El hombre de acero (Man of Steel, Zack Snyder, 2013) llega hasta nosotros con todo el ruido y la furia que acompaña toda gran épica protagonizada por todo un icono cultural. Pero, ¿es El hombre de acero la gran película que los fans de Supermán se merecen? Bueno, eso es algo que los fans de Supermán tendrán que contestar. Por mi parte, he disfrutado mucho la película pero hay algunos puntos oscuros que le quitan algo de brillo al conjunto.
A primera vista, esta nueva película protagonizada por el hijo favorito de Krypton parece un refrito de las dos películas de Supermán que dirigió Richard Donner (y quiero decir las dos películas de Supermán dirigidas por Richard Donner). Por fortuna, el film tiene una personalidad propia que inmediatamente te hace olvidar trabajos anteriores. De hecho, la secuencia que abre la película me recordó más al segmento Taarna de la clásica y genial Heavy Metal (Gerald Potterton, 1981) que a cualquiera de los films anteriores hechos con el personaje.
El acierto de la película es que no trata el origen de Supermán sino el origen de Clark Kent. Una perspectiva interesante que, junto a la manera en que evita todos los clichés y tópicos asociados a Supermán, hace que te olvides que lo que estás viendo te lo han contado ya muchas veces. El film triunfa especialmente en mostrar algo que no acababa de funcionar en las demás películas: muestra un Supermán enfrentado a un enemigo que lo supera.
Obviamente, la película es espectacular. Lo cual es de esperar teniendo en cuenta la pasta invertida en el film. Me ha sorprendido mucho la orgía de destrucción que se nos ofrece. No había visto semejante nivel de devastación en mucho tiempo, Metrópolis recibe más castigo que Neo-Tokio.
Todo es positivo y sin embargo...
Tras este nuevo Supermán tenemos a Christopher Nolan y David S. Goyer, dos de los principales responsables del triunfal regreso de Batman a las pantallas. Pero dejadme que os cuente un secreto: Supermán no es Batman. Aunque he leído una entrevista (aquí) con Goyer en la que revela que él y Zack Snyder son los idearios y responsables del que es para mí el punto más polémico de la película, algo con lo que Nolan no estaba de acuerdo, así que Nolan es en parte inocente de lo que para mí ha sido cruzar una raya que no debería haber sido cruzada.
¿Recordáis la frase "creerás que un hombre puede volar"? Fue el famoso tag line que acompañó el estreno de Superman (Richard Donner, 1978). Para mí esta frase resume muy bien el espíritu de Supermán en el cine, ya que trae con ella un fondo de sentido de la maravilla, de fantasía, que fue lo que hizo tan memorable el trabajo de Donner. Es algo que no encontramos en esta nueva película.
Es un film anclado en la realidad. Hay un gran reparto que hace creíble todo lo que sucede en pantalla. Unos eventos cargados de seriedad. Miles de inocentes mueren, esto es muy serio. Lo repito: miles de inocentes mueren. Dejar que inocentes mueran es algo que para mí no encaja con Supermán. Batman es la oscuridad, Supermán es la luz.
Cuando acabé de ver en el cine Los vengadores (The Avengers, Joss Whedon, 2012) recuerdo estar plenamente exaltado y emocionado con el gran espectáculo que se había mostrado. El film de Whedon rebosa sentido de la maravilla. Rebosa amor por la fantasía. Pero cuando he acabado de ver El hombre de acero lo que he sentido es que temía que se me hubiese borrado la raya del culo después de tanto rato sentado en la butaca.
Es un film que me ha gustado, con el cual me lo he pasado bien, pero creo que carece de ese sentido de la maravilla que hace este tipo de películas grandiosas. Y puede que lo que digo resulte contradictorio, pero no se me ocurre una manera mejor de expresarlo.
El acierto de la película es que no trata el origen de Supermán sino el origen de Clark Kent. Una perspectiva interesante que, junto a la manera en que evita todos los clichés y tópicos asociados a Supermán, hace que te olvides que lo que estás viendo te lo han contado ya muchas veces. El film triunfa especialmente en mostrar algo que no acababa de funcionar en las demás películas: muestra un Supermán enfrentado a un enemigo que lo supera.
Obviamente, la película es espectacular. Lo cual es de esperar teniendo en cuenta la pasta invertida en el film. Me ha sorprendido mucho la orgía de destrucción que se nos ofrece. No había visto semejante nivel de devastación en mucho tiempo, Metrópolis recibe más castigo que Neo-Tokio.
Todo es positivo y sin embargo...
Tras este nuevo Supermán tenemos a Christopher Nolan y David S. Goyer, dos de los principales responsables del triunfal regreso de Batman a las pantallas. Pero dejadme que os cuente un secreto: Supermán no es Batman. Aunque he leído una entrevista (aquí) con Goyer en la que revela que él y Zack Snyder son los idearios y responsables del que es para mí el punto más polémico de la película, algo con lo que Nolan no estaba de acuerdo, así que Nolan es en parte inocente de lo que para mí ha sido cruzar una raya que no debería haber sido cruzada.
¿Recordáis la frase "creerás que un hombre puede volar"? Fue el famoso tag line que acompañó el estreno de Superman (Richard Donner, 1978). Para mí esta frase resume muy bien el espíritu de Supermán en el cine, ya que trae con ella un fondo de sentido de la maravilla, de fantasía, que fue lo que hizo tan memorable el trabajo de Donner. Es algo que no encontramos en esta nueva película.
Es un film anclado en la realidad. Hay un gran reparto que hace creíble todo lo que sucede en pantalla. Unos eventos cargados de seriedad. Miles de inocentes mueren, esto es muy serio. Lo repito: miles de inocentes mueren. Dejar que inocentes mueran es algo que para mí no encaja con Supermán. Batman es la oscuridad, Supermán es la luz.
Cuando acabé de ver en el cine Los vengadores (The Avengers, Joss Whedon, 2012) recuerdo estar plenamente exaltado y emocionado con el gran espectáculo que se había mostrado. El film de Whedon rebosa sentido de la maravilla. Rebosa amor por la fantasía. Pero cuando he acabado de ver El hombre de acero lo que he sentido es que temía que se me hubiese borrado la raya del culo después de tanto rato sentado en la butaca.
Es un film que me ha gustado, con el cual me lo he pasado bien, pero creo que carece de ese sentido de la maravilla que hace este tipo de películas grandiosas. Y puede que lo que digo resulte contradictorio, pero no se me ocurre una manera mejor de expresarlo.
A mí me ha gustado mucho, aunque estoy de acuerdo en lo que dices. Es una película demasiado seria, y quizá le hubiese venido bien el tono cómico/festivo de Los Vengadores, pero aún así creo que es la mejor película de Superman que se ha hecho hasta la fecha.
ResponderEliminarGonzo, yo todavía no he podido superar el hecho de que no solo hicieran que Superman matara al villano, sino que además Superman deja que mueran miles de inocentes. Espero que lo arreglen en futuras entregas, pero de todos modos la película me gustó.
ResponderEliminarHola mi nombre es Miguel, y dirijo un blog de zombis llamado "Zombie, La Historia". Me encanta tu blog, y no sé si sería posible intercambiar links entre los dos.
ResponderEliminarTe estaría muy agradecido.
http://zombielahistoria.blogspot.com.es/
Claro, ningún problema. Te pongo ya en los links.
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