Tras la decepción que le produjo tener que transigir en el montaje final de El señor de las ilusiones (Lord of Illusions, 1995), Clive Barker parece ser que dejó su carrera como director ya que no disfrutaba de la misma libertad que como escritor o pintor. Eso provocó que durante mucho tiempo, el trabajo literario de Barker desapareciera de las pantallas. Barker ejerció tareas de productor en algunas películas, se hicieron algunos telefilmes y las sagas Hellraiser y Candyman continuaron ofreciendo alguna entrega, aunque decayendo y alejándose cada vez más de las fuentes originales que las inspiraron.
Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar y moverse cuando a Barker se trasladó a vivir a Los Ángeles con el objetivo de impulsar la vertiente cinematográfica de su carrera. Durante la promoción de la estupenda Coldheart Canyon (una novela marcada por la historia secreta de Hollywood), parecía que diversos proyectos empezaban a gestarse. Finalmente, con Barker como productor ejecutivo cuidando de la calidad del resultado final, en 2008 llegó El vagón de la muerte (The Midnight Meat Train, Ryûhei Kitamura).
Adaptación del relato homónimo de Barker aparecido en el primero de los Libros de sangre. La película ampliaba la historia original para poder llegar a una duración de largometraje, pero se mantenía bastante fiel al cuento. El único problema tal vez sea que la mitología que establece Barker en unas pocas páginas sobre la vida secreta de las ciudades es difícil de trasladar a la pantalla. De todas maneras, el resultado final es una película sangrienta y entretenida que satisface a los fans de Barker así como a los espectadores no familiares con su obra.
El gran éxito de la película animó a Barker a seguir en esta línea y el 2009 se estrenaron dos nuevas adaptaciones. Una de ellas ya la comentamos en su momento: la perturbadora e inquietante Dread (dir. Anthony DiBlasi), el relato en el que se basa se publicó en el segundo volumen de Libros de sangre, y la otra fue Clive Barker's Book of Blood dirigida por John Harrison.
El guion de John Harrison y Darin Silverman combina dos relatos: Book of Blood y Book of Blood (a prostcript): On Jerusalem Street (cuando me compré la recopilación de los seis volúmenes en inglés regalé los que tenía en castellano y no recuerdo como los tradujeron). El primero cuenta el origen de las historias que aparecen en los diferentes volúmenes y el segundo sirve como epílogo a estos mismos volúmenes, pero ambos son al mismo tiempo cuentos con entidad propia, explicando en el segundo de ellos el destino de los personajes aparecidos en el primero.
Esto se traduce en una película que combina elementos clásicos y modernos en una historia de terror que se mantiene fiel a los relatos pero añadiendo también diversas novedades.
La profesora Mary Florescu (Sophie Ward) se dedica a investigar fenómenos paranormales. Da clases en una universidad y ha publicado varios libros, sin embargo no se ha encontrado todavía con la prueba irrefutable de la existencia de vida más allá de la muerte. Todo ello cambiará cuando empiece a investigar una casa en la que murió una joven en extrañas circunstancias. Florescu cuenta con la ayuda de Reg (Paul Blair) para manejar el equipo electrónico y a ellos se unirá el estudiante Simon (Jonas Armstrong), que será el catalizador de los eventos que tendrán lugar en la casa.
Vista así, la sinopsis da la impresión de que nos encontramos ante la típica película de casa encantada. Y, en cierto modo, la película es una película de casa encantada, pero, además de nada típica, la evolución de la historia la llevará por derroteros diferentes, añadiéndole toques de venganza de ultratumba y una historia retorcida marca de la casa Barker.
Mezclando elementos terroríficos y eróticos, Book of Blood avanza con un ritmo que se dedica a cultivar una atmósfera amenazante e ir cargando de suspense la historia en lugar de avanzar a golpe de susto barato. La construcción de la relación entre Florescu y Simon, así como el desarrollo que se hace de los personajes se hará especialmente significativa a medida que nos acerquemos a la conclusión de la película, evitando que simplemente parezca que el director desea hinchar la historia para poder llenar un largometraje y no acabar con un corto.
