En 1970, con el estreno de El pájaro de las plumas de cristal (L'uccello dalle piume di cristallo), Dario Argento crea el giallo tal y como lo conocemos, ya que es a partir de éxito de esta película que se genera la fiebre giallo de los 70, imitando el estilo de Argento. El género en sí, cine de suspense y terror, fue creado anteriormente en Italia a mediados de los 50, Argento seguía los pasos de Mario Bava, considerado oficialmente el creador del giallo con La muchacha que sabía demasiado (La ragazza che sapeva troppo, 1963). Las dos siguientes películas de Argento acabarán de establecer el estilo y debido a sus títulos "animales" son agrupadas bajo el título genérico de la Trilogía Animal.
"Giallo" significa amarillo en italiano y se denominaban así las novelas de suspense, misterio y policíacas debido al color amarillo que adornaba sus portadas. Obviamente, Argento no inventó el cine de suspense italiano, antes que él otros directores como Lucio Fulci, Damiano Damiani, Umberto Lenzi y especialmente Mario Bava habían cultivado el género con gran éxito. Argento, hijo de artistas, fue crítico de cine y guionista antes de convertirse en director, así que sabía perfectamente lo que se había hecho antes que él. Pero cuando decimos que Argento crea el giallo nos referimos al género tal y como fue entre 1970 y 1977/78, momento en el cual adoptó un estilo propio y único, que fue imitado en ocasiones fuera de Italia, con una serie de características comunes que aúnan las películas del género de esa época.
Este estilo hace que, mientras que los argumentos explicados son típicos de las novelas de misterio y en ese aspecto no son particularmente interesantes u originales, la manera en que se exponen esos argumentos hace que, incluso la peor de estas películas, resulten interesantes y originales estéticamente. Si en el cine erótico el argumento es una excusa para enlazar una serie de escenas de contenido más o menos sensual, en el giallo el argumento es una excusa para crear un gran cuadro estético basado en la sangre.
Tras finalizar los 70, el resto de directores adopta un estilo más internacional o sobrio o americanizado, como prefiráis llamarlo, siendo únicamente Argento el que continúa haciendo gialli (plural de "giallo") hasta 1987, donde con Opera da punto y final al estilo barroco, colorido y artístico que le había caracterizado para a partir de entonces adoptar él también un estilo más sobrio.
Inspirado en la novela The Screaming Mimi de Fredric Brown, Argento escribe y dirige El pájaro de las plumas de cristal, en la cual cuenta como el escritor americano Sam Dalmas (Tony Musante) es testigo de un asesinato. Obsesionado con el caso, intentará encontrar al culpable, ya que además la policía le ha quitado el pasaporte para que no salga de Italia.
Los elementos principales del giallo quedan rápidamente establecidos: el voyeurismo y la mezcla de crueldad con un exacerbado esteticismo a la hora de rodar los asesinatos. También queda establecido el look que tendrán siempre los asesinos en el giallo: guantes negros, gabardina negra con el cuello subido y, en ocasiones, sombrero. El asesino y su perseguidor establecen a menudo una relación, llamando el perseguido a su perseguidor para provocarlo, exigirle que le deje en paz o intentar compartir su locura.
El voyeurismo se aplica tanto al asesino como al espectador. El uso de cámara en primera persona hace que el espectador sea testigo involuntario pero también cómplice de los asesinatos. Hay una obsesión temática por el ojo, sujeto continuamente a primeros planos, única parte que conocemos del asesino hasta que se revela su identidad.
Los primeros planos, los zooms, la experimentación con el montaje, la utilización de los colores... Todo sería incorporado y reinterpretado por los demás directores tras el gran éxito de El pájaro. Sin embargo hay una serie de elementos que sólo son utilizados por Argento y que permanecen como una seña de identidad propia.
