La historia del cine está llena de películas que en el momento de su estreno fueron éxitos, pero pasan los años y son olvidadas, ya que su calidad cinematográfica no soportó el paso del tiempo. Por eso mismo llama la atención el caso de Terror en Amityville (The Amityville Horror, Stuart Rosenberg, 1979), una mediocre película de terror que sigue siendo recordada hoy.
Jay Anson se ganaba la vida escribiendo los guiones de documentales promocionales del estilo "cómo se hizo..." cuando en 1977 escribió Aquí vive el horror (The Amityville Horror: A True Story). El libro se basaba en eventos que supuestamente sufrió la familia Lutz cuando se fue a vivir a una casa situada en Amityville, en el 112 de Ocean Avenue. Hay diversas discusiones sobre hasta que punto fue fiel a los sucesos auténticos Anson y cuanto añadió por su cuenta.
El libro se convirtió rápidamente en best-seller. Y sin perder un segundo, el maestro de la exploitation Samuel Z. Arkoff compró los derechos cinematográficos del libro y lo convirtió en una película protagonizada por James Brolin, Margot Kidder y Rod Steiger. La película se convirtió a su vez en un tremendo éxito de taquilla que generó siete continuaciones: Amityville II - La posesión (Amityville II: The Possession, Damiano Damiani, 1982), El pozo del infierno (Amityville 3-D, Richard Fleischer, 1983), Amityville IV - La fuga del diablo (Amityville: The Evil Scapes, Sandor Stern, 1989) que fue filmada como telefilme y las rodadas directamente en video: Amityville 5: La maldición de Amityville (The Amityville Curse, Tom Berry, 1990), Amityville 1992: Es cuestión de tiempo (Amityville 1992: It's About Time, Tony Randel, 1992), Amityville: Una nueva generación (Amityville: A New Generation, John Murlowski, 1993) y Amityville 8: La casa de muñecas (Amityville: Dollhouse, Steve White, 1996); además del remake del 2005 La morada del miedo (The Amityville Horror, Andrew Douglas). El libro de Jay Anson generó sus propias secuelas y precuelas, además de una gran variedad de libros que estudian cuánto hay de cierto o falso alrededor de la casa situada en la anodina Amityville.
Todo esto me resulta fascinante ya que, como he dicho al principio, Terror en Amityville es una película mediocre: las interpretaciones no son particularmente buenas y Steiger sobreactúa de mala manera, los efectos especiales no destacan, la historia es algo predecible y el final carece de clímax. Pero tiene algo, algo que la ha hecho perdurar todo este tiempo.
Y no tengo ni idea de qué puede ser.
Stephen King apuntaba, en su monumental ensayo sobre el género de finales de los setenta y primeros ochenta Danse Macabre, que posiblemente una de las razones por las que Terror en Amityville fue un éxito a pesar de su discutible calidad radica en el hecho que tocaba ciertos nervios sociológicos y preocupaciones del momento como era la crisis económica. Los Lutz de la película atraviesan problemas económicos y éstos son una preocupación constante durante todo el film, especialmente los problemas financieros que pasa la empresa de George Lutz. Una de las escenas pivotales de la película gira en torno a la desaparición de unos cientos de dólares que estaban destinados a pagar un banquete de boda. Vemos como George Lutz, James Brolin cada vez más sombrío, busca desesperado el rollo de billetes que su maldita casa parece haberle sisado. King comenta como mientras veía esa escena en el cine, una mujer mayor comentaba: "piensa en las facturas".
El espectador proyectaría sus preocupaciones e inseguridades por el oscuro porvenir económico hacia las peripecias paranormales de los Lutz. Lo cual podría ser cierto para la audiencia de 1979 (o la presente del 2011) pero no creo que se aplicara en tiempos posteriores. Cuando yo vi la película por primera vez siendo un adolescente, por televisión, no tenía una preocupación en el mundo, al menos no financiera o hipotecaria, y encontré la película llena de clichés pero al mismo tiempo extrañamente entretenida. Puede que fuera ver a la novia de Superman ligera de ropa.
Terror en Amityville no tiene la clase y la sobrecogedora atmósfera de La casa encantada (The Haunting, Robert Wise, 1963) o La leyenda de la mansión del infierno (The Legend of Hell House, John Hough, 1973) ni los fabulosos efectos especiales de Poltergeist (Tobe Hooper, 1982) pero tal vez su perdurabilidad se basa en que está inspirada en supuestos hechos reales.
El hecho de estar viendo algo que es posible pasara realmente, por muy ficcionalizada que esté la película, hace que el espectador aporte algo a la película, algo que de otra manera la habría mantenido en el olvido.
