóvenes se ve perseguido por un grupo de típicos campesinos deformes. Lo único realmente bueno de la película es la dirección de Schmidt, que dirige bien la acción y crea algunas escenas de suspense muy logradas. No debo ser el único al que le gustó esta mediocre película, ya que hasta la fecha ha generado 4 secuelas, la quinta salió hace poco. La segunda entrega, Camino sangriento (Wrong Turn 2: Dead End, Joe Lynch, 2007), también me gustó ya que es bastante divertida, pero la tercera dejé de verla a la mitad y no he visto ninguna de las otras.
Leyenda urbana (Urban Legend, Jamie Blanks, 1998) es un -para mí- divertido slasher estrenado en el renacimiento del género a mediados de los 90. Me gusta por la manera en que utiliza las leyendas urbanas como motivo, ya que en ellas encontramos parte del atractivo (y origen) de los slashers. Cierto es que los actores no son muy buenos, exceptuando Robert Englund y la pelirroja protagonista Alicia Witt, y el guion es tan torpe y absurdo como es de esperar. Pero ese es parte del atractivo de esta película para mí: me recuerda a los slashers que se hacían en los 80. Blanks dirige bastante bien el material, de modo que aunque se abusa de los sustos baratos, la película no (me) cansa. En fin, admito que es una mala película pero me gusta, que de eso va el post. Fue seguida de una infumable secuela: Leyenda urbana 2 (Urban Legends: Final Cut, John Ottman, 2000). Lo realmente inteligente que hacía la primera, alejarse de los chistes "meta", aquí es llevado a la náusea. Es un film aburrido y predecible, con un guion ridículo que no tiene ningún sentido. Si bien esta segunda parte es muy, muy mala, la tercera es una pequeña mejora: Leyenda urbana 3: Bloody Mary (Urban Legens: Bloody Mary, Mary Lambert, 2005) deja de lado el asesino que se inspira en leyendas urbanas para crear una película de terror basada en una leyenda urbana. Dirigida por la directora de Cementerio viviente (Pet Sematary, 1989), es una película que se deja ver. La intención con esta tercera entrega era crear una serie en la que cada película se basaría en una leyenda urbana diferente, pero al final la idea se quedó en nada. La proyectada cuarta parte, Ghosts of Goldfield (Ed Winfield, 2007), se estrenó como un film independiente sin ninguna relación con la saga.
Empezamos con música y acabamos con música. En este caso una canción sacada de un álbum que me gusta mucho: el Rockstation de Mcnamara.
De las que comentas sólo he visto Km. 666 y Leyenda Urbana 2. Ambas me parecen vomitivas (especialmente la secuela de Leyenda Urbana).
ResponderEliminarKm. 666 tenía todas las papeletas para gustarme, es decir, Stan Winston y una descara copia de Las Colinas tienen ojos, pero no salvo nada de esa película. Ni el argumento (no por arquetípico y tópico, sino porque me aburrió) ni el diseño de los bichos me parecieron salvables.
Leyenda Urbana 2 es la única entrega de la saga que he visto, y es que me dejó con taaaaan mal sabor de boca que no quise saber nada más del tema.
Linterna Verde no la vi porque ni el personaje me llama la atención, ni el trailer enseñaba nada que pudiese atraerme mínimamente. Me olía a bodrio tipo Los 4 fantásticos, y aún así no descarto verla algún día.
No me voy a poner a defender las cualidades de Km. 666, porque la base del post es que son malas películas que me gustan, pero sí diré que no es una copia de Las colinas tienen ojos. Los antecedentes los encontraríamos en Deliverance de John Boorman. Los peligros de las zonas profundas rurales sureñas montañosas son todo un subgénero americano.
ResponderEliminarComo ves, Leyenda Urbana 2 me parece igualmente vomitiva, pero no por ello dejaría de ver la primera. Vi la 2 porque la 1 me gustó. Pero no tienen nada en común, dejando de lado la aparición de un personaje. Leyenda Urbana puede ser divertida de ver en grupo, comiendo pizza y bebiendo cocacola. Es un slasher de la vieja escuela y por ello lo disfruto, pero ya digo que no es una buena película. De todos modos, dale una oportunidad a la 1.
Vaya un bodrio los 4F. Linterna verde no la recomiendo, a pesar de lo que me divierte. Tiene sus detalles entretenidos.
Yo no diría perversas razones, más bien inescrutables :) y confieso tener una muy chunga, a veces me gusta escuchar a Mónica Naranjo ¡Toma!
ResponderEliminarRecórcholis! Y lo sueltas así de sopetón. ¿Adónde irá parar la juventú?
ResponderEliminarNo me gusta mucho la denominación de placer culpable, porque si algo me gusta no sé por qué debería sentirme culpable, pero bueno, también tengo algunas perversiones que tampoco es que vaya por ahí aireándolas a los cuatro vientos, como que me chifla Colega, ¿dónde está mi coche?. Pero shhh..., no se lo digas a nadie.
ResponderEliminarEs que el placer si un poco de culpa es como las patatas sin sal. Tu secreto está a salvo conmigo, no se lo diré a nadie, ya que no tengo facebook. O amigos.
ResponderEliminarPero Nowhere to Fast mola, no vale. La película la tengo pendiente.
ResponderEliminarLo de Linterna Verde habría que hablarlo seriamente....es como una película hindú de superhéroes pero con presupuesto para efectos especiales. XD
Km.666 es mejor que algunas películas de terror/slashers actuales. Las secuelas no recuerdo haberlas visto, si lo he hecho, es que eran muy malas y mi cerebro las ha borrado.
Leyenda Urbana no la he visto.
Con lo de McNamara te has quedado agusto, no la he resistido entera. ;)
Y muy a gusto, ya te digo. :D
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