Uno de estos elementos es usar un protagonista relacionado con el mundo del arte. Exceptuando algunos de sus títulos más recientes, los protagonistas de Argento son artistas o tienen una profesión que requiere cierta habilidad artística (escrita y musical principalmente), como si se quisiera indicar que los artistas tienen una visión del mundo y una imaginación que los hacen especiales. El otro elemento importante ha destacar es el uso de la memoria. Los protagonistas del cine de Argento son testimonios de un evento (normalmente un asesinato) que recrean de manera obsesiva en su cabeza para revelar una información, un detalle oculto. Es también la manera que tiene Argento de jugar con el espectador, haciéndole creer que ha visto algo cuando en realidad ha visto otra cosa. Pero nunca haciendo trampas, se juega con el espectador pero no se le engaña.
En las siguientes películas de la trilogía, vemos como se utilizan estos elementos y se van refinando así como tenemos la introducción de otros, como es el gusto de Argento por los temas, ideas o recursos de la literatura clásica gótica y de misterio, con especial predilección por Edgar Allan Poe. Así como los argumentos ligeramente ilógicos, como se muestra en la segunda película de ésta trilogía El gato de las nueve colas (Il gatto a nove code, 1971).
En El gato los protagonistas son un reportero retirado ciego, Franco Arno (Karl Malden), aficionado a los crucigramas y el periodista Carlo Giordani (James Franciscus). Esta película es bastante suave, especialmente compara con la película que la precede y la que la sigue, siendo una de sus películas menos personales por lo relativamente ligera que es. La ilógica del argumento viene propiciada por una asesino que mata para ocultar un informe que muestra que tiene una predisposición genética para el asesinato. Es decir, mata para que la gente no piense que es un asesino.
Argento no quedó muy contento con esta película, posiblemente por tener un argumento bastante flojo y absurdo cuando uno se para a pensarlo. Y ése es el problema: que uno se da cuenta de lo flojo del argumento mientras ve la película, cuando en una película con Argento en plena forma uno no se da cuenta de lo absurdo que es todo, absorto por la manera en que el director nos presenta la historia.
Es por eso tal vez que la siguiente película y cierre de la trilogía, 4 moscas sobre terciopelo gris (4 mosche di velluto grigio, 1971), es mucho más atrevida estéticamente. Es también donde los elementos presentados en su primer filme se explotan mucho más, llegando al paroxismo en su escena inicial.
La secuencia de títulos de crédito (con un corazón latiendo al lado del título) y la primera escena que abre la película y será el arranque de la trama son puro esteticismo giallo. Son secuencias sin diálogo donde todo gira en torno a cómo contar una historia sólo con imágenes y al voyeurismo del villano de la función. Es también donde Argento usa un recurso sacado de la novela gótica (que creo utilizó por primera vez Julio Verne): la idea de que la última imagen que ve una persona antes de morir se queda grabada en la retina, una noción completamente absurda (que la serie Fringe supo usar de manera plausible) alrededor de la cual gira la película pero al ser mostrada dentro del universo estético de Argento tiene sentido.
Es decir, es un concepto que en una película realista resultaría risible. Pero el cine de Argento no es realista, es pura fantasía, transcurre en una realidad estética que no se corresponde con la nuestra y dentro de esta fantasía, resulta creíble. A partir de entonces, Argento reutilizará diversos recursos sacados de los clásicos del misterio y la literatura, a veces en forma de homenaje, como el que hace a "Los crímenes de la Rue Morgue" de Edgar Allan Poe en Phenomena (1985).
Esta tercera película estuvo "perdida" durante mucho tiempo, no siendo editada en ningún formato hasta que lo fue en DVD hace un par de años.
Estas tres primeras películas son importantes para establecer el universo Argento, ya que se dan cita todos los elementos que empleará a partir de entonces y que serán llevados a la perfección en Rojo oscuro (Profondo rosso, 1975). También son importantes por su influencia a la hora de crear el giallo.
