Hace un tiempo, leí en el blog de Einer, Almas Sucias, un artículo dedicado a Westworld, almas de metal (Westworld, Michael Crichton, 1973), que podéis leer aquí. El artículo me animó a darle una segunda oportunidad a la película de Crichton, ya que el film me había decepcionado un poco cuando la revisité en DVD.
La siguiente vez que la vi me gustó mucho más, lo suficiente para volver a comprarla en Blu-ray, ya que la edición en DVD no era muy buena aunque era de importación. De paso también me hice con la secuela (en Blu de zona A, ya que lo edita Shout! Factory, otras ediciones no me inspiraron confianza o eran demasiado caras).
Westworld es puro Crichton. Trata una temática que el escritor utilizó en casi todas sus novelas de ciencia ficción: el mal uso de la tecnología y lo peligrosa que puede ser en manos ignorantes. En el caso de esta película, los ordenadores y los robots son los que se descontrolan, rebelándose sobre los indulgentes visitantes del parque temático Delos.
Como digo, es una temática muy querida por Crichton, pero siendo esta una de las primeras veces que la desarrollaba, se nota un poco torpe. Hay momentos de la película que recuerdan a las cintas de ciencia ficción de los 50 llenas de científicos que se adentraban en territorio prohibido. En Westworld incluso hay una escena en la que se ve a un "científico bueno" advirtiendo de los peligros de la tecnología que están desarrollando sin comprender del todo, pero el resto lo califica de simples errores, y por supuesto se equivocan (es lo que más adelante se llamaría "fantasmas en la máquina"): en blanco y negro y con Whit Bissell y no estaría fuera de lugar en cualquiera de las películas de la era atómica.
Un par de décadas más tarde, Crichton escribiría la novela perfecta en este aspecto: Parque jurásico, una novela que comparte bastante paralelismos con Westworld, casi como si le hubiera servido de ensayo.
En cualquier caso, Westworld tiene otros puntos de interés además de los robots asesinos (tema también al que Crichton volvería desde otra perspectiva en el film Runaway, brigada especial [Runaway, Michael Crichton, 1984]), ya que también incluye un interesante comentario social sobre la década del "yo", utilizando el parque para satirizar la sociedad hedonista e infantil de los 70, al estilo Romero.
Pero el subtexto de la película jamás interfiere con el texto. En otras palabras, la historia del apocado Peter Martin (Richard Benjamin) en busca de un poco de aventura resulta interesante, introduciéndonos en el mundo de Delos de forma efectiva y creando un protagonista con el que la audiencia se puede identificar.
No es que sea un film perfecto, pero sí interesante y entretenido, siendo hoy día más evidente la influencia que ha ejercido en filmes posteriores. Además, la película tuvo en su día suficiente éxito como para generar la secuela Mundo futuro (Futureworld, Richard T. Heffron, 1976).
Cuando uno ve aparecer en la pantalla las palabras "Samuel Z. Arkoff presenta", es el momento de cruzar los dedos y lanzar una pregaria a Cthulhu esperando que la película no sea un truño, ya que este pope de la exploitation puso su nombre delante de muchos productos infumables. En el caso de Futureworld creo que el resultado final es bastante aceptable.
Ciertamente, no es tan buena como Westworld, pero tiene un aire a lo Scooby Doo que me hizo bastante gracia. Peter Fonda es un actor que siempre me ha gustado y está bastante acertado como Chuck Browning, el intrépido periodista que, cual Woodward o Berstein del futuro, investiga los oscuros tejemanejes de la compañía Delos. En su investigación contará con la ayuda de Tracy Ballard (Blythe Danner), periodista televisa e interés romántico del film.
Si buscáis una buena cinta de ciencia ficción, tal vez Futureworld os resulte algo decepcionante, pero como serie B setentera a mí me gustó bastante. Tiene muchos toques delirantes/kitsch propios de la época, así como resulta interesante la manera en que se veía el futuro.
