Creo que el estreno de dos fantásticas adaptaciones de novelas de Stephen King como It (Andy Muschietti, 2017) y, ahora, El juego de Gerald (Gerald's Game, Mike Flanagan, 2017) ha compensado enormemente la terrible decepción que fue La Torre Oscura (The Dark Tower, Nicolaj Arcel, 2017). El juego de Gerald traduce al lenguaje cinematográfico lo que parecía una novela muy complicada de adaptar sin traicionar su origen y resultando en un estupendo film.
Gerald y Jessie Burlingame (Bruce Greenwood y Carla Gugino, respectivamente) deciden pasar un fin de semana en su solitaria casa en el bosque, en un intento de animar las cosas en su matrimonio. Pero durante un juego, que implica esposar a Jessie a la cama, Gerald muere de un ataque al corazón. Jessie debe ahora encontrar la manera de escapar de esas esposas, enfrentándose no solo al hambre y la deshidratación, también a lo que ronda por el bosque.
Cuando Stephen King publicó El juego de Gerald, lo hizo al inicio de un periodo no muy brillante de su carrera, con novelas como Insomnia y El retrato de Rose Madder que no representan lo mejor que puede ofrecer el autor. Por ello, El juego de Gerald destacó como una novela poderosa y angustiante, pero no ha perdido capacidad de impacto con el tiempo. Unos meses antes de que se anunciara su adaptación, la volví a leer y me sorprendió su fuerza, ya que no la recordaba tan impactante. Gran parte de esa fuerza ha conseguido trasladarla Mike Flanagan a la pantalla, planteando una situación angustiante en términos cinematográficos, logrando mantener el suspense y la angustia de principio a fin.
Como os podéis imaginar, gran parte de la novela transcurre en la cabeza de la pobre Jessie, discutiendo con las voces que pueblan su atribulada mente. Me ha sorprendido hasta que punto coincide la manera que tiene Flanagan de trasladar esto a la pantalla con tal y como yo me lo imaginaba. Es decir, creo que esta película me ha gustado tanto porque hace exactamente lo que yo habría hecho si hubiera tenido la oportunidad de llevarla al cine. Aunque yo habría añadido un par de cosas más, para desarrollar mejor algunos aspectos.
Además de la labor de Flanagan, está claro que una de las razones por las que esta película funciona tan bien es la fantástica interpretación de Carla Gugino. La actriz sostiene toda la película sobre sus hombros y es clave para que el film llegue a buen puerto. Gugino parece consciente de ello y ofrece una interpretación que, si fuera otro género y se hubiera estrenado en cines, seguramente le habría valido diversas nominaciones.
El juego de Gerald está disponible desde el viernes en Netflix. La recomiendo tanto como fan de Stephen King como del género.
No me esperaba gran cosa porque ni las películas de Netflix suelen ser buenas ni las de Mike Flanagan tampoco, pero El juego de Gerald me ha parecido redonda y muy bien hilada.
ResponderEliminarLa escenita de la mano me dejó muy mal cuerpo jaja No me la vi venir.
La de Hush me pareció poca cosa, pero Oculus de Flanagan me gustó. Para mí el mérito de la peli es que, aunque ya sabía lo que iba a venir por haber leído el libro un par de veces, me tuvo enganchado.
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