Dicho esto, tampoco son películas perfectas. Mientras que su opera prima se mantiene muy bien a pesar de los años transcurridos desde su estreno, sus dos siguientes títulos palidecen comparados con el resto de su obra. Son entretenidas, eso sí, y la mencionada primera secuencia de 4 moscas es realmente destacable, pero no parecen cumplir lo que Argento promete en su debut. Más bien parecen ejercicios de refinamiento, en los que Argento practica y juega con la cámara hasta coger la habilidad y maestría para realizar sus obras posteriores.
Este estilo hace que, mientras que los argumentos explicados son típicos de las novelas de misterio y en ese aspecto no son particularmente interesantes u originales, la manera en que se exponen esos argumentos hace que, incluso la peor de estas películas, resulten interesantes y originales estéticamente. Si en el cine erótico el argumento es una excusa para enlazar una serie de escenas de contenido más o menos sensual, en el giallo el argumento es una excusa para crear un gran cuadro estético basado en la sangre.
Tras finalizar los 70, el resto de directores adopta un estilo más internacional o sobrio o americanizado, como prefiráis llamarlo, siendo únicamente Argento el que continúa haciendo gialli (plural de "giallo") hasta 1987, donde con Opera da punto y final al estilo barroco, colorido y artístico que le había caracterizado para a partir de entonces adoptar él también un estilo más sobrio.
Inspirado en la novela The Screaming Mimi de Fredric Brown, Argento escribe y dirige El pájaro de las plumas de cristal, en la cual cuenta como el escritor americano Sam Dalmas (Tony Musante) es testigo de un asesinato. Obsesionado con el caso, intentará encontrar al culpable, ya que además la policía le ha quitado el pasaporte para que no salga de Italia.
Los elementos principales del giallo quedan rápidamente establecidos: el voyeurismo y la mezcla de crueldad con un exacerbado esteticismo a la hora de rodar los asesinatos. También queda establecido el look que tendrán siempre los asesinos en el giallo: guantes negros, gabardina negra con el cuello subido y, en ocasiones, sombrero. El asesino y su perseguidor establecen a menudo una relación, llamando el perseguido a su perseguidor para provocarlo, exigirle que le deje en paz o intentar compartir su locura.
El voyeurismo se aplica tanto al asesino como al espectador. El uso de cámara en primera persona hace que el espectador sea testigo involuntario pero también cómplice de los asesinatos. Hay una obsesión temática por el ojo, sujeto continuamente a primeros planos, única parte que conocemos del asesino hasta que se revela su identidad.
Los primeros planos, los zooms, la experimentación con el montaje, la utilización de los colores... Todo sería incorporado y reinterpretado por los demás directores tras el gran éxito de El pájaro. Sin embargo hay una serie de elementos que sólo son utilizados por Argento y que permanecen como una seña de identidad propia.
Uno de estos elementos es usar un protagonista relacionado con el mundo del arte. Exceptuando algunos de sus títulos más recientes, los protagonistas de Argento son artistas o tienen una profesión que requiere cierta habilidad artística (escrita y musical principalmente), como si se quisiera indicar que los artistas tienen una visión del mundo y una imaginación que los hacen especiales. El otro elemento importante ha destacar es el uso de la memoria. Los protagonistas del cine de Argento son testimonios de un evento (normalmente un asesinato) que recrean de manera obsesiva en su cabeza para revelar una información, un detalle oculto. Es también la manera que tiene Argento de jugar con el espectador, haciéndole creer que ha visto algo cuando en realidad ha visto otra cosa. Pero nunca haciendo trampas, se juega con el espectador pero no se le engaña.
En las siguientes películas de la trilogía, vemos como se utilizan estos elementos y se van refinando así como tenemos la introducción de otros, como es el gusto de Argento por los temas, ideas o recursos de la literatura clásica gótica y de misterio, con especial predilección por Edgar Allan Poe. Así como los argumentos ligeramente ilógicos, como se muestra en la segunda película de ésta trilogía El gato de las nueve colas (Il gatto a nove code, 1971).
