Normalmente, cuando se quiere hacer arte con mensaje acaba siendo más "arte con Mensaje" que "Arte con mensaje". Por ejemplo, en el film Los edukadores (Die fetten Jahre sind vorbei, Hans Weingartner, 2004) el director estaba más preocupado por transmitir sus ideas políticas al espectador que crear una historia interesante o unos personajes reales, con lo que nos acaba ofreciendo un film aburrido y tópico. En otras palabras, muchas veces cuando se quiere hacer arte con mensaje se acaba haciendo simple propaganda.
Por suerte, para todo hay excepciones. En este caso, Contrafabulario ilustrado nace con la voluntad de ser una protesta, un grito de furia, ante la situación actual pero, también, nos ofrece una buena dosis de arte. Maribel Carod crea una serie de "ilustrafábulas" que de modo alegórico nos habla desde el futuro sobre nuestro presente. Acompañando a las ilustraciones (o son las ilustraciones las que sirven de acompañamiento), una serie de microrelatos cuyo nexo común es, al igual que las ilustraciones, reflexionar sobre el presente usando la ciencia ficción, la fantasía y el realismo mágico.
Como suele ser habitual en las antologías, hay algunos relatos muy buenos y otros un poco más flojos. Los flojos son aquellos que, como decía al principio, enfatizan más el mensaje que la historia. Pero el ocasional microrelato flojo queda de sobras compensado por contribuciones muy sólidas, como Pervirtiendo a Asimov de Sergi G. Oset, El casco de Marta Valsecchi o El peso de la resignación de Isabel Baeza Varela, por citar unos ejemplos.
Sin embargo, por buenos que son los relatos, realmente recomiendo este libro por sus ilustraciones. Carod suma Art Spiegelman y George Orwell para ofrecernos una serie de ilustraciones alegóricas de gran impacto. Sus personajes, en ocasiones patéticos en su crueldad, parecen escapados de un mundo apocalíptico perverso, como si Terry Gilliam hubiera hecho Brazil (1985) con los animales de los cuentos de La Fontaine. La conjunción de relato e ilustración tiene mucha fuerza y, en ocasiones, la ilustración transmite de forma más fuerte y directa la idea del microrelato. Aunque están pensados para funcionar juntos, no uno como soporte del otro (o tal vez sí, pero no es la impresión que tuve al leerlo).
En definitiva, una lectura muy interesante que podéis encontrar en: www.underbrain.com/books
Parece interesante, aunque con éste tipo de cosas (y con el programa Salvados) me acabo poniendo de mala ostia y teniendo que reprimir unas ganas enormes de comprar algunos kilos de dinamita para ponérselos a ciertos personajillos corruptos del panorama actual.
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente. Lo bueno que tiene el libro es que puedes disfrutar del arte, que espero ayude a reprimir la furia asesina.
ResponderEliminarEs una obra de expiación. Un retrato oscuro pero necesario.
ResponderEliminar:)
Gracias por hacerme descubrir ese libro que no pienso perderme, parece muy interesante como tu post anterior sobre "La hija de Drácula", una de las películas más olvidadas de la Universal que a punto estuvo de interpretar Bela Lugosi.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Patricia, a veces uno desearía vivir en una sociedad donde no fueran necesarios este tipo de retratos. Pero así es el ser humano, una bestia parda.
ResponderEliminarMiquel, pues de nada, espero que te guste o que te lo regalen por Sant Jordi. Es una lástima que La hija de Drácula no sea más popular, teniendo en cuenta su influencia. Salut!