El cine de arte y ensayo y el giallo se dan la mano en esta increíble película francesa escrita y dirigida por Hélène Cattet y Bruno Forzani.
Amer (2009) nos cuenta la historia de Ana, una historia llena de oscuros deseos y tremendo erotismo, mostrando tres momentos de su vida: de niña, de adolescente y como mujer adulta. El fragmento que transcurre durante su infancia está cargado de elementos mágicos y sobrenaturales, para contar la perplejidad y el miedo que pueden provocar el sexo en un infante; el fragmento que transcurre durante su adolescencia bulle de erotismo y cada momento está cargado de una potente sensualidad que parece a punto de explotar en cualquier momento; el fragmento que transcurre durante su etapa adulta muestra el resultado de sus frustraciones y miedos y lo que provocan sus traumas.
Sin embargo, lo que hace destacar Amer por encima de otras películas de temática parecida es que nos cuenta su historia usando las claves visuales del giallo, formando así una pieza que homenajea este género al mismo tiempo que subvierte sus tópicos. Varios de los títulos a los cuales Amer hace referencia visual o musical (la banda sonora está compuesta por varios temas sacados de las bandas sonoras de diversos gialli -plural de giallo-) los podéis encontrar comentados bajo la etiqueta "giallo" a vuestra derecha.
No es ningún secreto que soy un apasionado de la exploitation de los setenta. Especialmente de las coproducciones europeas que se hicieron durante esa década, producidas entre Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y España, a veces sólo dos de estos países, a veces tres, a veces todos. Y sobretodo de los gialli que se produjeron en los setenta. La razón es bien sencilla, como explica el propio Bruno Forzani en una entrevista: es durante esta década que los directores se dedican a experimentar con la forma narrativa, creando espectáculos visuales arrebatadores, a veces a costa de unas tramas excesivamente enrevesadas o no demasiado lógicas, creando una mezcla perfecta entre el cine de entretenimiento y el cine artístico. Aunque los primeros ejemplos del género tienen lugar en los sesenta, cortesía de Mario Bava, en realidad el género tal y como se entiende en la actualidad nace visualmente en la primera película (y primera obra maestra) de Dario Argento El pájaro de las plumas de cristal (L'uccello dalle piume di cristallo, 1970).
El impacto del film de Argento provoca que desde 1970 y hasta, aproximadamente, 1977 se produjeran una serie de películas que si bien su argumento las enclavaba dentro de lo que sería el cine policial o de intriga, su estilo visual barroco, tratando cada plano como si fuera único, las elevan por encima del género. Cuando hablamos de giallo no lo hacemos simplemente de una película de intriga. Hablamos de la representación plástica de un asesinato como si fuera una obra de arte, de la unión de sexo y muerte, de asesinos vestidos con gabardina y guantes de cuero negro. Y hablamos de voyeurismo.
El giallo es el género voyeurístico por antonomasia. El ojo se convierte en objeto de fetichista adoración, al tiempo que convierte al espectador en observador y partícipe de los crímenes en pantalla por su uso continuado de la cámara en primera persona. Así, abundan los primeros planos de ojos, de personas espiadas por ojos hambrientos y de voyeurs que son a su vez observados por el espectador. Otro elemento tratado de forma fetichista es el arma del asesino, normalmente cuchillos o una navaja de afeitar, añadiéndole un trasfondo freudiano a las películas. Además del ya mencionado cuidado a la hora de crear planos, el uso del color, que prácticamente salta de la pantalla, y los zooms, son también elementos propios del giallo. Otro elemento clave del giallo es su música, que contribuye a la temática del género mezclando sonidos sensuales con sonidos casi cacofónicos, muchas veces compuesta por maestros como Ennio Morricone o Stelvio Cipriani.
Amer recrea todos estos elementos del giallo y los utiliza de manera que crea una pieza artística única que va más allá de un recreación nostálgica o un homenaje. De este modo, la primera parte de la película toma elementos de Mario Bava y Dario Argento para crear el mundo de la niña Ana (Cassandra Forêt) tiñendo la pantalla de rojo o azul en ocasiones para ejemplificar un estado mental. La parte de la infancia es la que está llena de elementos mágicos en correspondencia a la mirada de la niña Ana.
En la segunda parte, los elementos del giallo se utilizan para ejemplificar el mundo ultrasensual de la adolescente Ana (Charlotte Eugène Guibeaud). El despertar sexual hace que cada gesto y cada mirada esté cargada eróticamente. De ahí que un simple paseo por el pueblo se convierta en una odisea sensorial. También se ejemplifica el enfrentamiento entre madre e hija en una competición entre el floreciente cuerpo de Ana y el decadente cuerpo de su madre (Bianca Maria D'Amato).
La sobredosis sensorial de la adolescencia nos lleva a la desilusión de la etapa adulta. Ana (Marie Bos) es una mujer adulta algo frustrada y presa de traumas privados. Lo que no impide que actos como coger el autobús estén a un paso de la orgía. Y que acabará conduciendo hacia terribles actos como no podía ser de otra manera.
La película utiliza su apabullante estilo visual para contar su historia, usando las imágenes de manera casi exclusiva, ya que los diálogos son mínimos y la mayor parte de la película es muda en ese sentido. La edición en Blu-ray de Anchor Bay viene acompañada de cuatro cortometrajes de los autores de Amer en los cuales exploraron por primera vez la utilización de la estética giallo como manera de jugar y experimentar con el lenguaje cinematográfico y que les sirvieron como preparación a lo que sería ésta película: Catharsis, Chambre Jaune, L'étrange Portrait de la Dame en Jaune y La Fin de Notre Amour.
Recomiendo encarecidamente esta película a los fans del giallo, a los amantes del cine experimental y a todos aquellos interesados en vivir una experiencia sensorial diferente a lo que les puede ofrecer la cartelera actual.
