Sueños, ésos pedazos de muerte. Cómo los odio.
Edgar Allan Poe
Sí, niños y niñas, llegó la hora de Freddy Krueger, el último icono del terror ochentero que me quedaba por comentar. Cómo para muchos otros de mi generación, Freddy Krueger fue una presencia constante durante los ochenta y primeros noventa. Se hace difícil de creer que hubo tiempo en el cual Krueger no estuvo allí para soltar chistes malos y destripar adolescentes. Durante todo este tiempo me las he arreglado para acumular un montón de revistas, cómics y souvenirs (como las gafas 3D de la 6ª entrega) protagonizados por el señor Krueger, sin olvidar ediciones en DVD de las películas (todavía nada en Blu-ray excepto la primera y el remake). Lo que significa que he acumulado un montón de información inútil que me dispongo a compartir con vosotros, en un gesto de increíble generosidad. De nada.
Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street, Wes Craven, 1984): Como ya comentaba en un anterior post sobre Wes Craven, Craven es muy bueno teniendo ideas, no tanto ejecutándolas. Lo curioso es que a Craven, como imagino que muchos ya sabéis, se le ocurrió la idea tras leer en un periódico una noticia que explicaba el caso de un joven que había muerto a causa de una serie de pesadillas que llevaba tiempo sufriendo. Si bien se han de tener en cuenta las limitaciones presupuestarias, era una película de bajo presupuesto, Craven en algunos momentos desaprovecha su inspirada creación lastrándola con un desarrollo de los personajes y del argumento algo torpe. Pero si bien estos fallos impiden que Pesadilla sea una auténtica gran película, más allá de su importancia como iniciadora de una multimillonaria saga, eso no significa que sea una mala película.
Es cierto, la película tiene sus fallos pero quedan de sobra compensados por sus aciertos. Ante todo está la creación de un memorable villano como es Freddy Krueger. Robert Englund en su primera interpretación resulta realmente atemorizante, ya que se mantiene gran parte de la película en las sombras y apenas habla. Craven crea para su villano una serie de muertes espectaculares, siendo la primera la más memorable para mí, así como aprovecha la naturaleza onírica del personaje para momentos que han quedado para siempre grabados en la historia del cine de terror como el teléfono que se transforma en la boca de Freddy o cuando Nancy (Heather Langenkamp) se está bañando y asoma la garra de Freddy entre sus piernas.
Así, el balance entre sus aciertos y sus fallos queda bastante equilibrado. Y lo cierto es que sigue siendo una película bastante efectiva a pesar del tiempo que ha pasado y a pesar de las sucesivas secuelas e imitaciones.
Pesadilla llegó en un momento crucial, en el cual el género de terror necesitaba un soplo de aire fresco, ahogado como estaba por los slashers en plena curva decadente. Era un punto de vista original sobre una fórmula ya gastada, ¿y qué hacen en Hollywood cuando algo original tiene éxito? Copiarlo y gastarlo hasta que no dé más de sí.
Pesadilla en Elm Street 2: la venganza de Freddy (A Nightmare on Elm Street 2: Freddy's Revenge, Jack Sholder, 1985): Robert Shaye y Wes Craven no acabaron en el mejor de los términos tras la primera película. Se produjeron entre los dos continuas tensiones, que culminaron en las discusiones sobre el final de Pesadilla 1. El final que hay ahora en la película es el resultado de mezclar los diversos finales que se discutían. De ahí que cuando la primera entrega se convirtió en un éxito y Shaye decidiera que quería una secuela inmediatamente, Craven no fue incluido en la producción. El resultado fue Pesadilla 2, dirigida por Jack Sholder y escrita por David Chaskin.
La película fue realizada sin tener más que un conocimiento superficial de la primera, sin entender exactamente al personaje, y comete por ello varios errores. Como resultado, la película fue un fracaso, si bien no económico pero sí artístico.
Pero vamos a hablar de la segunda entrega, tú y yo, porque es cierto que la película no funciona demasiado bien como continuación de la primera. Sin embargo, con el tiempo la película se ha revelado tremendamente interesante y divertida como involuntario drama gay.
O no tan involuntario.
