La serie de Internet 80's Dan está protagonizada por un joven ochentero que misteriosamente aparece en el presente, el Dan del título interpretado por Brian Jones, acompañado de un pequeño robot; ilustrando en cada episodio a sus amigos del presente sobre alguna reliquia del pasado. De la misma manera, Drive (Nicolas Winding Refn, 2011) parece haber saltado mágicamente en el tiempo de algún remoto momento del pasado a nuestro presente.
Drive es un film reminiscente de las clásicas producciones de Philip D'Antoni, de los dramas criminales centrados en un personaje que tanto gustaban en los 70, pero también del género criminal posmoderno que representa la editorial Hard Case Crime, con novelas como A la cara (Money Shot) de Christa Faust o False Negative de Joseph Koenig, y esa obra maestra del noveno arte que es la serie Criminal de Ed Brubaker y Sean Phillips. Un tono y estilo de los 70, aunque la tipografía de los títulos de crédito sea claramente de los 80, y una banda sonora electrónica moderna, realizada por Cliff Martinez y bandas de vanguardia como College y Desire, que ejemplifica esta mezcla de lo clásico y lo moderno.
La película se basa en una novela de James Sallis, de la cual el autor está a punto de publicar una secuela: Driven, protagonizada por un personaje sin nombre identificado por su profesión, es simplemente el conductor, cuyo inicio es clásico noir:
Mucho más tarde, mientras estaba sentado con la espalda apoyada en la pared interior de un Motel 6 al norte de Phoenix, observando como el charco de sangre se le acercaba, el Conductor (driver es conductor en inglés) se preguntaría si había cometido un terrible error.
Este enfoque minimalista, existencial de Sallis atraería al productor Marc E. Platt, el cual se enamoró de la historia, pero sobretodo de su personaje principal. Hossein Amini fue el guionista escogido para adaptar la novela, cambiando la estructura de flashbacks en algo más cinematográfico pero conservando su tono. Platt es también el productor que quiso que la película fuera protagonizada por Ryan Gosling. Tras el leer el guion, Gosling no tardó en aceptar interpretar al misterioso conductor protagonista. Y fue Gosling el que decidió que el director tenía que ser Nicolas Winding Refn, ya que al actor le había atraído la capacidad del director danés de filmar películas tan diferentes como Bronson (2008) y Valhalla Rising (2009). Refn aceptó dirigir la película, intrigado por el concepto y su personaje principal.
Porque todo gira en torno a este personaje, este conductor del cual no sabemos nada al empezar y tenemos la sensación de saber aún menos en realidad en el momento que los títulos de crédito finales aparecen. ¿Quién es este misterioso conductor, especialista cinematográfico de día, conductor de fugas de noche? Surge de la nada, como el protagonista de un western de Sergio Leone, y lo único que sabemos de él es que le encanta conducir y es muy bueno en ello. Su apartamento está casi vacío, sin recuerdos ni fotografías. Sus movimientos son económicos, casi robóticos, y apenas habla. Por supuesto, sabemos que hay otra cosa que hace muy bien aparte de conducir: matar. Sus habilidades, movimientos y forma de planear indican que no es la primera vez que se encuentra en una situación de vida o muerte. También podemos intuir que mentalmente no es alguien que esté del todo equilibrado.
La forma desapasionada, mecánica, con la que el Conductor elimina a sus atacantes, en esta historia clásica de atraco que sale mal e implicación mafiosa, contrasta con los únicos momentos en los cuales actúa como un ser humano. Momentos en los que se relaciona con Irene (Carey Mulligan) y su hijo Benicio (Kaden Leos). Son los sentimientos por esta joven esposa a la espera de que su marido salga de la cárcel (interpretado por el camaleónico Oscar Isaac) los que acabaran por desestabilizar la "rutinaria" existencia del Conductor, como les sucedía también a los conductores sin nombre de Carretera asfaltada en dos direcciones (Two-Lane Blacktop, Monte Hellman, 1971).
Es todo lo que no sabemos junto a lo poco que sí sabemos lo que acaba haciendo que el personaje resulte fascinante. Pero si bien la película gira en torno al Conductor, no es lo único que nos ofrece. Tenemos también a Albert Brooks y Ron Perlman interpretando a una atípica pareja de mafiosos. Atípica en el sentido de cómo son representados: Perlman es Nino, un desesperado quiero-y-no-puedo y el Bernie Rose de Brooks es, en cierto modo, un reflejo del Conductor: parece un buen tipo, es más relajado y cuerdo que el Nino de Perlman, pero se revela también como una máquina de matar peor que los aparentemente más violentos mafiosos.
Drive se merece puntos también por ser una pieza de género clásica que ha conseguido atraer a críticos y público que normalmente no verían una película como ésta. Aunque al terminar de verla no pude evitar pensar que tenía algo de razón aquella señora que, en Estados Unidos, quiso demandar a la productora porque fue a ver Drive pensando por el tráiler que sería una película como A todo gas (The Fast and the Furious, Rob Cohen, 2001). Es cierto, esta película no se parece en nada a A todo gas: Drive sí es una buena película, llena de momentos memorables y pequeños grandes detalles, como las strippers ante la aparición del Conductor martillo en ristre que reaccionan como si eso pasase allí cada día o la patética historia del mecánico que interpreta el ahora muy popular Bryan Cranston.
Es todo lo que no sabemos junto a lo poco que sí sabemos lo que acaba haciendo que el personaje resulte fascinante. Pero si bien la película gira en torno al Conductor, no es lo único que nos ofrece. Tenemos también a Albert Brooks y Ron Perlman interpretando a una atípica pareja de mafiosos. Atípica en el sentido de cómo son representados: Perlman es Nino, un desesperado quiero-y-no-puedo y el Bernie Rose de Brooks es, en cierto modo, un reflejo del Conductor: parece un buen tipo, es más relajado y cuerdo que el Nino de Perlman, pero se revela también como una máquina de matar peor que los aparentemente más violentos mafiosos.
