El film nos introduce a unos maduros Bill (Alex Winter) y Ted (Keanu Reeves) todavía intentado crear la canción que salve el futuro de la humanidad y su carrera musical está en total decadencia. Sus respectivos matrimonios con las princesas (ahora interpretadas por Erinn Hayes y Jayma Mays) no pasa por su mejor momento. Por suerte, sus respectivas hijas Billie (Bridgette Lundy-Paine) y Thea (Samara Weaving) siguen dando todo su apoyo a la búsqueda musical de sus padres. Entonces el futuro llama de nuevo: si Bill y Ted no componen la canción en unas horas, el universo y toda la realidad se colapsará. Y así, Bill y Ted se embarcan en una nueva aventura a través del tiempo mientras Billie y Thea se lanzan a su propia aventura para crear la mejor banda de la historia.
Cuando llegué al final de la película no pude evitar emocionarme. Una reacción que me sorprendió, pero el viaje que ofrece junto al hecho de haber logrado un imposible, que esta tercera entrega fuera tan buena como las dos anteriores, que lograran recrear la magia que hizo las anteriores entregas tan inolvidables, me emocionó. Y no fui el único, me sorprendió que en los extras aparece Kevin Smith comentando una reacción parecida a la mía.
Creo que esta reacción también tuvo su origen en que el año pasado fue un auténtico año de mierda, además de que la situación mundial no parece haber mejorado mucho. Y entre toda esta oscuridad, aparece este rayo de luz lleno de esperanza y buenos sentimientos. Una explosión de positividad que te reconcilia con el ser humano. Es un film divertido de principio a fin que une lo mejor de las anteriores entregas, en el que es un placer ver de nuevo a Bill y Ted, pero también a Muerte, el gran William Sadler, y otros secundarios. Y en el que las nuevas incorporaciones son también todo un acierto, como el robot Dennis (Anthony Carrigan) enviado para matar a Bill y Ted, pero sobre todo Samara Weaving y Bridgette Lundy-Paine. Ambas logran crear unos personajes que definitivamente son hijas de Bill y Ted pero con su propia personalidad. Tampoco podemos olvidar que Dean Parisot también fue el director de la genial Galaxy Quest - Héroes fuera de órbita (Galaxy Quest, 1999).
Bill y Ted salvan el universo es hora y media de pura diversión y placer. Se la recomiendo a todo el mundo, especialmente junto a las dos primeras entregas de esta ahora fantástica trilogía. No hay nada más que decir que sed excelentes los unos con los otros. Y que siga la fiesta.
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