Todos aquellos que se sintieron ofendidos, molestos o que lamentaban la aparición del llamado torture porn a raíz del éxito de películas como Hostel (Eli Roth, 2005), supongo que no sabían que, en realidad, este género de lamentable nombre mezclaba elementos de dos géneros clásicos de la exploitation que dieron origen a algunos de los títulos más memorables dentro del grindhouse. Me refiero a la nazisploitation y las películas de mujeres en prisión (WIP para abreviar).
Estos son dos géneros que, personalmente, nunca me acabaron de gustar/interesar. Pero aún y así, como cinéfago que soy, no dejé de explorarlos para no perderme algún film interesante por culpa de mis prejuicios. En el caso de las WIP, las dirigidas por Jack Hill me parecieron fantásticas (comentadas aquí), pero en lo que se refiere a la nazisploitation el único título que me gustó es el que protagonizó Dyanne Thorne. Un título cuyo director se propuso hacer la película más memorable y pasada de vueltas de este género posible. Me refiero, claro, a Ilsa: La loba de las SS (Ilsa: She Wolf of the SS, Don Edmonds, 1975).
Una película que algunos podrían encontrar ofensiva y de mal gusto pero que a mí me gusta porque es ofensiva y de mal gusto, además de sangrienta y ridículamente pasada de vueltas. Es un film que resume la esencia de la exploitation. Un film que contó con la ventaja de poder rodarse en los decorados donde se rodó la serie Hogan's Heroes, así que además parece mucho más cara de lo que su bajo presupuesto podía permitirse.
El film empieza con un risible anuncio por parte del productor Herman Traeger (pseudónimo del magnate de la exploitation David F. Friedman) que asegura que la película se basa en personajes históricos, hechos que sucedieron en realidad, y espera tener una función social como historia moralizadora "para que estas atrocidades no vuelvan a suceder jamás". Por supuesto, su verdadero objetivo es despertar el morbo del espectador, cosa que consigue durante 96 minutos de torturas sanguinolentas y demenciales, combinando brutales escenas con momentos erótico-festivos mezclado todo con la clásica trama de fuga del campamento. Sin embargo, debido al tono absurdo con el que está rodado el film, la película resulta bastante entretenida y, en diversas escenas pasadas de rosca, divertida. Esto no es Martyrs (Pascal Laugier, 2008).
Dominando el film tenemos a la rotunda Dyanne Thorne, que consigue ser sin ninguna duda la nazi más perversa, malvada, psicópata y calenturienta de la historia del cine. No es de extrañar que este papel la convirtiera en una diva de serie B.
Como ya he mencionado antes, los géneros de los que bebe este film no me interesan ni gustan demasiado, pero este film es una excepción por su excesiva naturaleza.
El éxito de Ilsa: La loba de las SS, animó a los productores a poner en marcha una segunda entrega, confiando que los espectadores no recordarían el final de la primera. Así, por arte de magia, Ilsa regresa pasando de la Alemania de 1945 a la Arabia Saudí de 1976 sin despeinarse ni envejecer un día. Así, en Ilsa: La hiena del harén (Ilsa, Harem Keeper of the Oil Sheiks, Don Edmonds, 1976), nos encontramos a la titular protagonista adiestrando a las mujeres que los hombres del jeque El Sharif (Jerry Deloni) desea tener a su servicio (una de ellas es otra actriz que regresa de la anterior película, nada menos que Uschi Digart, el hombre no tenía mal gusto). Además de sus tareas de adiestramiento carnal, se dedica, claro, a torturar a los presos del jeque y pensar diversas y dolorosas maneras de obtener información.
Originalmente los productores pensaron aumentar el éxito de público de la película, apuntando a una calificación R, que haría más fácil y amplia su distribución. Lo cual fue un obvio error, ya que el film perdió en gran parte la esencia de lo que hizo la primera tan memorable. Además, los cortes hechos al film para que tuviera esa calificación hicieron que se quedara en bastante poca cosa.
Por suerte, hoy día la película se puede encontrar sin censurar (esta versión dura 93 minutos). A pesar de ello, tampoco es que sea nada muy memorable. Al querer hacer una película que fuera más "respetable", que abordaba problemas del momento como la crisis del petróleo explotando tópicos racistas, acabaron perjudicando a Ilsa: La hiena del harén. De todos modos, no deja de ser un film bastante entretenido.
