The Alien Factor (Don Dohler, 1978) es una de esas películas que muchos consideran cutres o malas. Pero, sin embargo, es un tipo de película que, cuando digo que me encanta, no lo hago en plan irónico-hipster, sino que honestamente me encanta y me lo paso en grande con ella.
La historia es bastante sencilla: tres alienígenas van a parar a un típico pueblo americano, después de que su nave se estrelle. Una vez allí se dedican a deambular por la zona, destrozándolo todo y matando a los lugareños como típicos turistas. Las autoridades se ven impotentes hasta que reciben la ayuda de Ben Zachary (Don Leifert), un astrónomo que llega dispuesto a enseñarles un par de cosas a estos molestos invasores espaciales.
Muchos habéis notado que de un tiempo a esta parte se ha utilizado la nostalgia para vendernos películas. Esto no es algo nuevo (si Hollywood hiciera algo nuevo se crearía un agujero en el espacio-tiempo que nos absorbería a todos), es una tendencia que empezó a finales de los 70 y 80, cuando cineastas como George Lucas, Steven Spielberg o Joe Dante hicieron carrera explotando aquello que a ellos les gustaba de pequeños. Alien Factor también utiliza esta táctica, es el homenaje de Don Dohler a las películas de monstruos y ciencia ficción de los años 50 que le encantaban de pequeño (y no tan pequeño). Es por ello que la trama y el desarrollo del film resultará bastante familiar a los que sean también aficionados al género, al igual que algunos de los personajes habituales en este tipo de películas.
Sin embargo, lo familiar del argumento no es un problema, ya que lo compensa con un festival de efectos especiales hechos con cuatro duros, aunque bastante efectivos cuando el film se estrenó, y grandes dosis de encanto y diversión. Curiosamente, una de las escenas que más gracia me hace no tiene uno de los monstruos que pueblan el film de protagonista sino que se trata de una escena en un bar donde aparece una banda de rock tocando ante una audiencia espectacular compuesta de dos chicas.
La película fue hecha con un presupuesto muy bajo (la comisaría es un decorado montado en la sala de juego de los hijos del director) y con mucha pasión. Es esta pasión, mezclado con los monstruos y los intérpretes humanos dando vida a un guion que no esconde sus referencias, lo que hace que perdone en esta película cosas que no perdonaría en películas de alto presupuesto (o presupuesto, a secas).
En definitiva, si podéis ver más allá de las carencias provocadas por los pocos medios que tenían a su disposición, The Alien Factor es una entretenida película de monstruos con la que podéis pasar un buen rato. No he encontrado un tráiler oficial, así que os dejo el tráiler hecho por un fan.
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