Es que claro, los padres le ponen de nombre a una niña Satanasa y es normal que de mayor sea líder de un culto de mujeres pantera que busca resucitar a un brujo malvado matando a los descendientes del hombre que mató al brujo. Es lo normal, como ilustra muy bien Las mujeres panteras (René Cardona, 1967).
Golden Rubí (Elizabeth Campbell)
y Loreta Venus (Ariadne Welter) tras otra victoriosa pelea en el ring quedan para cenar con Ramón Pietra Santa (Genaro Romero), primo de Venus, y el profesor Rafael Pietra Santa (Jorge Mondragón). Durante la
velada, aprovecha para presentarles a Tongo (Yolanda Montes "Tongolele"), su nueva novia. La hija
de Ramón, Paquita Pietra Santa (Elena Saldívar) sospecha inmediatamente de la nueva novia de su padre, y bien que
hace: forma parte del culto que dirige Satanasa (María Douglas) cuyo objetivo es resucitar a Eloím (Ángel Di Stefani), un malvado brujo que inició el culto, al que dio muerte un antepasado de los Pietra Santa. Además, Tongo y su compañera en el culto Eda (Eda Lorna) son mujeres pantera y se transforman para acabar con sus víctimas de forma salvaje.
Ni siquiera la intervención del justiciero luchador enmascarado el Ángel
(Gerardo Zepeda) puede impedir que se cometan los sacrificios necesarios para resucitar
a Eloím, cuyo objetivo es matar a la pequeña Paquita y cumplir así con su venganza de ultratumba. Venus, Rubí y el Ángel
deberán unir fuerzas para detener a las mujeres pantera.
Las
mujeres panteras forma parte del ciclo de cinco películas de luchadoras, la mayoría protagonizadas por Elizabeth
Campbell como Golden Rubí. Unas películas notables si tenemos en cuenta
el machismo que imperaba entonces. Recordemos, como ya mencionamos en La Mujer Murciélago (René Cardona, 1968), que las mujeres no tenían permitido participar en la
lucha libre en Ciudad de México, de modo que la importancia de estas películas en aquel
momento para visualizar a las luchadores era enorme. Sin embargo, en
esta ocasión las luchadoras le ceden protagonismo al luchador el Ángel,
un personaje ficticio, claramente inspirado en Santo el enmascarado de plata, que no tenía
contrapartida en el mundo real. El Ángel se dedica a luchar enmascarado
el crimen, según dice en Las mujeres panteras, porque la justicia no
tiene rostro. Para su batalla contra el crimen ha inventado unos radio-relojes a lo Dick Tracy
para comunicarse con la policía y también una capa a prueba de fuego y
balas que, casualidades de la vida, le será muy útil al enfrentarse a
los criminales al servicio de Satanasa.
Esta
película fue la única en la que apareció el Ángel, parece ser que no
triunfó entre el público. Pero eso no quita que René Cardona dirigiera
una entretenida muestra de terror gótico pasada por el filtro luchador
justiciero. En particular las apariciones del monstruoso Eloím destacan gracias a un
efectivo y logrado maquillaje, sobre todo si tenemos en
cuenta la época en que fue hecha y los medios que tenían a su
disposición. Es cierto que la película habría sido mejor si las
protagonistas absolutas hubiesen sido Venus y Golden Rubí, a las que les sobra
el carisma que le falta al Ángel, pero aún así Las mujeres panteras es
un notable ejemplo dentro del género, con la mezcla de terror, acción y
fantaciencia que caracteriza lo mejor que ofrecen estas películas.
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