9 jul 2020

El placer de la caza (Rovdyr)

 
Siempre he sentido debilidad por las historias de terror de supervivencia ambientadas en bosques y montañas, así como también siento debilidad por las historias de caza de humanos. Supongo que por eso disfruté con la producción noruega El placer de la caza (Rovdyr, Patrik Syversen, 2008), aunque no sea precisamente un título revolucionario.

Verano de 1974. Cuatro amigos se van de acampada y, durante el viaje, se las arreglan para llamar la atención de unos pueblerinos que se dedicarán a darles caza por el bosque, usando trampas mortales y otras armas. Simple y directo, el film se centra en ofrecer una experiencia de terror visceral, poniendo a los protagonistas en situaciones límite.

El director Patrik Syversen no oculta sus intenciones: hay abundantes guiños y referencias al terror de los 70 más brutal, con alusiones directas a La matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, Tobe Hooper, 1974), La última casa a la izquierda (The Last House on the Left, Wes Craven, 1972) y Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes, 1977) (1,2). No resulta sorprendente si digo que El placer de la caza ni de lejos es tan efectiva o tiene la misma calidad que cualquiera de los clásicos citados, pero eso no quiere decir que no sea entretenidamente sangriento y cafre. Diría que está al nivel de una película como Camino sangriento (Wrong Turn 2: Dead End, Joe Lynch, 2007).
 
No la recomendaría a todo el mundo, pero si os va este subgénero de paletos psicópatas que se dedican a cazar adolescentes, esta película no os decepcionará.
 

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