En El gato los protagonistas son un reportero retirado ciego, Franco Arno (Karl Malden), aficionado a los crucigramas y el periodista Carlo Giordani (James Franciscus). Esta película es bastante suave, especialmente compara con la película que la precede y la que la sigue, siendo una de sus películas menos personales por lo relativamente ligera que es. La ilógica del argumento viene propiciada por una asesino que mata para ocultar un informe que muestra que tiene una predisposición genética para el asesinato. Es decir, mata para que la gente no piense que es un asesino.
Argento no quedó muy contento con esta película, posiblemente por tener un argumento bastante flojo y absurdo cuando uno se para a pensarlo. Y ése es el problema: que uno se da cuenta de lo flojo del argumento mientras ve la película, cuando en una película con Argento en plena forma uno no se da cuenta de lo absurdo que es todo, absorto por la manera en que el director nos presenta la historia.
Es por eso tal vez que la siguiente película y cierre de la trilogía, 4 moscas sobre terciopelo gris (4 mosche di velluto grigio, 1971), es mucho más atrevida estéticamente. Es también donde los elementos presentados en su primer filme se explotan mucho más, llegando al paroxismo en su escena inicial.
La secuencia de títulos de crédito (con un corazón latiendo al lado del título) y la primera escena que abre la película y será el arranque de la trama son puro esteticismo giallo. Son secuencias sin diálogo donde todo gira en torno a cómo contar una historia sólo con imágenes y al voyeurismo del villano de la función. Es también donde Argento usa un recurso sacado de la novela gótica (que creo utilizó por primera vez Julio Verne): la idea de que la última imagen que ve una persona antes de morir se queda grabada en la retina, una noción completamente absurda (que la serie Fringe supo usar de manera plausible) alrededor de la cual gira la película pero al ser mostrada dentro del universo estético de Argento tiene sentido.
Es decir, es un concepto que en una película realista resultaría risible. Pero el cine de Argento no es realista, es pura fantasía, transcurre en una realidad estética que no se corresponde con la nuestra y dentro de esta fantasía, resulta creíble. A partir de entonces, Argento reutilizará diversos recursos sacados de los clásicos del misterio y la literatura, a veces en forma de homenaje, como el que hace a "Los crímenes de la Rue Morgue" de Edgar Allan Poe en Phenomena (1985).
Esta tercera película estuvo "perdida" durante mucho tiempo, no siendo editada en ningún formato hasta que lo fue en DVD hace un par de años.
Estas tres primeras películas son importantes para establecer el universo Argento, ya que se dan cita todos los elementos que empleará a partir de entonces y que serán llevados a la perfección en Rojo oscuro (Profondo rosso, 1975). También son importantes por su influencia a la hora de crear el giallo.
Dicho esto, tampoco son películas perfectas. Mientras que su opera prima se mantiene muy bien a pesar de los años transcurridos desde su estreno, sus dos siguientes títulos palidecen comparados con el resto de su obra. Son entretenidas, eso sí, y la mencionada primera secuencia de 4 moscas es realmente destacable, pero no parecen cumplir lo que Argento promete en su debut. Más bien parecen ejercicios de refinamiento, en los que Argento practica y juega con la cámara hasta coger la habilidad y maestría para realizar sus obras posteriores.
De las que comentas he visto las dos primeras, y me gustaron mucho. Aunque me llama la atención como su segundo trabajo, El gato de las 9 colas, parece una película primeriza. En cambio, El pájaro de las plumas de cristal, da la impresión de ser un trabajo con más experiencia detrás. No obstante, las dos me parecen maravillosas.
ResponderEliminarArgento siempre me ha parecido un director que trabaja con guiones regulares que, en manos de otra persona, resultarían lamentables (aunque las sorpresas finales me encantan), pero Argento, con esa capacidad que tiene para embellecer las secuencias, otorgarles personalidad y manejar la cámara como un puto Dios, hace que esos guiones rebuscados parezcan perfectos.
