Vista en su día, La mujer explosiva (Weird Science, John Hughes, 1985) parecía una película normal. Es decir, divertida pero no mucho más extraña o bizarra que, por ejemplo, Mi proyecto científico (My Science Project, Jonathan R. Betuel, 1985) u otras películas de la época. Es realmente cuando la ves hoy día, en el contexto del estilo de películas para adolescentes actuales, que los toques bizarros de La mujer explosiva realmente destacan.
La película cuenta la historia de Gary (Anthony Michael Hall) y Wyatt (Ilan Mitchell-Smith), dos perdedores adolescentes que una noche, utilizando el ordenador de Wyatt, logran crear una mujer perfecta, Lisa (Kelly LeBrock). Una mujer que, como pronto descubre la pareja de amigos, tiene una voluntad muy propia y posee extraños poderes.
Hughes utiliza su absurda premisa para añadir diversos toques absurdos a la comedia, como romper la cuarta pared o permitirse crear surrealistas imágenes. Romper la cuarta pared es algo que Hughes llevaría al extremo en la clásica Todo en un día (Ferris Bueller's Day Off, 1986), tras la cual el director abandonaría la comedia adolescente para pasarse a la comedia más tradicional y el cine familiar/infantil (tras lo cual pierde todo interés para mí).
Si Dieciséis velas (Sixteen Candles, 1984), su debut, es el perfecto ejemplo de la clásica comedia adolescente y en su siguiente film, la genial El club de los cinco (The Breakfast Club, 1985), una exploración de los arquetipos que pueblan este tipo de comedia; en La mujer explosiva y Todo en un día adopta una perspectiva más fantasiosa, en la que se muestra que pasa cuando aquello que los personajes de sus dos primeras películas desean se hace realidad.
Los adolescentes protagonistas de La mujer explosiva logran, aparentemente, hacer realidad su fantasía, pero pronto descubren que hay que tener cuidado con lo que uno desea porque puede que lo consiga. A través de esta premisa, en el fondo, nos encontramos otra historia de transición, en la que sus protagonistas logran "madurar" a través de su experiencia, pero disfrazada de fantasía y ciencia ficción.
Pero, tal vez, lo más importante sobre La mujer explosiva es que sigue siendo tan divertida hoy como en el momento en que se estrenó. Su mezcla de absurdo y comedia adolescente la hizo lo suficientemente popular como para originar una serie de televisión, que tuvo cinco temporadas pero no el ingenio de la película.
Comedia de culto ochentera, La mujer explosiva es una película que me alegra recomendar no por motivos nostálgicos, sino porque se mantiene tan fresca y genial como el primer día gracias a la manera en que trata temas universales.
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