Originalmente, el guionista David Chaskin pusó como subtexto en el guion el tema de la homosexualidad. Y de alguna manera, durante el rodaje, este subtexto salió a la superficie. A ello contribuyeron tanto el actor protagonista Mark Patton, como el departamento de arte. La escena ambientada en un bar de ambiente sado gay, la escena en las duchas, los dos amigos pasando la noche juntos... Todo ello contribuye a hacer la película un estrambótico drama gay en el cual Freddy Krueger representa la soterrada homosexualidad del protagonista de la cual su amiga Lisa (Kim Myers, asombrosamente parecida a Meryl Streep) lo "rescatará".
Esta "gayedad" hace que la película sea tremendamente divertida y descacharrante de ver, aunque no funcione demasiado bien como película de terror. Por ello, la recomiendo a pesar de no ser demasiado buena.
Pesadilla en Elm Street 3 (A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors, Chuck Russell, 1987): Después del significativo traspiés de la segunda entrega, Shaye se decidió a hacer las cosas bien. Para ello contactó de nuevo con Craven y ambos se reconciliaron. Craven escribió junto a Bruce Wagner un guion para la tercera entrega... que no fue usado una vez Frank Darabont y Chuck Russell se encargaron del proyecto.
Darabont y Russell crearon la que es sin duda la mejor película de toda la saga protagonizada por Freddy Krueger, confirmando mi teoría según la cual toda película que incluya esqueletos animados es buena. Crearon un grupo interesante de personajes, con la estupenda, fantástica y fabulosa Patricia Arquette al frente; y trajeron de vuelta a Heather Langenkamp como Nancy. La pareja utilizó elementos clásicos de las historias góticas de fantasmas y los mezcló con un Freddy Krueger convertido en malvado maestro de ceremonias, una superestrella psicopática capaz de transformarse más rápido que Mortadelo.
Aprovechando al máximo las habilidades oníricas de Krueger, introducen el concepto de los asesinatos irónicos relacionados con alguna característica de la víctima, que luego sería explotado hasta la saciedad en las siguientes películas. De hecho, las siguientes entregas de la serie son en realidad continuaciones de ésta película y no tanto de Pesadilla 1, ya que siguen su esquema y utilizan la mitología que se crea sobre Freddy Krueger en ella.
Ésta entrega también resulta interesante ya que además de las preocupaciones adolescentes, ya que incluye personajes adultos con sus propios conflictos, añadiéndole un valor extra en cuanto a desarrollo de personajes.
Y, claro, una vez tenían la fórmula definitiva, se vieron obligados a hacer más películas. Pero bueno, si no fuera por esa filosofía no podríamos haber disfrutado de esta pequeña maravilla.
Pesadilla en Elm Street 4 (A Nightmare on Elm Street 4: The Dream Master, Renny Harlin, 1988): Me gustaría compartir con vosotros una teoría que he desarrollado tras ver todas las películas y, cómo no la he visto en ningún otro sitio, reclamo como mía absolutamente. Mi teoría explica por qué esta entrega fue más taquillera que la anterior y es la más taquillera de toda la saga: Pesadilla 3 había sido precedida de una entrega más bien floja y que no había sido demasiado exitosa en taquilla, pero gracias a su calidad y al boca-oreja consiguió recaudar 44 millones y pico de dólares. Luego la película pasó a vídeo donde siguió siendo vista y compartida. La calidad y resultados de Pesadilla 3 hizo que la gente fuera en masa a ver Pesadilla 4, haciendo que recaudara 49 millones y pico de dólares en taquilla. Sin embargo, la baja calidad de la película hizo que se perdiera interés por la franquicia y por ello las siguientes entregas no funcionaron en taquilla como las anteriores a Pesadilla 4. Es lo que creo y podéis decir que lo he dicho yo.
Ésta entrega fue dirigida por Renny Harlin, que le imprime a la película un ritmo cinético propio del cine de Hong Kong. Pero por mucho ritmo que le imprima a la película no se puede evitar que su guion deje mucho que desear. Tal vez porque en realidad no tenían guion. Es decir, de los 3 nombres a los cuales se atribuye el guion, Brian Helgeland (guionista de L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997) y Mystic River (Clint Eastwood, 2003), William Kotzwinkle y Scott Pierce (nombre bajo el cual se ocultaban los hermanos Jim y Ken Wheat, guionistas de Pitch Black (David Twohy, 2000)) no está claro quién hizo qué, eso sin contar las reescrituras que se produjeron durante la producción. Así, con tanto baile de nombres e historias no es de extrañar que el guion parezca un refrito de las ideas de la anterior película.