La tercera entrega, Ilsa: La tigresa de Siberia (Ilsa the Tigress of Siberia aka The Tigress, Jean LaFleur, 1977), es sin duda la peor de las secuelas oficiales pero fue mi primer contacto con Ilsa, por el comentario que hacían de esta película en el libro Pantalla de sangre Mike Hostench y Jesús Martí, editado allá por 1996. Los autores aseguran que esta es su entrega favorita, algo que sigo sin comprender.
Ignorando de nuevo cualquier ley del espacio-tiempo, nos encontramos a Ilsa, representada por Thorne en su versión de mayor furor uterino, en 1953 como comandante del Gulag 14 para mayor gloria de Stalin. En la primera mitad del film vemos como Ilsa y su equipo se dedica a torturar a los prisioneros. La segunda mitad transcurre en Montreal en la actualidad, es decir 1977. Ilsa, que por supuesto no ha envejecido en absoluto, a pesar que el resto de personajes sí, se encuentra ganando unos cuartos al frente de un burdel. A partir de aquí el film se convierte en una película de espías de saldo, sin mucho interés.
A pesar de tener un par de escenas sangrientas, el film tampoco está al nivel de locura de la primera entrega. Por ello, resulta el más aburrido de las tres Ilsas oficiales. Thorne está estupenda, pero para eso ya tienes las dos anteriores.
El éxito de las películas protagonizadas por Dyanne Thorne hizo que se pusiera en marcha una copia dirigida por Jess Franco en 1977. Titulada originalmente Greta - Haus ohne Männer, el hecho de que Dyanne Thorne fuera también la protagonista y que en ningún momento se menciona el nombre del personaje, hizo que la película pasara a ser:
Además de Ilsa the Wicked Warden, o simplemente Ilsa en España, el film también es conocido como Greta the Mad Butcher y Wanda the Wicked Warden. Esta colección de títulos es lo más interesante del film, ya que no es más que una simple WIP, bastante aburrida a pesar del continuo desfilar de mujeres desnudas. Nada sangrienta ni interesante, esta película resume bastante bien porque no me gusta este género. Aparte de erotismo mezclado con misoginia no ofrece nada que pueda resultar remotamente entretenido o interesante al espectador (por lo menos a este espectador). Es incluso menos recomendable que Ilsa: La tigresa de Siberia.
De las cuatro (o tres y media) películas de Ilsa, la única que realmente recomiendo es la primera. La segunda puede resultar entretenida si estas de humor para ella, pero la tercera y la dirigida por Franco son bastante soporíferas.
Una película que algunos podrían encontrar ofensiva y de mal gusto pero que a mí me gusta porque es ofensiva y de mal gusto, además de sangrienta y ridículamente pasada de vueltas. Es un film que resume la esencia de la exploitation. Un film que contó con la ventaja de poder rodarse en los decorados donde se rodó la serie Hogan's Heroes, así que además parece mucho más cara de lo que su bajo presupuesto podía permitirse.
El film empieza con un risible anuncio por parte del productor Herman Traeger (pseudónimo del magnate de la exploitation David F. Friedman) que asegura que la película se basa en personajes históricos, hechos que sucedieron en realidad, y espera tener una función social como historia moralizadora "para que estas atrocidades no vuelvan a suceder jamás". Por supuesto, su verdadero objetivo es despertar el morbo del espectador, cosa que consigue durante 96 minutos de torturas sanguinolentas y demenciales, combinando brutales escenas con momentos erótico-festivos mezclado todo con la clásica trama de fuga del campamento. Sin embargo, debido al tono absurdo con el que está rodado el film, la película resulta bastante entretenida y, en diversas escenas pasadas de rosca, divertida. Esto no es Martyrs (Pascal Laugier, 2008).
Dominando el film tenemos a la rotunda Dyanne Thorne, que consigue ser sin ninguna duda la nazi más perversa, malvada, psicópata y calenturienta de la historia del cine. No es de extrañar que este papel la convirtiera en una diva de serie B.
Como ya he mencionado antes, los géneros de los que bebe este film no me interesan ni gustan demasiado, pero este film es una excepción por su excesiva naturaleza.
