¿Qué le ha pasado a Zack Snyder? Hubo un tiempo en que el anuncio de una nueva película suya era motivo de alegría y excitación, pero desde hace un tiempo parece haber perdido aquella chispa que le hacía distinto. Poder terminar y presentar La liga de la justicia de Zack Snyder (Zack Snyder's Justice League, Zack Snyder, 2021) debería haber hecho que se sintiera reivindicado y renovar sus jugos creativos. Sin embargo, su siguiente película fue una tremenda decepción. Ejército de los muertos (Army of the Dead, 2021) era un título muy esperado, era el retorno de Snyder al género que le había dado fama he iniciado su carrera como director. Ejército de los muertos resultó ser una rutinaria cinta de zombis cuya segunda mitad era un plagio plano a plano de Aliens, el regreso (Aliens, James Cameron, 1986). Su intención de crear todo un universo a partir de tan pobre película parecía poco realista, la cancelación de las secuelas y series de animación relacionadas Ejército de los muertos por parte de Netflix tiene bastante sentido.
Pero todo el mundo tiene derecho a algún traspiés de vez en cuando. Los directores son humanos, alguna vez fallan y la cagan como el resto. A pesar de tener esto en cuenta, mis alarmas se encendieron cuando Snyder anunció su siguiente proyecto, un proyecto que originalmente presentó a Lucasfilms como una potencial entrega de la saga Star Wars y que fue rechazado. Rebel Moon era su título y Snyder anunció que la idea era mezclar Los siete magníficos (The Magnificent Seven, John Sturges, 1960) con el universo Star Wars. Y lo dijo como si fuera la idea más original del mundo. Y no es que ya hay un episodio de The Mandalorian que es exactamente eso (el cuarto de la primera temporada), es que ya existe una película que iba al origen de la obra de George Lucas y usaba Los siete samuráis (Shichinin no samurai, Akira Kurosawa, 1954) como base para su aventura espacial. Estoy hablando, obviamente, de la genial Los 7 magníficos del espacio (Battle Beyond the Stars, Jimmy T. Murakami, 1980).
Roger Corman puso en marcha esta película ante el gran éxito de La guerra de las galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977). Para ser una producción de Roger Corman, el presupuesto era algo más alto de lo que normalmente establecía el veterano productor, de modo que los efectos especiales y visuales eran algo mejores de lo normal (tal vez por eso Corman reutilizó secuencias de Battle Beyond the Stars en varias películas que produjo más tarde). El guion de John Sayles y Anne Dyer es muy inteligente, en el sentido que no copió la película de George Lucas sino que copió la maniobra de George Lucas. Es decir, mezclar el cine de Akira Kurosawa y las películas de samuráis japonesas con el western y los seriales de ciencia ficción. El resultado es una película que concentra su historia en 100 minutos de pura aventura y diversión, con personajes imaginativos a los que dan vida un reparto carismático, que incluye grandes nombres del cine de culto como Sybil Danning y John Saxon. Es pura delicia.
El original de Akira Kurosawa Los siete samuráis tiene una duración de 207 minutos. Hasta ahora, era la versión más larga de esta historia. Esto es así ya que te cuenta la historia de cada samurái y cómo cada uno se va "enamorando" de la vida en el pueblo que han de defender de unos bandidos, de modo que cuando se enfrentan a los villanos lo hacen no solo por dinero, sino por honor y por lealtad hacia las personas con las que han convivido. Para contar exactamente la misma historia, con toques del film de John Sturges, Zack Snyder necesita seis horas y media, dividiendo la película en dos partes.
¿Por qué las dos partes de Rebel Moon son tan largas? No cuenta una historia compleja ni que abarque muchas décadas y personajes. Es la típica historia de rebeldes contra imperio malvado que hemos visto un millón de veces. Pero lo más preocupante es que cuenta la historia de un modo muy tópico, sin una pizca de originalidad. Los personajes son los mismos que ya hemos visto miles de veces. Da la impresión que hoy día se tiene la idea equivocada de que una historia épica es una historia larga. Si no dura más de dos horas no puede ser épica. Es una concepción equivocada porque, por ejemplo, El padrino parte II (The Godfather Part II, Francis Ford Coppola, 1974) no es una película épica porque dura 202 minutos, es una historia épica porque abarca dos tramas paralelas en distintas líneas temporales con muchos personajes lo que resulta en una película compleja y profunda.
Otro aspecto que hizo que me preocupara por el futuro de Snyder como cineasta es que es visualmente muy plana. En realidad, algo preocupado ya estaba cuando vi la impráctica manera en que había abordado su construcción del Universo DC cinematográfico, pero en el caso de estas películas me llamó la atención un diseño de producción muy poco imaginativo y tan derivativo como el guion. Le sumamos un estilo narrativo muy plano y repetitivo y el resultado es una película mediocre. El abuso de la cámara lenta resulta casi un chiste, cuando se utiliza incluso para mostrar como uno de los personajes llena la petaca de la que bebe de agua. Cuando se intenta hacer cada plano épico, ninguno acaba siéndolo.
La recepción poco entusiasta que ha recibido el proyecto de Snyder puede que haga que se cancele el desarrollo de las múltiples secuelas que había planeado el director. Sería algo positivo, el mundo no necesita una pálida copia del universo Star Wars, lo que necesita es algo un poco más original. Espero que el futuro de Snyder sea algo más interesante, era un director que me encantaba y ahora se ha convertido en una parodia de sí mismo. Ojalá la próxima película de Zack Snyder sea un espectáculo auténticamente emocionante y visualmente absorbente.
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