Si habéis visto Boogie Nights (Paul Thomas Anderson, 1997), recordaréis una escena en la que un desesperado Dirk Diggler, memorable Mark Wahlberg, participa en un intento de atraco a un narcotraficante que acaba bastante mal. Esta escena se basaba en un suceso real en el que se vio envuelto la inspiración para Dirk Diggler, el legendario actor porno John Holmes. Sobre esa misma etapa de la vida de Holmes se basa Wonderland: Sueños rotos (Wonderland, James Cox, 2003).
En esta película, Cox recrea la investigación sobre la brutal masacre que tuvo lugar el 1 de julio de 1981 en el 8763 de la avenida Wonderland, en la ciudad de Los Ángeles. Masacre en la que se vio envuelto Holmes como sospechoso y testigo. Por tanto, no nos encontramos ante un bio-pic, sino un ejemplo de cine criminal basado en hechos reales.
John Holmes (Val Kilmer) busca desesperadamente dinero para costearse las drogas que necesita como el aire que respira. Para ello, se dedica a hacer trapicheos varios, aunque eso signifique abandonar durante días a Dawn (Kate Bosworth), su joven amante. Una noche, Holmes vuelve a la habitación que ambos comparten muy agitado. Al día siguiente, se descubre en la avenida Wonderland una casa llena de cadáveres. Los inspectores Nico (Ted Levine) y Louis (Frankie G) sospechan que el jefe criminal Eddie Nash (Eric Bogosian) podría estar implicado y harán lo posible por crear un caso contra él.
Siempre digo lo mismo ante un film basado en hechos reales: el cine siempre es ficción. Aunque se adopte una fijación por el realismo y la autenticidad a lo David Fincher, filmando en los mismos lugares donde tuvieron lugar los hechos, y se recreen meticulosamente auténticos sucesos. El cine siempre es ficción. Por lo tanto, para mí los bio-pic o las películas basadas en hechos reales han de funcionar principalmente como películas, como construcciones cinematográficas.
Por tanto, mi interés en Wonderland no es tanto la fidelidad con la que retrata la investigación de la masacre de Wonderland, sino que se basa en su efectividad como película policial. En este sentido creo que el film funciona muy bien, creando una especie de Rashomon, el bosque ensangrentado (Rashômon, Akira Kurosawa, 1950): se nos presentan versiones contradictorias del evento y el espectador ha de intentar adivinar dónde está la verdad.
Las interpretaciones son realmente excelentes, empezando por Kilmer como el decadente Holmes. Pero lo cierto es que cada personaje está encarnado a la perfección, de modo que por lo menos en ese aspecto la película tiene gran calidad.
Lo que puede ser más complicado de aceptar es que en gran parte el film se narra mediante declaraciones que llevan a flashbacks, lo cual pude que a algunos no guste, aunque personalmente no me importó y me gustó el juego de intentar adivinar que sucedió realmente, hasta que el film nos da la solución.
Wonderland trata diversos temas que me interesan profundamente, así que la disfruté tanto por eso como por su calidad como atípico ejemplo de cine criminal. También puede interesar a los que busquen un drama que se aparte de lo común o que disfruten con las recreaciones de décadas pasadas.
Vaya, no tenía ni idea de eso que comentas sobre la escena del atraco en Boogie Nights.
ResponderEliminarWonderland no la he visto, y supongo que debe haber alguna razón de peso (de la que no logro acordarme), porque tiene todas las papeletas para gustarme.
Pues está editada en DVD por Filmax y la puedes encontrar bastante barata. Espero que la disfrutes.
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