Es posible que esta película no guste precisamente a aquellos más familiarizados con la obra de Dario Argento, mientras que aquellos que desconozcan la obra del maestro italiano del suspense puedan apreciar con menos prejuicios El arte de matar (La sindrome di Stendhal, Dario Argento, 1995) ya que se trata de un film extraño que se aleja del tipo de giallo espectacular y sangriento por los que es más conocido y se acerca a films del estilo de Huellas de pisadas en la luna (Le orme, Luigi Bazzoni, 1975) o Repulsión (Repulsion, Roman Polanski, 1965).
La sindrome di Stendhal es, hasta la fecha, la última película interesante que ha dirigido Argento. Su filmografía después de este film se compone de películas de suspense más o menos entretenidas, con la excepción de Jennifer (2005), el estupendo episodio de la serie Masters of Horror que Argento dirigió en la primera temporada de esta irregular serie. Sin tener a su disposición los presupuestos de antaño, la calidad de sus films se ha resentido, además de la dificultad de encontrar guiones que no sean regulares ejercicios de intriga.
La sindrome es también un film extraño dentro de su filmografía porque es muy realista y nada fantasioso. Realista en la forma que retrata la enfermedad que da título al film y que sufre su protagonista, la inspectora Anna Manni (Asia Argento), ya que el film está lleno de imágenes surrealistas y alucinaciones, así como de las set pieces habituales en Argento. Se aleja de conceptos fantásticos como que el ojo guarda la última imagen que ve al morir la persona o poderes de comunicación con los insectos, para retratar de forma veraz los efectos que experimentan las personas que sufren este síndrome (pasajero). La razón de ello está en la doctora Graziella Magherini, cuyo estudio sobre esta enfermedad inspiró la película, psiquiatra y psicoanalista italiana que dio nombre al síndrome cuando observó los sintomas que sufrían distintos turistas que visitaban Florencia, cuando dirigía el Departamento de Salud Mental de Florencia y el servicio psiquiátrico del Hospital Santa Maria Nuova de la misma ciudad. La doctora Magherini fue asesora del film y supervisó todos los aspectos del guion que tenían que ver con la enfermedad.
Argento utiliza un estilo más psicológico, con elementos de drama, para contar como la inspectora Anna Manni sigue la pista de un violador convertido en asesino. El director nos mete en la cabeza de Manni y experimentamos la película a través de sus ojos. Ello significa que este es uno de los films más surrealistas de Argento, con escenas como la primera alucinación de Manni, donde se mete en un cuadro que la lleva al fondo del mar y se besa con un pez de rostro más o menos humano. El resultado es un film con un estilo visual espectacular, pero que es más intelectual y menos fácil de asimilar que sus anteriores y posteriores películas. El impacto visual del film se ve ensalzado por una inquietante y evocadora banda sonora de Ennio Morricone
Son estos elementos los que hacen que posiblemente aquel que vea esta película esperando encontrar "la típica película de Dario Argento" se lleven una decepción. Pero si os ponéis a ver la película con una mente abierta es posible que disfrutéis de este peculiar film. Si os apetece pasar casi dos horas con una persona mentalmente perturbada, pero con un tremendo atractivo físico como el que posee Asia Argento, dadle una oportunidad a esta película.
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