Book of Blood destaca precisamente por esta mezcla de elementos clásicos y modernos que la hacen una película de terror inteligente y con aires de "la vieja escuela", un oasis en la marabunta de copias y secuelas originadas por Saw y Hostel y las películas de terror adolescente, ofreciendo al tiempo giros inesperados (para aquel no ha leído el relato) sin por ello sacrificar un desarrollo de los personajes que los convierte en algo más que carne de cañón. He de añadir que la película me gustó más en el segundo visionado que con el primero que hice, ya que disfruté de la película por sí misma y no estuve pensando todo tiempo en los relatos sobre los que se basaba.
La película tiene la virtud de satisfacer tanto a los aficionados al terror, como servidor, que han visto casi de todo como a los espectadores casuales del género. Sin embargo, aquellos que busquen una película con sustos cada cinco minutos, actores y actrices adolescentes de buen ver y música pop puede que se lleven una desilusión.
Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar y moverse cuando a Barker se trasladó a vivir a Los Ángeles con el objetivo de impulsar la vertiente cinematográfica de su carrera. Durante la promoción de la estupenda Coldheart Canyon (una novela marcada por la historia secreta de Hollywood), parecía que diversos proyectos empezaban a gestarse. Finalmente, con Barker como productor ejecutivo cuidando de la calidad del resultado final, en 2008 llegó El vagón de la muerte (The Midnight Meat Train, Ryûhei Kitamura).
Adaptación del relato homónimo de Barker aparecido en el primero de los Libros de sangre. La película ampliaba la historia original para poder llegar a una duración de largometraje, pero se mantenía bastante fiel al cuento. El único problema tal vez sea que la mitología que establece Barker en unas pocas páginas sobre la vida secreta de las ciudades es difícil de trasladar a la pantalla. De todas maneras, el resultado final es una película sangrienta y entretenida que satisface a los fans de Barker así como a los espectadores no familiares con su obra.
El gran éxito de la película animó a Barker a seguir en esta línea y el 2009 se estrenaron dos nuevas adaptaciones. Una de ellas ya la comentamos en su momento: la perturbadora e inquietante Dread (dir. Anthony DiBlasi), el relato en el que se basa se publicó en el segundo volumen de Libros de sangre, y la otra fue Clive Barker's Book of Blood dirigida por John Harrison.
El guion de John Harrison y Darin Silverman combina dos relatos: Book of Blood y Book of Blood (a prostcript): On Jerusalem Street (cuando me compré la recopilación de los seis volúmenes en inglés regalé los que tenía en castellano y no recuerdo como los tradujeron). El primero cuenta el origen de las historias que aparecen en los diferentes volúmenes y el segundo sirve como epílogo a estos mismos volúmenes, pero ambos son al mismo tiempo cuentos con entidad propia, explicando en el segundo de ellos el destino de los personajes aparecidos en el primero.
Esto se traduce en una película que combina elementos clásicos y modernos en una historia de terror que se mantiene fiel a los relatos pero añadiendo también diversas novedades.
La profesora Mary Florescu (Sophie Ward) se dedica a investigar fenómenos paranormales. Da clases en una universidad y ha publicado varios libros, sin embargo no se ha encontrado todavía con la prueba irrefutable de la existencia de vida más allá de la muerte. Todo ello cambiará cuando empiece a investigar una casa en la que murió una joven en extrañas circunstancias. Florescu cuenta con la ayuda de Reg (Paul Blair) para manejar el equipo electrónico y a ellos se unirá el estudiante Simon (Jonas Armstrong), que será el catalizador de los eventos que tendrán lugar en la casa.
Vista así, la sinopsis da la impresión de que nos encontramos ante la típica película de casa encantada. Y, en cierto modo, la película es una película de casa encantada, pero, además de nada típica, la evolución de la historia la llevará por derroteros diferentes, añadiéndole toques de venganza de ultratumba y una historia retorcida marca de la casa Barker.
Mezclando elementos terroríficos y eróticos, Book of Blood avanza con un ritmo que se dedica a cultivar una atmósfera amenazante e ir cargando de suspense la historia en lugar de avanzar a golpe de susto barato. La construcción de la relación entre Florescu y Simon, así como el desarrollo que se hace de los personajes se hará especialmente significativa a medida que nos acerquemos a la conclusión de la película, evitando que simplemente parezca que el director desea hinchar la historia para poder llenar un largometraje y no acabar con un corto.