No es ningún secreto que soy un apasionado de la exploitation de los setenta. Especialmente de las coproducciones europeas que se hicieron durante esa década, producidas entre Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y España, a veces sólo dos de estos países, a veces tres, a veces todos. Y sobretodo de los gialli que se produjeron en los setenta. La razón es bien sencilla, como explica el propio Bruno Forzani en una entrevista: es durante esta década que los directores se dedican a experimentar con la forma narrativa, creando espectáculos visuales arrebatadores, a veces a costa de unas tramas excesivamente enrevesadas o no demasiado lógicas, creando una mezcla perfecta entre el cine de entretenimiento y el cine artístico. Aunque los primeros ejemplos del género tienen lugar en los sesenta, cortesía de Mario Bava, en realidad el género tal y como se entiende en la actualidad nace visualmente en la primera película (y primera obra maestra) de Dario Argento El pájaro de las plumas de cristal (L'uccello dalle piume di cristallo, 1970).
El impacto del film de Argento provoca que desde 1970 y hasta, aproximadamente, 1977 se produjeran una serie de películas que si bien su argumento las enclavaba dentro de lo que sería el cine policial o de intriga, su estilo visual barroco, tratando cada plano como si fuera único, las elevan por encima del género. Cuando hablamos de giallo no lo hacemos simplemente de una película de intriga. Hablamos de la representación plástica de un asesinato como si fuera una obra de arte, de la unión de sexo y muerte, de asesinos vestidos con gabardina y guantes de cuero negro. Y hablamos de voyeurismo.
El giallo es el género voyeurístico por antonomasia. El ojo se convierte en objeto de fetichista adoración, al tiempo que convierte al espectador en observador y partícipe de los crímenes en pantalla por su uso continuado de la cámara en primera persona. Así, abundan los primeros planos de ojos, de personas espiadas por ojos hambrientos y de voyeurs que son a su vez observados por el espectador. Otro elemento tratado de forma fetichista es el arma del asesino, normalmente cuchillos o una navaja de afeitar, añadiéndole un trasfondo freudiano a las películas. Además del ya mencionado cuidado a la hora de crear planos, el uso del color, que prácticamente salta de la pantalla, y los zooms, son también elementos propios del giallo. Otro elemento clave del giallo es su música, que contribuye a la temática del género mezclando sonidos sensuales con sonidos casi cacofónicos, muchas veces compuesta por maestros como Ennio Morricone o Stelvio Cipriani.
Amer recrea todos estos elementos del giallo y los utiliza de manera que crea una pieza artística única que va más allá de un recreación nostálgica o un homenaje. De este modo, la primera parte de la película toma elementos de Mario Bava y Dario Argento para crear el mundo de la niña Ana (Cassandra Forêt) tiñendo la pantalla de rojo o azul en ocasiones para ejemplificar un estado mental. La parte de la infancia es la que está llena de elementos mágicos en correspondencia a la mirada de la niña Ana.
En la segunda parte, los elementos del giallo se utilizan para ejemplificar el mundo ultrasensual de la adolescente Ana (Charlotte Eugène Guibeaud). El despertar sexual hace que cada gesto y cada mirada esté cargada eróticamente. De ahí que un simple paseo por el pueblo se convierta en una odisea sensorial. También se ejemplifica el enfrentamiento entre madre e hija en una competición entre el floreciente cuerpo de Ana y el decadente cuerpo de su madre (Bianca Maria D'Amato).
La sobredosis sensorial de la adolescencia nos lleva a la desilusión de la etapa adulta. Ana (Marie Bos) es una mujer adulta algo frustrada y presa de traumas privados. Lo que no impide que actos como coger el autobús estén a un paso de la orgía. Y que acabará conduciendo hacia terribles actos como no podía ser de otra manera.
La película utiliza su apabullante estilo visual para contar su historia, usando las imágenes de manera casi exclusiva, ya que los diálogos son mínimos y la mayor parte de la película es muda en ese sentido. La edición en Blu-ray de Anchor Bay viene acompañada de cuatro cortometrajes de los autores de Amer en los cuales exploraron por primera vez la utilización de la estética giallo como manera de jugar y experimentar con el lenguaje cinematográfico y que les sirvieron como preparación a lo que sería ésta película: Catharsis, Chambre Jaune, L'étrange Portrait de la Dame en Jaune y La Fin de Notre Amour.
Recomiendo encarecidamente esta película a los fans del giallo, a los amantes del cine experimental y a todos aquellos interesados en vivir una experiencia sensorial diferente a lo que les puede ofrecer la cartelera actual.
No la he visto así que apuntada queda la recomendación.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho toda la parte en la que hablabas del giallo.
Un saludo.
Otra que tengo que pillarme. No recuerdo donde vi el cartel por primera vez, pero me llamó poderosamente la atención lo conseguido que está el estilo retro.
ResponderEliminarMuy buena entrada, como es costumbre, y excelente resumen de lo que es el giallo y lo que supuso.
A mi tambien me fascina este subgénero.
Espero que ambos la disfrutéis porque para los amantes del giallo es todo un regalo.
ResponderEliminarTambién es un título muy interesante para aquellos que no lo conozcan.
Me perdí esta película en l festival de Sitges de hace un par de años, pese a que me había llamado la atención y la había olvidado, así que gracias porque al recordármela y recomendarla de forma tan efusiva, volveré a tenerla en cuenta para ver en los próximo días. Un saludo.
ResponderEliminarPues de nada. Me alegro que a pesar de los intentos de convertirlo en un festival típico, en Sitges todavía se puedan ver cosas interesantes.
ResponderEliminarEspero que disfrutes este fantástico banquete visual.