El payaso psicópata o monstruoso ha aumentado su presencia en los últimos años. El estreno de It (Andy Muschietti, 2017) y la creación de vídeos virales protagonizados por payasos inquietantes son algunas de las razones de su reciente popularidad, aunque han sido parte del terror desde sus inicios. Stitches (Conor McMahon, 2012) aprovecha la figura del payaso asesino para crear un slasher que mezcla comedia y terror con grandes resultados.
Stitches (Ross Noble) es un payaso desganado y nada divertido que, cargado de odio hacia los chiquillos que se supone debe entretener, se dispone a actuar en la fiesta de cumpleaños de Tom (Ryan Burke). Aburridos por la inepta actuación de Stitches deciden gastarle una broma que, accidentalmente, acaba en la muerte de Stitches. Seis años después, Tom (Tommy Knight) se ha convertido en un adolescente cargado de traumas por lo que sucedió en la fiesta de su décimo cumpleaños. Sus amigos le convencen para celebrar una fiesta por su cumpleaños y dejar atrás el pasado. Por supuesto, Stitches sale de la tumba dispuesto a vengarse de los ahora crecidos mocosos.
Viendo Stitches no pude evitar acordarme de Terrifier (Damien Leone, 2016). Ambas están protagonizadas por payasos asesinos, pero mientras Terrifier me aburrió mucho, ya que no contaba una historia sino que enlazaba escenas de mutilaciones sin construcción de personajes ni nada, con Stitches me divertí enormemente. Y no es que la trama de Stitches sea muy elaborada u original, es típica del género, pero sí que se molesta en construir mínimamente los personajes para que sus muertes tengan algo más de impacto, más que nada porque algunos no puedes esperar para verlos mutilados. La película mezcla comedia y terror, de modo que sus muertes están diseñadas para ser exageradas y cómicas. Y si la historia de Stitches no es original, las muertes sí lo son y son los momentos que provocan más risas, en ocasiones auténticas carcajadas. Por ejemplo, la primera risa que me provocó la película fue en la escena en que muere Stitches al inicio del film: empieza a salir sangre de su cabeza a chorro cayendo directamente sobre la cabeza del pequeño Tom y el derramamiento de sangre es tan largo, dura tanto tiempo, que se convierte en absurdo. No voy a destripar el resto de muertes (ja, ja "destripar") pero son tan elaboradas y divertidas que hacen que te olvides de las carencias que pueda tener la película. Además, puntos extra por poner de adolescentes protagonistas actores y actrices que realmente parecen adolescentes.
Stitches es un slasher cargado de creativo gore que proporciona tremendas dosis de diversión en los rápidos 86 minutos que dura. Recomendada si os gusta el slasher y las comedias sangrientas.
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