Book of Blood destaca precisamente por esta mezcla de elementos clásicos y modernos que la hacen una película de terror inteligente y con aires de "la vieja escuela", un oasis en la marabunta de copias y secuelas originadas por Saw y Hostel y las películas de terror adolescente, ofreciendo al tiempo giros inesperados (para aquel no ha leído el relato) sin por ello sacrificar un desarrollo de los personajes que los convierte en algo más que carne de cañón. He de añadir que la película me gustó más en el segundo visionado que con el primero que hice, ya que disfruté de la película por sí misma y no estuve pensando todo tiempo en los relatos sobre los que se basaba.
La película tiene la virtud de satisfacer tanto a los aficionados al terror, como servidor, que han visto casi de todo como a los espectadores casuales del género. Sin embargo, aquellos que busquen una película con sustos cada cinco minutos, actores y actrices adolescentes de buen ver y música pop puede que se lleven una desilusión.
Hellraiser me gustó, me parece terrorífica. Candyman, que por lo que leo la produce él, no me convenció tanto, ni mucho menos; es una historia que podía estar mucho mejor de lo que está. Por sus pelis me da que Barker, escritor, tiene (no en su estilo porque no lo he leído sino en sus temas) un toque a Lovecraft. Interesante entrada, Raül. Tomo nota de algunas de las pelis que pones.
ResponderEliminarA mi tampoco me convenció Candyman, la historia original es mucho más interesante. Barker como escritor empezó escribiendo historias de terror salvaje y sangriento, pero una vez terminó con los cuentos, sus novelas han ido evolucionando hacia un estilo más fantástico y, a veces, metafísico -en ese sentido sí que recuerda a Lovecraft-, con unas notas de terror.
ResponderEliminarUna película de casa encantada pasada por el filtro Clive barker puede ser curiosa. Me la apunto, y de paso, a ver cuando tengo oportunidad de pillarme los libros de sangre, que les tengo muchas ganas. Lástima que no exista una edición de bolsillo baratita.
ResponderEliminarMe cagüen... ¡Cómo que no os gusta Candyman! ¡Será posible! A ver si tenéis pelotas a decir 5 veces Candyman frente al espejo esta noche.
ResponderEliminarEsta que comentas no la conocía ni tampoco los libros y tienen buena pinta. Apuntada queda la recomendación.
Lo de Candyman, imperdonable. Ojalá y se os aparezca esta noche en sueños Tony Todd. Yo mientras soñaré con Virginia Madsen.
Dr. Gonzo, si estás bien de inglés los seis libros están recopilados en un par de tomos bastante baratos en inglés. Lo bueno de la peli es que empieza como una historia de casa encantada para luego... bueno, ya lo verás.
ResponderEliminarEiner, no es que no me gustara, Candyman la encontré regular (lo de decir el nombre ante el espejo procede de una leyenda urbana, en la cual se dice Bloody Mary) y me resultó más interesante el relato original que trata sobre la mitología moderna. Hasta te diría que la segunda me gustó más que la primera. La tercera es infumable. Por cierto, tengo un disco vinilo que sacó Virginia Madsen cuando cantaba en un grupo pop por finales de los 80, a lo mejor lo escucho otra vez esta noche.
Yo de inglés no paso del Yes y el fuck you jaja. Hombre, no tanto, pero ni de coña como para leerme un libro entero (una frase quizá jaja). Que tostón solo de pensarlo!
ResponderEliminarLos prefiero en español. A ver si los rebajan un poquito.
Con Virginia Madsen soñé yo también bastante en su época, hasta que hizo Labios ardientes con Don Johnson. Leches, el Don Johnson tiene dos pelis que me gustan bastante, una es ésta de Dennis Hopper, muy thriller, con su toque erótico (Jennifer Connelly VS Virginia “perversa” Madsen) y la otra me parece cojonuda: Tiro mortal de John Frankenheimer. No sé si vistes estas pelis, Raül... bueno también va para Einer y resto de blogueros.
ResponderEliminarLa de Tiro mortal sí que la vi, pero ahora mismo no guardo ningún recuerdo de ella, fue hace mucho. En la tele, creo.
ResponderEliminar