Esta producción canadiense de 1974 posiblemente es una de las películas más influyentes en la historia del género del cine de terror. Recogiendo los hallazgos del giallo post-Dario Argento, Bob Clark en la dirección y Roy Moore en el guión crearon una perfecta película de suspense. Película que fue una influencia decisiva en John Carpenter para crear otro gran clásico: La noche de Halloween (Halloween, 1978). Y supongo que fue porque la película es canadiense y no estadounidense, pero cuando incluyeron Halloween en la National Film Preservation Board por su influencia en el cine deberían haber incluido también Navidades negras (Black Christmas).
La película se inicia con un elaborado plano-secuencia en primera persona de un desconocido de clásicas manos enguantadas que se introduce en el ático de una residencia femenina. Desde ese momento las chicas empiezan a recibir una serie de perturbadoras llamadas que no son las que podría hacer un pervertido típico coincidiendo con la desaparición de Clare (Lynne Griffin). Pero no es hasta que una chica de 13 años desaparece que la policía empezará a investigar en serio qué es lo que sucede. Sin embargo, los asesinatos continuarán a pesar de sus esfuerzos. Este es, muy resumido, el argumento principal de la película, pero analicemos los elementos que han hecho del filme un clásico.
Uno de los elementos fundamentales para que la película siga resultando efectiva hoy día y continúe provocando una innegable angustia es lo poco que se sabe del asesino durante la película. Como siempre que aparece lo hace con cámara subjetiva, no tenemos ninguna información del asesino lo que pone a trabajar la imaginación que siempre ofrece resultados tremendamente inquietantes (por lo menos en mi caso). Nuestra única fuente de información sobre el asesino son las llamadas que hace a las chicas de la hermandad, con lo cual no podemos estar seguros de que nada de lo que dice sea verdad. Y ya que las mencionamos, hablemos de las llamadas: son angustiantes a más no poder. Uno puede sentir la locura goteando del teléfono cada vez que "Billy" hace acto de presencia. La mezcla de voces que se supone hace una sola persona con problemas resulta perturbadora en su habilidad para meterse bajo nuestra piel. Luego tenemos los asesinatos, realizados con tremendo estilo aunque no os imaginéis nada muy sangriento o gore.
El reparto está encabezado por Olivia Hussey que encarna a Jess, la chica protagonista. Además de la posibilidad de ser perseguida por un asesino, Jess se ha de enfrentar a su novio Peter (Keir Dullea) ya que ella quiere abortar para poder seguir estudiando pero Peter quiere obligarla a llevar a término el embarazo. Estos elementos de drama contribuyen a la construcción de los diferentes personajes haciéndolos más interesantes. Hussey nos ofrece una Jess decidida, inteligente e independiente que se enfrenta a un temperamental Dullea como Peter. Tenemos también al gran John Saxon interpretando al teniente Fuller que se encarga de investigar el caso. Saxon está estupendo como siempre que se encarga de papeles de policía. Destaca también una joven Margot Kidder encarnando a uno de los personajes más memorables: la estudiante alcohólica Barb. Finalmente mencionar a Art Hindle, que interpreta al novio de la desaparecida Clare, que a algunos os resultará familiar por ser el protagonista de Cromosoma 3 (The Brood, 1979) de David Cronenberg.
Black Christmas es una obra maestra cargada de suspense que además fue una de las mayores influencias a la hora de crear lo que sería conocido como el género slasher. Como no podía ser de otra manera en los tiempos que corren la película fue víctima de un remake. Estrenada en el 2006, la versión "moderna", también conocida como Black X-mas, es un desastre de principio a fin. El filme meticulosamente desecha todo aquello que hizo de la original un clásico. El director y guionista Glen Morgan decidió convertir Black Christmas en un típico y tópico slasher sin ningún interés. Toda la acción se concentra en una sola noche, durante la Nochebuena, con lo cual tenemos que sufrir a una serie de anónimos personajes (si bien muy monas todas ellas) deambular arriba y abajo de la casa esperando a que las maten. Se nos ofrece toda la biografía del asesino, la típica de niño maltratado que mata a su familia y vuelve a casa por Navidad. De hecho, parece más un remake encubierto de Halloween que de Black Christmas. Es una lástima, porque las actrices protagonistas resultan convincentes a pesar del pobre guión con el que tienen que trabajar; los efectos especiales y los asesinatos están bien hechos y Morgan demuestra tener más habilidad como director que como guionista. Sin embargo, el asesino que supuestamente nos tiene que asustar resulta más ridículo que otra cosa y el guión resulta predecible hasta la náusea. Un completo desastre.
Existen varias ediciones en DVD de Black Christmas (la original). Yo personalmente me quedé con la edición británica que sacó Tartan.
El reparto está encabezado por Olivia Hussey que encarna a Jess, la chica protagonista. Además de la posibilidad de ser perseguida por un asesino, Jess se ha de enfrentar a su novio Peter (Keir Dullea) ya que ella quiere abortar para poder seguir estudiando pero Peter quiere obligarla a llevar a término el embarazo. Estos elementos de drama contribuyen a la construcción de los diferentes personajes haciéndolos más interesantes. Hussey nos ofrece una Jess decidida, inteligente e independiente que se enfrenta a un temperamental Dullea como Peter. Tenemos también al gran John Saxon interpretando al teniente Fuller que se encarga de investigar el caso. Saxon está estupendo como siempre que se encarga de papeles de policía. Destaca también una joven Margot Kidder encarnando a uno de los personajes más memorables: la estudiante alcohólica Barb. Finalmente mencionar a Art Hindle, que interpreta al novio de la desaparecida Clare, que a algunos os resultará familiar por ser el protagonista de Cromosoma 3 (The Brood, 1979) de David Cronenberg.
Black Christmas es una obra maestra cargada de suspense que además fue una de las mayores influencias a la hora de crear lo que sería conocido como el género slasher. Como no podía ser de otra manera en los tiempos que corren la película fue víctima de un remake. Estrenada en el 2006, la versión "moderna", también conocida como Black X-mas, es un desastre de principio a fin. El filme meticulosamente desecha todo aquello que hizo de la original un clásico. El director y guionista Glen Morgan decidió convertir Black Christmas en un típico y tópico slasher sin ningún interés. Toda la acción se concentra en una sola noche, durante la Nochebuena, con lo cual tenemos que sufrir a una serie de anónimos personajes (si bien muy monas todas ellas) deambular arriba y abajo de la casa esperando a que las maten. Se nos ofrece toda la biografía del asesino, la típica de niño maltratado que mata a su familia y vuelve a casa por Navidad. De hecho, parece más un remake encubierto de Halloween que de Black Christmas. Es una lástima, porque las actrices protagonistas resultan convincentes a pesar del pobre guión con el que tienen que trabajar; los efectos especiales y los asesinatos están bien hechos y Morgan demuestra tener más habilidad como director que como guionista. Sin embargo, el asesino que supuestamente nos tiene que asustar resulta más ridículo que otra cosa y el guión resulta predecible hasta la náusea. Un completo desastre.
Existen varias ediciones en DVD de Black Christmas (la original). Yo personalmente me quedé con la edición británica que sacó Tartan.
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