Si bien se estrenó al final de la década, Agency (George Kaczender, 1979) es un thriller muy setentero que toca temas aún vigentes.
En la agencia de publicidad en la que trabaja Philip Morgan (Lee Majors), las cosas están algo revolucionadas desde que el millonario Ted Quinn (Robert Mitchum) la compró y empezó a hacer cambios y despedir trabajadores. Cuando aparezca muerto Sam Goldstein (Saul Rubinek), amigo de Morgan, Philip empezará a investigar y descubrirá que en su agencia esconde mortales secretos.
El estilo de Agency está tremendamente anticuado y como thriller no es nada del otro mundo. Sin embargo, es muy característico de la época, además de por el diseño y el guion, por los temas de paranoia y desconfianza gubernamental que presenta, temas muy en boga en el cine americano en la época post-Watergate. Aunque lo hace de forma algo torpe y acelerada, explota preocupaciones de la ciudadanía de entonces no muy diferentes de las preocupaciones actuales, cuando manipular la información es tan fácil.
Cierto, lo que utiliza el film para transmitir estas ideas tiene más de leyenda urbana que de realidad, pero el fondo, la manipulación de las masas, es el mismo aunque cambien los métodos. Es una lástima que su ejecución sea tan poco interesante, podría haber sido reivindicada hoy día como un film adelantado a su tiempo. De todos modos, puede servir para reflexionar sobre hasta que punto han cambiado las cosas. No mucho, podía ser la conclusión final.
En lo que se refiere estrictamente a la película, su primera mitad resulta bastante interesante y plantea bien la intriga. Pero todo lo construido en esta primera mitad se desmonta en la segunda, ya que la investigación de Morgan no es muy interesante (así como algunas de sus acciones son algo estúpidas) y la acción tampoco es que sea muy intrigante. Es un film mediocre con algunos puntos de interés.
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