Abuelas rabiosas (Rabid Grannies aka Les mémés cannibales, Emmanuel Kervyn, 1988) es una mezcla de comedia y terror que hoy día es recordada básicamente por sus escenas con abundante gore pasado de vueltas.
Victoria y Elizabeth Remington (Anne-Marie Fox y Danielle Daven) son dos venerables hermanas que deciden hacer una gran cena con sus sobrinos y sobrinas con motivo de su cumpleaños. La familia no tarda en acudir, ya que todos desean verlas muertas y hacerse con la herencia de las ricas hermanas. Pero lo que tendría que ser una noche de avaricioso peloteo se convierte en una noche de terror cuando las dos ancianas se ven poseídas y convertidas en demonios sedientos de sangre.
Emmanuel Kervyn hizo una película que parece más interesante contada que lo que es la película realmente. Famosa por sus escenas gore, estas escenas están ejecutadas copiando el estilo de Sam Raimi. De hecho, el film parece una copia de Posesión infernal (The Evil Dead, Sam Raimi, 1981) pero sin el talento de Raimi ni Bruce Campbell. Kervyn, al parecer, era seguidor de la Troma y quiso hacer una película que interesara a la productora. Y así fue, aunque lo extraño es que Troma decidiera cortar gran parte del gore, por lo que sus ediciones en DVD y, especialmente, Blu-ray es mejor evitarlas.
Las escenas de las hermanas Remington convertidas en demonios mutilando a sus avariciosos familiares son bastante divertidas y los efectos están muy bien hechos. Por desgracia, todo lo demás es bastante aburrido, las interpretaciones no son nada del otro mundo (se decidió doblarla al inglés para distribuirla más fácilmente) y la historia no es más que una excusa para acumular escenas con gráficos efectos especiales hasta llegar a una insatisfactoria conclusión.
Me reí un par de veces con algunas escenas, pero en su mayor parte el film me dejó indiferente aunque, repito otra vez, los efectos están muy bien hechos. Tal vez alguno de vosotros la disfrute más siempre y cuando vea la versión sin cortar.
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