El éxito de Ilsa: La loba de las SS, animó a los productores a poner en marcha una segunda entrega, confiando que los espectadores no recordarían el final de la primera. Así, por arte de magia, Ilsa regresa pasando de la Alemania de 1945 a la Arabia Saudí de 1976 sin despeinarse ni envejecer un día. Así, en Ilsa: La hiena del harén (Ilsa, Harem Keeper of the Oil Sheiks, Don Edmonds, 1976), nos encontramos a la titular protagonista adiestrando a las mujeres que los hombres del jeque El Sharif (Jerry Deloni) desea tener a su servicio (una de ellas es otra actriz que regresa de la anterior película, nada menos que Uschi Digart, el hombre no tenía mal gusto). Además de sus tareas de adiestramiento carnal, se dedica, claro, a torturar a los presos del jeque y pensar diversas y dolorosas maneras de obtener información.
Originalmente los productores pensaron aumentar el éxito de público de la película, apuntando a una calificación R, que haría más fácil y amplia su distribución. Lo cual fue un obvio error, ya que el film perdió en gran parte la esencia de lo que hizo la primera tan memorable. Además, los cortes hechos al film para que tuviera esa calificación hicieron que se quedara en bastante poca cosa.
Por suerte, hoy día la película se puede encontrar sin censurar (esta versión dura 93 minutos). A pesar de ello, tampoco es que sea nada muy memorable. Al querer hacer una película que fuera más "respetable", que abordaba problemas del momento como la crisis del petróleo explotando tópicos racistas, acabaron perjudicando a Ilsa: La hiena del harén. De todos modos, no deja de ser un film bastante entretenido.
La tercera entrega, Ilsa: La tigresa de Siberia (Ilsa the Tigress of Siberia aka The Tigress, Jean LaFleur, 1977), es sin duda la peor de las secuelas oficiales pero fue mi primer contacto con Ilsa, por el comentario que hacían de esta película en el libro Pantalla de sangre Mike Hostench y Jesús Martí, editado allá por 1996. Los autores aseguran que esta es su entrega favorita, algo que sigo sin comprender.
Ignorando de nuevo cualquier ley del espacio-tiempo, nos encontramos a Ilsa, representada por Thorne en su versión de mayor furor uterino, en 1953 como comandante del Gulag 14 para mayor gloria de Stalin. En la primera mitad del film vemos como Ilsa y su equipo se dedica a torturar a los prisioneros. La segunda mitad transcurre en Montreal en la actualidad, es decir 1977. Ilsa, que por supuesto no ha envejecido en absoluto, a pesar que el resto de personajes sí, se encuentra ganando unos cuartos al frente de un burdel. A partir de aquí el film se convierte en una película de espías de saldo, sin mucho interés.
A pesar de tener un par de escenas sangrientas, el film tampoco está al nivel de locura de la primera entrega. Por ello, resulta el más aburrido de las tres Ilsas oficiales. Thorne está estupenda, pero para eso ya tienes las dos anteriores.
El éxito de las películas protagonizadas por Dyanne Thorne hizo que se pusiera en marcha una copia dirigida por Jess Franco en 1977. Titulada originalmente Greta - Haus ohne Männer, el hecho de que Dyanne Thorne fuera también la protagonista y que en ningún momento se menciona el nombre del personaje, hizo que la película pasara a ser:
Además de Ilsa the Wicked Warden, o simplemente Ilsa en España, el film también es conocido como Greta the Mad Butcher y Wanda the Wicked Warden. Esta colección de títulos es lo más interesante del film, ya que no es más que una simple WIP, bastante aburrida a pesar del continuo desfilar de mujeres desnudas. Nada sangrienta ni interesante, esta película resume bastante bien porque no me gusta este género. Aparte de erotismo mezclado con misoginia no ofrece nada que pueda resultar remotamente entretenido o interesante al espectador (por lo menos a este espectador). Es incluso menos recomendable que Ilsa: La tigresa de Siberia.
De las cuatro (o tres y media) películas de Ilsa, la única que realmente recomiendo es la primera. La segunda puede resultar entretenida si estas de humor para ella, pero la tercera y la dirigida por Franco son bastante soporíferas.
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