Eso sí, los efectos especiales y las secuencias de asesinatos están bien hechas, aunque al no estar enmarcadas en una buena historia pierden brillantez. Freddy Krueger se convierte en un cómico macabro y definitivamente ha perdido cualquier poder de asustar o resultar amenazante que todavía conservase.
Pesadilla en Elm Street 5 (A Nightmare on Elm Street 5: The Dream Child, Stephen Hopkins, 1989): En esta entrega se repitió el problema con el guion. El equipo de novelistas John Skipp y Craig Spector, el escritor David J. Schow, William Wisher Jr. y Leslie Bohem fueron en algún momento guionistas o reescribieron el guion de algún otro escritor. Aparentemente el guion final fue compuesto cogiendo elementos de diversos guiones en el último momento por el productor Michael De Luca. Y tanto baile de guionistas y guion nunca es bueno.
Además de los problemas con tener un guion a punto para hacer la película, al director Stephen Hopkins le dieron un margen de trabajo casi imposible de cumplir, lo que le obligaba a rodar una escena mientras el decorado para la siguiente se preparaba en el plató de al lado, para rodar de manera continua, además de tener poco tiempo para editar la película.
Como resultado de tanto desbarajuste tenemos una película irregular. Irregular en el sentido que aparecen ideas interesantes en la historia mezcladas con otras tópicas; desarrollo de algunos personajes mientras otros no son más que nombres. Hopkins demuestra habilidad para rodar escenas y aporta a la película una interesante atmósfera oscura y gótica pero no tiene un contenido que haga resaltar las imágenes que crea, algunas de ella muy bien ejecutadas y conseguidas.
Es una lástima que las prisas por recaudar dinero y un estudio ansioso de poner una película con Pesadilla en el título acabaron provocando que lo que pudiera haber sido una buena entrega acabara siendo algo mediocre.
Pesadilla final: la muerte de Freddy (Freddy's Dead: The Final Nightmare, Rachel Talalay, 1991): La entonces anunciada como última entrega estuvo a punto de ser escrita por Peter Jackson, pero finalmente contó con Michael De Luca de nuevo en el guion.
Parecía que el estudio estaba ya cansado de hacer Pesadilla, así que se decidió a terminar de una vez con Freddy y pasar a otra cosa. Por ello la directora Talalay incluyó diferentes referencias a las películas que la habían precedido. Talalay había trabajado en todas las películas anteriores en diferentes capacidades dentro del equipo de producción, así que tenía sentido ofrecerle el trabajo de directora para la que tenía que ser la última de la serie. Talalay había trabajado también con John Waters, lo que la llevó a añadir un humor watersiano a la película, que en su momento no fue entendido.
La película tiene una primera media hora bastante correcta, pero poco a poco se va desinflando hasta llegar a un clímax no demasiado emocionante ni excitante, a pesar de que fue filmado en 3D. Lo que para Talalay fue un error y, en retrospectiva, preferiría no haber hecho.
Pesadilla 6 queda como un final poco lucido para un personaje de la talla de Freddy Krueger. El humor no acaba de casar bien con la historia, que a su vez resulta algo predecible y traída por los pelos. El gimmick de las 3D pierde sentido cuando la película se ve en DVD, con lo cual el final pierde la poca fuerza que ya tenía. La película tiene algunos momentos buenos, pero a no ser que seas fan de la saga no tiene demasiado interés.
La nueva pesadilla (Wes Craven's New Nightmare, Wes Craven, 1994): Volvemos al principio: una buena idea no muy bien ejecutada. Wes Craven realizó un primer acercamiento a la narrativa metalingüística previa a Scream (1996), analizando el fenómeno cultural que fue Freddy Krueger en los ochenta. Actores, productores y el director se interpretan a sí mismos en una historia que cuenta como la gran popularidad de Freddy Krueger provoca que empiece a hacer acto de presencia en la realidad.
