Escóndete y grita (Hide and Go Shriek, Skip Schoolnik, 1988) hizo acto de presencia cuando el slasher estaba en plena decadencia, los últimos estertores antes de que Scream.Vigila quién llama (Scream, Wes Craven, 1996) le insuflara nueva vida al género. Pero si bien Escóndete y grita no es ninguna maravilla, guarda algunas sorpresas para el fanático del slasher.
La película gira en torno a ocho "adolescentes" amigos que deciden hacer una fiesta en los grandes almacenes del padre de uno de ellos después de que hayan cerrado. Cuando digo "adolescentes", quiero decir que tienen más aspecto de treintañeros que otra cosa, aunque uno de ellos sí que aparenta ser bastante joven, con lo que el espectador se pregunta: ¿por qué este grupo de adultos decide llevar a un niño con ellos de fiesta?, pero representa que todos tienen la misma edad. En todo caso, como os podéis imaginar, un misterioso asesino hará acto de presencia, estropeándoles la fiesta de forma bastante ruda.
Ambientar una película de terror en unos grandes almacenes cerrados o un centro comercial vacío ha sido una idea que ha dado buenos resultados, como en Robots asesinos (Chopping Mall, Jim Wynorski, 1986), pero que en ocasiones no ha podido salvar una película mediocre, como en La iniciación (The Initiation, Larry Stewart, 1984). Hide and Go Shriek se encontraría en un término medio. Más que en unos grandes almacenes de verdad, en ocasiones parece que simplemente han montado un decorado y vemos el mismo escenario una y otra vez al que simplemente han añadido un par de maniquíes o cambiado un mueble, a pesar de que se supone que el lugar es enorme. Es decir, se desperdicia la ambientación para crear suspense, especialmente cuando la futura carne de cañón decide jugar al escondite (lo que haría el típico grupo de adolescentes con acceso a alcohol y camas y con muchas ganas de hanky panky) y se pasa gran parte del metraje deambulando de aquí para allá.
Sin embargo, a pesar de la pedestre dirección y las terribles interpretaciones (las mayores carcajadas que me provocó está película fueron gracias a algunas de las reacciones de pánico del reparto), este slasher tiene algunas cualidades que lo redimen. La principal, su asesino, que es una especie de Mortadelo psicópata que disfruta disfrazándose para engañar a las futuras víctimas, cuya afición al travestismo le da un toque memorable al enfrentamiento final. Además, aunque hay algunos tramos que se hacen algo aburridos, cuando aprieta el acelerador resulta bastante entretenida. Aún así, resulta extraño el número de personajes que siguen con vida una vez empiezan los títulos de crédito. Pero, posiblemente, lo más sorprendente es que se haya editado en Blu-ray.
Si os parecéis a mí, las palabras "es un slasher de los 80" son suficientes para querer ver una película, independientemente de su calidad. Para mí, hay poca calidad, pero bastante diversión en Escóndete y grita, de modo que imagino que los fans del género querrán echarle un vistazo, ni que sea para satisfacer su curiosidad.
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