La verdad es que Argento era unico para estos films y concretamente estas estan perfectas en el genero,intriga ,tension,panico.
ResponderEliminarPor cierto Raul,sabes algo ya de su ultima pelicula "Dracula" con Rutger Hauer?
Estéticamente sí son pelis atractivas las de este director, eso hay que reconocerlo, pero las historias no me terminan de convencer. Es un cine muy fantástico, y eso no está mal, pero también aparatoso, rebuscado...Para mí Argento hace pelis en ese sentido parecidas a las de De Palma (en De Palma más con tendencia a imitar a Hitchcock), sólo que Argento tiende más al terror y a la serie B (el giallo después de todo es un tipo de serie B).
ResponderEliminarDe cualquier modo hay alguna que otra peli de este director que no está mal y que se disfruta.
Otra cosa, y creo que importante: estoy contigo en que Argento tiene un estilo muy propio y característico. Eso es bueno. Prefiero a alguien así que no a otro director que haga cosas que no están mal, pero que no tienen la suficiente personalidad; Argento, por lo menos, la tiene.
Vi no hace mucho Tenebre y en ella se aprecian algunas de esas características por las que su cine no me convence, pero que visualmente es bastante atractivo. En resumidas cuentas: director a considerar, interesante, pero ni mucho menos redondo. Me tengo que poner con esa que citas en el post: Rojo oscuro; ya hace que la tengo en la recámara. Buena entrada, Raül.
Estos días ando a cien y no me puedo meter demasiado en blogs. A ver si poco a poco. Nos vemos.-
Dr. Gonzo, la segunda película parece como si alguien le hubiera dicho que la primera era demasiado exagerada y decidiera autocontrolarse. Y, desde luego, el cine de Argento se disfruta por su estética y el placer visual que suponen.
ResponderEliminarAtticus, pues sé lo mismo que todo el mundo: que será en 3d y se está rodando ahora mismo, mientras hablamos.
Javi, es curioso que menciones Argento y De Palma, porque Argento se quejó amargamente de como De Palma le copió más de un movimiento de cámara en sus películas. Giallo no es más que otro nombre para el cine de suspense, que es lo que hacían al fin y al cabo. No sé si eso se considera serie B, pero por los presupuestos no sería porque eran películas respetables de la época. Y a mí precisamente me gusta por lo rebuscado ;D, porque es de todo menos realista. Fíjate en Tenebre, una de mis favoritas, que es un cuidado ejercicio estilístico. Mírala de nuevo si puedes y presta atención a los asesinatos porque crea suspense saltándose todas las convenciones de cómo se ha de hacer suspense: todos los crímenes tienen lugar en sitios muy iluminados, amplios, con gente alrededor... Todo lo contrario de lo que se supone da miedo. Eso sólo lo hace un maestro. Saludos.
Sólo he visto El pájaro de las plumas de cristal y me gustó. Los tráiler son ciertamente superdubles. En 4 moscas sobre terciopelo gris sale Bud Spencer, otro motivo para verla.
ResponderEliminarLos tráileres son casi tan buenos como las pelis (sólo casi). Bud Spencer sale poco y no pega mamporros, tenlo en cuenta.
ResponderEliminarLo único malo que tienen los clásicos de Dario Argento es que no haya 10 o 20 películas mas de él para poder verlas y dusfrutarlas. Las he visto absolutamente todas, lo último ya fué conformarme con las series de Master of Horror, y desgraciadamente ya no hay mas películas de Dario Argento para ver, una verdadera pena que este director ya no haga películas... será por su edad. Bueno, siempre tendremos su obra para disfrutarla, es inigualable.
ResponderEliminarTuvo algunos proyectos estos últimos años que fueron anunciados pero luego no se supo nada más. Aunque sus últimas películas no fueran gran cosa, desde luego tiene una colección de clásicos a su nombre que es difícil de igualar.
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