Drive se merece puntos también por ser una pieza de género clásica que ha conseguido atraer a críticos y público que normalmente no verían una película como ésta. Aunque al terminar de verla no pude evitar pensar que tenía algo de razón aquella señora que, en Estados Unidos, quiso demandar a la productora porque fue a ver Drive pensando por el tráiler que sería una película como A todo gas (The Fast and the Furious, Rob Cohen, 2001). Es cierto, esta película no se parece en nada a A todo gas: Drive sí es una buena película, llena de momentos memorables y pequeños grandes detalles, como las strippers ante la aparición del Conductor martillo en ristre que reaccionan como si eso pasase allí cada día o la patética historia del mecánico que interpreta el ahora muy popular Bryan Cranston.
Muy buena la comparación con Leone, eso de que surge de la nada, como en spaghetti de Leone…
ResponderEliminarLas pelis que pones como referencia no las conozco. Seguro que Drive tiene mucho que ver con ellas. Me apunto unas cuantas, a ver si las consigo.
En general estoy muy de acuerdo con lo que escribes.
Un saludo, Raül.
Lo de la señora que hizo una demanda no lo sabia, y me dejado indignado. Si muchas de las producciones que viéramos fueran coma la pintan en los trailers estaríamos muy contentos, pero a veces no es asi. Además Drive está a años luz de Fast and Furious
ResponderEliminarDrive es todo un lujo, una pelicula nostalgica y que se impregna con sentimentalismo y una cuota violenta en nuestras retinas. Hace un digno homenaje al Heroe anonimo que siempre se quiso exaltar.
Muy buena reseña Raul.
Un saludo.
Javi, a ambos nos gustó la peli pero hemos visto cosas diferentes. Creo que esa es una de las cosas más interesantes de leer diferentes reseñas. He leído entrevistas al actor y al director y ambos ven cosas completamente diferentes en lo que aparece en pantalla, ¡y han trabajado en ella! Es fascinante lo que cada uno ve en un mismo sitio.
ResponderEliminarDaniel, leí la noticia que apareció cuando se estrenó la película hace un tiempo en Estados Unidos y me hizo mucha gracia por lo ridículo que resultaba, seguro que toda la historia todavía se puede encontrar en páginas americanas. Por otro lado, a mí la peli no se me hizo nostálgica porque sigo leyendo y viendo historias de este estilo continuamente. En especial, la serie de novelas gráficas de Criminal que menciono en el post, de la que Drive casi parece una adaptación.
Pues yo vengo de verla ahora jaja Totalmente de acuerdo con tu reseña, aunque mañana escribiré la mía a riesgo de resultar repetitivo, y es que cada día me encuentro con un blog distinto hablando de Drive.
ResponderEliminarEn fin, Drive es la primera película que veo en lo que llevamos de 2012. No se puede empezar mejor.
Una curiosidad: Vi esta película por primera vez hará un par de meses, y en la versión que vi la música era de Angelo Badalamenti, pero la música (la original, no las canciones, se entiende) de la copia que he visto hoy en el cine, era completamente distinta, y el nombre de Badalamenti no aparece por ningún lado.
Y una duda SPOILER ¿para qué puñetas se pone Driver la máscara de látex al final? SPOILER
En resumen, una película perfecta de la que mañana hablaré un poco más en profundidad.
Dr. Gonzo, el conductor se pone la máscara para que no lo reconozca Nino, ni nadie, cuando se acerca al bar y poder echar un vistazo de forma segura, ya que en ese punto ya saben quién es. Por otro lado, si viste la esa versión que dices por Internet, es posible que se tratara de una versión con lo que llaman "temp music". Esto es, se crea una banda sonora provisional utilizando música de otras películas y canciones varias hasta que se produce la definitiva. La otra opción es que se hablase con Badalamenti para hacer la banda sonora pero luego se decidiese que no y optar por un músico más acorde al estilo de las canciones incorporadas.
ResponderEliminarGracias por la aclaración Raül! Que Driver se pusiese la máscara para que Nino no le reconociese lo entendí, lo que sigo sin saber es por qué se la dejó puesta después. Imagino que será un recurso estético simplemente, y muy acertado. Toda la escena de la playa parece sacada de un slasher jaja
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo de que Drive no se parece a A todo Gas porque la primera sí es una buena película... jejejejejeje.
ResponderEliminarLa verdad es que esta no es el tipo de películas que yo iría a ver al cine, pero fueron tantas las personas de mi entorno las que me hablaron tan bien de ella, que no pude pasar la oportunidad, y mira, al final me gustó.
De todas las referencias que has nombrado la verdad es que no conozco ninguna. Algunas me suenan pero no he visto ni leído nada, porque realmente ni el género negro, ni las películas de coches en los años setenta y ni siquiera el cine de Sergio Leone me atrae, aunque puede que llegue a verlo y me encante.
A veces se han de olvidar los propios prejuicios y lanzarse a la piscina. En los años 70 había un gran interés en películas que eran estudios de un personaje, es lo que se llamó el nuevo cine criminal, en consonancia con los cambios sociales de la época. Leone fue un genio y sus películas fueron al western y el cine, lo que el punk al rock.
ResponderEliminarAcabo de verla hace un rato, y me ha gustado bastante. El protagonista, aparte de atípico, me parece fascinante. Como dice Javi, muy buena tu comparación entre el conductor y un protagonista de un western de Leone.
ResponderEliminarCreo que resulta atípico por la acertada mezcla de elementos míticos que hemos visto anteriormente.
ResponderEliminar