8 ago 2010

Vagina Dentata (Teeth)



Desde que descubrí Vagina Dentata (Teeth, 2007) de Mitchell Lichtenstein en la sección de novedades en DVD de la página Ain't It Cool News hace tres años hasta ahora, no me he cansado de recomendar esta película a todo aquel que quisiera oírme. Sin embargo cada vez que cuento su argumento a la gente se le viene una idea a la cabeza de como es la película que les hace desechar mi recomendación como si se tratase de alguna comedia gore descerebrada. Nada más alejado de la inteligencia e interés que destila la película. La cosa fue a peor cuando se editó en España en DVD con el título de Vagina Dentata, un título que digamos que toma la parte por el todo.

Teeth cuenta la historia de Dawn O'Keefe, la joven portavoz de un grupo que aboga por la abstinencia y recomienda no mantener relaciones sexuales hasta después de casarse. Dawn, que en inglés quiere decir "amanecer", descubrirá cuando uno de sus compañeros del grupo de abstinencia intente violarla, que hay una parte de su cuerpo que está dotada con una afilada dentadura. Supongo que ya os podéis imaginar de que parte se trata por el sutil título castellano. Dawn está encarnada por Jess Weixler, que ofrece una gran interpretación mezclando las adecuadas dosis de inocencia y sexualidad que requiere su difícil papel.

En un primer nivel la película es la historia sobre como una chica joven descubre su propia sexualidad, un retrato del paso de la infancia a la madurez enmarcado en un relato que mezcla elementos cómicos y terroríficos. Desde que se impuso el patriarcado hace miles de años, los mitos que tratan la vagina dentata se han extendido por diversas culturas, de los griegos a los aztecas. En estos mitos un héroe masculino vence al monstruo femenino con la vagina dentata para así poseerla. En todas estas historias se refleja el miedo masculino hacia la feminidad desconocida, así como se mezcla la imagen de la vagina como boca o portal que también es muy común. En la película, sin embargo, Lichtenstein, sin abandonar esta interpretación mitológica, relaciona esta mutación vaginal con la adolescencia y con enfrentarse a un cuerpo que de repente dejar de ser conocido y familiar para mostrar aspectos hasta entonces desconocidos.

Otra parte importante de la película tiene que ver con el feminismo. O más bien, con sobrevivir en un entorno tan chovinista como puede ser un instituto. Dawn se separa del resto mediante el grupo de abstinencia, de manera consciente llama la atención sobre si misma llevando a cabo una actitud vista como ridícula por la mayoría. Normalmente, en el instituto la sociedad de castas no es algo del pasado. Y si cometes la temeridad de diferenciarte del resto es posible que el grupo acabe contigo como los enfurecidos pueblerinos armados con antorchas acaban con el monstruo de Frankenstein. El hecho de significarse por su rechazo al sexo prematrimonial hace que Dawn sea objeto de deseo para la mayoría de sus compañeros y víctima de estratagemas para ser "desflorada". Sumándole además los abusos y insinuaciones de su detestable hermanastro interpretado por John Hensley.

Pero la película no es, o no es sólo, una fábula moral para los adolescentes en celo. La película trata sobre sexo pero lo hace criticando tanto a los puritanos que obligan a censurar las ilustraciones de órganos sexuales femeninos en los libros usados para enseñar educación sexual como a todos aquellos que usan el sexo como forma de abuso. La reacción de la película depende también de la propia educación sexual que haya recibido uno y  de la manera en que vea el sexo.

Cuando yo tenía cuatro años mis padres decidieron hacerse nudistas. Como resultado, la excitación e interés de mis compañeros de clase ante cualquier oportunidad de ver una mujer desnuda o unos pechos no era tan alta. Es decir, que cuando pasaban por la televisión el anuncio de desodorante Fa en el cual una atractiva modelo corría en top-less por la playa mi reacción no alcanzaba el nivel de asombro y maravilla por esa fugaz visión que mis compañeros. Más aún si las comparaba con las imágenes que guardaba conmigo por mis estancias en los campings nudistas. Aún hoy cierro los ojos y me viene a la memoria una de las visiones más absolutamente arrebatadoras que he podido ver en carne y huesos: yo tenía trece años y estaba leyendo cuando alcé la vista y vi caminando hacia mi una chica de unos 16 años divinamente formada y gloriosamente desnuda. Una visión tan absolutamente angelical y sensual y voluptuosa que ha resistido décadas de ver mujeres y más mujeres desnudas.

Pero me he desviado del tema.

Volviendo a Teeth. El director y guionista relata su historia de manera que recuerda a películas de hombres lobo como Yo fui un hombre lobo adolescente (I Was a Teenage Werewolf, Gene Fowler Jr., 1957) o Un hombre lobo americano en Londres (An American Werewolf in London, John Landis, 1980). Pero si hay una película de hombres lobo que guarde relación con Teeth es la película de mujeres lobo Ginger Snaps (John Fawcett, 2000), donde se relacionan los cambios de niña a mujer, que diría Julio Iglesias, con la licantropía.
Pero lo más importante respecto a Teeth es que funciona como película de terror con toques de comedia. Es decir, que si lo único que os interesa son los sustos y la sangre los tenéis de sobra aquí. Si la película no está bien contada, da igual lo original o interesante que sea la idea: la película se hundirá. Y ésa es otra de las razones por las que recomiendo esta película aunque no me hagan caso: es una buena película. Tiene buenos actores, una buena trama y está bien contada por su director y guionista Mitchell Lichtenstein. Sólo espero que con este post alguien se anime a verla y así podré dormir tranquilo por las noches sabiendo que he conseguido mi objetivo.

2 comentarios:

  1. Bueno, has conseguido que yo la vea...Y ES GENIAL!

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  2. Pues misión se ha cumplido. Gracias, seas quien seas.

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