Una buena idea que resulta desperdiciada en una puesta en escena que carece de ambición y resulta algo plana y poco interesante. Además de que no consigue crear ningún momento de auténtico suspense, mucho menos miedo, como tampoco tiene ninguna escena memorable o que uno recuerde especialmente una vez ha terminado de ver la película. Supongo que por eso fue un fracaso de taquilla, ya que resultaba muy suave y light en una década que de por sí ya era bastante suave y light.
Para Freddy contra Jason (Freddy vs. Jason, Ronny Yu, 2003) os remito al post sobre la serie protagonizada por Jason Voorhees. También os remito al post previo sobre el documental Never Sleep Again. En cuanto a la serie de televisión, Las pesadillas de Freddy (Freddy's Nightmares, 1988-1990), la verdad es que guardo un vago recuerdo ya que únicamente la vi cuando fue originalmente emitida por Telecinco y desde entonces no he vuelto a ver ningún episodio de las dos temporadas que se hicieron. El remake no lo he visto, y no creo que lo haga a no ser que se incluya en algún pack en Blu-ray con el resto de películas de la saga.
Y con esto concluye mi repaso por los grandes iconos del terror de los ochenta. Porque, de momento, no tengo la sensación de que haya ningún icono moderno que esté a la altura.
Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street, Wes Craven, 1984): Como ya comentaba en un anterior post sobre Wes Craven, Craven es muy bueno teniendo ideas, no tanto ejecutándolas. Lo curioso es que a Craven, como imagino que muchos ya sabéis, se le ocurrió la idea tras leer en un periódico una noticia que explicaba el caso de un joven que había muerto a causa de una serie de pesadillas que llevaba tiempo sufriendo. Si bien se han de tener en cuenta las limitaciones presupuestarias, era una película de bajo presupuesto, Craven en algunos momentos desaprovecha su inspirada creación lastrándola con un desarrollo de los personajes y del argumento algo torpe. Pero si bien estos fallos impiden que Pesadilla sea una auténtica gran película, más allá de su importancia como iniciadora de una multimillonaria saga, eso no significa que sea una mala película.
Es cierto, la película tiene sus fallos pero quedan de sobra compensados por sus aciertos. Ante todo está la creación de un memorable villano como es Freddy Krueger. Robert Englund en su primera interpretación resulta realmente atemorizante, ya que se mantiene gran parte de la película en las sombras y apenas habla. Craven crea para su villano una serie de muertes espectaculares, siendo la primera la más memorable para mí, así como aprovecha la naturaleza onírica del personaje para momentos que han quedado para siempre grabados en la historia del cine de terror como el teléfono que se transforma en la boca de Freddy o cuando Nancy (Heather Langenkamp) se está bañando y asoma la garra de Freddy entre sus piernas.
Así, el balance entre sus aciertos y sus fallos queda bastante equilibrado. Y lo cierto es que sigue siendo una película bastante efectiva a pesar del tiempo que ha pasado y a pesar de las sucesivas secuelas e imitaciones.
Pesadilla llegó en un momento crucial, en el cual el género de terror necesitaba un soplo de aire fresco, ahogado como estaba por los slashers en plena curva decadente. Era un punto de vista original sobre una fórmula ya gastada, ¿y qué hacen en Hollywood cuando algo original tiene éxito? Copiarlo y gastarlo hasta que no dé más de sí.
Pesadilla en Elm Street 2: la venganza de Freddy (A Nightmare on Elm Street 2: Freddy's Revenge, Jack Sholder, 1985): Robert Shaye y Wes Craven no acabaron en el mejor de los términos tras la primera película. Se produjeron entre los dos continuas tensiones, que culminaron en las discusiones sobre el final de Pesadilla 1. El final que hay ahora en la película es el resultado de mezclar los diversos finales que se discutían. De ahí que cuando la primera entrega se convirtió en un éxito y Shaye decidiera que quería una secuela inmediatamente, Craven no fue incluido en la producción. El resultado fue Pesadilla 2, dirigida por Jack Sholder y escrita por David Chaskin.
La película fue realizada sin tener más que un conocimiento superficial de la primera, sin entender exactamente al personaje, y comete por ello varios errores. Como resultado, la película fue un fracaso, si bien no económico pero sí artístico.
