6 jul 2011

Los cabos del miedo


En 1962 se estrenó El cabo del terror (Cape Fear), clásico dirigido por J. Lee Thompson que adaptaba la novela de John D. MacDonald The Executioners -que actualmente se encuentra con el título de la película-.

Vista hoy día la película sigue siendo bastante perturbadora. El argumento gira en torno a Sam Bowden (Gregory Peck, también productor del filme), un abogado que testificó en un juicio que condenó a Max Cady (Robert Mitchum) a 8 años de cárcel. Y ahora, Cady ha vuelto para vengarse, siendo su objetivo la hija de Bowden, Nancy (Lori Martin).

El reparto es uno de los puntos fuertes de esta angustiante película, completado por Martin Balsam, Telly Savalas y Polly Bergen. Mitchum va desvelando poco a poco la malvada personalidad de Cady, primero con pequeños y sutiles detalles hasta que se descubre como un monstruo. Peck construye un personaje que empieza siendo una especie de Atticus Finch hasta que se va desmoronando debido a la guerra contra Cady.

Thompson no le tenía miedo a la sangre y la violencia, como demuestra su slasher comentado aquí, pero en esta ocasión se lució a la hora de construir un perfecto ejercicio en suspense, con el soporte de una fantástica banda sonora cortesía de Bernard Herrmann. Además, la fotografía de Sam Leavitt y su excelente blanco y negro enfatiza la sensación de amenaza y peligro que emanan de Cady.

La primera vez que vi esta película me sorprendió lo perturbadora y atrevida que es considerando que fue rodada a principios de los 60. Más si la comparamos con el remake que en 1991 dirigió Martin Scorsese, que, si bien es más violento visualmente, no entra en los terrenos escabrosos del original. No es que el remake sea una mala película, no lo es, pero el original sale ganando cuando se comparan, desde mi punto de vista, por una serie de detalles que especificaré a continuación. Hay que mencionar que Scorsese fue muy respetuoso con el original: volvió a utilizar a los tres actores principales (en diferentes papeles, obviamente), la misma banda sonora de Bernard Herrmann adaptada por Elmer Bernstein y repitió algunos planos del original.

El motivo por el que considero que la original es más perturbadora es porque enfatiza el factor psicológico como medio de amedrentar al espectador. En el original el plan de Max Cady es violar y abusar de la hija de Sam Bowden, una niña de unos 13 años. Y cuando vemos a Cady enorme, semidesnudo y mojado, acercarse lentamente hacia la pequeña Nancy con intenciones claramente sexuales, resulta mucho más inquietante que la escena que comparten Juliette Lewis y Robert De Niro en el remake.

Otro detalle a favor del original es la manera en que se va descubriendo a Cady. En el remake desde un principio queda claro que es un psicópata peligroso y un loco, viéndolo ejercitarse en su celda de la cárcel, cada músculo decorado con un tatuaje. Lo ves e inmediatamente piensas: "este tío es un loco peligroso". Sin embargo, en el original se va descubriendo poco a poco a Cady, que en un principio Mitchum lo interpreta como una especie de "tío duro" no muy diferente de otros papeles que había interpretado en el pasado, con, incluso, algún toque de seductor. Eso lo hace más inquietante ya que parece una persona normal con la que te podrías cruzar por la calle pero que es capaz de las mayores monstruosidades. De hecho, no es hasta el tramo final de la película que se convierte en un monstruo absoluto. El Cady de De Niro es claramente un psicópata de cine que sólo te puedes encontrar en la pantalla.

Como decía, el remake es más violento y descansa más en el impacto visual. Cojamos por ejemplo la escena en la que Cady-De Niro ataca a Lori Davis (Illeana Douglas): una vez la ha emborrachado, Cady la lleva a su casa, empiezan a juguetear en la cama y a continuación Cady la inmoviliza, le arranca de un mordisco un trozo de cara y empieza a darle una paliza momento en el cual se acaba la secuencia. Es una escena impactante, pero el impacto dura mientras dura la escena.

La escena en el original es bastante diferente. Cady-Mitchum lleva a la futura víctima Diane Taylor (Barrie Chase) a la habitación de ella. Tras lo que se ha sido una noche de sexo "normal", vemos a Diane durmiendo en la cama. Cady esta despierto, entre sombras, y empieza a abrir y cerrar las manos preparándose para algo que sabemos horrible. Lentamente, como un tigre, se acerca a la cama donde Diane duerme. Ésta despierta y ve a Cady observándola, su cara se contorsiona llenándose de odio. Diane observa esta transformación e intenta huir pero es demasiado tarde, Cady la atrapa cerrando de un golpe la ventana bloqueando nuestra visión de lo que sucede a continuación, sólo vemos siluetas moviéndose. Y es aquí donde entra nuestra imaginación. ¿Qué le hace exactamente Cady para que después ella esté muda de terror? No lo sabemos, y esta inquietud nos acompaña durante el resto del metraje, aumentando cuando sabemos que planea hacerle lo mismo a Nancy. Y si a la escena le añadimos la fotografía en blanco y negro y la excelente música de Bernard Herrmann que suena durante toda la secuencia, sin diálogos. Bueno, creo que supera el breve impacto del remake.

