La nueva película de Chan-Wook Park, Stoker (2013), es una película de Chan-wook Park. Lo cual, teniendo en cuenta que es su primera incursión en territorio americano, es todo un logro; imagino que la mayoría recuerda que fue de la carrera de John Woo cuando decidió irse a Hollywood. Supongo que Park se ha visto beneficiado por el hecho de que la película la ha producido Scott Free, la compañía de Ridley Scott, director que ha tenido más de un amargo enfrentamiento con estudios poco dados a la libertad creativa.
Además, la película es una maravilla.
Inmediatamente, la engañosamente sencilla premisa argumental, India Stoker (Mia Wasikowska) sospecha de su tío Charlie (Matthew Goode) cuando este llega a casa a pasar un tiempo coincidiendo con la muerte de su padre (Dermot Mulroney), despertará ecos de La sombra de una duda (Shadow of a Doubt, Alfred Hitchcock, 1943) en más de un aficionado. No solo eso, también tenemos a un villano silbador en referencia a Nervios rotos (Twisted Nerve, Roy Boulting, 1968). Sin embargo, estos guiños no son más que una manera de embaucar al espectador. De hacerle creer que va a ver una película de suspense normal y corriente (en caso de que no conozcas la obra del director), porque donde esas películas iban hacia la derecha, Park nos lleva hacia la izquierda. Por otro lado, esta sencilla premisa sirve como punto de partida para tratar un tema habitual en este director coreano, la atracción por la violencia, y para hacernos reflexionar sobre lo atractivo que puede ser el Mal.
Ver esta película en la pantalla grande de un cine es toda una experiencia. En palabras de Pasolini, este es cine de poesía. Cada secuencia, cada plano está tratado con un infinito cuidado y meticulosa dedicación. Personalmente, los primeros momentos del film me recordaron el surrealismo de Valerie and Her Week of Wonders (Valerie a týden divu, Jaromil Jires, 1970). Se explotan al máximo las posibilidades narrativas y visuales que puede ofrecer el cine, lo cual resulta refrescante tras la fiebre realista y de "metraje encontrado" que sufrimos. Iba a decir que se puede disfrutar del film sin escuchar el sonido, pero lo cierto es que el diseño de sonido forma parte esencial de la narrativa poética del film, que cuenta además con una estupenda banda sonora.
Esta belleza plástica no es gratuita. Nos sirve para situarnos en la cabeza de la joven protagonista, como las fantasías de Excision (Richard Bates Jr., 2012). Es también una belleza que sirve como contraste al horror de lo que se nos está narrando.
Menciono el horror porque aunque es un film catalogable dentro del drama y el misterio, lo cierto es que para cuando empiezan a desfilar los títulos de crédito el espectador siente un frío escalofrío bajar por su espalda que tiene más en común con el género de terror que con cualquier otro género cinematográfico. O por lo menos es lo que me ha sucedido a mí.
Como ya he dicho, este fantástico film trata sobre la fascinación y el atractivo que tiene el Mal. Por los aspectos más románticos, catárticos, liberadores y sexuales que puede tener el Mal. Algo que se refleja perfectamente en una de las más logradas secuencias que Park orquesta, gran manipulación del espectador en el mejor sentido, que no puedo comentar porque es posible que no hayas visto esta película. Por tanto, no pierdas el tiempo y corre a ver una original maravilla que te recuerda que el cine puede ser Arte.
tengo muchas ganas de verla, pese al miedo que me da la "americanización" de los directores asiáticos. El último palo me lo llevé con Jee-woon Kim, y su bodriazo The last Stand.
ResponderEliminarEn cualquier caso no es justo hacer comparaciones, ya que resulta obvio que Stoker es otro tipo de película.
Lo dicho, la veré. Tengo mucha curiosidad, porque por una vez en mi vida no he visto ni trailers ni spots, sólo el póster.
Gonzo has hecho muy bien, yo entré sin saber nada, solo que era de Chan-wook Park, y la disfruté más por ello. Píllala en cuanto puedas y procura que sea con la mejor calidad de imagen y sonido posible porque lo vale.
ResponderEliminar