Pero vamos a hablar de la segunda entrega, tú y yo, porque es cierto que la película no funciona demasiado bien como continuación de la primera. Sin embargo, con el tiempo la película se ha revelado tremendamente interesante y divertida como involuntario drama gay.
O no tan involuntario.
Originalmente, el guionista David Chaskin pusó como subtexto en el guion el tema de la homosexualidad. Y de alguna manera, durante el rodaje, este subtexto salió a la superficie. A ello contribuyeron tanto el actor protagonista Mark Patton, como el departamento de arte. La escena ambientada en un bar de ambiente sado gay, la escena en las duchas, los dos amigos pasando la noche juntos... Todo ello contribuye a hacer la película un estrambótico drama gay en el cual Freddy Krueger representa la soterrada homosexualidad del protagonista de la cual su amiga Lisa (Kim Myers, asombrosamente parecida a Meryl Streep) lo "rescatará".
Esta "gayedad" hace que la película sea tremendamente divertida y descacharrante de ver, aunque no funcione demasiado bien como película de terror. Por ello, la recomiendo a pesar de no ser demasiado buena.
Pesadilla en Elm Street 3 (A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors, Chuck Russell, 1987): Después del significativo traspiés de la segunda entrega, Shaye se decidió a hacer las cosas bien. Para ello contactó de nuevo con Craven y ambos se reconciliaron. Craven escribió junto a Bruce Wagner un guion para la tercera entrega... que no fue usado una vez Frank Darabont y Chuck Russell se encargaron del proyecto.
Darabont y Russell crearon la que es sin duda la mejor película de toda la saga protagonizada por Freddy Krueger, confirmando mi teoría según la cual toda película que incluya esqueletos animados es buena. Crearon un grupo interesante de personajes, con la estupenda, fantástica y fabulosa Patricia Arquette al frente; y trajeron de vuelta a Heather Langenkamp como Nancy. La pareja utilizó elementos clásicos de las historias góticas de fantasmas y los mezcló con un Freddy Krueger convertido en malvado maestro de ceremonias, una superestrella psicopática capaz de transformarse más rápido que Mortadelo.
Aprovechando al máximo las habilidades oníricas de Krueger, introducen el concepto de los asesinatos irónicos relacionados con alguna característica de la víctima, que luego sería explotado hasta la saciedad en las siguientes películas. De hecho, las siguientes entregas de la serie son en realidad continuaciones de ésta película y no tanto de Pesadilla 1, ya que siguen su esquema y utilizan la mitología que se crea sobre Freddy Krueger en ella.
Ésta entrega también resulta interesante ya que además de las preocupaciones adolescentes, ya que incluye personajes adultos con sus propios conflictos, añadiéndole un valor extra en cuanto a desarrollo de personajes.
Y, claro, una vez tenían la fórmula definitiva, se vieron obligados a hacer más películas. Pero bueno, si no fuera por esa filosofía no podríamos haber disfrutado de esta pequeña maravilla.
Pesadilla en Elm Street 4 (A Nightmare on Elm Street 4: The Dream Master, Renny Harlin, 1988): Me gustaría compartir con vosotros una teoría que he desarrollado tras ver todas las películas y, cómo no la he visto en ningún otro sitio, reclamo como mía absolutamente. Mi teoría explica por qué esta entrega fue más taquillera que la anterior y es la más taquillera de toda la saga: Pesadilla 3 había sido precedida de una entrega más bien floja y que no había sido demasiado exitosa en taquilla, pero gracias a su calidad y al boca-oreja consiguió recaudar 44 millones y pico de dólares. Luego la película pasó a vídeo donde siguió siendo vista y compartida. La calidad y resultados de Pesadilla 3 hizo que la gente fuera en masa a ver Pesadilla 4, haciendo que recaudara 49 millones y pico de dólares en taquilla. Sin embargo, la baja calidad de la película hizo que se perdiera interés por la franquicia y por ello las siguientes entregas no funcionaron en taquilla como las anteriores a Pesadilla 4. Es lo que creo y podéis decir que lo he dicho yo.