Como digo, es una temática muy querida por Crichton, pero siendo esta una de las primeras veces que la desarrollaba, se nota un poco torpe. Hay momentos de la película que recuerdan a las cintas de ciencia ficción de los 50 llenas de científicos que se adentraban en territorio prohibido. En Westworld incluso hay una escena en la que se ve a un "científico bueno" advirtiendo de los peligros de la tecnología que están desarrollando sin comprender del todo, pero el resto lo califica de simples errores, y por supuesto se equivocan (es lo que más adelante se llamaría "fantasmas en la máquina"): en blanco y negro y con Whit Bissell y no estaría fuera de lugar en cualquiera de las películas de la era atómica.
Un par de décadas más tarde, Crichton escribiría la novela perfecta en este aspecto: Parque jurásico, una novela que comparte bastante paralelismos con Westworld, casi como si le hubiera servido de ensayo.
En cualquier caso, Westworld tiene otros puntos de interés además de los robots asesinos (tema también al que Crichton volvería desde otra perspectiva en el film Runaway, brigada especial [Runaway, Michael Crichton, 1984]), ya que también incluye un interesante comentario social sobre la década del "yo", utilizando el parque para satirizar la sociedad hedonista e infantil de los 70, al estilo Romero.
Pero el subtexto de la película jamás interfiere con el texto. En otras palabras, la historia del apocado Peter Martin (Richard Benjamin) en busca de un poco de aventura resulta interesante, introduciéndonos en el mundo de Delos de forma efectiva y creando un protagonista con el que la audiencia se puede identificar.
No es que sea un film perfecto, pero sí interesante y entretenido, siendo hoy día más evidente la influencia que ha ejercido en filmes posteriores. Además, la película tuvo en su día suficiente éxito como para generar la secuela Mundo futuro (Futureworld, Richard T. Heffron, 1976).
Cuando uno ve aparecer en la pantalla las palabras "Samuel Z. Arkoff presenta", es el momento de cruzar los dedos y lanzar una pregaria a Cthulhu esperando que la película no sea un truño, ya que este pope de la exploitation puso su nombre delante de muchos productos infumables. En el caso de Futureworld creo que el resultado final es bastante aceptable.
Ciertamente, no es tan buena como Westworld, pero tiene un aire a lo Scooby Doo que me hizo bastante gracia. Peter Fonda es un actor que siempre me ha gustado y está bastante acertado como Chuck Browning, el intrépido periodista que, cual Woodward o Berstein del futuro, investiga los oscuros tejemanejes de la compañía Delos. En su investigación contará con la ayuda de Tracy Ballard (Blythe Danner), periodista televisa e interés romántico del film.
Si buscáis una buena cinta de ciencia ficción, tal vez Futureworld os resulte algo decepcionante, pero como serie B setentera a mí me gustó bastante. Tiene muchos toques delirantes/kitsch propios de la época, así como resulta interesante la manera en que se veía el futuro.
A mí la primera me encantó desde el primer visionado. La recta final consiguió ponerme los huevos de corbata.
ResponderEliminarPor cierto, es ciertamente obvio, pero hasta que no he leído tu reseña no me había percatado del paralelismo tan evidente entre Almas de Metal y Parque Jurásico.
Yo es que no recordaba la primera vez que la vi, pero ahora ya le he cogido el gusto. Yo no caí en el paralelismo hasta después de haberla visto habiendo ya visto Parque Jurásico.
ResponderEliminarVaya, al final te animaste a verla de nuevo. Pues me alegro que te gustara más esta vez. Lo cierto es que te deja la sensación de que podía haber dado mucho más en manos de alguien más experimentado, pero para eso ya tenemos Parque Jurásico que a fin y al cabo es como una versión mejorada de esta (y muy diferente).
ResponderEliminarLa segunda parte tiene su gracia y es entretenida pero también te deja la sensación de que se podía haber hecho algo un poquito mejor. El póster francés es buenísimo. ¡Qué manera de vender la moto!
Yo desde luego quiero ver la peli que anuncia ese póster.
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