9 mar 2015

Lo peor de tí: Una reivindicación de Young Adult


Cuando Young Adult se estrenó en el 2011, lo hacía al final del efecto rebote adverso que generó Juno en 2007. Jason Reitman, director de Juno, tuvo las cosas más fáciles, y pudo seguir con su trabajo tranquilamente, pero Diablo Cody, la guionista de Juno, no lo tuvo tan fácil ya que el foco mediático se centró más en ella. Como consecuencia, la excelente Jennifer’s Body (Karyn Kusama, 2009) fue atacada por la reacción adversa hacia Cody (sin olvidarnos de Megan Fox, que traía consigo su propia reacción adversa después de ser explotada como portada de infinidad de revistas). Así que cuando los responsables de Juno, su director y su guionista, volvieron a trabajar juntos de nuevo en Young Adult, mucha gente se predispuso contra la película. Y, efectivamente, cuando Young Adult se estrenó no tuvo mucha suerte en taquilla.

Pero creo que la razón por la que Young Adult no funcionó en su momento va más allá de la simple irritación que provoca en muchas personas la popularidad y un entusiasmo exagerado, algo de lo que mucha gente que iba al cine no era consciente en realidad, sino que se debe al hecho de que es una película que nos muestra lo peor de nosotros mismos y lo hace sin miedo, sin redención, sin ninguna valiosa lección al final. Y eso es algo que puede resultar incómodo.

Los primeros minutos de la película nos presentan a nuestra protagonista, Mavis Gary, una excelente Charlize Theron, en su apartamento. Aparte de programas basura en la televisión, lo único que se oye en el apartamento de Mavis es el desolador aullido del viento, aumentando la sensación de vacío y desesperación que emana de Mavis. A medida que avance la película conoceremos las razones por las que nuestra protagonista se siente deprimida, desorientada y vacía, además de su propio egoísmo narcisista. También veremos que es una persona inmadura, egoísta y, posiblemente, alcohólica (como confiesa a sus padres en un momento de inédita honestidad). Como única salida del pozo emocional en el que se encuentra metida, Mavis decide volver a su ciudad natal y reconquistar a su antiguo amor de instituto, Buddy Slade, al cual da vida Patrick Wilson. Un argumento que recuerda a comedias románticas como La boda de mi mejor amigo (MyBest Friend’s Wedding, P.J. Hogan, 1997), pero la ejecución de Young Adult no podría estar más lejos de la comedia romántica. No solo por su mezcla de comedia y drama, también por como subvierte los momentos clásicos de este tipo de comedia, como sería el típico enfrentamiento final entre las rivales en el amor, para desesperación de la propia Mavis. Además, cuando empiezan a salir los títulos de crédito, queda claro que Mavis no ha aprendido nada y seguirá su camino de autodestrucción.

Por lo tanto, nos encontramos con una película que en lugar de seguir el camino típico, en la cual el protagonista que va por el mal camino acabaría redimido a los ojos del espectador (como sucede en la mencionada La boda de mi mejor amigo), deja al espectador sin esa sensación de confort, de esperanza. Porque Mavis somos nosotros en un mal día. Mavis somos nosotros después de una mala ruptura sentimental. Mavis somos nosotros cuando nos sentimos deprimidos (no clínicamente deprimidos) y pensamos que todo el mundo es idiota menos nosotros y qué injusta es la vida. Y hay mucha gente que no le gusta que le recuerden que tiene una Mavis dentro, porque Mavis es un personaje desagradable (aunque por eso nos hace reír).

Pero si uno es capaz de aceptar esa parte de sí mismo y abrazarla (sin dejar que le domine, ya hay bastante gente que es así suelta por ahí), es posible que disfrute con Young Adult y su humor ácido y negro. Una película que es a la comedia, lo que los Ramones a la música. Por eso, desde aquí reivindico esta película. Porque yo también he tenido algún momento Mavis (por fortuna, no demasiados).
 

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