Cuando oí por primera vez sobre el proyecto Satanic Panic (Chelsea Stardust, 2019) pensé que sería otra pieza de nostalgia ochentera, basándome solo en el título. Porque en los años 80 (del siglo XX) hubo una oleada de paranoia satánica en Estados Unidos, originada por unas acusaciones de abusos sexuales ligados a cultos satánicos que luego se demostraron falsas. Pero el debut en el largo de Chelsea Stardust, aunque hace guiños al cine de los 80, es una bestia completamente distinta de la pornonostalgia que me imaginaba, por suerte.
El primer día como repartidora de pizza de Sam Craft (Hayley Griffith) podría haber ido mejor, pero definitivamente irá a peor cuando haga un reparto a la lujosa mansión de Danica Ross (Rebecca Romijn), justo la noche en que el aquellarre de Ross planea hacer un sacrificio al demonio Baphomet. Sam tendrá que luchar contra los satanistas si no quiere convertirse en el próximo sacrificio del culto.
Ciertamente, la sinopsis del film no es muy original, pero el guion de Grady Hendrix, autor de novelas como My Best Friend's Exorcism, brilla en la construcción de la historia, en el desarrollo de los personajes y en los divertidísimos diálogos. Satanic Panic es una comedia de terror tremendamente efectiva, por lo menos yo me reí mucho viéndola. La directora Chelsea Stardust le imprime un gran ritmo a la historia, exprimiendo al máximo los pocos recursos que tenía a su disposición. Eso se traduce en efectos prácticos para las criaturas y las diversas mutilaciones que tienen lugar. No solo encaja con la estética de homenaje al cine de terror de los 80, también resultan mucho más efectivos estos recursos cuando se trabaja con presupuestos bajos.
El film, además de resultar una lograda y sangrienta comedia, también trata temas como el empoderamiento femenino, pero sobretodo tiene un subtexto social, desarrollado mediante la no muy sutil alegoría de hacer que los satanistas sean todos ricos y poderosos, pertenecientes a una clase privilegiada. Por eso los discursos satánicos que suelta Danica Ross son muy parecidos a los discursos de coaching empresarial habituales en las grandes empresas.
Fantásticas interpretaciones, divertidos diálogos, más el ligero ritmo que imprime Stardust al film se suman para convertir Satanic Panic en una experiencia memorable. Os recomiendo celebrar Satán con esta película.
Ame esta película, para empezar en menos de 5 minutos hace que sientas empatia con su protagonista identificándonos con ella a través de su trabajo de repartidora. Su humor políticamente incorrecto sumando a la sangre me hizo acordar a mi película favorita del 2019 (ready or not) y ademas un subtexto comparando a los cultos satanistas con los que se hace ricos a través de estafas piramidales llenos de falsas promesas. Necesitamos mas películas como estas y menos como The turning.
ResponderEliminarPues ya lo has dicho todo, esta película es toda una pequeña joya.
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