Alguna vez, quién más o quién menos, nos hemos preguntado "¿quiénes somos? ¿Tiene algún sentido nuestra existencia?" Algo que me parece más bien una manera de evitar la pregunta "¿qué hacemos si nuestra existencia no tiene sentido?"
El arte, como expresión de las inquietudes humanas, ha tratado de diversas maneras esta angustia existencial provocada por el hecho de que no somos unas creaciones especiales en medio del universo, que nuestra presencia aquí no obedece a ningún plan maestro ni designio superior. Al menos, yo no lo creo. Pocos han expresado tan bien esta angustia, desde mi punto de vista, como lo hizo Stan Lee a finales de los años 60, con la ayuda de Jack Kirby y John Buscema.
Entre el número 48 de Los Cuatro Fantásticos, marzo de 1966, y el 50, mayo de 1966, se desarrollaría la posteriormente conocida como Trilogía de Galactus. Esta saga inolvidable surge, por un lado, para crear algo realmente especial para el número 50 de la colección, por el otro, como respuesta a la ambición del guionista y genio Stan Lee de enfrentar a los Cuatro Fantásticos con Dios. El Dios. Galactus sería finalmente la representación de Dios, una criatura de envergadura cósmica que está más allá del bien y del mal. Galactus no es bueno ni malo, simplemente es. Jack Kirby, cuando presentó el diseño a Lee, le añadió una figura de proporciones humanas que iba volando sobre una especie de tabla de surf. Lee le preguntó por el personaje, Kirby se encogió de hombros y respondió que Galactus debería tener un heraldo que anunciase su presencia. Lee quedó fascinado por esta figura y la bautizó como The Silver Surfer, aquí conocido como Estela Plateada.
Nunca se es demasiado mayor para comprar muñecos. Reproducción de Estela Plateada que en lugar de viajar por el cosmos, lo hace por las estanterías de casa. Una curiosidad: la edición que podéis ver de John Dies at the End de David Wong contiene una cita de Don Coscarelli en la portada trasera, pero con un curioso error: pone que es el director de Phantasm I-V, añadiendo una entrega inexistente a la saga. Por supuesto, Coscarelli es el director y guionista de la adaptación cinematográfica de esta soberbia, alucinante y fantástica novela. Pero la novela yo la conocía antes de que se supiese que Coscarelli iba a hacer una película sobre ella, cosa difícil de demostrar porque en la portada pone SOON TO BE A MAJOR MOTION PICTURE. Aunque qué más da, os preguntaréis. Yo también, pero me da, me da. Claro, que tampoco conozco a nadie de mi circulo de amistades a quién le interese lo más mínimo esta novela o las películas de Coscarelli (la hay por Internet, claro, pero no es lo mismo, porque impresionar a una persona a la que no puedes verle la cara en el momento pierde bastante encanto). Soy horrible, ya lo sé, pero me da rabia. Es como cuando salió Kill Bill: Vol. 2 (Quentin Tarantino, 2004), que en los títulos de crédito finales suena una canción que a mí siempre me ha gustado desde que la escuché hace 11 años e incluso me compré el disco en su momento, que es bastante bueno, pero si la gente la escucha ahora dice "ah, esa es la canción de Kill Bill 2" y yo digo "sí, pero es que ya la conocía de antes" y me molesta que la gente piense que soy de esos sin personalidad que simplemente escuchan, compran o ven algo porque está de moda o lo recomienda alguien que esté de moda. Lo que se mezcla con el hecho de que sí, en ocasiones escuchas algo en una peli de moda o lo que sea y te gusta y te lo compras o lo escuchas y no quiere decir que no tengas personalidad. Pero soy un neurótico y ya es tarde para cambiar. |
La popularidad que ganó Estela Plateada, y el amor que tenía Lee por el personaje, hizo que este finalmente estrenara colección propia en 1968. Esta primera colección, escrita por entero por Stan Lee, duró sólo 18 números y fue cancelada por sus bajas ventas. Esta cancelación generó reacciones inmediatas entre los fieles lectores de la serie. Lectores que no eran niños, muchos editores todavía pensaban que eran los únicos que leían cómics, sino adolescentes y universitarios, atraídos por el profundo contenido filosófico de la serie.
