La víctima número diez (La decima vittima, Elio Petri, 1965) es una satírica película de ciencia ficción que enfrenta a Marcello Mastronianni y a Ursula Andress en un combate a muerte en un futuro en el cual se ha legalizado el asesinato, siempre que se haga según ciertas normas. Las normas de La gran cacería.
La víctima número diez se basó en el relato de Robert Sheckley The Seventh Victim. En este relato Sheckley creó un futuro en el cual, para deshacerse de las guerras, se crean juegos de gladiadores donde los combatientes se enfrentan en combates mortales. Como eso no es suficiente, se legaliza la caza de seres humanos: una persona se apunta a la Cacería y se le proporciona una víctima. Una vez eliminada con éxito la víctima, el cazador debe pasar un turno como víctima. Si se consigue alcanzar con éxito las diez cacerías, se entra en el prestigioso Club de los Diez. Además de probar ser muy exitoso a la hora de conseguir que las guerras desaparezcan, la Cacería también ha creado todo un nuevo mercado de negocios dirigido a los cazadores y a las víctimas. El relato sigue a Stanton Frelaine mientras sale a cazar su séptima víctima; una cacería que Sheckley dota de generosas dosis de sátira y humor negro. El relato fue publicado originalmente en 1953, siendo uno de los primeros en utilizar este tipo de argumento, posiblemente el primero en usarlo en un relato de ciencia ficción. Por supuesto, a pesar de ello seguro que también es un plagio de Battle Royale de Koushun Takami, ya sabéis que este tipo de historias son todas plagios de Battle Royale.
El guion, en el que trabajaron Petri, Tonino Guerra, Giorgio Salvioni y Ennio Flaiano, se toma muchas libertades con el relato de Sheckley, pero conserva lo más importante: la premisa de la cacería y el tono satírico. De hecho, si la película se puede disfrutar aún hoy día, además de por sus dosis de camp, es porque las críticas y burlas que hace de la sociedad de consumo siguen siendo actuales. Incluso hacen una parodia de los reality shows antes de que existieran los reality shows.
Mastroianni interpreta a Marcello Poletti, al cual le acaba de tocar el turno como víctima. La cazadora es Caroline Meredith, a la cual interpreta Andress. Ambos muy conocidos en sus respectivos países por su habilidades cazadoras. Ambos también ven la oportunidad de ganar mucho dinero con esta cacería: Caroline acepta formar parte de un programa de televisión que la seguirá mientras caza a Marcello y este espera poder solucionar sus muchas deudas acabando con su cazadora.
Además de hacer crítica social con generosas dosis de humor negro, el film también trata el consabido tema de la guerra de sexos (algo también presente en menor grado en el relato de Sheckley) de una manera que hasta a mi, que ya me aburre bastante el tema, me divirtió. Sin embargo, lo que más me hizo reír fue la alegremente distópica sociedad que retrata Petri. Política, cultura, sexo y religión nos son mostrados bajo una óptica distorsionada y, al mismo tiempo, cada vez más real a medida que vamos avanzando en este nuevo milenio.
Pero no es sátira todo lo que se nos ofrece, el diseño futurista muy de los 60 le añade atractivo a este film si os gusta esta estética. Entre los diseños que aparecen, destaca el sujetador ametralladora de Andress, seguramente el primero de este estilo en aparecer en una película.
La víctima número diez es un film que me pareció original y divertido pero, claro, esto depende mucho de lo que la haga gracia a cada uno. Digamos que si el estilo y el humor de Barbarella (Roger Vadim, 1968) os gustó, muy probablemente esta película también os guste. Por cierto, la narración que oiréis en el tráiler está directamente sacada del cuento de Sheckley.
El guion, en el que trabajaron Petri, Tonino Guerra, Giorgio Salvioni y Ennio Flaiano, se toma muchas libertades con el relato de Sheckley, pero conserva lo más importante: la premisa de la cacería y el tono satírico. De hecho, si la película se puede disfrutar aún hoy día, además de por sus dosis de camp, es porque las críticas y burlas que hace de la sociedad de consumo siguen siendo actuales. Incluso hacen una parodia de los reality shows antes de que existieran los reality shows.
Mastroianni interpreta a Marcello Poletti, al cual le acaba de tocar el turno como víctima. La cazadora es Caroline Meredith, a la cual interpreta Andress. Ambos muy conocidos en sus respectivos países por su habilidades cazadoras. Ambos también ven la oportunidad de ganar mucho dinero con esta cacería: Caroline acepta formar parte de un programa de televisión que la seguirá mientras caza a Marcello y este espera poder solucionar sus muchas deudas acabando con su cazadora.
Además de hacer crítica social con generosas dosis de humor negro, el film también trata el consabido tema de la guerra de sexos (algo también presente en menor grado en el relato de Sheckley) de una manera que hasta a mi, que ya me aburre bastante el tema, me divirtió. Sin embargo, lo que más me hizo reír fue la alegremente distópica sociedad que retrata Petri. Política, cultura, sexo y religión nos son mostrados bajo una óptica distorsionada y, al mismo tiempo, cada vez más real a medida que vamos avanzando en este nuevo milenio.
Pero no es sátira todo lo que se nos ofrece, el diseño futurista muy de los 60 le añade atractivo a este film si os gusta esta estética. Entre los diseños que aparecen, destaca el sujetador ametralladora de Andress, seguramente el primero de este estilo en aparecer en una película.
La víctima número diez es un film que me pareció original y divertido pero, claro, esto depende mucho de lo que la haga gracia a cada uno. Digamos que si el estilo y el humor de Barbarella (Roger Vadim, 1968) os gustó, muy probablemente esta película también os guste. Por cierto, la narración que oiréis en el tráiler está directamente sacada del cuento de Sheckley.
Buenas! Soy el anónimo insistente en que gracias a tus recomendaciones descubro películas geniales con las que enriquecer mi adolescencia.
ResponderEliminarAdemás de esta maravilla este finde ha caido ''Noche en el tren del terror'', dos películas que sin este blog hubiesen tardado en cruzarse en mi camino, pues lo dicho, gracias de nuevo!
De nada, me alegra ver que mis esfuerzos por pervertir la mente de los lectores da sus frutos!
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