La mayor diferencia entre ambas películas es el componente moral. El remake le añade una moralina a la historia: Bowden (Nick Nolte) comete un delito que provoca que su cliente en ese momento, Cady, vaya a la cárcel, a lo que se ha de añadir otros pecados como haberle sido infiel a su mujer. Si Bowden hubiese seguido las normas, Cady no habría ido tras él. Es decir, la persecución que sufre Bowden por parte de Cady es un castigo por los delitos morales que ha cometido. Esta moral no aparece en el original: Bowden es una persona que actúa de forma correcta, como habría hecho cualquiera. No hay ninguna razón por la que le tendría que suceder lo que le sucede más allá de la locura del propio Cady. Y si suceden cosas malas porque sí, eso significa que te podría suceder a ti, lo que resulta más inquietante. Bowden-Nolte se presenta como un personaje de moral relajada capaz de tomar "atajos" para facilitarse la vida, de ahí que su desmoronamiento resulte menos interesante. Sin embargo, cuando vemos como Bowden-Peck, todo rectitud y honestidad, se derrumba y empieza a hacer cosas que no sabía era capaz de hacer, descubriendo su lado oscuro, eso sí que resulta interesante.

Finalmente, los finales. El final del remake resulta el esperable en este tipo de películas y, hasta cierto punto, tópico. El final del original resulta más original, valga la redundancia, y cruel cuando uno reflexiona un poco sobre el mismo.

Lo que esta claro es que ambas son grandes clásicos del cine de suspense. Por cierto, en caso de que no hayáis visto la original, aseguraos de que es la versión íntegra, no la que la censura española cortó en su momento.

 

10 comentarios:

  1. Ufff! a mi me cuesta decidirme,me gustan mucho las dos,pero si que es verdad que es un pelin mejor la 1ª.
    Lo que pasa es que a mi Bobby De Niro ,es mi pasion y el personaje de Max Cady,lo borda.
    Recuerdo una de las primeras escenas de la original cuando Mitchum llega al juzgado y le tira unos papeles a una chica y el ni se inmuta,ya te dice como va a ser el personaje.

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  2. a mi la verdad es que me gustó más la de Scorsese... porque si además combinamos a este director con Robert De Niro, el resultado es insuperable.
    No es la mejor de este dúo, pero me resulta más atractiva visualmente hablando. Como ese plano de la casa con el cielo rojo de fondo... muy perturbador jaja

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  3. Excelente crítica de una gran película. Me había gustado la de Scorsese cuando se estrenó en el cine, pasé mucho miedo y todo eso, pero la original es mucho mejor por todos esos aspectos que comentas. Me parece muy interesante el análisis que haces del personaje de Mitchum, cómo un duro en su línea habitual se va descubriendo como un tipo mucho más oscuro, y sobre todo un tipo a evitar. Al parecer, uno de los actores en los que habían pensado en principio para ese papel era Jack Palance, que tampoco habría estado mal, pero Mitchum lo borda.
    Un saludo.

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  4. Atticus, creo que lo mejor de De Niro se quedó en los 70 y 80, pero crea un gran psicópata con Cady. Esos pequeños detalles del original hacen que resulte más interesante.

    Dr. Gonzo, ciertamente resulta el remake más impactante visualmente, pero la original es más subversiva.

    Antonio de Castro, creo que Jack Palance encajaba bien dentro del western, fuera de él se me hacía un poco raro. Mitchum tenía la rara habilidad de crear tristes héroes como en Retorno al pasado o villanos sin escrúpulos como en este caso.

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  5. En conjunto, creo que la original es mejor película pero el remake tiene escenas míticas. Por lo menos, no es el típico remake que se dedica a destrozar la original.

    Buen post.

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  6. Creo que la clave es el respeto y conocimiento que tenía Martin Scorsese del original.

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  7. Eso no es verdad Raul,Bobby De Niro no se quedo en los 70 como sus mejores interpretaciones,ya que en los 80' : Toro salvaje,Erase una vez...,
    La mision,Los intocables.Y en los 90' : Despertares,El cabo del miedo.Casino.
    Creo que es uno de los mejores actores de la historia y para nada se ha quedado lo mejor de el en los 70' ¿no crees?

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  8. Atticus, creo que De Niro dio lo mejor de sí en los 70 y 80 porque realmente se transformaba en los personajes que interpretaba. A partir de los 90 empezó a repetir los mismos tics y trucos en todos sus papeles. Es decir, que adaptaba los personajes a su estilo. Es lo mismo que han hecho Al Pacino, Gene Hackman y otros de la misma generación y estilo. Eso no quiere decir que no lo disfrute o que me parezcan malas interpretaciones.

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  9. Pero Raul eso le magnifica a el y los otros dos que comentas,tienen un estilo que lo han llevado toda su filmografia,todo sacado del Actor's Studio.
    Luego es evidente, salvo en algunos casos,como el de Jessica Tandy (que empezo a destacar en
    el cine tarde),la juventud es gloriosa para todos y la madurez la perfecciona y estos actores lo han conseguido.De echo para mi el personaje de De niro en Los Intocables ,es impecable y uno de sus mejores papeles,a pesar de ser secundario.

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  10. Bueno, supongo que siempre lo he visto como una manera de acomodarse. Empiezan a repetir los mismos tics en lugar de hacer algo diferente.

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