Tal vez, tal vez. Creo, de todas maneras, que el por qué unas películas son recordadas y otras olvidadas seguirá siendo un misterio. Antes de acabar, sin embargo, me gustaría destacar que en la edición de dos discos en DVD de Terror en Amityville aparecen dos extras que justifican su compra aunque la película no llame mucho la atención. Uno es el audiocomentario del profesor Hans Holzer, una especie de cazafantasmas moderno que se dedica a separar la "verdad" de la ficción de lo que aparece representado en la película. Holzer escribió varios libros sobre Amityville y la segunda entrega de la serie se basa en uno de sus libros. El audiocomentario que hace sobre la película es tremendamente hilarante (sin ánimo de ofender a las creencias de nadie), especialmente cuando empieza a explicar como es la existencia en el más allá. El otro extra a destacar es el documental del History Channel Amityville: The Haunting que resulta más inquietante que la propia película y trata de esclarecer que sucedió realmente en esa casa, si es que sucedió algo.
No me he querido meter mucho en si son ciertos o no los fenómenos paranormales que los Lutz aseguran que experimentaron. La razón de ello es porque no creo que sucediera nada y me parece que fue un montaje y tampoco quería molestar a aquellas personas que sí crean que sucedió algo.
Lo que sí es cierto es que una noche, en 1974, en la casa que un año más tarde ocuparían los Lutz, Ronald DeFeo asesinó a toda su familia (sus padres, dos hermanas y dos hermanos) con una escopeta. DeFeo aseguró que había cometido los asesinatos impulsado por una serie de voces que le incitaban a matar. Lo extraño del caso es que no se encontraron sedantes ni marcas de ligaduras en ninguna de las víctimas que fueron encontradas estiradas boca abajo en sus camas, a pesar de que se tendrían que haber despertado al sonido del primer disparo. Extrañamente, ninguna reaccionó y se quedaron todos en sus camas mientras DeFeo iba de habitación en habitación disparando la escopeta. Y tan extraño como que nadie de la familia reaccionara, es que ningún vecino oyó nada ni nadie denunció que se oían disparos. Unos disparos de escopeta que en plena noche deberían haber sonado como explosiones.
El hecho de estar viendo algo que es posible pasara realmente, por muy ficcionalizada que esté la película, hace que el espectador aporte algo a la película, algo que de otra manera la habría mantenido en el olvido.
Tal vez, tal vez. Creo, de todas maneras, que el por qué unas películas son recordadas y otras olvidadas seguirá siendo un misterio. Antes de acabar, sin embargo, me gustaría destacar que en la edición de dos discos en DVD de Terror en Amityville aparecen dos extras que justifican su compra aunque la película no llame mucho la atención. Uno es el audiocomentario del profesor Hans Holzer, una especie de cazafantasmas moderno que se dedica a separar la "verdad" de la ficción de lo que aparece representado en la película. Holzer escribió varios libros sobre Amityville y la segunda entrega de la serie se basa en uno de sus libros. El audiocomentario que hace sobre la película es tremendamente hilarante (sin ánimo de ofender a las creencias de nadie), especialmente cuando empieza a explicar como es la existencia en el más allá. El otro extra a destacar es el documental del History Channel Amityville: The Haunting que resulta más inquietante que la propia película y trata de esclarecer que sucedió realmente en esa casa, si es que sucedió algo.
No me he querido meter mucho en si son ciertos o no los fenómenos paranormales que los Lutz aseguran que experimentaron. La razón de ello es porque no creo que sucediera nada y me parece que fue un montaje y tampoco quería molestar a aquellas personas que sí crean que sucedió algo.
Lo que sí es cierto es que una noche, en 1974, en la casa que un año más tarde ocuparían los Lutz, Ronald DeFeo asesinó a toda su familia (sus padres, dos hermanas y dos hermanos) con una escopeta. DeFeo aseguró que había cometido los asesinatos impulsado por una serie de voces que le incitaban a matar. Lo extraño del caso es que no se encontraron sedantes ni marcas de ligaduras en ninguna de las víctimas que fueron encontradas estiradas boca abajo en sus camas, a pesar de que se tendrían que haber despertado al sonido del primer disparo. Extrañamente, ninguna reaccionó y se quedaron todos en sus camas mientras DeFeo iba de habitación en habitación disparando la escopeta. Y tan extraño como que nadie de la familia reaccionara, es que ningún vecino oyó nada ni nadie denunció que se oían disparos. Unos disparos de escopeta que en plena noche deberían haber sonado como explosiones.