Umberto Lenzi se despidió del giallo por todo lo alto con El ojo en la oscuridad (Gatti rossi in un labirinto di vetro, 1975), que, como sucede con los mejores gialli, nos presenta una historia con sangrientos asesinatos y oscuros traumas del pasado.
Ante esta película hay dos posibles reacciones: o te dices: "es absurda y no tiene sentido, no la soporto" o te dices: "es absurda y no tiene sentido, me encanta". Mi reacción, obviamente, fue la segunda. Me enamoró desde el principio, no solo por su historia y sus asesinatos, sino también por su ambientación: la ciudad de Barcelona que me ha visto nacer.
La historia nos presenta a un grupo de turistas de visita en la Ciudad Condal. Mientras se encuentran de paseo por la Rambla uno de ellos es asesinado. Y no será el último, pronto empiezan a caer uno a uno, mientras la policía intenta descubrir quién es el asesino que mata salvajemente y se lleva un ojo de la víctima de recuerdo.
Póster americano del film |
Como es habitual, se nos presenta una multitud de sospechosos y se juega continuamente al despiste. También se juega bastante con los tópicos del género, utilizando las expectativas del espectador en su contra. Por supuesto, a muchos les sorprenderá que, tras el primer asesinato, el grupo de turistas continue con su tour por la ciudad, pero ya que la policía les hace quedarse no tiene sentido desperdiciar una visita a Barcelona por unos cuantos asesinatos. No podemos olvidarnos tampoco del detective amateur que lleva una investigación paralela a la de la policía. En este caso se trata de Mark Burton, interpretado por el pétreo John Richardson, que decide reunirse en Barcelona con su amante Paulette Stone, interpretada por Martine Brochard, integrante del grupo de turistas.
Richardson no es un protagonista muy interesante, por suerte el resto del reparto sí lo es, ofreciendo un grupo colorido de personajes como carne de cañón para el asesino. Y si no fuera así, Lenzi mantiene el interés del espectador con fantásticas escenas de suspense y asesinatos sangrientos. Lo consigue a pesar del bajo presupuesto con que contó para realizar el film. Además, el giallo se encontraba ya de capa caída, con menos títulos de interesantes realizados, y la industria enfocanda hacia el poliziottescho. Género al que Lenzi se dedicaría en los años siguientes hasta 1979.
Gatti rossi in un labirinto di vetro, también conocida como Eyeball, tal vez no esté a la altura de los grandes clásicos del género, pero es un film tremendamente entretenido y absorbente. Tiene momentos absurdos y sin sentido, es cierto, sin embargo creo que es precisamente lo que le añade interés a este film de Lenzi.
Pues pinta muy interesante. Y ese poster es brutal. Apuntada queda.
ResponderEliminarUn saludo
El póster desde luego es brutal, aunque el título de la peli todavía no sé qué significa! Espero que la disfrutes. Un saludo.
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