Porque si bien la serie conteniene tramas de acción, en las cuales Estela Plateada se enfrenta a cósmicas amenazas, el interés de los argumentos reside en cómo Estela Plateada reflexiona sobre su lugar en el universo, sobre la bondad o maldad del ser humano y pensamientos dedicados a su amada Shalla Bal, a la que tuvo que abandonar para convertirse en heraldo de Galactus y salvar a su planeta (el de Estela, entonces Norrin Radd) de la destrucción. Llevadas a una escala cósmica pero no muy diferentes de las dudas existenciales de cualquiera que se enfrenta a la vida, tras dejar atrás la despreocupada etapa de la infancia.
La angustia existencial que continuamente persigue a Estela Plateada sirve de reflejo de nuestra propia angustia ante las dudas que pueden plagarnos sobre estudios, trabajo y vida sentimental, así como nuestro lugar en el gran plan cósmico. Y por si no tuviera bastante con ello, Estela Plateada es percebido por los ciudadanos tanto como una amenza o como un héroe, de forma impredecible. De manera que Estela puede verse en ocasiones recompensado por sus esfuerzos con la ingratitud y la violencia generada por el miedo proveniente de aquellos mismos a los que ha salvado. Esto también sirve a Lee para trazar un paralelismo entre dos figuras mitológicas: Estela Plateada y Jesucristo.
Esta es una característica, la ambivalente manera en que es recibido por la población corriente, que el personaje comparte con otros personajes de la casa Marvel creados por Stan Lee como Spiderman, Hulk o los mutantes. Es también esta concepción gris del heroísmo la que ha hecho que, aunque de pequeño leía tanto DC (básicamente Batman) como Marvel, desde la adolescencia hasta ahora leo prácticamente solo Marvel (en lo que a superhéroes se refiere, claro, leo cómics de todos los géneros y estilos).
Lo que desde mi punto de vista hace interesante o loable esta primera colección de Estela Plateada es que afronta el contenido filosófico sin dejar de ser nunca un entretenido cómic de ciencia ficción/aventuras/acción. La carencia de cualquier pretenciosidad, el intentar hacer siempre un cómic que sea apasionante y entretenido, hace que sea una más obra interesante que la que intenta, dándose más importancia de la que tiene, desde un primer momento mostrar qué profunda es. El lector puede escoger entre verlo simplemente como un interesante cómic de ciencia ficción o seguir los temas que se plantean en el tebeo. En ambos casos, la serie Estela Plateada de Stan Lee y John Buscema es una obra maestra, desde hace un tiempo disponible recopilada en un sólo volumen.
Hace tiempo hablé en mi blog de ambos comics, tanto de la trilogía de Galactus como del Estela Plateada de Lee y Buscema, dedicándoles a los dos extensos artículos. Te invito a que los leas, están en la sección de Comics de mi blog.
ResponderEliminarLa verdad es que estos dos tomos son un must have que no ha de faltar en ninguna estantería. Una absoluta maravilla lo mires como lo mires.
Vaya, yo también opino lo mismo de Marvel... Aunque DC, con personajes como Batman (me encanta ese superhéroe) y algunos comics puntuales de Superman también tiene lo suyo, je, je.
Me gusta lo que dices al final. Sírvase de ejemplo lo siguiente: mi primo, de 9 años, disfruta con el tomo de Estela Plateada. Yo, con 25, también. Pero lo que está claro es que ambos tenemos distintos puntos de vista sobre lo que vemos, distintas lecturas... ¡Es como cuando vemos los Simpsons!
Pues lo miraré, aunque te confieso que Los Cuatro Fantásticos sólo compré porque quería la historia Estela Plateada. Al final quedé igualmente seducido por esta etapa de un grupo que nunca me había interesado mucho. Por ello también me hice con los dos tomos de Marvel Masterworks dedicados a los 4F.
ResponderEliminarYo me hice con los dos tomos cuando salieron en su momento y recuerdo leerlos con gran placer cada uno. Aunque el post lo he hecho ahora porque me hice con el muñeco de la foto! Me lo quedé mirando y empecé a reflexionar sobre el doble sentido de sus historias.
Sobre el background de la creación de estas historias es interesante el libro Explosión Marvel, que cuenta la historia de esta editorial durante los 70.