Ésta entrega fue dirigida por Renny Harlin, que le imprime a la película un ritmo cinético propio del cine de Hong Kong. Pero por mucho ritmo que le imprima a la película no se puede evitar que su guion deje mucho que desear. Tal vez porque en realidad no tenían guion. Es decir, de los 3 nombres a los cuales se atribuye el guion, Brian Helgeland (guionista de L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997) y Mystic River (Clint Eastwood, 2003), William Kotzwinkle y Scott Pierce (nombre bajo el cual se ocultaban los hermanos Jim y Ken Wheat, guionistas de Pitch Black (David Twohy, 2000)) no está claro quién hizo qué, eso sin contar las reescrituras que se produjeron durante la producción. Así, con tanto baile de nombres e historias no es de extrañar que el guion parezca un refrito de las ideas de la anterior película.
Eso sí, los efectos especiales y las secuencias de asesinatos están bien hechas, aunque al no estar enmarcadas en una buena historia pierden brillantez. Freddy Krueger se convierte en un cómico macabro y definitivamente ha perdido cualquier poder de asustar o resultar amenazante que todavía conservase.
Pesadilla en Elm Street 5 (A Nightmare on Elm Street 5: The Dream Child, Stephen Hopkins, 1989): En esta entrega se repitió el problema con el guion. El equipo de novelistas John Skipp y Craig Spector, el escritor David J. Schow, William Wisher Jr. y Leslie Bohem fueron en algún momento guionistas o reescribieron el guion de algún otro escritor. Aparentemente el guion final fue compuesto cogiendo elementos de diversos guiones en el último momento por el productor Michael De Luca. Y tanto baile de guionistas y guion nunca es bueno.
Además de los problemas con tener un guion a punto para hacer la película, al director Stephen Hopkins le dieron un margen de trabajo casi imposible de cumplir, lo que le obligaba a rodar una escena mientras el decorado para la siguiente se preparaba en el plató de al lado, para rodar de manera continua, además de tener poco tiempo para editar la película.
Como resultado de tanto desbarajuste tenemos una película irregular. Irregular en el sentido que aparecen ideas interesantes en la historia mezcladas con otras tópicas; desarrollo de algunos personajes mientras otros no son más que nombres. Hopkins demuestra habilidad para rodar escenas y aporta a la película una interesante atmósfera oscura y gótica pero no tiene un contenido que haga resaltar las imágenes que crea, algunas de ella muy bien ejecutadas y conseguidas.
Es una lástima que las prisas por recaudar dinero y un estudio ansioso de poner una película con Pesadilla en el título acabaron provocando que lo que pudiera haber sido una buena entrega acabara siendo algo mediocre.
Pesadilla final: la muerte de Freddy (Freddy's Dead: The Final Nightmare, Rachel Talalay, 1991): La entonces anunciada como última entrega estuvo a punto de ser escrita por Peter Jackson, pero finalmente contó con Michael De Luca de nuevo en el guion.
Parecía que el estudio estaba ya cansado de hacer Pesadilla, así que se decidió a terminar de una vez con Freddy y pasar a otra cosa. Por ello la directora Talalay incluyó diferentes referencias a las películas que la habían precedido. Talalay había trabajado en todas las películas anteriores en diferentes capacidades dentro del equipo de producción, así que tenía sentido ofrecerle el trabajo de directora para la que tenía que ser la última de la serie. Talalay había trabajado también con John Waters, lo que la llevó a añadir un humor watersiano a la película, que en su momento no fue entendido.
La película tiene una primera media hora bastante correcta, pero poco a poco se va desinflando hasta llegar a un clímax no demasiado emocionante ni excitante, a pesar de que fue filmado en 3D. Lo que para Talalay fue un error y, en retrospectiva, preferiría no haber hecho.
Pesadilla 6 queda como un final poco lucido para un personaje de la talla de Freddy Krueger. El humor no acaba de casar bien con la historia, que a su vez resulta algo predecible y traída por los pelos. El gimmick de las 3D pierde sentido cuando la película se ve en DVD, con lo cual el final pierde la poca fuerza que ya tenía. La película tiene algunos momentos buenos, pero a no ser que seas fan de la saga no tiene demasiado interés.
La nueva pesadilla (Wes Craven's New Nightmare, Wes Craven, 1994): Volvemos al principio: una buena idea no muy bien ejecutada. Wes Craven realizó un primer acercamiento a la narrativa metalingüística previa a Scream (1996), analizando el fenómeno cultural que fue Freddy Krueger en los ochenta. Actores, productores y el director se interpretan a sí mismos en una historia que cuenta como la gran popularidad de Freddy Krueger provoca que empiece a hacer acto de presencia en la realidad.
Una buena idea que resulta desperdiciada en una puesta en escena que carece de ambición y resulta algo plana y poco interesante. Además de que no consigue crear ningún momento de auténtico suspense, mucho menos miedo, como tampoco tiene ninguna escena memorable o que uno recuerde especialmente una vez ha terminado de ver la película. Supongo que por eso fue un fracaso de taquilla, ya que resultaba muy suave y light en una década que de por sí ya era bastante suave y light.
Para Freddy contra Jason (Freddy vs. Jason, Ronny Yu, 2003) os remito al post sobre la serie protagonizada por Jason Voorhees. También os remito al post previo sobre el documental Never Sleep Again. En cuanto a la serie de televisión, Las pesadillas de Freddy (Freddy's Nightmares, 1988-1990), la verdad es que guardo un vago recuerdo ya que únicamente la vi cuando fue originalmente emitida por Telecinco y desde entonces no he vuelto a ver ningún episodio de las dos temporadas que se hicieron. El remake no lo he visto, y no creo que lo haga a no ser que se incluya en algún pack en Blu-ray con el resto de películas de la saga.
Y con esto concluye mi repaso por los grandes iconos del terror de los ochenta. Porque, de momento, no tengo la sensación de que haya ningún icono moderno que esté a la altura.
Me gustó bastante Pesadilla en Elm Street, la primera. Me parece una peli de terror nueva (cuando se hizo) e impactante, aunque hay quien diría demasiado efectista. La segunda la vi y me pareció bastante similar en cuanto a estructura, pero más pobre y sin nada que aportar, ese es el recuerdo que tengo. La tercera debe ser la mejor, por lo que pones; es una pena que no la viera, pero la pongo en lista de espera y espero hacerlo muy pronto. Me parece curiosa la parte en la que John Watters mete mano… debe ser sorprendente ver el humor (o algo de ese humor) de Watters en una peli de Freddy Krueger.
ResponderEliminarLo único que ya está visto, y es una excusa para seguir explotando estas sagas, es que éstas de Freddy son como las de Jason en cuanto a que el personaje parece que se lo van a chimpar al final de la peli, y siempre sale de rositas en situaciones de lo más complicadas para él, quedándote la duda de si estarán conchabado con el diablo ;)
Genial tu entrada y tus aportes de documentación. Un saludo, Raül.
¡que gran entrada! Llevo viendo las películas de Freddy desde mis tiernos 5 años, lo que hace que cualquier porquería en la que aparezca este icónico personaje sea digna de mi admiración. Le tengo muchísimo cariño y algo de miedo, por qué no decirlo. Siempre me agobió la idea de alguien que te ataca en los sueños y que, además, lo puede controlar todo. Estás en su terreno y hará lo que le de gana.
ResponderEliminarHay una escena que tengo grabada en la memoria y que, cada vez que la veo, me pone los pelos de punta; esa en la que Freddy resucita en un desguace de coches. Creo que pertenece a la cuarta entrega.
En fín, una saga mítica llena de carisma (gracias a su villano y su modus operandi, claro está), con altibajos, como es normal, pero mítica a fin de cuentas.
Y para rematar diré que el remake me pareció notable, al contrario de lo que dice la mayoría de los que lo vieron.
Siempre me pasa igual.
Javi, lo bueno que tiene es que logra grandes efectos pero con poca cosa, que tiene su mérito. La segunda es bastante diferente y tiene su valor a su manera especial.
ResponderEliminarDr. Gonzo, si eres fan, me repito y te remito a Never Sleep Again, imprescindible para cualquier seguidor de la saga.
La mejor sin dudar es la tercera, la primera es un clásico, la verdad que en lo personal mis favoritas son la trilogía original.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo. También repasé no hace mucho la séptima y está mejor de lo que comenté aquí.
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